Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca
PARADOJAS AUTORREFERENCIALES.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Lógica
paraconsistente, paradojas y lecturas parasitarias: Del virus del
lenguaje a las lógicas difusas, (Lewis Carroll, B. Russell, K. Gödel y
W. S. Burroughs)", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 58 – 2014, Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Oviedo, España, pp. 41– 64.
Paradojas Autorreferenciales o Argumentos Recursivos
En términos lógicos, las expresiones autorreferentes, arquitectónicamente circulares, suponen una paradoja en cuyo movimiento de pliegue y repliegue comparece el infinito. Una de las más conocidas es la paradoja de Epiménides el cretense, de la que presento la siguiente variante: “La afirmación que sigue es falsa. La afirmación que antecede es verdadera.” Como en todas las paradojas del tipo “todos los cretenses son mentirosos”, se genera un movimiento donde la comprensión que tiene la mente de la verdad y la falsedad se pliega y se repliega. La doble conclusión de una argumentación paradójica son espejos recíprocos, en el sentido que un lado es el reflejo invertido del otro, donde lenguaje y metalenguaje se confunden formando un moviendo iterativo.
Igualmente célebre es la paradoja formulada por Russell en la teoría de conjuntos: “¿se contiene a sí mismo o no el conjunto de todos los conjuntos que no se contienen a sí mismos?”. Russell, en rigor, plantea “consideremos el conjunto de todos los conjuntos que no son un elemento de sí mismos”. Preguntemos entonces: “¿Es este conjunto elemento de sí mismo?”. Si fuera elemento de sí mismo, no lo sería, y así recíprocamente.
Pareciera que la cuestión es que no hay solución posible, cuando en realidad se trata del develamiento del caos que amenaza –desde dentro– a nuestra razón, con la velada acechanza de la inconsistencia, con los espejismos de la recursividad. Con el reingreso constante de la paradoja en sí misma, en un proceso circular que da cuenta del lenguaje como un dispositivo superlativamente autorreferencial.
Pareciera que la cuestión es que no hay solución posible, cuando en realidad se trata del develamiento del caos que amenaza –desde dentro– a nuestra razón, con la velada acechanza de la inconsistencia, con los espejismos de la recursividad. Con el reingreso constante de la paradoja en sí misma, en un proceso circular que da cuenta del lenguaje como un dispositivo superlativamente autorreferencial.
La paradoja no es pues un argumento a dilucidar o un problema a esclarecer, sino una perplejidad que incomoda a la lógica y a la ciencia occidental, las que, como he señalado, están tiranizadas por el principio de no contradicción y de identidad vigentes desde Aristóteles. Por ello es que la emancipación de la racionalidad propia de la postmodernidad tiene lugar a partir del desarrollo de las teorías del caos y de los Sistemas Complejos [lógicas polivalentes, de la vaguedad o paraconsistentes].
Pensemos en el extraño estado mental –la perplejidad intelectual– inducida por las paradojas autorreferenciales. Volvamos al viejo y célebre argumento en que un hombre de Creta –Epiménides– advierte a un viajero: “todos los cretenses mienten siempre”. ¿Miente este cretense? En tal caso, su afirmación es falsa y no todos los cretenses son mentirosos. Pero si dice la verdad, el también tiene que ser un mentiroso. La verdad y la mentira giran una alrededor de la otra creando caos y orden en el cerebro. Se puede presentar a la conciencia una paradoja similar mediante un papel que contenga en ambos lados el mensaje: “La afirmación del dorso es falso”.
Si presentamos un enunciado como éste a un ordenador, la desconcertada máquina vacila entre “verdadero” y no “verdadero”. En un filme de ciencia ficción el capitán de la nave utilizaba paradojas como: “Demuestre que su directiva principal no es su directiva principal”, para quemar los semiconductores de ordenadores rebeldes[1]. Para un ordenador, las paradojas autorreferenciales conducen al caos. Se dice que para los seres humanos tienen el efecto contrario, pues conducen a la intuición creativa e incluso a la iluminación. En sistemas místicos como el budismo Zen, los koans –paradojas que propician la iluminación– hacen oscilar de tal modo la mente del discípulo que crean las condiciones para que éste se libere y llegue a un nuevo punto de vista, o a un punto sin vista.
La autorreferencia también se manifiesta en los sistemas biológicos, donde el resultado puede evocar al Zen. Mientras los ordenadores oscilan de modo suicida cuando quedan atrapados en una paradoja autorreferencial, los sistemas biológicos emplean la autorreferencia para la estabilidad e incluso pueden utilizarla para catapultarse hacia formas más elevadas.
Del mismo modo como con la autorreflexividad, en las estructuras recursivas y los dispositivos circulares, propios de ciertas películas de cine experimental, se produce un juego de espejos en que una obra se da al interior de otra obra, sin un centro (eje) primario de organización. Asimismo, en la novela postmoderna se da el fenómeno de la novela dentro de la novela, donde ésta se convierte en ensayo sobre la novela o, más exactamente, en un ensayo sobre cómo dejar de escribir novelas. Novelas sin relatos, ni progresión lineal, llena –o más bien vacía– de tiempos muertos y de personajes que deambulan sin que algo particularmente interesante pareciera necesitar acontecerles, situación que conduce al lector no avisado a una cierta perplejidad y desazón.
Tal huelga de acontecimientos[2] –o desdramatización de la realidad– proviene tanto del desmantelamiento de la teoría del conflicto central, como del tratamiento recursivo de la cuestión de la decisión en la postmodernidad, en lo cual cabe reconocer una deuda fundamental con las ideas de Schopenhauer, quien, al igual que Nietzsche, constituye un antecedente temprano y fundamental de la posmodernidad.
Ahora bien, son, precisamente, los problemas que tocan a la elección y a la decisión los que preceden a las confrontaciones articuladas a partir del conflicto central. De modo que deconstruir la teoría del conflicto central supone, previamente, haberse hecho cargo de la cuestión de la decisión.
Comencemos por preguntarnos si acaso es concebible una historia sin centro ni punto de decisión.
Veamos el problema de la elección. En la elección se trata de escoger o decidir ante una o más alternativas, pero no es acaso posible una historia que no comporte ninguna elección y, con ello, no sólo el rechazo a elegir, lo que constituiría ya una elección, sino la total indiferencia o abstinencia volitiva.[3]
Una curiosa variación musulmana del tema de la alternativa, planteado ya por Schopenhauer en su Opúsculo sobre la libertad[4], puede ser expuesta del siguiente modo. A fin de escoger, requiero primero escoger-escoger. Y a fin de escoger-escoger, debo escoger-escoger-escoger. Cuando hay alternativa, puedo pretender hacer de ella una especie de pozo sin fondo o, como lo llamaría Schopenhauer, un argumento de la razón perezosa. Otro problema, algo más práctico, consiste en saber cuántas opciones necesitamos para elegir. Aceptemos que necesitamos dos, y supongamos que en nuestra historia, al final de cada episodio, hay una alternativa entre dos opciones, y que cada elección sea una nueva, independiente de toda estrategia global; ahora bien, ¿qué decir de una historia que no comportara ninguna elección y no solamente el rechazo de elegir? (como Hamlet ante el dilema de vengar a su padre y hacer a su madre desgraciada). Al respecto cabe también hacer mención de otro tipo particular de historias, a saber, las historias sin elección o, al menos, con elección incierta. Como Bartleby, el héroe de la novela[5] homónima de Melville. Su leitmotiv, “preferiría no hacerlo…”, fue el slogan de toda una generación.
En este bestiario de no decisiones no es posible dejar de incluir a una facción muy particular. Se trata de los politólogos rusos y norteamericanos que desarrollan una teoría abstencionista, la “Teoría de la resolución de conflictos”. En esta teoría la intervención se produce antes del conflicto, a fin de neutralizarlo. El método aplicado toma la forma de varios “conflictos de distracción” que tienen por tarea disolver y hacer olvidar el conflicto principal.
En una próxima entrega completaré esta antología abstencionista, objeto por supuesto de controversias, las que, sin embargo, creo fructíferas para la compresión de ciertos dispositivos retóricos de la Posmodernidad, cabe al menos anticipar que aludiré a una particular disciplina, la “etno-metodología”, para lo cual pondré en operación una serie de razonamientos y operaciones lógicas. Allí también tendrá lugar una referencia a la teoría de los juegos y al arte combinatorio.
Adolfo Vásquez Rocca Doctor en Filosofía
Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía por la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de
Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del
Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de
Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de
2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a
dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo
Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México.
Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista
de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Director de Revista
Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en
Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Profesor
Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de
Postgrado– UCM. Ha publicado recientemente el Libro: Peter Sloterdijk;
Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección
Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM),
Valencia, España, 2008.
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(2014)
Vásquez Rocca, Adolfo, "Lógica
paraconsistente, paradojas y lecturas parasitarias: Del virus del
lenguaje a las lógicas difusas, (Lewis Carroll, B. Russell, K. Gödel y
W. S. Burroughs)", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 58 – 2014, Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Oviedo, España, pp. 41– 64.
Vásquez
Rocca, Adolfo, “Nietzsche
y Freud, negociación, culpa y crueldad: las pulsiones y sus
destinos, eros y thanatos
(agresividad
y destructividad)”,
En EIKASIA Nº 57, 2014, Revista de Filosofía, Oviedo, SAF -
Sociedad Asturiana de Filosofía.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: el retorno de la religión, la lucha de los monoteísmos históricos y el asedio a jerusalén; Psicopolítica de los bancos de ira, apocalipsis y relatos escatológicos; del fundamentalismo islámico a los espectros de Marx". En Revista Almiar - III Época Nº 75 - 2014, ISSN: 1696-4807, MARGEN CERO, Madrid.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – marzo, 2014 - ISSN 1885-5679 – Oviedo, España, pp. 73 – 92.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Zoología Política: Disturbios en el Parque Humano, Cultura de Masas y el modelo amigable de la Sociedad Literaria”, En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid, III Época – Nº 73 marzo–abril, 2014.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Constitución Psico-inmunitaria de la naturaleza humana, Ciencia Zoológica y Ciencia Pneumática; Deriva biotecnológica e historia espiritual de la criatura”, En Academia.edu, Manuscritos Transversales, 2014, pp. 45–66; y Cuaderno de Materiales, ISSN: 1139-4382, Universidad Complutense de Madrid, Nº 26, 2014.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: el retorno de la religión, la lucha de los monoteísmos históricos y el asedio a jerusalén; Psicopolítica de los bancos de ira, apocalipsis y relatos escatológicos; del fundamentalismo islámico a los espectros de Marx". En Revista Almiar - III Época Nº 75 - 2014, ISSN: 1696-4807, MARGEN CERO, Madrid.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – marzo, 2014 - ISSN 1885-5679 – Oviedo, España, pp. 73 – 92.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Zoología Política: Disturbios en el Parque Humano, Cultura de Masas y el modelo amigable de la Sociedad Literaria”, En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid, III Época – Nº 73 marzo–abril, 2014.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Constitución Psico-inmunitaria de la naturaleza humana, Ciencia Zoológica y Ciencia Pneumática; Deriva biotecnológica e historia espiritual de la criatura”, En Academia.edu, Manuscritos Transversales, 2014, pp. 45–66; y Cuaderno de Materiales, ISSN: 1139-4382, Universidad Complutense de Madrid, Nº 26, 2014.
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV, mención Filosofía Contemporánea y Estética.
Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo, Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad de Arquitectura UNAB Santiago. Profesor PEL Programa Especial de Licenciatura en Diseño, UNAB – DUOC UC.
En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México.
Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–. –Secretario Ejecutivo de Revista Philosophica PUCV.
Asesor Consultivo de Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Reflexiones Marginales' –Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. –Editor Asociado de Societarts, Revista de artes y humanidades, adscrita a la Universidad Autónoma de Baja California. –Miembro del Comité Editorial de International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación científica de la Universidad de Palermo. –Miembro Titular del Consejo Editorial Internacional de Errancia, Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –UNAM– Universidad Nacional Autónoma de México. –Miembro del Consejo Editorial de Revista “Campos en Ciencias Sociales”, Universidad Santo Tomás © , Bogotá, Colombia.
Miembro de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) con sede en Bruselas, Bélgica. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria – Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado –UCM. Eastern Mediterranean University - Academia.edu. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. –Investigador Asociado y Profesor adjunto de la Escuela Matríztica de Santiago –dirigida por el Dr. Humberto Maturana. Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC)– Artista conceptual. Crítico de Arte. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés - Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine . Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions , París, © 2012. Profesor de Postgrado, Magister en Biología-Cultural, Escuela Matríztica de Santiago y Universidad Mayor 2013.
[1] J. BRIGGS y F. D. PEAT, Espejo y Reflejo: del caos al orden, Ed. Gedisa, Barcelona, 1990, p.67.
[2] BAUDRILLARD, Jean, La ilusión del fin o la huelga de los acontecimientos, Editorial Anagrama, Barcelona, 2000.
[2] BAUDRILLARD, Jean, La ilusión del fin o la huelga de los acontecimientos, Editorial Anagrama, Barcelona, 2000.
[3] RUIZ, Raúl, La Poética del Cine, Editorial Sudamericana, Santiago, 2000, p. 24.
[4] SHOPENHAUER, Arthur, La libertad, Editorial Alba, Madrid, 1999.
[5]MELVILLE, Herman, Bartleby, el escribiente, Editorial Alianza, Madrid, 2000.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Lógica paraconsistente, paradojas y lecturas parasitarias: Del virus del lenguaje a las lógicas difusas, (Lewis Carroll, B. Russell, K. Gödel y W. S. Burroughs)", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 58 – 2014, Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Oviedo, España, pp. 41– 64.
PARADOJAS AUTORREFERENCIALES; PERPLEJIDAD, ITERACIÓN Y HUELGA DE LOS ACONTECIMIENTOS DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA _ DOCTOR EN FILOSOFÍA
RECUPERACIÓN ESTÉTICA DEL IDEARIO CÍNICO; DE DIÓGENES DE SÍNOPE A PETER SLOTERDIJK Dr. ADOLFO VASQUEZ ROCCA - DOCTOR EN FILOSOFÍA
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso - Universidad Complutense de Madrid
Recuperación Estética del ideario cínico.
El
pensamiento de la Escuela Cínica clásica, hoy revitalizado en forma
refractaria por el filósofo alemán Peter Sloterdijk, ubicado en la
tradición de Nietzsche y Heidegger, emparentado a la vez con artistas
contemporáneos de la sensibilidad de Wim Wenders y Peter Handke.
Sloterdijk, autor de la Crítica de la razón cínica1,
obra cumbre del cinismo contemporáneo, donde, cabe aclarar, el término
“cínico” es empleado en un sentido contemporáneo, reconocible desde
nuestra habla, un sentido que se encuentra en las antípodas del uso
poético, extraño a nuestros oídos, que hacen del mismo los Cínicos
griegos. Pese a todo, en un movimiento dialéctico los extremos convergen
y se podrá hablar de una común voluntad iconoclasta que entiende que
para hablar de suciedad hay que ensuciarse y de esta manera reconocerse
como enfermo de su época, intoxicado por la atmósfera que
ineludiblemente le rodea.
El
nihilismo anarquista y todos sus desacatos contraculturales han
contribuido a revitalizar la escena iconoclasta, la ruptura con el pacto
cívico y el orden social, contra una comunidad inauténtica y
perturbada.
La
recuperación del ideario cínico tiene lugar con el descrédito de las
utopías, en la trastienda de la posmodernidad, en el desencanto
estético-político ante las sociedades neoliberales, donde se prefiere
escapar de la alienación, optando por el camino autárquico (autarkeia)
antes que andar embrutecido como el rebaño domesticado, gobernado por
las rutinas y convenciones de la gran ciudad, los imperativos del
consumo, el imperio de las marcas y la tiranía del mercado.
La Escuela Cínica y sus performances.
Los
cínicos, curiosa vertiente anarquista, toman como modelo a animales
como el perro, de los que adoptan el ejemplo de la autosuficiencia, de
ahí su comportamiento ético –bastarse a sí mismo– y su rigurosa
disciplina física y mental. Los animales tienen pocas necesidades y se
adaptan rápidamente a la situación en que se encuentran.
El
hombre, en cambio según Sloterdijk, en una concepción menos romántica, a
su vez goza y sufre su ser animal. Los animales viven en un entorno y
dependen de un hábitat. El hombre -en cambio- “ve la luz del mundo” lo
que comporta una “implicación ontológica” de carácter heideggeriano, la
que deriva hiperbólicamente en un excurso por el concepto de “neotenia”2,
es decir, del hecho de que el hombre alarga su morfología juvenil y
fetal, como efecto secundario de ser un animal que proviene del nido y
de la caverna, que actúan como un segundo claustro materno3.
Volviendo
al ideario cínico clásico, se dirá que este considera que para alcanzar
la felicidad es necesario la libertad, la autosuficiencia y el
desapego.
Los
cínicos no están dispuestos a conceder que la felicidad dependa de
cuestiones ajenas a sí mismos, la libertad está en el centro de la forma
de pensar cínica, tanto la libertad de acción como la de expresión.
La Escuela Cínica o la secta del perro
Otra
de las características del sabio cínico es el desprecio por el placer,
el lujo y la ostentación. A través de este desacato al imperio de la
sociedad del “bienestar” se conquista una independencia existencial y
política, donde el individuo cínico no reconoce más normas que las de la
propia naturaleza.
El
cinismo se constituye como una cáustica mirada a la neurosis y la
alienación del emplazamiento humano en la urbe congestionada, frente a
lo cual sólo cabe, el retorno a la naturaleza, el retorno a nuestras
pulsiones originarias en las que el hombre deviene animal; donde el
fetiche de la mercancía, incluso cuando este asume la forma de obra de
arte, entendido como objeto mercantil, de transa bursátil, es un dios
que no merece ser adorado.
El
rechazo del lujo por parte de los cínicos se fundamenta en que se compra
a base de sumisión en todas las facetas de la vida, en cambio, la
renuncia es recompensada con un bien mayor, la sabiduría práctica y la
virtud.
Otra
cuestión fundamental para el cinismo era la práctica del ejercicio
físico, porque la disciplina (askesis) le fortifica frente a las
adversidades imprevistas y aumenta su resistencia a vivir en la
intemperie. Acostumbrarse a cuidar se sí mismos, sin criados, seguir
dietas sencillas y un vestir simple, fueron los primeros minimalistas.
Utilizaron recursos expresivos diversos donde no faltan la parodia, o la sátira, siempre cuestionadora del establishment. Realizaron las primeras performances. Invalidando la moneda o los valores de cambio en curso. Según la tradición, Diógenes4,
creador de la Escuela Cínica, se vio obligado a abandonar Sinope,
porque con su padre se dedicaron a invalidar monedas, estropeándolas con
un punzón. Desterrado de su ciudad natal, tomó el hecho con su ironía
habitual: “Ellos me condenan a irme y yo los condeno a quedarse”5.
Relacionado
con este asunto se formó la leyenda de que Diógenes fue a consultar al
oráculo de Delfos, y recibió como respuesta a su pregunta el enigmático
consejo de invalidar la moneda, que se acabó convirtiendo en la consigna
cínica, y en metáfora de buena parte de su comportamiento. Lo cual
podría ser considerado un antecedente lejano de la importante consigna nietzscheana sobre la transmutación de los valores.
El
cinismo es, pues, un movimiento que trata de escandalizar, de develar
que lo que se cree normas inamovibles y universales no lo son, sino que
estas son meras convenciones sociales, convenios, modas e intereses
económicos, muchas veces producto de la más rancia tradición o producto
de un consenso mayoritario que oprime a las minorías.
Los
cínicos se proclamaban cosmopolitas y rechazaban cualquier tipo de
pertenencia, liberados de cualquier obediencia a las instituciones,
convenciones o leyes, se consideraban ciudadanos del mundo. En cualquier
sitio se encontraban en su casa.
Adolfo Vasquez Rocca - Universidad Complutense de Madrid
La imperturbabilidad (apatheia)
es el ideal del sabio cínico, que vive alejado de todo lo que le
produce perturbación o angustia y es capaz de adaptarse con indiferencia
a las circunstancias.
Sloterdijk “Crítica de la razón cínica”.
Desde
su monumental Crítica de la razón cínica de 1983, saludada por Jürgen
Habermas como el acontecimiento más importante en la historia de las
ideas desde 1945, el alemán Peter Sloterdijk se ha impuesto como uno de
los pensadores europeos más fecundos e innovadores. De una gran cultura
filosófica, llama la atención por la belleza y la fuerza de su lenguaje,
su estilo y su tono. Lejos de las rígidas convenciones de la filosofía
académica, Sloterdijk enfrenta los problemas de su tiempo con otras
armas y otros fines: una prosa clara, consciente de su afinidad con la
música, deudora de la “gran” retórica clásica y de su casi increíble
erudición filosófica y literaria. Por ese entonces, Sloterdijk tenía
treinta y cinco años. Las armas de un fenomenólogo agudo, atento y
perspicaz, que deseaba escribir una “ontología de nosotros mismos”. Su
independencia le lleva, sin reparos, no sólo a mostrar su vasta
discrepancia con “el sueño ilustrado”, sino que además a hacer suyas las
propuestas de filósofos incómodos y no siempre bienvenidos en Alemania:
Nietzsche y Heidegger. Sobre Nietzsche ha escrito El pensador en escena6.
Sloterdijk
en su Crítica… pretende hacer una reivindicación del otro cinismo, del
original y clásico, frente al de hoy, con el que no guarda
más relación que la antinomia, un cinismo entendido de modo usual y
corriente, que comporta una falsa conciencia ilustrada. El de Sloterdijk
es un libro de horizontes más amplios, y que tematiza el iconoclasta ideario de la transgresión.
Es
así como Crítica de la razón cínica puede leerse también como una puesta
al día de la Dialéctica de la Ilustración de Adorno y Horkheimer. No se
trata ya del nihilismo en ascenso, ni la metamorfosis de la razón en
nuevo mito ni, mucho menos, del dominio de la razón instrumental lo que
Sloterdijk describe y denuncia, sino el cinismo difuso de nuestras
sociedades exhaustas. Ese “nuevo cinismo” que se despliega como una
negatividad madura que apenas proporciona un poco de ironía y compasión,
pero que finalmente desemboca en la desesperanza. Un cinismo que
Sloterdijk define como “falsa conciencia ilustrada”: la de quienes se
dan cuenta de que todo se ha desenmascarado y pese a ello no hacen nada,
la de quienes se dan cuenta de que la escuela de la sospecha tampoco ha servido de mucho.
La
conciencia conservadora dominante es cínica, porque consciente del
desenmascaramiento de los grandes relatos ve un peligro de crisis social
en la desaparición de las ilusiones religiosas e intenta mantener en
pie al menos la fachada del edificio. Por ello es a ésta conciencia, que sabe que no tiene ilusiones y sin embargo las propugna, a la que cabe llamar cínica.
En Crítica de la razón cínica,
Sloterdijk presenta pues un discurso ético comprometido, libre de las
falacias y espejismos del humanismo “edificante” y fundado en una
antropología filosófica con nuevas perspectivas críticas.
Gustosamente
provocador, Sloterdijk practica el arte de dinamitar nuestras certezas.
En su última obra traducida al francés –La hora del crimen y el tiempo
de la obra de arte–, cuenta así la historia de las hipótesis científicas
como la historia –novelada- de una serie de “vejaciones” hacia las
autoilusiones del género humano, e incluso aprovecha el pretexto de una
larga digresión sobre el pensamiento de la técnica en Heidegger para
notar que nuestra visión sobre Platón no tiene en cuenta la “ironía” que
ésta contiene; y en un último corto ensayo sobre Cioran califica la
actitud filosófica de este último como “revanchismo desinteresado” y
explica la calidad de sus textos por su voluntad de “no condescender con
la madurez”. Se comprende que Peter Sloterdijk es un inconformista, lo
que –por demás- asegura a su pensamiento una seducción y un estilo
particular en el campo intelectual contemporáneo.
Sloterdijk, que ha presentado en España el primer volumen de su trilogía Esferas7 –en
editorial Siruela- no se pregunta ¿quiénes somos?, sino ¿dónde estamos?
Una filosofía espacial en la que el autor, un nietzscheano de
izquierdas, combina, renovándolas, numerosísimas fuentes, desde Platón
hasta Hegel, desde Heidegger hasta Foucault, el psicoanálisis
no-freudiano, el eurotaoísmo, la antropología, la biología moderna o el iluminismo tecnológico.
Este es un material en el que el lector no encontrará sólo al pensador
que hizo estallar en mil pedazos la herencia de la ilustración y la
creencia en el progreso, proclamó el fin del totalitarismo metafísico y
la caducidad de la fatiga nihilista para encarar el mundo contemporáneo y
abrió una brecha entre los apocalípticos y los entusiastas de las
nuevas tecnologías, incluida la genética, sino que también a quien
ensaya una teoría de la intimidad, del espacio interior, para explicar
su concepción general del mundo y de la historia.
Filósofo complejo como pocos, crítico, polémico, pero sobretodo “hiperbólico”. Sloterdijk, sin duda requiere un tratamiento en profundidad, el que se espera para una próxima entrega.
Allí, además, se habrá de poner en relación el sentido contemporáneo de
lo cínico, propio del tratamiento de Sloterdijk, que es el del sentido
habitual del término, y el de la Escuela cínica clásica, donde el
concepto, ya en un sentido filosóficamente acotado, alude más bien a una
actitud vital y poética, caracterizada precisamente por la autenticidad
de sus posiciones y pensamientos, corrosivos y antisistémicos al modo anárquico de las diatribas de Diógenes.
Doctor
en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso;
Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía
IV, mención Filosofía Contemporánea y Estética.
Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo, Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad de Arquitectura UNAB Santiago. Profesor PEL Programa Especial de Licenciatura en Diseño, UNAB – DUOC UC.
En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México.
Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–. –Secretario Ejecutivo de Revista Philosophica PUCV.
Asesor Consultivo de Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Reflexiones Marginales' –Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. –Editor Asociado de Societarts, Revista de artes y humanidades, adscrita a la Universidad Autónoma de Baja California. –Miembro del Comité Editorial de International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación científica de la Universidad de Palermo. –Miembro Titular del Consejo Editorial Internacional de Errancia, Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –UNAM– Universidad Nacional Autónoma de México. –Miembro del Consejo Editorial de Revista “Campos en Ciencias Sociales”, Universidad Santo Tomás © , Bogotá, Colombia.
Miembro de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) con sede en Bruselas, Bélgica. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria – Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado –UCM. Eastern Mediterranean University - Academia.edu. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. –Investigador Asociado y Profesor adjunto de la Escuela Matríztica de Santiago –dirigida por el Dr. Humberto Maturana. Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC)– Artista conceptual. Crítico de Arte. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés - Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine . Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions , París, © 2012. Profesor de Postgrado, Magister en Biología-Cultural, Escuela Matríztica de Santiago y Universidad Mayor 2013.
Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo, Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad de Arquitectura UNAB Santiago. Profesor PEL Programa Especial de Licenciatura en Diseño, UNAB – DUOC UC.
En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México.
Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–. –Secretario Ejecutivo de Revista Philosophica PUCV.
Asesor Consultivo de Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Reflexiones Marginales' –Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. –Editor Asociado de Societarts, Revista de artes y humanidades, adscrita a la Universidad Autónoma de Baja California. –Miembro del Comité Editorial de International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación científica de la Universidad de Palermo. –Miembro Titular del Consejo Editorial Internacional de Errancia, Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –UNAM– Universidad Nacional Autónoma de México. –Miembro del Consejo Editorial de Revista “Campos en Ciencias Sociales”, Universidad Santo Tomás © , Bogotá, Colombia.
Miembro de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) con sede en Bruselas, Bélgica. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria – Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado –UCM. Eastern Mediterranean University - Academia.edu. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. –Investigador Asociado y Profesor adjunto de la Escuela Matríztica de Santiago –dirigida por el Dr. Humberto Maturana. Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC)– Artista conceptual. Crítico de Arte. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés - Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine . Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions , París, © 2012. Profesor de Postgrado, Magister en Biología-Cultural, Escuela Matríztica de Santiago y Universidad Mayor 2013.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor
en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso;
Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía
IV, Teoría del Conocimiento y Pensamiento Contemporáneo. Áreas de
Especialización Antropología y Estética. Profesor de Postgrado del
Instituto de Filosofía de la PUCV, Profesor de Antropología en la
Escuela de Medicina y de Estética en el Departamento de Artes y
Humanidades de la Universidad Andrés Bello, UNAB. Profesor asociado al
Grupo Theoria Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. Director
de la Revista Observaciones Filosóficas http://www.observacionesfilosoficas.net/. Secretario de Ejecutivo de PHILOSOPHICA, Revista del Instituto de Filosofía de a PUCV http://www.philosophica.ucv.cl/editorial.htm , Editor Asociado de Psikeba -Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Buenos Aires- http://www.psikeba.com.ar/ Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo http://www.konvergencias.net/
Bibliografía
GARCÍA GUAL, Carlos, La secta del perro. Madrid, 1987.
ACOSTA MÉNDEZ, Eduardo, Filósofos cínicos y cirenaicos. Antología comentada, Barcelona, 1.997.
ARROYO, BAIGORRI, TRAPIELLO, CIFUENTES: ¿Qué es el cinismo?, Barcelona, 1989
DIÓGENES
LAERCIO, Vidas de los filósofos más ilustres, México, 1984, Traducción
de José Ortiz y Sanz. Diogenis Laertii vitae philosophorum, 2 vol.,
Bibl. Ox., Oxford, 1964.
DE SAMOSATA, Luciano: Diálogos fantásticos; Menipo.
GIANNANTONI, G., Socratis et Socraticorum Reliquiae, IV tomos.
SLOTERDIJK, Peter: Crítica de la razón cínica, (2 tomos), Ed. Siruela, Madrid, 2003.
SLOTERDIJK, Peter, Esferas Vol. I, II y III , Editorial Siruela, Barcelona, 2005
1SLOTERDIJK, Peter, Crítica de la razón cínica, Siruela, Madrid, 2004
2
La neotenia es el mantenimiento de algunos aspectos de la fase larvaria
durante la fase adulta de un animal. Esto suele darse con relativa
frecuencia en los Anfibios.
3Conferencia de Sloterdijk en caixafòrum, 2003-05-07.
4Diógenes,
nació en Sínope, en la actual Turquía, en el año 413 a.C. Es el sabio
cínico más cautivante, al punto que su figura se ha convertido en una
leyenda. Vivía en un tonel. Su aspecto era descuidado y su estilo
burlón. Era en extremo transgresor. Platón llegó a decir de él que era
“un Sócrates que se había vuelto loco”.
5 DIÓGENES LAERCIO, Vidas de los filósofos más ilustres, México, 1984
6 SLOTERDIJK Peter, El pensador en escena; el materialismo de Nietzsche, Ed. Pre- Textos, Valencia, 2000.
7SLOTERDIJK, Peter, Esferas, Editorial Siruela, Barcelona.
Ver.
- RECUPERACIÓN ESTÉTICA DEL IDEARIO CÍNICO; De Diógenes a Peter Sloterdijk
- RAÚL RUIZ; LA POÉTICA DEL CINE Y LA DECONSTRUCCIÓN
- PERÈC, GREENAWAY Y ARONOFSKY; CINE, LITERATURA Y POSMODERNIDAD
- LA INFLUENCIA DE NIETZSCHE EN BATAILLE Y KLOSSOWSKY
- EL NIETZSCHE DE PETER SLOTERDIJK; Del “superhumani…
- PETER SLOTERDIJK: DEL PESIMISMO METODOLÓGICO AL CINISMO
- FRANCIS BACON; EL CUERPO COMO OBJETO MUTILADO
- RAUL RUIZ; PERMUTACIONES ANTROPOLÓGICAS
- EL PALACIO DE CRISTAL; Peter Sloterdijk
- LA POLÍTICA COMO ARTE; ‘BELLEZA’ CONVULSIVA Y VANGUARDIAS ARTÍSTICAS
- SLOTERDIJK; ESFERAS III, GLOBALIZACIÓN Y ESPUMAS
- FOUCAULT: “LOS ANORMALES”, UNA GENEALOGÍA DE LO MONSTRUOSO
- LA CRISIS DE LAS VANGUARDIAS ARTÍSTICAS Y EL DEBATE MODERNIDAD - POSMODERNIDAD
- DERRIDA Y LA DECONSTRUCCIÓN
- NICANOR PARRA: ANTIPOESÍA Y ARTEFACTOS DRAMÁTICOS
- EL MODELO AMIGABLE DE LA SOCIEDAD LITERARIA
- PETER SLOTERDIJK LA MÚSICA DE LAS ESFERAS Y EL OLVIDO DEL SER DESDE TODOS LOS ALTAVOCES
- BAUDRILLARD; ALTERIDAD, SEDUCCIÓN Y SIMULACRO
- LO ABYECTO Y MONSTRUOSO EN EL ARTE DE VANGUARDIA
- WILLIAM BURROUGHS Y LA BEAT GENERATION; CONVERSACIONES CON UN GENIO MODERNO
- HITLER Y LAS FICCIONES SOBRE ALEMANIA; Los asesinos estan entre nosotros.
- RAÚL RUIZ Y PETER GREENAWAY; POÉTICA DEL CINE
- WILLIAM BURROUGHS; El lenguaje y su intoxicada naturaleza
- GEORGES PERÈC; PENSAR Y CLASIFICAR
- PINA BAUSCH; DANZA ABSTRACTA Y PSICODRAMA ANALÍTICO
- ALFRED JARRY; Patafísica, virtualidad y heterodoxia
- PETER SLOTERDIJK MIEMBRO DE LA ACADEMIA DE LAS ARTES DE BERLIN
- ANDY WARHOL; “Mi filosofía de A a la B”
- MICHELANGELO ANTONIONI; EL CINE DE LA INCOMUNICACIÓN
- FRANCIS BACON Y LUCIEN FREUD; LA ESCUELA DE LONDRES Y LA PINTURA DEL DESASTRE
- EDWARD HOPPER Y EL OCASO DEL SUEÑO AMERICANO – Po…
- LA MODA EN LA POSTMODERNIDAD; Deconstrucción del fénomeno fashion.
- ARTE CONCEPTUAL Y ARTE OBJETUAL
- JOSEPH BEUYS “CADA HOMBRE, UN ARTISTA”; LOS DOCUMENTA DE KASSEL.
- 2008 (24)
- Adolfo Vásquez Rocca
- Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV, Teoría del Conocimiento y Pensamiento Contemporáneo. Áreas de Especialización Antropología y Estética. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la PUCV, Profesor de Antropología y de Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello, UNAB. Profesor asociado al Grupo Theoria Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. Director de la Revista Observaciones Filosóficas http://www.observacionesfilosoficas.net/. Secretario de Redacción de PHILOSOPHICA, Revista del Instituto de Filosofía de a PUCV http://www.philosophica.ucv.cl/editorial.htm , Miembro del Consejo Editorial Internacional de la Fundación Ética Mundial de México, http://www.eticamundial.com.mx/fundacion.html. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo http://www.konvergencias.net/
VER:
La Institució Alfons el Magnànim (IAM)
DEL EXISTENCIALISMO DE SARTRE AL 'ANTI- HUMANISMO' DE HEIDEGGER Por Adolfo Vásquez Rocca Doctor en Filosofía
I N V E S T I G A C I Ó N
| El Existencialismo es un Humanismo | Sartre
| La carta sobre el Humanismo de Heidegger | Heidegger
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
I.
En
Francia, lo mismo que en Alemania, después de 1945, tras los años de
barbarie y traición, volvía a la actualidad el problema del
humanismo, de su revitalización o renovación. Por ello también, Sartre,
y poco más tarde Heidegger, se sintieron incitados a entrar en la
cuestión.
En
su tiempo, el existencialismo se vio forzado a echar mano del humanismo
para hacer frente a diversas acusaciones. Caracterizado por cierta
crítica como una variante del “nihilismo”. Sartre se defendió afirmando
el carácter “humanista” de su doctrina. De hecho, aduciría que el
verdadero humanismo sólo podría ser existencialista. La base del
existencialismo es, según se sabe, la asunción de la finitud y el
desamparo en que se hallan los hombres: lo humano es un proyecto
construido —y cumplido— en medio del vacío absoluto: en la irremisible
ausencia de Dios. El hombre está condenado a ser libre. Sartre no ha
contribuido casi nada a comprender la sustancia del humanismo, e incluso
ha oscurecido su propia posición. Ahora bien, la identificación entre
el existencialismo y el humanismo también dio pie a la aparición de un
texto notable, la Carta sobre el “Humanismo” de Martin Heidegger, el
primer documento del pensamiento de Heidegger publicado después de 1945.
Escrito en 1946 como carta abierta a Jean Beaufret, su discípulo más
importante en la escena filosófica de Francia después de la guerra.
Beaufret había planteado a Heidegger la pregunta: “¿De qué manera puede
darse de nuevo un sentido a la palabra humanismo?”. Heidegger abordó la
pregunta con agrado, pues le daba oportunidad de responder al escrito de
Sartre ¿Es el existencialismo un humanismo?,
aparecido pocos meses antes y que también en Alemania era discutido
profusamente. Incluso después de que no se llegara a un encuentro
personal con él, Heidegger buscaba la disputa con Sartre. En cualquier
caso, el existencialismo de Sartre, después de una mítica conferencia
pronunciada el 29 de octubre de 1945, que tenía como base el ensayo
mencionado, de la noche a la mañana se convirtió en una figura de la
cultura europea. Las ideas de Sartre después de esta conferencia
dominaron las discusiones, apenas pasaba un día en el que no fueran
mencionados o citados Sartre y el existencialismo. Pocos meses antes
Sartre había dicho: “¿EI existencialismo? No sé lo que es eso. Mi
filosofía es una filosofía de la existencia”1.
Y ya en diciembre de 1945 circulan los primeros manuales del
existencialismo, el que constituido en una credo militante se propugnaba
bajo la consigna de “Comprométete, lleva contigo la humanidad, créate a
ti mismo siempre de nuevo, solamente a través de tus acciones”2.
Con su legendaria conferencia Sartre había respondido a la pregunta por
el destino del humanismo en una época que acababa de experimentar los
excesos de la barbarie. La respuesta de Sartre sonaba así: no hay
valores humanistas a los que podamos confiarnos por el hecho de que
supuestamente estén anclados con firmeza en nuestra civilización. Dichos
valores se dan tan sólo si nosotros los inventamos siempre de nuevo en
la situación de la decisión y hacemos que se traduzcan a la realidad. El
existencialismo sitúa al hombre ante esta libertad y la responsabilidad
a ella ligada. Por esto, el existencialismo no es ninguna filosofía de
huida de la realidad, del pesimismo, del quietismo, del egoísmo o de la
desesperación. Este era el argumento -y la apología- central de “El
Existencialismo es un Humanismo”.
Ahora
bien, no es casual que la formulación de Sartre, fácil de retener en la
memoria, según la cual “la existencia precede a la esencia”, afectará e
hiciera eco profundo -precisamente- en la destruida Alemania, era
natural que afectará e identificará el sentimiento de aquellos hombres
que después de la catástrofe se encontraban de nuevo ante sí mismos,
bajo las ruinas, con la conciencia de haber escapado de allí. Quien
había salvado su existencia, podía en cualquier caso empezar de nuevo. Y
precisamente en ese sentido, la sutilísima frase filosófica hizo
carrera en la Alemania de posguerra3.
En las destruidas ciudades alemanas la mayoría de las cosas había
perdido su importancia, en la sombría Alemania hace eco aquello de que la existencia constituye la esencia. Rossellini emprendió con Alemania año cero
(1947), un filme memorable, donde plasma aquel estado de ánimo,
trazando el sendero sobre el cual el cine contemporáneo daría sus
primeros pasos. Precisamente, la propuesta entera de cineastas como
Antonioni parece provenir del cuarto de hora final de Alemania año cero,
con el largo y silencioso vagabundeo de Edmund – el niño protagonista-
por las cales de un Berlín en ruinas que culmina con su suicidio, caída
desdramatizada desde lo alto de un edificio sin paredes4.
Adolfo Vásquez Rocca - El Existencialismo es un Humanismo - J. P. Sartre
No
sólo el de Sartre sino todo el humanismo —con independencia del
adjetivo que se le asigne— ha tenido como estrategia hacer del hombre la
fuente y la meta de todo valor, la defensa de la dignidad y libertad
esenciales de cada ser humano y la afirmación del carácter
autoemancipatorio de la cultura. Sus notas principales son, en tal
sentido, la asunción de nuestra herencia histórica y natural, pero
también, y esto lo torna problemático, su superación en miras a una
humanidad liberada. Pero ¿liberada de de la historia y de la naturaleza?
No parece factible que los hombres se conozcan (naturalmente) y se
reconozcan (históricamente) en el mismo movimiento en que se despojan de
su esclavitud respecto de las leyes de la naturaleza y de la lógica de
la historia. A efectos de situar
algunos rasgos de esta disputa es necesario atender a las modalidades
fundamentales de la crítica al “humanismo”, particularmente a la de
Heidegger.
Adolfo Vásquez Rocca
El argumento central de Heidegger en su crítica al “humanismo”
consistía en hacer ver que el hombre no puede imaginarse a sí mismo
como el principio, el centro y la meta de todo lo que es. En todo caso,
si lo afirma, será sólo una ilusión. Ciertamente: resulta casi imposible
representarse lo que es sin hacerlo en y con referencia a un sujeto
(individual, o colectivo: “yo”, o “nosotros”, los hombres). Pero sí es
posible, de acuerdo con Heidegger, pensar al hombre en su ex-centricidad
respecto del ser. Es posible “localizar” a lo humano en un espacio que
no por fuerza ha de coincidir con el inicio, el centro y la finalidad
del ser. Para ello, es preciso comenzar comprendiendo que el lenguaje no
es un instrumento puesto allí para que, merced a sus poderes, el mundo
se postre a nuestros pies. El lenguaje no sólo es un instrumento que el
hombre podría usar a voluntad. Cuando Heidegger propone las metáforas
del lenguaje como la “casa del ser” y al ser humano como el “pastor del
ser”, está aludiendo a ese carácter no instrumental, a la naturaleza
ambigua y radicalmente problemática de la lengua — y de su relación con
el mundo. Pero veamos un poco más de cerca esta operación. En un ensayo
recogido en Caminos de bosque, Heidegger se empeña en mostrar que lo
fatídico, para el hombre, no reside en quedar subordinado a los
productos de su voluntad —como heraldo funesto, la bomba atómica—, sino
en el carácter presuntamente incondicionado de su querer mismo: “lo que
amenaza al hombre en su esencia”, observa el filósofo, “es esa opinión
de la voluntad que piensa que por medio de una liberación,
transformación, acumulación y dirección pacíficas de las energías
naturales, el hombre puede hacer que la condición humana sea soportable
para todos y, en general, dichosa”54.
Una dicha que se reduce, dice Heidegger, a la locura imperturbable de
aquel que por querer autoconservarse se impone a todo, a cualquier
costa. La mayor amenaza consiste, por consiguiente, en creerse —y
quererse— a salvo, en imaginar que la autoimposición (técnica) es la
supresión (así fuere tendencial) de todo peligro — y de todo desorden.
El homo faber y el homo religiosus se dan la mano en esta común
exigencia de aseguramiento y salvación. Mas lo que por otra parte
distingue al hombre del resto de los seres vivientes no es sólo su
saber-hacer, su técnica y su razón, sino la posibilidad de arriesgar la
propia vida, de arriesgarla “al menos un soplo más…”, según enseñan los
poetas6.
Al fondo de lo humano no llega ni la teología ni la ciencia, porque lo
humano es exactamente la ausencia de fondo, el abismo (ontológico), y a
él no se llega con otra cosa que con valentía: con el valor, el
atrevimiento de la palabra poética: a saber, con la plena asunción del
riesgo que comporta el “ser” hombres. El humano no reposa en un
fundamento inconcuso, sino en una abertura que nunca cicatriza. Sólo por
la palabra poética puede asomarse a su propio abismo. En este sentido,
lo “humano” no es cuestión de querer más, sino de querer de otra forma,
de abrirse a lo abierto de otro querer. Solamente de ese modo podrían
los mortales encontrarse “a salvo”: des-preocupados de su necesidad de
permanecer —en todo momento— a salvo: “Sólo estaremos libres de
cuidado”, advierte Heidegger, “si no instalamos nuestro ser
exclusivamente en el ámbito de la producción y el encargo, de lo útil y
lo susceptible de protección. Sólo estamos seguros donde no contamos ni
con la desprotección ni con una protección edificada sobre el querer”.
Volver a lo abierto: ello exige renunciar a “leer negativamente” aquello
que es: “Pero”, interroga el filósofo, “¿qué es más ente, es decir,
pensado modernamente, qué es más cierto que la muerte?”7.
Tratándose de mortales, solamente lo abierto proporciona abrigo.
Nuestra morada es la intemperie. Sólo en ella —en su “afuera”— se
desprende la esencia (invisible) de los humanos: “… nuestra tarea”,
proclamaba Rilke, “es imprimir en nuestra alma esta tierra provisional y
perecedera de modo tan doloroso y apasionado que su esencia vuelva a
surgir en nosotros ‘invisible’. Nosotros somos las abejas de lo
invisible. Libamos incesantemente la miel de lo visible, para acumularlo
en la gran colmena de oro de lo Invisible”8 .
Adolfo Vásquez Rocca Doctor en Filosofía
Porque,
si se trata de alcanzar la vecindad del ser, el hombre tiene que
aprender a existir —poéticamente— en lo innominado. En otros términos,
Heidegger establece la imposibilidad de comprender al “hombre” a partir
de sí mismo, o al menos a partir de aquello que la tradición ha
establecido como su esencia: es preciso por consiguiente abandonar la
metafísica del animal rationalis. “No puede el hombre”, advierte un
comentarista, “dominar la ‘crisis’ mediante la razón. El hombre es
arrastrado por la ‘crisis’, cercado por las potencias que le acosan. La
razón que él cree ‘tener’ no puede servirle para transformar el mundo en
‘tierra’, puesto que es esta razón precisamente la que le ha forjado el
mundo tal como es actualmente, extendido y representado ante él como un
campo de energías ‘explotables’, entregado a una dominación sin
objetivo”. En las primeras páginas de la Carta sobre el humanismo,
Heidegger puntualiza: “Todo humanismo o se funda en una metafísica o se
hace a sí mismo fundamento de una metafísica. Toda determinación de la
esencia del hombre que presupone la interpretación del ente sin la
pregunta por la verdad del ser, sea con saber, sea sin saber, es
metafísica. Por eso es lo propio de la metafísica, y por cierto con
respecto al modo como se determina la esencia del hombre, se muestra que
es ‘humanista’”9.
Fassbinder por Adolfo Vásquez Rocca
La
sentencia de Heidegger parece inapelable. Todo humanismo es metafísico.
Metafísica es, en semejante perspectiva, la imposibilidad de pensar la
diferencia entre el ser y los entes, la confusión entre la presencia y
el ser. El humanismo es metafísico, en particular, porque obstaculiza la
emergencia de un preguntar más originario y radical: un preguntar
des-centrado con respecto del hombre mismo. Tan sólo en el interior de
ese pensar ex-céntrico podría pensarse la peculiaridad humana, su
pertenencia a la verdad del ser — e incluso la pertinencia de una
interrogación y de un conocimiento semejantes. El camino avistado por
Heidegger enseña que aquello que el hombre tenga de esencial es
consecuencia de una solicitación que no reposa en sí mismo — que no
procede de él. Lo esencial del ser humano no está “en” él, sino, al
contrario, en su estar fuera de sí. La esencia le es suscitada por el
ser. Aquí no se trata ya de proceder aristotélicamente. El hombre no es
un animal que además sea racional, que se encuentre además dotado de
alma, de espíritu, de existencia: de “religión”. La esencia no se
descubre por agregación de atributos. No es, en breve, un animal que
además hable. Ciertamente: razona, habla, existe, cree. Pero el hecho de
que hable tiene que pensarse bajo una luz que en absoluto es la luz del
quirófano metafísico. Y lo mismo ha de decirse con respecto de la ratio
y la existencia. Porque no es cuestión de una mera inversión de
términos. La metafísica (tradicional) tiende un lazo de subordinación
que la metafísica (humanista, existencialista, sartreana) se esfuerza en
invertir: la existencia, según ella, precede a la esencia. “Pero el
revés de una frase metafísica sigue siendo una frase metafísica”. El
humanismo es correlativo al olvido de la “verdad del ser” — y es ésta, y
no la “esencia” del hombre lo que se da, lo que se ofrece, lo que
despierta al pensar. Aquél no puede pensar el origen de esa
diferenciación entre esencia y existencia. Que el hombre sea racional,
que sea una “persona”, que tenga alma y cuerpo, que sea un “animal
social”, son atribuciones que sin ser falsas descuidan la “peculiar
dignidad” del (ser) humano. Pues el hombre no es el señor del ente. Más
bien, diría el pensador, es el huérfano del ser. No decide (no está en
su mano) si él mismo aparece, si los dioses, la naturaleza, la historia,
se presentan o se ausentan.
DEL EXISTENCIALISMO DE SARTRE AL 'ANTI- HUMANISMO' DE HEIDEGGER Por Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
1SARTRE, J. P.. El existencialismo es un humanismo.
2Ibid
3SAFRANSKI, Rüdiger, Un maestro de Alemania, p. 413.
4VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo.
5Martin
Heidegger, “¿Y para qué poetas?”, en Caminos de bosque, Alianza,
Madrid, 1996, p. 265. Para este parágrafo, remito a La fuga de lo
inmediato. La idea de lo sagrado en el fin de la modernidad, Editorial
‘Ilu, Madrid, 1999, cap. V, sección I.
6Rainer Maria Rilke, según los versos inéditos examinados por Heidegger, Caminos de bosque, o. c., p. 267
7 Ib., p. 269 y 273
8 Rilke, carta del 13/11/25, cit. en Ib., p. 279
9 HEIDEGGER, Martin, Carta sobre el humanismo, Taurus, Madrid,
Adolfo Vásquez Rocca - El Existencialismo es un Humanismo - J. P. Sartre
DEL EXISTENCIALISMO DE SARTRE AL 'ANTI- HUMANISMO' DE HEIDEGGER Por Adolfo Vásquez Rocca
E-mail: adolfovrocca@gmail.com
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