Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad _ Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad
En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
MargenCero
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En Revista Almiar –Margen Cero– Nº 71 | noviembre-diciembre 2013, Madrid. http://www.margencero.com/almiar/vasquez-rocca-freud-y-kafka/
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”,
 En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – 
marzo, 2014 – ISSN 1885-5679 – Oviedo, España, pp. 73 – 92.
LA CULPA Y EL AUTOCASTIGO
Dr. Adolfo Vásquez Rocca.
Inhibición, Síntoma y Angustia
Sigmund Freud (1925) 
Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad Dr. Adolfo Vasquez Rocca
Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad Dr. Adolfo Vasquez Rocca
La
 llegada de la pubertad constituye un estadio decisivo en el desarrollo 
de la neurosis obsesiva. La organización genital, interrumpida en la 
infancia, reanuda ahora su marcha con intensa energía. Pero, como es 
sabido, el desarrollo sexual de la infancia marca ya la dirección que 
seguirá al reanudarse en la pubertad. De este modo despertarán, por un 
lado, los impulsos agresivos de la época temprana, y, por otro, una 
parte más o menos considerable -y en los casos peores, la totalidad- de 
los nuevos impulsos libidinosos emprenderá los caminos trazados por la 
regresión y surgirá en forma de tendencias agresivas y destructoras. 
Este disfraz de los impulsos eróticos y las enérgicas formaciones 
reactivas del yo hacen que la lucha contra la sexualidad continúe ahora 
en nombre de la ética. El yo se resiste, asombrado, contra los impulsos 
violentos y crueles, enviados por el ello a la conciencia, sin sospechar
 que obrando así lucha contra deseos eróticos, que de otro modo hubieran
 escapado a su intervención. El severo superyó insiste tanto más 
enérgicamente en la represión de la sexualidad cuanto que ésta adopta 
formas más repulsivas.
Resultando
 así que en la neurosis obsesiva aparece el conflicto agudizado en dos 
direcciones diferentes: las fuerzas defensivas se hacen más 
intolerantes, y las fuerzas que deben rechazarse más intolerables; ambos
 por la influencia de un solo factor, de la regresión de la libido. 
Podría encontrarse una contradicción con respecto a otras de nuestras 
hipótesis en el hecho de que las representaciones obsesivas 
desagradables son conscientes. Pero es indudable que antes de llegarlo a
 ser han pasado por el proceso de la represión. En la mayoría de los 
casos, el verdadero sentido del impulso instintivo agresivo es ignorado 
por el yo, siendo menester una considerable labor analítica para hacerlo
 consciente. Lo que penetra en la conciencia no es, generalmente, sino 
un sustitutivo deformado, que aparece unas veces borrosamente 
indeterminado, como un fragmento de un sueño, y otras, irreconocible, 
bajo un absurdo disfraz. Y aún si la represión no ha destruido el 
contenido del impulso instintivo agresivo, ha suprimido, en cambio, el 
carácter afectivo concomitante. Así, la agresión no se muestra al yo 
como un impulso, sino, según dicen los mismos enfermos, como una mera 
«idea», que debía dejarlos indiferentes. Lo curioso es que esto no 
sucede jamás. El afecto ahorrado en la percepción de la representación 
obsesiva surge, efectivamente, en un distinto lugar.
El
 superyó se conduce como si no hubiera tenido efecto represión ninguna, 
como si le fuera conocido el impulso agresivo en su verdadero sentido y 
con todo su carácter afectivo, y trata al yo de acuerdo a dicho sentido.
 El yo, que por un lado se sabe inocente, experimenta por otro un 
sentimiento de culpabilidad, y siente sobre sí una responsabilidad que 
no acierta a explicarse. Pero el enigma que así se plantea no es 
realmente tan intrincado como al principio parece. La conducta del 
superyó es muy comprensible, y la contradicción que surge en el yo no 
nos muestra sino que ha permanecido incomunicado con el ello a 
consecuencia de la represión y, en cambio, totalmente abierto a las 
influencias del superyó. A la pregunta inmediata de cómo es que el yo no
 intenta sustraerse también a la penosa crítica del superyó, 
contestaremos que, en efecto, lo intenta, y lo consigue en toda una 
serie de casos. Existen también neurosis obsesivas exentas de toda 
conciencia de la culpabilidad, en las que, a nuestro juicio, el yo se ha
 evitado la percepción de la misma por medio de una nueva serie de 
síntomas, penitencias y restricciones, encaminadas al autocastigo. Pero 
estos síntomas significan, al mismo tiempo, satisfacciones de impulsos 
instintivos masoquistas, que han extraído igualmente de la regresión su 
mayor intensidad.
Inhibición, Síntoma y Angustia (fragmento)
Sigmund Freud (1925)
1.-  Kafka y Freud: El Proceso y la culpa
Ante la ley
«Ante
 la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este 
guardián, y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián 
contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y 
pregunta si más tarde lo dejarán entrar.
—Tal vez —dice el centinela— pero no por ahora.
La
 puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el 
guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El 
guardián lo ve, se sonríe y le dice:
—Si
 tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi 
prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los
 guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más 
poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo
 mirarlo siquiera.
El
 campesino no había previsto estas dificultades; la Ley debería ser 
siempre accesible para todos, piensa, pero al fijarse en el guardián, 
con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileña, su barba negra de 
tártaro, rala y negra, decide que le conviene más esperar. El guardián 
le da un escabel y le permite sentarse a un costado de la puerta.
Allí
 espera días y años. Intenta infinitas veces entrar y fatiga al guardián
 con sus súplicas. Con frecuencia el guardián conversa brevemente con 
él, le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son
 preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y, finalmente 
siempre le repite que no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha 
provisto de muchas cosas para el viaje, sacrifica todo, por valioso que 
sea, para sobornar al guardián. Este acepta todo, en efecto, pero le 
dice:
—Lo acepto para que no creas que has omitido ningún esfuerzo.
Durante
 esos largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: se 
olvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que lo 
separa de la Ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros años 
audazmente y en voz alta; más tarde, a medida que envejece, sólo murmura
 para sí. Retorna a la infancia, y como en su cuidadosa y larga 
contemplación del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su 
cuello de piel, también suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan 
al guardián. Finalmente, su vista se debilita, y ya no sabe si realmente
 hay menos luz, o si sólo lo engañan sus ojos. Pero en medio de la 
oscuridad distingue un resplandor, que surge inextinguible de la puerta 
de la Ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir, todas las 
experiencias de esos largos años se confunden en su mente en una sola 
pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para 
que se acerque, ya que el rigor de la muerte comienza a endurecer su 
cuerpo. El guardián se ve obligado a agacharse mucho para hablar con él,
 porque la disparidad de estaturas entre ambos ha aumentado bastante con
 el tiempo, para desmedro del campesino.
—¿Qué quieres saber ahora? —pregunta el guardián—. Eres insaciable.
—Todos
 se esfuerzan por llegar a la Ley —dice el hombre—; ¿cómo es posible 
entonces que durante tantos años nadie más que yo pretendiera entrar?
El
 guardián comprende que el hombre está por morir, y para que sus 
desfallecientes sentidos perciban sus palabras, le dice junto al oído 
con voz atronadora:
—Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti. Ahora voy a cerrarla».
F. Kakfa, La Condena
Toda
 la obra de Kakfa está atravesada por el tema del juicio, el proceso y 
la condena; el universo kafkiano es el de las maquinarias burocráticas, 
despersonalizadas e implacables; un mundo de delatores, víctimas y 
victimarios. Burocracias; una pesadilla laberíntica donde se admite una 
culpa de contornos difusos, que —precisamente— por ello reviste un 
carácter angustiante, incoherente y absurdo. Es pues Kafka quien a la 
par que Freud, se referirá a los criminales por sentimiento de 
culpabilidad, donde la culpa preexiste a la falta y en cierta manera la 
genera.
«El tribunal no te acusa, no hace más que recibir la acusación
que tú te haces a ti mismo». (G. Agamben)
La
 obra de Franz Kafka, mundo de antihéroes, víctimas y victimarios, 
constituye la mayor contribución artística y literaria a la 
conceptualización del complejo mecanismo psicológico de la culpa. La 
obra de Kafka se alimenta de lecturas y motivos freudianos: el miedo, el
 absurdo y la culpa. Así el protagonista de El Proceso [1] o en El 
Castillo [2] siente constantemente una amenaza, un constante acecho… 
Personajes anodinos, viscosos, funcionarios, cada uno enmarañado en sus 
justificaciones y rutinas.
En
 la convivencia humana normal —no patológica— la autojustificación o la 
autodefensa siguen a la acusación; en el universo literario kafkiano —en
 cambio— la autojustificación precede a la acusación, cuya sustancia 
velada nunca se precisa por parte de los captores, representantes de la 
Ley —la que aparece como un Poder sin rostro, difuso y abstracto…, 
siempre dilatorio—, ante la cual alegatos y parlamentos ante 
innumerables tribunales generan un engañoso sentimiento de avanzar en la
 causa, pero de no salir jamás de su opresiva atmósfera. [3]
Adelantándose
 a los trabajos Michel Foucault tanto Freud como Kafka describen un 
poder anónimo e impersonal: no se conocen nombre ni rostro.
Todo
 hace creer que el pecado de Joseph K. es otro. El suyo es la culpa sin 
nombre y sin motivación, la culpa ineluctable, ni lejana ni cercana, que
 nadie ha cometido ni en los albores de la tierra, y que puede pesar 
sobre muchos hombres, como un ala de tiniebla, como una mancha de la 
cual nunca lograrán lavarse ni el corazón ni las manos. Su pecado, en 
una palabra, es el atroz sentido de culpa que durante toda su vida 
torturó a Franz Kafka. [4]
En
 el primer capítulo de El Proceso [5], cuando Joseph K. es acusado sin 
causa alguna y formalizado detenido sin ser retenido en prisión, uno de 
los guardias le dice algo siniestro y turbador: Nuestras autoridades… no
 buscan la culpa entre las gentes sino que, es la culpa la que las 
atrae… Esta máxima es una perfecta definición del sentimiento de culpa 
que en un momento dado Freud formula en los siguientes términos: «[...] 
la conciencia de culpa preexiste a la falta; la culpa no procede de la 
falta, sino a la inversa, la falta proviene de la conciencia de culpa. A
 estas personas es lícito designarlas como ‘criminales’ por sentimiento 
de culpabilidad». [6]
Un
 culpable… es reconocible en medio de una multitud, y esa culpa, como 
dice un personaje de Kafka, «por sí sola atrae sobre ella la justicia». 
La culpa les hace «bellos».
Los
 acusados son precisamente los más atractivos. No puede ser la culpa lo 
que los hace atractivos, porque —así tengo que hablar al menos como 
abogado— no todos son culpables; tampoco puede ser el castigo futuro el 
que los hace ya atractivos, porque no todos son castigados; por 
consiguiente, solo puede ser el proceso iniciado contra ellos lo que de 
algún modo trae eso consigo.
2.- Criminales por sentimiento de culpa o «Los que delinquen por conciencia de culpa»
«[...] la conciencia de culpa preexiste a la falta;
la culpa no procede de la falta, sino a la inversa,
la falta proviene de la conciencia de culpa. A estas personas es lícito
designarlas como ‘criminales’ por sentimiento de culpabilidad». [7]
Freud, S.
la culpa no procede de la falta, sino a la inversa,
la falta proviene de la conciencia de culpa. A estas personas es lícito
designarlas como ‘criminales’ por sentimiento de culpabilidad». [7]
Freud, S.
El
 hombre es culpable; intencionalmente es un criminal, su crimen reside 
en la fantasía y en los deseos culpables de la infancia, porque la 
pulsión de muerte exigió y obtuvo, de una u otra manera, una 
satisfacción. Las satisfacciones disfrazadas, secretas, latentes se 
manifiestan por síntomas: la culpabilidad es asimilable a esos síntomas. La institución ya semi-neurótica de un acusador, de un fiscal del otro, del superyó es el agente de la pulsión de muerte.
«Cuanto
 más inocentes somos, es decir, cuanto mejor nos apartamos de nuestras 
pulsiones agresivas, más pasan éstas al servicio del superyó y mejor 
armado está para torturarnos. Así los más ‘inocentes’ llevan la carga 
más pesada de culpabilidad». [8]
Freud
 estaba persuadido de que era propio de la naturaleza misma de la 
doctrina analítica, en lo que respecta —por ejemplo— a esta concepción 
de la culpa, presentarse como chocante y subversiva. Mientras navegaba 
hacia los Estados Unidos, no pensaba que llevaba a este país un nuevo 
bálsamo. Con su habitual humor cáustico, decía a sus compañeros de 
viaje: «Les llevamos la peste».
Cuando
 Freud y Jung se dirigían a Estados Unidos para pronunciar unas 
conferencias sobre Psicoanálisis, el primero dijo al segundo: «Les 
traemos la peste». Efectivamente, el psicoanálisis es como un jarabe 
duro de tragar, no se trata de un rechazo intelectual, sino afectivo 
porque atenta contra los orígenes demasiado humanos de, por ejemplo, la 
religión; pero ante todo porque es la expresión de la relatividad de los
 valores, el bien y el mal a menudo no son más que construcciones 
culturales y sociales con lo que gran parte de lo mejor de nosotros 
mismos es víctima de una represión, que llevamos a cabo sin caer en la 
cuenta de que en ello somos unas víctimas de nuestra sociedad y nuestra 
cultura.
3.- El malestar en la cultura: Anatomía de la (auto) destructividad humana
En su obra, Más allá del principio del placer [9],
 Freud se pregunta si el impulso hacia la muerte, autodestructivo, no es
 acaso el principio fundamental de todos los demás impulsos y al tender 
todos hacia la muerte, uno puede formular la siguiente paradoja: La vida
 sólo es una demora de la muerte. Según Freud, la dinámica de la 
personalidad resulta del antagonismo entre el impulso hacia la vida y el
 impulso hacia la muerte.
¿Qué representa para Freud la pulsión de la muerte?
Representa
 la tendencia irreductible de todo ser vivo a retornar al estado 
inorgánico. Si admitimos que el ser vivo vino después del no vivo, y que
 surgió de él la pulsión de muerte está perfectamente de acuerdo con la 
fórmula según la cual una pulsión tiende al retorno a un estado 
anterior. Según esta perspectiva «todo ser vivo muere necesariamente por
 causas internas». [10]
La pulsión de agresión
Los años de la guerra fueron relativamente improductivos y hubo que esperar hasta 1919-1920 para la redacción de Más allá del principio del placer, en la cual y por primera vez Freud arriesgó la hipótesis de una pulsión de muerte.
Más
 adelante la pulsión de muerte sería designada asimismo con el nombre de
 Tánatos, en oposición al «divino Eros», que representaba a la pulsión 
de la vida. Excepto en conversaciones privadas, Freud utilizaba 
indistintamente los términos de pulsión de muerte o de pulsión de 
destrucción; pero en una discusión con Einstein a propósito de la 
guerra, establecería una distinción entre ambos. La pulsión de muerte 
estaría dirigida contra sí mismo [11],
 mientras que la segunda, derivada de aquélla, estaría dirigida contra 
el mundo exterior. En 1909, Stekel había ya utilizado el término de 
Tánatos para designar un anhelo de muerte, pero le había de corresponder
 a Paul Federn la difusión del término en su acepción presente.
Es
 interesante observar que Freud, aun cuando estaba bien impuesto ya 
desde el comienzo sobre los aspectos salvajes de la naturaleza humana y 
sus impulsos mortíferos, no hubiese reflexionado de cerca antes de 1915 
sobre su aspecto nosológico. Ciertas resistencias relacionadas con su 
ruptura con Adler debieron precisamente desempeñar algún papel en eso. 
Es bien sabido que Adler postulaba ya desde 1908 la existencia de una 
pulsión agresiva primaria. Y sin embargo, según observa Ernest Jones, la
 concepción de Adler es más sociológica que psicológica, pues la 
entendía como una lucha por el poder y con la intención de garantizarle 
la superioridad. La concepción freudiana, en cambio, bordea tanto la 
biología como la química o la física.
Y,
 por otra parte, el propio Freud reconocía sin problemas que desde 
siempre había sentido personalmente una cierta repulsión a aceptar la 
idea de una pulsión destructora independiente. En El malestar en la cultura[12] escribió: «No
 puedo comprender cómo pudimos pasar de largo ante la universidad de la 
agresión no erótica y la destrucción, y de qué modo pudimos omitir 
concederle la significación a la que tiene pleno derecho en nuestra 
interpretación de la vida». Y añade: «Recuerdo
 mi propia actitud defensiva, cuando la idea de una pulsión de 
destrucción apareció por primera vez en la literatura psicoanalítica, y 
el tiempo que me fue necesario para que esa idea se hiciese accesible 
para mí».
Durante
 el trabajo analítico no hay impresión más fuerte de las resistencias 
que la de una fuerza que se defiende por todos los medios contra la 
curación y a toda costa quiere aferrarse a la enfermedad y al 
padecimiento. A una parte de esa fuerza Freud la individualiza, con 
acierto, como consciencia de culpa y necesidad de castigo, y la localiza
 en la relación del yo con el superyó. «Se trata de fenómenos propios
 del masoquismo inmanente de tantas personas, la reacción terapéutica 
negativa y la conciencia de culpa de los neuróticos. Estos fenómenos 
apuntan de manera inequívoca a la presencia en la vida anímica de un 
poder que, por sus metas, llamamos pulsión de agresión o destrucción y 
derivamos de la pulsión de muerte originaria, propia de la materia 
animada» [FREUD, Sigmund, Análisis terminable e interminable (1937), enObras completas, Volumen XXIII, Buenos Aires, Amorrortu editores, p. 244].
5.-  Los que fracasan al triunfar
Fassbinder
 alguna vez comentó que si —de niños— algunos artistas malditos 
resuelven adoptar una conducta desagradable, seguramente es para 
defenderse del peligro de ser rechazado sin razón aparente.
El mismo Freud señala el caso de ciertos niños «díscolos» que recién cuando son castigados se quedan «calmos y satisfechos». [19] Se
 produce entonces un circuito en el que cronológicamente se produce, 
primero, el mal comportamiento y luego el castigo; mientras que, 
lógicamente, se produce primero la conciencia de culpa (originada en el 
complejo de Edipo) luego la necesidad de castigo que impulsa el 
comportamiento sedicioso y finalmente el castigo que remite a la 
necesidad de castigo por el crimen originario de la muerte del padre.
Se
 supone que los niños que están destinados a ser «futuros saboteadores» 
de su propio éxito, han sido niños con un gran talento natural. Estos 
dones facilitarían sus potenciales logros. El primer éxito experimentado
 por estos niños es la situación de haber logrado, muy tempranamente, 
ser los preferidos de su madre. Las fantasías de exclusiva posesión de 
la madre se acompañaron de grandes dificultades para separarse de ella. 
En el desarrollo normal, el niño puede reconocer que él no satisface los
 deseos de su madre; que ella necesita de otro adulto, el padre, y esto 
lo tienen claro aun en los casos de viudez o divorcio, dado que siempre 
hay sustitutos paternos. «Los que fracasan al triunfar» perciben al 
padre como muy agresivo e intensamente envidioso del vínculo madre-hijo,
 mientras a la madre la sienten como intrusiva y demandante de atención y
 gratificación. De allí que el joven hará desesperados esfuerzos para 
separarse —a la brevedad— como un pseudoadulto en un intento de romper 
el lazo con la madre.  Al acceder al éxito, la excitación narcisística, 
la imagen de sí mismo como un triunfador edípico y paralelamente la de 
ser como una parte valiosa del cuerpo de la madre (falo) es excesivo 
para la barrera de la represión contra los deseos incestuosos. Ser 
exitoso de una manera tan apasionante es demasiado arriesgado. Cuando se
 sabotean, simbólicamente se castran a sí mismos, pero mágicamente dejan
 de ser el codiciado falo de madre, sintiéndose por fin autónomos. El 
éxito representaría seguir siendo una parte de la madre y el fracaso es 
percibido como únicamente propio.
«Los que fracasan al triunfar» [20] son
 personas que una vez que han logrado un éxito determinado (como por 
ejemplo una conquista amorosa largamente esperada, o una promoción 
profesional de mayor responsabilidad, prestigio y retribución económica)
 lejos de disfrutar del éxito, experimentan cierta sensación de fracaso 
psicológico, profesional, emocional y aun personal. El profesor que al 
conseguir la cátedra le entra depresión y tiene que darse de baja sin 
acceder a su puesto. Y como ellos vivencian su fracaso pasivamente, sólo
 bajo análisis clínico pueden ser capaces de reconocer su participación 
activa en ese proceso. Este dramático rasgo de carácter (patológico), 
descrito por Freud en 1916, está basado en una dinámica inconsciente 
vinculada con la tendencia a sabotearse. El síntoma del  «saboteador» es
 la que lleva al criminal a dejar —inconscientemente—  una pista, 
necesita ser descubierto, de esto —del auto-boicot— Hitchkcok ha hecho 
una profesión de fe. [21]
Es
 el caso del criminal que aun cuando conscientemente trata de eludir las
 consecuencias y penalidades de sus actos, en él operan fuerzas 
inconscientes que le impulsan a buscar castigo. La puesta en juego de 
estas tendencias autopunitivas explicaría esos casos en el que un 
delincuente es atrapado a causa de que comete errores inexplicables. No 
se trata de simples descuidos, sino de algo más absurdo que puede 
interpretarse como «una traición a sí mismo»; lo que ha operado es el 
poderoso deseo de ser castigado.
Es
 parte de la naturaleza humana sentir culpa cuando se transgreden 
normas. La carencia de esta capacidad de sentir culpa caracteriza a las 
personalidades psicopáticas. El sentimiento de culpa explica porqué un 
«crimen perfecto» es en todo caso infrecuente; la necesidad inconsciente
 de ser castigado puede ser una fuerza propulsora más poderosa que el 
deseo consciente de evadir la ley, de ahí que en los anales de la 
criminología se relatan numerosos casos de criminales que planean sus 
casos minuciosamente y no obstante cometen errores y dejan indicios que 
permiten a la policía aclarar los hechos y aprehender a sus autores.
Es
 —patológicamente— frecuente que ciertos criminales se expongan a ser 
detenidos por visitar el escenario de su crimen. Esto puede relacionarse
 tanto con la necesidad de ser castigado, como por la necesidad, también
 inconsciente, de retar al destino y proclamando al mundo que se es 
poderoso, aun cuando la tentación de ser reconocido  puede llevarle a 
colaborar con la pesquisa.
6.-  Neurosis y culpabilidad
El
 neurótico suele sentirse mucho más cómodo, e incluso perder ciertos 
síntomas, al ocurrirle algún suceso adverso: reveses de fortuna o 
accidentes. La observación de estas reacciones, así como la 
circunstancia de que el neurótico a veces parece disponer o promover los
 desgraciados acontecimientos que le ocurren, aunque solo sea 
inadvertidamente, nos induce a aceptar que el enfermo sufre tan 
poderosos sentimientos de culpabilidad, que despiertan en él la urgencia
 de castigo a fin de aliviarlos. [22]
Además,
 las autoacusaciones, que tan a menudo se interpretan como signos de 
sentimientos inconscientes de culpabilidad en el neurótico, se 
caracterizan por elementos a todas luces irracionales. El neurótico 
tiende a apelar a la más extrema irracionalidad, desde las groseras 
exageraciones hasta la más flagrante fantasía, no solo en sus 
autoacusaciones específicas, sino también en sus sentimientos difusos de
 no ser acreedor a amabilidad, elogio o éxito algunos.
El
 temor desproporcionado a la reprobación es susceptible de extenderse 
ciegamente a todos los seres humanos, o abarcar solo a los amigos, si 
bien de ordinario el neurótico es incapaz de distinguir con claridad 
entre amigos y enemigos. Al principio solo se refiere al mundo exterior,
 y en mayor o menor grado siempre se vincula con la reprobación del 
prójimo, pero también puede llegar a «internalizarse». Cuanto más suceda
 esto, tanto más se reducirá la importancia que se otorga a la 
reprobación exterior, comparada con la que el sujeto se confiere a sí 
mismo.
El
 temor a la reprobación puede manifestarse de diversas maneras. A veces 
se traduce en constante aprensión de molestar a la gente; así, el 
neurótico suele tener miedo de rehusar una invitación, de estar en 
desacuerdo con algún parecer, de expresar cualquier deseo, de 
transgredir las normas establecidas o de llamar la atención bajo 
cualquier forma. Puede manifestarse también como un persistente temor de
 que la gente descubra algo acerca de él, y aun cuando se sienta 
querido, tenderá a replegarse en sí mismo a fin de impedir la 
posibilidad de ser desenmascarado y repudiado; igualmente es susceptible
 de traducirse en una desmesurada reticencia a dar a conocer algo de su 
vida privada, o en una desproporcionada ira frente a la más inocente 
pregunta que le ataña, pues siente que con ella se intenta inmiscuirse 
en sus asuntos.
En
 cuanto al contenido peculiar de sus secretos, el neurótico trata de 
disfrazar, antes que nada, la suma total de lo que suele abarcar el 
término «agresión» (el cual no sólo incluye su hostilidad reactiva 
—rabia, deseos de venganza, envidia, impulsos a humillar y otros 
análogos— , sino también todas sus secretas exigencias dirigidas hacia 
los demás). En segundo lugar, desea mantener oculto cuán débil, inseguro
 e indefenso se siente, cuán poco capaz es de afirmarse a sí mismo, y 
cuánta es la angustia que sufre. Por tal razón erige una fachada de 
aparente energía, pero cuanto más sus anhelos particulares de seguridad 
se concentran en el dominio del prójimo, cuanto más se vincula su 
orgullo a la noción de poderío y de fuerza, con tanta mayor profundidad 
se desprecia. No solo percibe que la debilidad significa un riesgo, sino
 que también la juzga desdeñable, en sí mismo como en el prójimo, y no 
vacila en considerar endeblez cualquier insuficiencia, ya consista ésta 
en no ser el amo de su propia casa, en la incapacidad de superar los 
obstáculos en su misma persona, en la precisión de aceptar ayuda ajena, o
 incluso en el hecho de estar poseído por la angustia. Dado que 
desprecia radicalmente toda «debilidad» en sí mismo, y como no puede 
dejar de creer que los otros también lo detestarán si llegaran a 
descubrir su flaqueza, realiza denodados esfuerzos para ocultarla, pero 
sigue subyugado por el constante temor de que tarde o temprano se lo 
desenmascarará; de ahí su permanente angustia.
Estos
 sentimientos de culpabilidad, con las autoacusaciones que los 
acompañan, no solo son el resultado —y no la causa— del miedo a la 
reprobación; representan, asimismo, una defensa contra éste. Cumplen 
para ello la doble finalidad de inducir a los demás a reconfortar al 
sujeto y de trastocar el verdadero estado de cosas; esto último lo 
consiguen distrayendo la atención de lo que es preciso encubrir, o 
manifestándose en forma tan exagerada que dejan de parecer sinceros.
Las
 autoacusaciones no solo protegen del miedo a la reprobación; también 
incitan a reconfortar al sujeto, pues los demás se sienten obligados a 
disuadirlo de su pretendida culpabilidad. Pero asimismo ofrecen cierto 
reconfortamiento, aunque no intervenga otra persona, pues levantan el 
autoaprecio del neurótico al demostrarle que posee un juicio moral tan 
agudo, que se incrimina a sí mismo de faltas que otros pasan por alto, 
haciéndole sentirse de esta manera, en última instancia, como una 
persona auténticamente admirable. También le brindan cierto alivio, ya 
que por lo general no tocan el real motivo del descontento consigo 
mismo, dejándole de esta suerte abierta una puerta secreta para la 
creencia de que, después de todo, no es tan malvado como pareceDr. Adolfo Vásquez Rocca
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”,
 En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – 
marzo, 2014 – ISSN 1885-5679 – Oviedo, España, pp. 73 – 92.
BIBLIOGRAFÍA
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- BLANCHOT, Maurice (1981): De Kafka a Kafka. Paris: Gallimard.
- BROD, Max, Kafka, Alianza Editorial, 1982.
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- CIORAN, Emile. El aciago demiurgo. Editorial Taurus.
- CITATI, Pietro, Kafka,  Cátedra Ediciones, Colección  Travesías, Versal, Madrid, 1993.
- DELEUZE , G. y GUATTARI,  F., Kafka, Minuit, 1975.
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- FOUCAULT, Michel (1993): Sourveiller et punir, Paris: Gallimard.
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_____,___ (1916), Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo Psicoanalítico. En S. Freud, O. C., Bs. As.: A. E., XIV.
- FREUD, Sigmund. Los actos obsesivos y las prácticas religiosas. OC Biblioteca Nueva Vol. II.
- FROMM, Erich (1975). Anatomía de la Destructividad Humana. México: Siglo XXI Editores, 1989.
- HORNEY,  Karen,  La personalidad neurótica de nuestro tiempo, Editorial Paidós, Buenos Aires (Argentina), 1971.
- JANOUCH, Gustav, Conversaciones con Kafka, Ed. Destino, Barcelona, 2006.
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- KAFKA, Franz, El Proceso, (Der Prozess) 1925, Alianza Editorial, Madrid, 1994.
- MANNONI, Octave, Freud; El descubrimiento del inconsciente, Ediciones Nueva Visión SAIIC., Buenos Aires, 1987.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En Revista Almiar –Margen Cero– Nº 71 | noviembre-diciembre 2013, Madrid. http://www.margencero.com/almiar/vasquez-rocca-freud-y-kafka/
ILUSTRACIONES
(Encabezamiento)
Obra Kafka, el Proceso o criminales por sentimiento de culpabilidad, por Adolfo Vásquez Rocca (©), en ArteLista Galería virtual de Arte Contemporáneo | (En el cuerpo del artículo) Kafka5jahre, [public domain], via Wikimedia Commons y Sigmund Freud, By César Blanco from Mexico (Sigmund Freud  Uploaded by Viejo sabio) [CC-BY-2.0 (http://creativecommons.org/
licenses/by/2.0)], via Wikimedia Commons
licenses/by/2.0)], via Wikimedia Commons
ARTE Y PSICOPATOLOGÍA: GENIALIDAD, MELANCOLÍA Y DELITO. II.- NIETZSCHE, FREUD Y KAFKA: CRUELDAD, HUMILLACIÓN Y LA INQUIETANTE INOCENCIA DEL ACUSADO _ DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA ESCUELA DE TEATRO PUC
NOTAS
La presente investigación —publicada en forma inédita en Revista Almiar (Margen Cero)—, es una primera entrega de un proyecto de investigación mayor —en marcha— que desarrollo como Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Doctorados y Docente de la Escuela de Psicología de la Universidad Andrés Bello, UNAB. Una próxima entrega podrá recoger una buena parte de los elementos aquí expuestos para hacerlos objeto de una revisión o profundización. Los estudios culturales avanzan en una pesquisa que de seguro dará lugar a una red de textos en despliegue, confirmando la antigua sospecha de los cabalistas, ante la vertiginosa deriva, ante el desplazamiento permanente, ante la sobre-interpretación. En cuanto un texto se convierte en «sagrado», como es la obra de Freud, para cierta cultura, se vuelve objeto de un proceso de lectura sospechosa y, por lo tanto, de lo que el semiólogo Umberto Eco ha denominado exceso de interpretación. Esto también acontece con las interpretaciones de la Biblia, en lo que constituye el nuevo index del cristianismo, y también —de modo principal— en la exégesis judía, el antiguo canon, donde se ha practicado con predilección el género del comentario. La exégesis judía da cabida a glosas de las Sagradas Escrituras, que generan asimismo otros comentarios, en un interminable proceso de despliegue textual, método al cual Freud nunca fue ajeno.
La presente investigación —publicada en forma inédita en Revista Almiar (Margen Cero)—, es una primera entrega de un proyecto de investigación mayor —en marcha— que desarrollo como Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Doctorados y Docente de la Escuela de Psicología de la Universidad Andrés Bello, UNAB. Una próxima entrega podrá recoger una buena parte de los elementos aquí expuestos para hacerlos objeto de una revisión o profundización. Los estudios culturales avanzan en una pesquisa que de seguro dará lugar a una red de textos en despliegue, confirmando la antigua sospecha de los cabalistas, ante la vertiginosa deriva, ante el desplazamiento permanente, ante la sobre-interpretación. En cuanto un texto se convierte en «sagrado», como es la obra de Freud, para cierta cultura, se vuelve objeto de un proceso de lectura sospechosa y, por lo tanto, de lo que el semiólogo Umberto Eco ha denominado exceso de interpretación. Esto también acontece con las interpretaciones de la Biblia, en lo que constituye el nuevo index del cristianismo, y también —de modo principal— en la exégesis judía, el antiguo canon, donde se ha practicado con predilección el género del comentario. La exégesis judía da cabida a glosas de las Sagradas Escrituras, que generan asimismo otros comentarios, en un interminable proceso de despliegue textual, método al cual Freud nunca fue ajeno.
[1] KAFKA, Franz, El Proceso, (Der Prozess) 1925, Alianza Editorial, Madrid, 1994.
[2] KAFKA, Franz, El Castillo, (Das Schloß)  1922. Novela inacabada, Alianza Editorial, Madrid, 1995.
[3] MASSONE, Antonio,  Kafka o la zozobra de lo humano, pp. IX – XXI, en prólogo de Obras Escogidas de Franz Kafka,  Editorial Andrés Bello, Santiago, Santiago 1992.
[4] CITATI, Pietro, Kafka,  Cátedra Ediciones, Colección  Travesías, Versal, Madrid, 1993,  p. 144.
[5] El relato Frente a la ley lo
 publicó Kafka en varios contextos diferentes: como relato autónomo en 
el diario Selbstwehr (1915), algo más tarde en el libro Der jüngste Tag, y más tarde tejido dentro de otros relatos como en Ein Landarzt y Der Prozeß.
 Este último libro, publicado postreramente, terminó siendo «armado» por
 Max Brod ya que Kafka iba escribiendo diversos capítulos pero era 
incierto el orden que tomarían en el diseño final de la obra, que quedó 
inconclusa.
[6] FREUD, Sigmund.: Obras Completas, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1995, Vol.14:  Algunos tipos de carácter  dilucidados por el trabajo psicoanalítico (1916): Los que delinquen por sentimiento de culpabilidad. Extraído de: Sigmund Freud. Obras completas. Volumen 14 (1914-1916).Amorrortu Editores.  Bs. As., 1979, p. 338.
[7] Ibid.
[8] MANNONI, Octave, Freud; El descubrimiento del inconsciente, Ediciones Nueva Visión SAIIC., Buenos Aires, 1987,  pp. 139 – 140.
[9] FREUD,
 Sigmund. Obras completas de Sigmund Freud. Volumen XVIII – Más allá del
 principio de placer, Psicología de la masas y análisis del yo, y otras 
obras (1920-1922). 1. Más allá del principio de placer (1920). 
Traducción José Luis Etcheverry. Buenos Aires & Madrid: Amorrortu 
editores.
[10] FREUD, Sigmund, «Hay
 en todo ser vivo la tendencia a regresar al estado anterior de no-vivo,
 ‘todo ser vivo muere necesariamente por causas internas”». En Más allá del principio de placer (1920), Amorrortu editores, Buenos Aires (234).
[11] FROMM, Erich (1975). Anatomía de la Destructividad Humana. México: Siglo XXI Editores, 1989.
[12] FREUD, Sigmund, El malestar en la cultura, Alianza Editorial, Madrid, 2004.
[13] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, Negociación, culpa y crueldad: de Nietzsche a Freud, En Revista LÉXICOS Nº 9, UE, 2007,  http://lexicos.free.fr/Revista/numero9articulo2.htm
[14] Ibid, p. 80.
[15] MANNONI, Octave, Freud; El descubrimiento del inconsciente, Ediciones Nueva Visión SAIIC., Buenos Aires, 1987,  pp. 139 – 140.
[16] El
 sentimiento de culpabilidad se incuba progresivamente en la conciencia 
del «yo», como estructura diferenciada del «ello», cuando entran en 
conflicto sus imperiosas tendencias, con las impositivas y represoras 
exigencias del «super-ego», como estructura diferenciada del «yo»: «El sentimiento de culpabilidad, afirma en El Malestar en la Cultura,
 es la percepción que tiene el “yo” de la vigilancia que se le impone, 
es su apreciación de las tensiones entre sus propias tendencias y las 
exigencias del “super-ego”».
[17] FREUD, Sigmund, El malestar en la cultura, en Obras completas, Editorial Biblioteca Nueva, Madrid 1968, vol. III p.50-51.
[18] FREUD, Sigmund, El malestar en la cultura, 1930, p. 64.
[19] FREUD, Sigmund, (1916:339).
[20] FREUD, Sigmund.: Obras Completas, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1995, Vol.14: Algunos tipos de carácter  dilucidados por el trabajo psicoanalítico (1916): Los que delinquen por sentimiento de culpabilidad. II – Los que fracasan cuando triunfan, pp. 323 – 337.
_____,___ (1916), Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo Psicoanalítico. En S. Freud, O. C., Bs. As.: A. E., XIV.
[21] TRUFFAUT, François. El cine según Hitchcock, Alianza Editorial, Madrid, 2002, p. 98.
[22] HORNEY,  Karen,  La personalidad neurótica de nuestro tiempo, Editorial Paidós, Buenos Aires (Argentina), 1971. p. 13
Adolfo
 Vásquez Rocca. Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad 
Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Com- plutense de Madrid, 
Departamento de Filosofía IV, mención Filosofía Contemporánea y 
Estética. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la 
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y
 Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad 
Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo, Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad de Arquitectura UNAB Santiago. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de la ‘Fundación Ética Mundial‘ de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de ‘Konvergencias‘, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis –Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–. –Secretario Ejecutivo de RevistaPhilosophica PUCV. –Asesor Consultivo de Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de ‘Reflexiones Marginales‘ –Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM.  –Miembro del Comité Editorial de International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación científica de la Universidad de Palermo. –Miembro Titular del Consejo Editorial Internacional de Errancia, Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –UNAM– Universidad Nacional Autónoma de México.  –Miembro de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) con sede en Bruselas, Bélgica.  Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado alGrupo Theoria – Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado –UCM.  Eastern Mediterranean University – Academia.edu. Académico
 Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, 
Universidad Andrés Bello. –Investigador Asociado y Profesor adjunto de 
la Escuela Matríztica de Santiago –dirigida por el Dr. Humberto Maturana. Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC)– Artista conceptual. Crítico de Arte. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización,
 Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el 
Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la 
International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés – Publicado en la sección  Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine. Publications du Centre Français d’Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions, París, ©  2012.
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D.
Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad _ Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo E. Vásquez Rocca, Adolfo Vásquez Rocca, Adolfo Vásquez Rocca Arquitectura, Adolfo Vásquez Rocca Biografía, Adolfo Vásquez Rocca Blog, Adolfo Vásquez Rocca Doctor en Filosofía, Adolfo Vásquez Rocca Facebook, Adolfo Vásquez Rocca Filosofía Contemporánea, Adolfo Vásquez Rocca PHD Filosofía Contemporánea, adolfo vásquez rocca wikipedia, Adolfo Vásquez Rocca YouTube, Aisthesis, ANARQUISTA ROMÁNTICO, Análisis Filosófico, Animal de ficciones, Antropología, Antropología Filosófica, Antropología Filosófica y Estética, Antropología médica, Antropología y Estética, Antropología y Filosofía Contemporánea, Apuntes de Filosofía del Arte, Apuntes sobre Arte Contemporáneo, Arquitectura, Art and Painting Rosi Lopez, Artículos y Textos de Filosofía, Arte, Arte Trilogía 'Esferas' de Peter Sloterdijk, ARTE - CINE INDEPENDIENTE, Arte - Dr. Adolfo Vásquez Rocca, Arte - Estética Ideas -FILOSOFÍA DEL ARTE, ARTE - Programas Académicos, Arte Artistas Y Postmodernidad, Arte Comunicaciones Y Teoría, Arte Conceptual, Arte conceptual - Teoría, ARTE CONCEPTUAL Y ESTÉTICA CONTEMPORÁNEA, Arte Conceptual y Postconceptual, Arte Contemporaneo Pintura Escultura Fotografia, ARTE CONTEMPORÁNEO E INVESTIGACIÓN, Arte contemporáneo, Arte Contemporáneo - Tendencias, Arte contemporáneo y Filosofia, Arte Contemporáneo y Nuevas Tendencias, Arte Ecología y Política medioambiental, ARTE FILOSOFÍA Y LITERATURA, Arte Latinoamericano Colección, Arte Música y filosofía contemporánea, Arte Pintura, Arte Pintura Contemporanea, Arte posmoderno, Arte Postmodernista, Arte Rosi Lopez, Arte y complejidad extrahumana, Arte y conocimiento, Arte y Crítica Cultural, ARTE Y CULTURA FILOSOFIA, Arte y estética, Arte y Estética Contemporánea, Arte y Filosofía, Arte y Filosofía - Observaciones Filosóficas, Arte y Filosofía - Resumen y conclusiones, Arte y Filosofía contemporánea, Arte Y Medioambiente, Arte y Pintura Contemporánea, Arte y Posmodernidad, ARTE Y TERAPIA - FILOSOFIA Y ARTE, arte-antropológico, Arte-contemporaeo, ARTE-CUERPO-SUBJETIVIDAD-ESTETICA-FORMACION-PEDAGOGIA, Arte: Estética y Filosofía, ARTES AUDIOVISUALES - 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Revista Virtual de Arte, Escatología, Eschatology, Escuela Contemporánea de Humanidades, Escuela de Arquitectura, Escuela de Bellas Artes, Escuela De Bellas Artes - De Artes Aplicadas, Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar, ESCUELA DE CINE, Escuela de Filosofía - Estética y Filosofía del Arte, Escuela de Postgrado Filosofía y Humanidades, Escuela de Psicología, EScuela de Psicología. 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Web del Autor: http://www.danoex.net/adolfovasquezrocca.html 
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – marzo, 2014 – ISSN 1885-5679 – Oviedo, España, pp. 73 – 92. http://www.revistadefilosofia.org/55-04.pdf
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – marzo, 2014 – ISSN 1885-5679 – Oviedo, España, pp. 73 – 92. http://www.revistadefilosofia.org/55-04.pdf
ARTE Y PSICOPATOLOGÍA: GENIALIDAD, MELANCOLÍA Y DELITO. II.- NIETZSCHE, FREUD Y KAFKA: CRUELDAD, HUMILLACIÓN Y LA INQUIETANTE INOCENCIA DEL ACUSADO _ DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA ESCUELA DE TEATRO PUC
Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: Crueldad, Neurosis y Civilización”,
 En ERRANCIA, La Palabra Inconclusa– Revista de Psicoanálisis, Teoría 
Crítica y Cultura, Nº 3 © 2012, Universidad Nacional Autónoma de México 
UNAM http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v8/PDFS_1/TEXTO%20POLIETICAS%202%20ERRANCIA%208.pdf
En Poliéticas del Cuerpo: http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v8/polieticas_2.html
  Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En Revista Almiar –Margen Cero– Nº 71 | noviembre-diciembre 2013, Madrid. http://www.margencero.com/almiar/vasquez-rocca-freud-y-kafka/

Bibliografía: 
 ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. 
En Poliéticas del Cuerpo: http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v8/polieticas_2.html

ARTE Y PSICOPATOLOGÍA
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
“GENIALIDAD, MELANCOLÍA Y DELITO; LA ÉPOCA CRIMINAL DE LO MONSTRUOSO”
Culpa y Psicopatía. Freud
La repetición. Impulso y psicopatía.
Las descompensaciones por frustración.
Cosificación. Neurosis y Psicopatía.
Adoctrinamiento y psicopatía.
Persona versus cosa.
Egocentrismo. Sobrevaloración y Seducción
Mentira. Actuación. Fascinación.
Coerción. Parasitismo. Relaciones utilitarias.
Insensibilidad. Crueldad. Intolerancia a la Frustración
Fuente (original)
Cita ↓Curso PSICOPATOLOGÍA I 
Dr. Hugo Marietan
Características
 psicopáticas. Los conceptos que se van a abordar son el fruto de largos
 años de investigación sobre este tema en la teoría, pero por sobre 
todas las cosas en la practica clínica: con la observación de 
psicópatas, de complementarios, de hijos o parejas de psicópatas, de 
padres, hermanos. Muchas ideas que leerán no serán encontradas en la 
literatura sobre el tema, precisamente porque es el resultado de 
concluir en base a la observación en lugar de tratar de forzar un 
conocimiento teórico a la realidad clínica. La idea es que ustedes 
puedan detectar los psicópatas o sus efectos sobre la familia. Y aquí 
mismo va algo que he concluido hace poco tiempo sobre la familia y el 
psicópata y que les puede ser de utilidad. En el grueso de los casos de 
psicópatas, la psicopatía se ejerce fuera de la familia. Puede resultar 
un padre particular o esposo distinto, pero la mayor radiación 
psicopática es hacia afuera. Pero en un porcentaje chico esa psicopatía 
se ejerce en la misma familia. A veces este accionar es explícito, 
florido y no hay mayores dificultades de detectarlo; otras es solapado y
 se lo descubre por sus efectos siguiendo el siguiente principio: 
“cuando en una familia la mayoría de sus miembros presentan trastornos 
psicopatológicos graves, hay un psicópata” Por lo general es el padre, 
la madre o un conviviente adulto (abuela, tía, etcétera). Va como 
ejemplo el de una familia que consulta por una crisis psicótica de la 
hija, el hermano está internado en una clínica de recuperación de 
drogadictos, el padre en permanente descompensación ansiosa pero se 
presenta colaborador y preocupado, al igual que la madre, en el 
tratamiento de su hija. La madre parecía llevar con resignación 
semejante peso, hasta que poco a poco, a lo largo de tres meses, se 
fueron detectando los rasgos psicopáticos: jugadora compulsiva, 
manipuladora, mentirosa pertinaz pero hábil, robaba dinero a la madre, a
 sus hijas a su propia madre. Pero si no se estaba atento parecía 
simplemente una madre sobrellevando un problema. Todos giraban en torno a
 ella, nadie podía salir de esa órbita, como un sol negro tomaba la 
energía de todos y no los dejaba desarrollarse. Cuando tratemos los 
casos de familia abundaremos sobre este caso y otros semejantes. El otro
 principio es de gran utilidad semiológica y lo descubrí tratando a 
algunos psicópatas que me hicieron concluir que: “los psicópatas pueden 
presentar rasgos neuróticos”. En la literatura se menciona que los 
neuróticos pueden presentar rasgos psicopáticos, esto en cierto sentido 
es real, en su momento discutiremos que hay enormes diferencias cuali y 
cuantitativas en estos rasgos en uno y otro. Pero el hecho que los 
psicópatas presenten rasgos neuróticos es una fuente permanente de 
confusión por dos motivos, primero porque hasta el momento no hay un 
gran conocimiento sobre el psicópata que yo llamo “cotidiano”, aquel que
 no es un delincuente, asesino o violador, que no presenta una 
psicopatía como para salir en los diarios. Puede ser un profesional, un 
empresario, un empleado, una maestra, un ama de casa y ejerce su 
psicopatía en un grupo reducido. Segundo, y como consecuencia de lo 
primero, si presenta rasgos neuróticos, es diagnosticado si o sí como 
neurótico y se tardan años (a veces nunca se los descubre) en darse 
cuenta que están frente a un psicópata detrás de una cortina de humo 
neurótica. Empezaremos con el tema de hoy que es el siguiente: 
Caracterización y discusión de rasgos: Descriptor de psicopatía 1) 
Satisfacción de necesidades distintas: a) Uso particular de la libertad 
Necesidades distintas A principios del 2003 debía hacer algunas 
reparaciones de albañilería en uno de mis consultorios por lo que 
contraté a un recomendado de la joven encargada de la limpieza. Vino al 
día siguiente, muy temprano, un hombre de unos 35 años. La tarea era 
bastante pesada y el hombre menudo, pero habilidoso. Pasado el mediodía 
mandé a comparar un sándwich, de esos de pan francés que desbordan 
milanesa, generoso en tomate y lechuga. Se lo llevo, el hombre agradece y
 mientras lo come muy lentamente y sin que yo se lo pidiera me cuenta 
una historia: “Yo, hasta hace tres meses, estuve preso durante un año en
 una de las cárceles más bravas. El pan de este sándwich es tres veces 
más grande de lo que comía en la celda. Estaba en las celdas comunes 
junto a otros veinticinco presos más, a la mañana temprano los guardias 
dejaban un cesto con pedazos de pan y todos nos abalanzábamos para 
agarrar un pedazo en medio de empujones, codazos y trompadas. Si te 
tocaba algo, bien, sino a esperar hasta el mediodía. A eso de las doce 
se abría otra vez la puerta y dejaban una olla grande por lo general con
 polenta aguachenta y allí íbamos todos sobre la olla, como animales, 
tratando de meternos unos bocados. A la cuchara común que teníamos 
provista le doblábamos el mango para hacerla tipo cucharón, de esa 
manera se caía menos polenta en medio de los forcejeos. Y eso se repetía
 a las cinco y a la cena. Vivíamos con hambre. Pero con mucho hambre; 
dolía el estómago, para calmarlo tomábamos agua. Por un rato pasaba y 
luego otra vez. Sólo pensábamos en comer y en defendernos de los otros y
 en cuidarnos del capo (cada celda tenía su jefe, un preso, de los 
pesados, que a su vez tenía su jefe en otras celdas, si algo andaba mal 
en nuestra celda -mal según lo que consideraban mal ellos- la ligaba 
nuestro capo). Pensábamos en comer, soñábamos con comida, y hubiéramos 
hecho cualquier cosa por comer. Ocupaba toda nuestra cabeza y esas 
cuatro a cinco cucharadas de polenta pasaron a ser algo exquisito. Había
 otras maneras de conseguirse comida, pero había que tener plata o 
tarjetas para llamar por teléfono o pastillas o cigarrillo o droga; con 
alguna de esas cosas uno conseguía que el de la cocina te de un poco de 
comida o un sándwich. Se escondía entre la ropa la comida y se la comía a
 escondidas, sino te la sacaban a trompadas. Lo mismo pasaba cuando te 
traían comida los familiares: el capo elegía lo que a él le gustaba y 
después te daba la encomienda que tenías que defenderla de los otros 
presos, por lo general te quedabas con un pedazo de algo y el resto lo 
comían los que arrebataban. De chico era pobre, era escasa la comida, 
pero nunca pasé tanto hambre como en la cárcel. Había otros sectores, 
estaba el sector VIP, pero para estar allí hacía falta mucha plata y 
mantenerse con plata, porque si se te acababa, te bajaban a las celdas 
comunes y ahí no contabas el cuento. Odiaban a los del VIP. El otro 
sector era el de los Testigos de Jehová, los religiosos, allí estabas 
protegido (se cuidaban mucho entre ellos), pero tenías que hacer buena 
letra, ellos te elegían y te ponían a prueba un mes. En realidad te 
podían echar en cualquier momento y cuando volvías a los comunes te 
daban una paliza de aquellas. Con los Testigos tenías que levantarte a 
las cinco de la mañana todos los días, rezar una hora para agradecer el 
pan que veían una hora después. A las seis llegaba la canasta con el pan
 y ellos repartían pedazos iguales para todos, comías en silencio y 
luego otra hora de rezos para agradecer lo que comiste. A las once otra 
vez a rezar una hora por la polenta, que era la misma cantidad, pero sin
 forcejeos. No había violencia, pero teníamos que cuidarnos de no meter 
la pata porque nos echaban. Si recibíamos una encomienda teníamos que 
repartirla entre todos en partes iguales. O sea que nos moríamos de 
hambre igual, pero sin trompadas. Mis familiares contactaron con un 
abogado muy piola que me sacó enseguida, ahora trabajo gratis para él, 
hasta pagarle la deuda, creo que en dos años voy a estar a mano. Tuve 
suerte, los que cayeron conmigo todavía están presos”. A veces en las 
clases sobre psicopatía es difícil transmitir la idea de necesidad. Yo 
me valgo de narraciones como estas para dar un acercamiento al concepto 
porque es muy raro que el auditorio, estudiantes de medicina, médicos, 
psicólogos, etcétera, puedan comprender, en sentido de Dilthey, lo que 
es sentir una necesidad; en general para ellos hambre, por ejemplo, es 
el apetito o tener ganas de comer algún tipo de alimento y ambos son 
postergables hasta una hora conveniente. Por otro lado, el hecho de que 
exista suficiente cantidad de alimento a disposición es una idea que 
tranquiliza. Muchos de los que escuchan o están leyendo esto, comen 
“porque es la hora de comer”. El hambre es una necesidad de alimento que
 cuanto más pasa el tiempo sin satisfacerla más ocupa la mente. Llega un
 momento, como contaba el preso, que es en lo único que se piensa. Al 
pasar de los días el hambriento va dejando atrás sus capas de 
civilización con tal de conseguir llevarse algo comestible a la boca, 
hasta contactar con su esencia animal, y allí no hay leyes comunes, sólo
 la de sobrevivir. Aún así hay diferencia entre un común y un psicópata.
 La necesidad extrema de un común puede ser entendida por otros, si 
alguien roba para comer y sus circunstancias “lo justifican”, se puede 
llegar a la idea de que robó “porque no le quedaba otra; yo, en su 
lugar, hubiese hecho lo mismo (empatía)”. Pero ocurre que el psicópata 
tiene necesidades especiales, es decir, por fuera de las necesidades 
compartidas por los comunes. Y esa necesidad ‘especial’ tiene la misma 
fuerza para impeler a la acción que una necesidad común, el hambre por 
ejemplo. Al ser distinta la necesidad pierde su capacidad de empatía, 
los comunes, el grueso de la población, no pueden comprenderla. Pongamos
 un ejemplo: la necesidad de matar. Todos tenemos la capacidad de matar 
si las circunstancias especiales nos colocan en la alternativa: él o yo,
 o mi familia o ellos, etcétera, si es una cuestión de defensa extrema, 
de sobrevivencia. Pero no tenemos la necesidad de matar. Hay un tipo de 
manifestación de psicopatía, el asesino, que experimenta esa necesidad. 
El debe cumplimentar esa necesidad, debe matar. En estos tiempos de 
inseguridad grave en Argentina ocurren robos a mano armada muy 
frecuentemente. Los robos a mano armada en Argentina, en esta época de 
inseguridad grave, son frecuentes. La enorme mayoría de ellos, si no hay
 resistencia de parte de la víctima, se resuelve con la entrega del 
dinero. Hay casos en que la victima es herida o muerta si el asaltante 
está drogado o interpreta que hay resistencia, o que lo va a reconocer, 
etcétera. Pero hay un pequeño porcentaje en que la víctima no se 
resiste, entrega todo, e igual resulta muerta, porque se topó no con un 
simple asaltante sino con un asesino, alguien que necesita matar. Este 
último caso es muy difícil de entender para el común, y esto es así, 
porque evalúa con códigos comunes, con una escala de valor compartida, 
un hecho que tiene su raíz en algo especial, por fuera de su rango de 
razonamiento. La repetición Evaluemos otra característica de la 
necesidad: la repetición. Volvamos a nuestro ejemplo del hambre. Hay una
 secuencia: tenemos hambre, ingerimos alimento, pasa el hambre. Tiempo 
después, volvemos a tener hambre y repetimos la secuencia. Es decir, el 
hambre no es un hecho circunstancial o transitorio, sino que está 
instalado en nosotros, es permanente. Al ser saciado amaina, desocupa 
nuestra mente, pero está. Cuando los parámetros fisiológicos así lo 
determinan, vuelve a ocupar nuestra mente y accionamos en busca de 
alimento. Una y otra vez. La necesidad se hace presente en nuestra mente
 y repetimos las acciones para satisfacerlas. A cualquiera le resulta 
sencillo asimilar así y con este ejemplo, el concepto de repetición de 
un accionar. Pero si en lugar de hambre colocamos como necesidad matar, 
ya no es comprensible. Yo era amigo de un compañero de estudio de 
medicina. El era de esos pocos que desde primer año ya sabía que iba a 
especializarse en cirugía. Estudiaba anatomía con pasión, pedía permiso 
para quedarse hasta tarde disecando cadáveres. Cuidaba sus manos con 
esmero y, justo es decirlo, tiene un pulso envidiable. Nos graduamos y 
hasta el día de hoy nunca me perdonó que me dedicara a la psiquiatría, 
especialidad que le merecía un calificativo que no repito para no 
ofender. Cierta vez lo fui a visitar a una de sus guardias de cirugía. 
Lo encontré pálido, sudoroso, muy inquieto, se veía muy mal. Le pregunté
 qué le pasaba, se resistió un poco, pero en honor a nuestra amistad, me
 tiró la planilla de operaciones. Estaba vacía. “Te das cuenta lo que me
 pasa, no tengo a quién cortar, eso me tiene mal”. Eso me dejó de una 
pieza y recién hace pocos años, después de estudiar estos temas, logré 
entender aquel episodio. Él tenía una necesidad, “tenía hambre de 
cortar” y en esa guardia no podía satisfacerla; sólo le quedaba la 
esperanza de una emergencia. Él es un cirujano brillante, y sé que 
muchos cirujanos no lo entenderán, pero sé también que algunos de ellos 
se sentirán aliviados de saber que hay otros que sienten, como ellos, 
estas necesidades. Uso particular de la libertad Existen distintos tipos
 de acercamiento al concepto de Libertad, aquellos que la consideran una
 facultad relacionada con la inteligencia y la razón y otros que la 
asimilan a una capacidad para decir sí o no (Sastre). De las posturas 
nihilistas recortamos la de B. Spinoza: “los hombres se engañan al 
creerse libres; y el motivo de esta opinión es que tienen conciencia de 
sus acciones, pero ignoran las causas por las que son determinadas; por 
consiguiente lo que constituye su idea de libertad, es que no conocen 
causa alguna de sus acciones.(Ética, 2º parte, proposición XXXV). Las 
personalidades psicopáticas tienen un particular sentido de la libertad.
 Ser libre, en sentido pragmático, es poder hacer sin impedimentos. 
Poder optar. Las trabas a la expansión de la acción, pueden ser internas
 o externas. A las primeras la llamamos inhibición o represión a las 
segundas presión ya sea social o del medio en sí. Si seguimos el hilo de
 razonamiento que nos trajo hasta aquí, el concepto de necesidad, y 
sobre todo el de necesidades especiales, rápidamente intuiremos que para
 las acciones comunes nos basta con un rango acotado de libertad; no 
ejecutamos acciones especiales para las tareas rutinarias y comunes, en 
consecuencia no ampliamos nuestro concepto de libertad para llevarlas a 
cabo, ni es necesario que nos reprimamos. Cumplimentar una necesidad 
especial requiere a su vez del ejercicio de una amplitud del sentido de 
libertad, de un desapego de las inhibiciones comunes, un apartarse de 
las represiones estándar. Un ampliar el accionar a tal expansión que 
lleve a los actos útiles para satisfacer la necesidad especial. Esta 
mente se abre paso sin los escollos represivos que normalmente inhiben 
las acciones de los comunes. Debe permitirse hacer más allá de lo 
permitido. Debe ejercer una libertad particular que abarque los confines
 de su necesidad especial. Y este permitirse hacer debe estar a su vez 
libre del reproche interno, de lo que llamamos culpa, de lo contrario no
 sería ‘libertad’, sino ‘penosa obligación’, llegando al absurdo de 
matar por necesidad y luego llorar sobre el cadáver, derrumbado por la 
culpa. El psicópata debe caminar sobre cadáveres con la tranquilidad 
interna, tal vez con la satisfacción, de haber hecho lo que debía: 
satisfacer su necesidad, ajeno al sentimiento de reproche de los 
comunes. El psicópata es una persona que se atreve a cosas que el común 
no, la ley del psicópata es: “todo es posible”. Aquí debemos establecer 
una diferencia esencial con el neurótico. El psicópata expande su 
sentido de libertad, el neurótico lo acota. El neurótico usa su neurosis
 para no hacer. Usa el dolor y el temor al dolor para amansar a su 
esencia animal, para ponerle freno y que no se manifieste. Usa la culpa 
para intentar no repetir alguna falla en su represión. Tiene terror a 
destrabar secuencias internas de acciones que no pueda controlar. Y está
 en constante desarmonía consigo mismo por intentar armonizar con los 
demás. El neurótico armó con sus prejuicios un cerco pequeño a su 
libertad, pero sueña que lo agrandará algún día, tal vez después de un 
análisis o de algún pase mágico, de algo proveniente del afuera, en un 
mañana, en otro lugar. El psicótico no puede ni acotar ni expandir su 
libertad por carecer de pragmatismo, de darle un sentido útil a sus 
acciones en relación al exterior, por no controlar las variables que le 
permitan un ajuste aceptable a su medio. Por no poder controlarse a sí 
mismo, comprenderse mínimamente y, en consecuencia, controlar sus 
acciones. El individuo normal negocia su libertad. Es conciente que 
tiene ambiciones, necesidades, deseos, y es conciente de la presión del 
medio a sus proyectos. Y negocia, entrega una parte de su libertad a 
cambio de conseguir objetivos armonizados con el medio. Avanza hasta que
 encuentra el límite. Y ahí permanece. A veces da unos saltitos más allá
 del borde, pero vuelve enseguida. Envidia sanamente a aquellos que 
transgreden sin mayores daños, como el caso del cajero del banco que 
salió corriendo con tres millones debajo del brazo y dejó una notita: 
“no se preocupen, fui yo”. Si desea dar su opinión o aporte escríbame a 
consultashm@gmail.com o click AQUI Entrega 16 La culpa Caracterización y
 discusión de rasgos: 1) Satisfacción de necesidades distintas: b) 
Códigos comunes y códigos propios: Introyección de las normas, sorteo de
 las normas, remordimiento y culpa. Concepto sobre culpa y 
responsabilidad. Códigos comunes y códigos propios Los valores 
comunitarios tienen su origen en las necesidades y las posibilidades que
 brinda el medio para satisfacerlas. La suma de experiencias 
individuales y del grupo va formando aquellos sedimentos de patrones de 
conductas deseables que constituyen los valores. Estos valores son 
transmitidos del entorno al individuo a través de la familia, la 
escuela, el grupo social. Desde el punto de vista social los individuos 
ya nacen inmersos en una atmósfera de valores. Como el pez nace ya 
rodeado de agua. Por lo que va asimilando, haciendo la analogía con la 
química, como en un proceso osmótico los valores de la comunidad. De tal
 manera que a través del solo estar en un grupo éste le trasmite sus 
valores, sus costumbres, sus modos de hacer. El humano es un copiador de
 gestos, conductas, vocablos. El ‘deber ser’ le viene del otro en una 
atmósfera de valores. Es por eso que el individuo incorpora desde su 
inicio como integrante del grupo, los valores, como incorpora el 
alimento a su organismo. No son procesos intelectuales que se discuten o
 cuestionan, que haya que aprenderlos a determinada edad: están allí, 
son esos y punto. Estos valores comunitarios son introyectados, 
asimilados y luego pasan a ser parte del propio individuo. Pasan a 
convertirse en "sus valores". Esto le permite tener una conducta 
ajustada y no discordante con su entorno, porque “sus valores”, 
tautológicamente, se corresponden con los “valores comunitarios”. Un 
individuo ajustado a su grupo social se mueve con soltura, con 
espontaneidad, porque conoce y está inmerso en la rutina social; pocas 
cosas del accionar común le resultan extrañas. Sabe e intuye qué debe o 
qué no debe hacer. No cuestiona las normas, no se pregunta ¿por qué yo 
debo hacer esto? Simplemente transcurre. Un individuo proveniente de una
 cultura no occidental, lejos de las comunicaciones modernas, 
consideraría absurdas, ridículas o graciosas muchas de nuestras “serias”
 costumbres y se preguntaría, asombrado, ¿por qué estas personas hacen 
esto? Y si tomara al azar a alguno de nosotros y nos hiciera esa 
pregunta, seguramente no sabríamos fundamentar nuestra conducta, es más 
nos asombraría que alguien pregunte algo tan obvio: esto hay que hacerlo
 porque sí, porque se hizo siempre. Es decir, hay costumbres que están 
tan “solidificadas” que no dan margen para el cuestionamiento. Esta es 
también la fuente de la empatía, del comprender al otro: si nos criamos 
juntos, si entendimos y sentimos los mismos valores, si vivimos 
experiencias semejantes, yo puedo comprender el por qué de la mayoría de
 sus conductas. Esta solidificación de los valores comunitarios en el 
individuo lo hace previsible. Sabemos que ante una situación determinada
 el grueso de la población tendrá un tipo de conducta previsible. Por 
supuesto que hay un rango de ajuste, y también un rango de desajuste 
tolerado. Son aquellas pequeñas desviaciones a los "valores bases" que 
distingue a un individuo de otro. Es decir que en toda sociedad existe 
la posibilidad de tolerancia a pequeñas desviaciones a las normas. 
Responsabilidad y culpa La comunidad, el hecho de pertenecer a un grupo,
 significa para el individuo un resguardo, un sistema de seguridad. En 
ese grupo, él va a tener un deber, una responsabilidad y deberá seguir 
un código. A cambio de eso el grupo, a su vez, lo protege de 
circunstancias que pueden ser riesgosas para un individuo. El deber, 
entonces, es la normativa consensuada de un grupo, y el individuo debe 
responder a esa normativa con la obediencia. A ese responder del 
individuo frente al grupo nosotros le damos el nombre de 
responsabilidad. La responsabilidad es un hecho extrínseco, objetivable;
 se sabe si tal individuo cumplió o no con su deber, si ha sido 
responsable o no. La no obediencia de un deber es pasible del reproche 
de los otros integrantes de la comunidad. Si se ha transgredido un 
código común, la comunidad se siente con el derecho al reproche. Luego 
están los principios personales, los códigos propios de cada individuo, 
eso es interno y solamente él tiene en cuenta, para sí mismo, si ha 
cumplido o no con sus principios. El código personal, los propios 
principios, son absolutamente subjetivos. No cumplir con esos códigos 
individuales genera ese displacer interno que llamamos culpa. Así en 
ocasiones, se puede faltar al deber, ser irresponsable desde el punto de
 vista objetivo y desde el punto de vista de la mirada del grupo hacia 
el individuo. Pero, para él, si ese acto o esa acción que cometió tiene 
una justificación personal, privada, coherente con su código personal, 
no manifiesta para sí mismo culpa, no se siente culpable. Ponemos como 
ejemplo el caso de un padre que mata al violador y asesino de su hija: 
es responsable ante la sociedad por homicidio, pero es probable que para
 sus códigos internos haya hecho lo que debió hacer y no se sienta 
culpable. Como otro ejemplo agregamos el de algunos asesinos pasionales,
 celotípicos, que, torturados por la duda de la fidelidad de su pareja 
llegan al quiebre, a la certeza de la infidelidad y deciden acabar con 
su infierno eliminando a la pareja; única solución que encuentra en su 
delirio. Después del asesinato se sienten aliviados, liberados, sin 
culpa: “Es lo que había que hacer”, dicen algunos. Aquí también se da la
 paradoja de ser responsables ante la sociedad por el homicidio y a su 
vez no sentirse culpable porque la acción ejecutada emanaba de una 
armonía interna que, aunque patológicamente, la justificaba. El 
psicópata y las normas Existen, por un lado la ley, las normas, y por 
otro lado las ambiciones del individuo. Las ambiciones individuales 
deben encajar o seguir las reglas de juego, los códigos de la sociedad 
para conseguir un equilibro adaptativo. Hay límites a la ambición. La 
sociedad tolera ciertos errores, pero no la ostentación del error. La 
sociedad tiene una limitación y un permiso que es explícito y 
corresponde a las normativas, a las leyes. Luego hay un permiso tácito, 
implícito, que no está escrito, que hace que se toleren algunas 
desviaciones a la norma. ¿Por qué al psicópata no le importa sortear las
 normas? Porque sobredimensiona sus posibilidades, su ingenio o su 
suerte por un optimismo ingenuo: "esta vez no me van a agarrar", o "esto
 me va a salir bien" (es su aspecto lúdico), o por un costo - beneficio 
aceptado. Es decir, por asumir un riesgo que puede tener una 
consecuencia grave, pero que el resultado de esa acción vale el llevar 
adelante el riesgo. Ser optimista es fantasear en una proyección virtual
 hacia el futuro con un resultado positivo. El optimismo está 
relacionado con la ensoñación. Ésta es parte del trabajo psíquico que 
consiste en utilizar la imaginación como campo de proyección de posibles
 acciones a realizar. El psicópata no transgrede las normas. Transgredir
 es valorar (conocer y sentir) las normas y a pesar de ello sortearlas. 
El psicópata ve a las normas como un obstáculo a sus ambiciones. La 
norma no le genera el temor inhibitorio que a la mayoría de las 
personas. La norma tiene un enunciado y un significado por sí 
(explícito) y por la amenaza (implícita) que implica su no seguimiento. 
Es decir, en toda ley hay una amenaza, una apelación a las consecuencias
 negativas que pueden ocurrirle al individuo de no seguirlas. Subyace 
una prohibición, un daño a futuro para aquel que no la cumpla. Toda ley,
 toda norma, genera temor e implica la posibilidad de castigo. La ley 
está hecha para domar, para doblegar y para condicionar las conductas 
instintivas de los individuos y entornarlas con el siguiente lema "Si 
quieres pertenecer a este grupo, estas son las reglas. Si se cumplen las
 reglas estás dentro, si no las cumples estás fuera". El psicópata tiene
 la particularidad de estar dentro del grupo y de sortear alguna de sus 
normas pero no todas, de lo contrario sería desplazado del grupo. ¿Hasta
 cuándo sucede esto? Hasta que en algún momento se extralimita 
fuertemente y es "descubierto y señalizado". Un personaje poderoso, ya 
fallecido, seguía un concepto sobre el poder. Él decía "el poder es 
tener impunidad, es hacer sin temer las consecuencias". Culpa y 
psicopatía Para avanzar un poco más en este difícil tema paso 
transcribir un fragmento de una clase para los médicos del Curso 
Superior de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la UBA, dictado en
 el Hospital Borda: “Para sentir culpa uno debe sentirse responsable de 
la acción, debe sentir que ha fallado. Cuando se evalúa que son los 
otros, el medio o las circunstancias que lo han hecho fallar, entonces 
no hay culpa. ¿Por qué un psicópata no tiene culpa en sus acciones 
psicopáticas? Alumno: Se considera al otro como una cosa y no como una 
persona. A: Tiene distinta escala de valores. Marietán: ¿Por qué tiene 
distinta escala de valores? ¿De dónde viene? ¿Lo trajeron de Estambul? 
¿Cómo puede ser que tenga otra escala de valores si nació con nosotros, 
jugó al fútbol con nosotros, estaba en nuestra escuela y se conocían 
nuestros padres? A: lo que pasa es que el egocéntrico está más atento a 
su propia necesidad y no a la del grupo. M: Hay muchos que son así y son
 los egoístas. Se justifican, pero ellos saben que han cometido algo 
vergonzoso. No por eso son psicópatas. Recuerden que los psicópatas son 
pocos. No confundan la psicopatía con los egoístas, con los neuróticos, 
con los ambiciosos, que son otras variedades dentro de la especie. ¿Por 
qué no tienen culpa los psicópatas para sus hechos psicopáticos? Los 
valores morales vienen de afuera y el individuo los introyecta. El 
individuo está inmerso en esos valores. ¿Por qué un individuo cumple una
 norma? A: Para evitar el castigo, por empezar. M: Usted está hablando 
de que se es bueno a la fuerza, usted está en contra de Sócrates, en 
contra de Rousseau (El hombre nace bueno y la sociedad lo hace malo). Se
 cumple una norma porque se cree que en el fondo de la norma hay algo 
bueno para todos, para el grupo. No hay recompensa suficiente que pueda 
hacer que uno cumpla una norma, que la siga lealmente, dignamente, 
sabiendo que va hacia el mal. Uno cumple la norma porque cree, en el 
fondo, que esta norma es para el bien común. Uno cumple una norma porque
 responde a un bien común, y es lo dado. Como la sociedad es un 
resguardo del individuo, entonces se da la retroalimentación, yo cumplo 
la normativa y la sociedad me protege a mí, a mis hijos, etcétera. 
Porque cumplir las normas corresponde a lo que se llama el bien común. 
Cuando el individuo comete un acto que es transgresor, siente culpa. 
¿Por qué? Porque él transgrede la ley o la norma, pero pasando a través 
de la norma, porque la tiene introyectada. Sabe interiormente que lo que
 está por hacer es malo y le genera ese displacer interno llamado culpa.
 Y no solamente lo sabe, sino que lo siente. No solamente sabe la letra,
 sino también tiene introyectada la melodía, la música de la norma. Uno 
atraviesa la norma, la transgrede, pero como resultado obtiene la culpa.
 Sabe y siente que está haciendo algo mal. El psicópata conoce la norma 
pero no la tiene introyectada, entonces la bordea. Para él la norma es 
un obstáculo, es una piedra a saltar. No la tiene introyectada. Conoce 
la letra pero no tiene la música, no tiene la melodía, el sentimiento, 
no la siente. Rodea la norma como un obstáculo. Conoce la norma, porque 
cognitivamente no es un abandonado de Dios, pero no conoce el 
sentimiento, no le da importancia al bien común, tal vez no crea que 
exista el bien común. Por eso la típica respuesta cuando se le dice 
"¿Por qué hiciste esto?, si no es bueno, no es normal, no está bien". 
Entonces él contesta "¿quién dice que no es normal? ¿qué, dos o tres 
viejos (como decía un paciente mío) se juntaron para decir, esto es malo
 y esto es bueno?". Uno, que lo tiene introyectado ni se lo pregunta. La
 mayoría de nosotros ni se lo plantea. Lo toma como un acto "casi 
religioso", un acto de fe, sin razonamiento, sin hacer análisis. Las 
cosas son así y punto. Uno no tiene que hacer esto, no tiene que hacer 
lo otro, ya se sabe que hay qué hacer y qué no. No hace falta andar 
explicitando y analizando en cada momento, en cada acción, si es buena o
 mala. A: En realidad, ésta búsqueda del bien común tiene 
fundamentalmente mayor peso en lo moral. M: La moral es la forma 
explícita y simplista de hablar de esto, que es mucho más profundo, una 
cosa más implícita. Está introyectada y es algo que se vivencia muy de 
adentro. A: Una persona altruista ¿puede estar encubriendo un 
egocentrismo psicopático secreto? M: el altruista es aquel que, 
manifiestamente, tiende a accionar en pro de la comunidad o de los 
otros. Ahora, la motivación que lo lleva a eso puede ser muy amplia. Tal
 vez el altruista sea una persona buena. Está esa posibilidad también. 
No pensemos que detrás de todo altruista hay una sublimación en el 
sentido de Nietzsche: "Cuidado con los altruistas y con los caritativos 
que se están lavando a sí mismos", decía Nietzsche, en Genealogía de la 
moral. Pero existen los altruistas que son buenos, es decir, también 
tenemos que creer que existen los buenos. Es cierto que de acuerdo a 
nuestra experiencia los buenos parecen pocos. De esa manera, si el 
psicópata no tiene internalizados los valores, ahí sí se entienden dos 
cosas: ¿Por qué no existe el sentimiento de culpa, de vergüenza en los 
hechos psicopáticos? Vergüenza es la manifestación social de la culpa o 
del ridículo. La culpa es de uno con uno mismo, en cambio la vergüenza 
es la manifestación social de la culpa. ¿Por qué no aprende ni con 
argumentación, ni con ciertas experiencias? Porque para él lo que está 
haciendo está bien. Es egosintónico con su accionar. Si se entiende esto
 es fácil entender lo demás. Para él, lo que está haciendo es correcto 
de acuerdo a su valoración de las cosas, es correcto para su propio 
código. Entonces, si es correcto y sale mal, el responsable no es él, 
sino que son los otros. Es la defensa aloplástica. Y es así que el 
psicópata vuelve a intentarlo otra vez”. ¿El psicópata siente culpa? 
Esta es un pregunta infaltable en todo curso sobre psicopatía, y la 
respuesta es sí. El psicópata siente culpa como cualquier otro ser 
humano, no carece de ese sentimiento. Y como todos se siente culpable 
cuando ha roto, ha salteado, algunos de sus códigos, de sus principios. Y
 sufre, como todos, por ello. Se siente culpable y mal y puede 
autocastigarse severamente por esa “falta” que ha cometido. El error en 
el concepto “los psicópatas no sienten culpa”, tan difundido en la 
literatura, reside en no tener en cuenta esto: los psicópatas se sienten
 culpables, como cualquier otro humano, cuando transgrede sus 
principios, sus códigos. Y no se sienten culpables cuando sus acciones 
psicopáticas están en armonía con sus códigos y principios, cuando están
 cumplimentando sus necesidades especiales, por más que, desde el común 
esas acciones sean aberrantes o socialmente dañosas. Como ejemplo para 
tipificar este concepto les narraré el caso de un hombre de 38 años, 
casado, buen padre de familia, que vino a consultarme porque se sentía 
muy mal, muy culpable, porque a raíz de desavenencias con su esposa 
debía separarse y dejar a sus hijas. Le dolía la idea de que sus hijas 
se criaran sin su padre y que él no haya encontrado la solución para que
 eso no ocurriera. Estaba angustiado y sinceramente culpable de esta 
situación. Esto fue a principios de los 80, él pertenecía a las fuerzas 
de seguridad y en los 70 había formado parte del grupo de torturadores, 
en esa solapada guerra civil que tuvimos los argentinos. Yo le 
preguntaba, cuidadosamente, si no se sentía culpable por aquellas 
torturas y él me contestaba con toda firmeza: “Pero doctor, ése era mi 
trabajo y estábamos en guerra”. Es decir sus acciones como torturador 
estaban en armonía interna, seguían sus códigos, sus principios y, en 
consecuencia, no se sentía culpable. Pero el hecho de dejar a sus hijas,
 de fallarle como padre, eso sí lo hacía sentir culpable. No carecía de 
ese sentimiento. Analizado desde el común este hombre “debería” sentirse
 culpable por las torturas, y al no encontrar ese arrepentimiento se 
llega fácilmente el erróneo concepto de “los psicópatas no sienten 
culpa”. Pero esto es alejarse mucho del entendimiento de la mente 
psicopática. Entrega 17: La repetición. Impulso y psicopatía. Las 
descompensaciones por frustración. La repetición: En clases anteriores 
comenté que una necesidad impele a ser satisfecha. Generada, tal vez, 
por algún desequilibrio interno, siguiendo el modelo de la homeostasis, 
se diagrama una acción tendiente a obtener del medido externo el recurso
 que restablezca el equilibrio interno. Puse como ejemplo cotidiano la 
señal “hambre”, que deriva de la necesidad de alimento, que a su vez 
está motivada por la “falta” de ciertos nutrientes (aminoácidos, 
hidratos de carbono, lípidos, agua, sales, etcétera) que provocan el 
desequilibrio homeostático. Incorporado el alimento se reestablece el 
equilibrio interno, y en consecuencia la señal “hambre” desaparece. 
Consumidos metabólicamente los nutrientes se produce otro desequilibrio y
 el circuito se repite. Si la necesidad no es satisfecha sus señales son
 cada vez más intensas hasta ocupar todo el campo de conciencia y el 
trabajo de la mente se monopoliza tras el objetivo de conseguir el 
alimento, en el caso de grandes hambrunas, aún a costa de quebrar los 
principios culturales más elementales, como la antropofagia por 
aislamiento. Este tipo de necesidad común es una necesidad básica, 
típica, generalizada, es comprendida por todos sin el recurso del 
razonamiento. A nadie llama la atención que un individuo “repita” la 
acción de comer un par de veces al día o más. A su vez, si prestamos 
mucha atención, veremos que cada individuo se diferencia en su modo de 
comer no sólo por el tipo de alimento que suele preferir sino por la 
manera de realizar esta acción, tiene un “estilo”; el “comer” está 
imbricado con una ceremonia, con un rito, que no es notado en general 
por lo repetitivo, por lo cotidiano. Así observaremos que Juan prefiere 
consumir más carne que vegetales, que la carne debe ser cocida en aceite
 más que asada, que gusta de acompañarla con arroz, más que con papas, 
que come rápido, que prefiere comer con una mesa bien preparada y a una 
hora determinada, etcétera. Se “sabe” que Juan come así y estas acciones
 están tan automatizadas por el hábito que pocos tienen en cuenta que 
Juan tiene un “perfil” para comer, que el “qué” (comer), debe ser 
acompañado por el “cómo” (el rito) en una armonía sin estridencias. Toda
 mujer que comienza a convivir con un hombre nota estas diferencias, 
luego la repetición las convierte en automáticas y dejan de notarse: se 
“sabe” como hay que prepararle la comida a Juan. Estos conceptos de 
desequilibrio, necesidad, repetición, perfil, aplicados a hechos 
cotidianos parecen obvios, fácilmente asimilables. Sin embargo aplicados
 a las “necesidades especiales” de los psicópatas se vuelven 
indigeribles para el intelecto común. Si el lugar del verbo “comer” 
colocamos matar, violar, estafar, dominar, como acciones tendientes a 
satisfacer una necesidad, y si agregamos que esas acciones están 
imbricadas en un rito, en un “cómo”, la incomprensión es aún mayor. 
Decir, simplemente, que la necesidad del Caníbal Alemán consistía en 
comer carne humana, provoca desconcierto, sin embargo, en esencia, es 
sólo eso. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre un psicópata y un 
hombre común? Lo atípico de la necesidad y la manera peculiar de 
satisfacerla. Cuantitativamente es una diferencia, pero cualitativamente
 ¡qué diferencia! Impulso y psicopatía: Clásicamente entendemos como 
impulso al tipo de acción que es ejecutada sin mediar razonamiento. Los 
actos impulsivos suelen ser ejecutados en medio de un marco emocional 
intenso. Podemos decir que a veces el individuo impregnado de ira tiene 
un estrechamiento de conciencia y ejecuta casi automáticamente acciones,
 por lo general agresivas. Pasado el momento, cuando se reestablece el 
equilibrio la persona se asombra de lo que ha sido capaz de hacer y, a 
menudo, se arrepiente. Recientemente me contaba la esposa de un colega 
que, impregnada de celos, fue a buscar a su marido a una guardia con el 
bebé en brazos para, en medio de pacientes, médicos, enfermeros, 
gritarle a voz en cuello los insultos más gruesos para que todos se 
enteraran de lo infiel que era. Luego, en frío, me comentó que no sabía 
por qué lo había hecho. Que había encontrado un par de teléfonos 
‘sospechossos’ y que eso desencadenó la acción, que se desconocía, que 
ella no era así, que sabía que debía cuidar el trabajo de su esposo, 
pero que no pudo controlarlo, que no podía parar y que, después de esto,
 se tenía miedo. Aquí se ve claramente el estrechamiento de conciencia 
en este tipo de acto impulsivo, acompañado de un automatismo de acciones
 y de la consiguiente intensidad afectiva. Existen otros tipos de 
impulsos, menos complejos, y parecidos a los reflejos, donde una acción 
sorpresiva desencadena una reacción compleja. Así contaba una persona 
que mientras manejaba su automóvil paró en un semáforo, a la par se 
detuvo otro conductor que comenzó a insultarlo desaforadamente por una 
maniobra brusca unas cuadras atrás, una pavada. Esta persona cuenta que 
miraba esa cara enrojecida que propalaba insultos y que, sin pensarlo, 
salió de su coche, abrió el baúl, sacó la llave cruz que se usa para 
cambiar una rueda, y procedió a golpear el otro coche, rompiendo el 
parabrisas, la ventanilla, abollando la chapa. Luego guardó la llave en 
el baúl, se subió al auto y desapareció. Éste es habitualmente un hombre
 pacífico y sereno y aún hoy no se explica cómo fue capaz de hacer lo 
que hizo. Es un hecho aislado en la vida de esta persona.. Dejamos, a 
propósito, sin describir los impulsos que tienen una base orgánica 
manifiesta, como es el caso de las epilepsias y otros trastornos 
psicomotores. Ahora, si comparamos estas nociones de impulsos con el 
mito aplicado a las psicopatías y tal como lo menciona, entre otros, el 
DSM IV, falla en el control de los impulsos, nos damos cuenta que este 
rasgo no puede aplicarse a la mayoría de los psicópatas en sus acciones 
psicopáticas. Si pensamos en las acciones del Caníbal Alemán, todo el 
tiempo de latencia que se toma para elegir al humano que comerá, la 
ceremonia previa, la claridad de conciencia, el trabajo que se toma en 
descuartizarlo y guardar carne en el freezer, filmar por las dudas 
algunas escenas, no creemos que esto pueda ser considerado como una 
falla en el control de los impulsos. Tampoco en el caso del abogado 
salteño que violaba sistemáticamente a niñas, se puede decir que poseía 
falla en el control de sus impulsos. Lo mismo en el de la joven auxiliar
 de medicina que, sabiendo que su sobrinito de año y medio podía morir 
intoxicado con la ingesta accidental de un antidepresivo, decidió 
callar. Y en los cientos de casos de asesinos seriales que planifican 
pacientemente sus actos, que siguen con meticulosidad de cazador a sus 
víctimas para, en el momento en que ellos consideran oportuno, asestar 
su acción psicopática. Por todo lo expuesto creo que este rasgo, “falla 
en el control de los impulsos”, no debe ser considerado como importante 
para describir una psicopatía. Desde luego esto no quiere decir que los 
psicópatas carezcan de actos impulsivos en situaciones especiales como 
las de cualquier otro humano, cuando lo emocional lo impregna. Y esto se
 da, con mayor frecuencia, cuando no puede conseguir su objetivo, cuando
 algo le sale mal, como una reacción emocional ante la frustración. Las 
descompensaciones por frustración He aquí el talón de Aquiles de los 
psicópatas. Este es su punto vulnerable. Aquí es donde sus máscaras se 
caen y no pueden dejar de mostrarse como son y, por sobre todas las 
cosas, pierden su poderoso control sobre sí mismo, y el control sobre su
 entorno. Se desequilibran. Y ese desequilibrio puede seguirse de una 
rápida recomposición o profundizarse y derivar en un estado muy parecido
 a las psicosis. Los clásicos llamaban, a este extremo, las psicosis 
breves de los psicópatas. Es en este estado de descompensación donde el 
psicópata comete los actos más burdos, donde se descuida, donde se 
delata, donde es presa fácil. Es por eso que, en muchas ocasiones, los 
investigadores que han luchado mucho tiempo por atrapar a un psicópata 
muy hábil, que les ha impresionado por su inteligencia, por su 
estrategia, se sorprenden cuando los capturan por realizar actos tan 
torpes que hasta difícilmente un aficionado haría. Esta es una de las 
paradojas que ha confundido a tantos, hasta hacerlos pensar que el 
psicópata (supongamos un asesino serial) “quiere ser atrapado”. Saliendo
 del terreno de los asociales, muchos psicópatas ‘cotidianos’, ante las 
frustraciones, caen en crisis muy semejante a las depresivas y son 
traídos al consultorio psiquiátrico por los familiares o , más 
raramente, son ellos quienes consultan. Sin embargo estas crisis no 
dejan de ser raras, atípicas, fuera del patrón de las crisis depresivas 
comunes. Un joven de 21 años, tras sufrir una frustración, manifiesta 
una profunda depresión y una noche rompe parte del mobiliario de la 
casa, amenaza con matarse con un cuchillo Tramontina (esta marca de 
cuchillos hogareños va a pasar a la historia del crimen). Llegan 
enfermeros y médicos de emergencia pero él los mantiene a raya 
amenazando con cortarlos y tirando puñaladas al aire. Nadie se acerca. 
Pasa el tiempo de manera angustiosa. De pronto la abuela, de casi 80 
años, salta sobre él y se traba en lucha hasta sacarle el cuchillo ante 
la mirada asombrada de todos. Es internado. Pasan 4 días y organiza 
entre los internados una protesta por el tipo de comida. Al quinto día 
le dan el alta. No hay rastros de la depresión. Rápidamente se dan 
cuenta ustedes que no se trató de una depresión grave, sino una reacción
 depresiva intensa y atípica (con gran carga de agresividad y 
‘vitalidad’) provocada por una frustración: la de no conseguir el dinero
 para ir a un recital de un artista, Charly García. Esto, que es una 
simpleza para el común, era de una significativa importancia para él, 
fanático del compositor, de acuerdo a sus códigos propios. También 
supera una “crisis histérica”, diagnóstico que razonablemente se puede 
tener en cuenta por la ‘puesta en escena’, por el resultado magro de su 
amenaza (no se cortó el cuello, ni hirió a nadie); pero sus antecedentes
 de drogadicción, parasitismo, agresividad (en una ocasión sacó una 
botella de cerveza de su casa y fue hasta la casa de sus abuelos, a 
varias cuadras de distancia, y la arrojó contra el ventanal haciéndolo 
añicos, porque no le habían entregado un dinero que, a su entender, le 
correspondía), y otros rasgos que se describen más adelante, lo 
encuadran en la psicopatía. Como contrapartida era tenido por muy buen 
amigo por sus compañeros. El tema de la internación, inevitable en esos 
momentos donde es “peligroso para sí y para terceros”, suele mostrar 
otras característica de este tipo de psicópatas: tras una resistencia 
inicial -caracterizada por la rebeldía y una actitud reivindicatoria- 
luego, al verse superado, cambia de táctica: al darse cuenta que de 
persistir en esa conducta lo único que logra es prolongar su estadía. 
Éstos son los pacientes que “mejoran milagrosamente” en muy corto tiempo
 de una depresión intensa, que al cabo de una semana hacen que nadie 
entienda por qué está internado un tipo tan vital, de tan buena conducta
 y colaborador. Esta metamorfosis se da también en algunos psicópatas 
asociales que son encarcelados cuando se dan cuenta que una buena 
conducta como interno, muestras de arrepentimiento, ser un “preso 
modelo”, etcétera, le acorta su tiempo de prisión. En ambos casos, 
nuevamente en sus contextos, vuelven a las andadas otra vez. Con estos 
ejemplos se vuelve a demostrar el autocontrol, el control del los 
impulsos, el egocentrismo, la manipulación, la seducción (es una persona
 que ‘convence’ que está para ser dado de alta...), la actuación, y la 
paciencia, el esperar tras un objetivo. En ocasiones pacientes 
psicópatas internados luego de una crisis, son retirados por los 
familiares “bajo su responsabilidad”, no por considerar que está 
superada la crisis sino por el temor a las represalias una vez que haya 
sido externado por los médicos y vuelva al hogar. Recuerden que los 
psicópatas crean un sistema en la familia nuclear basado en el temor, en
 cuyo centro está el psicópata y el resto gira en rededor. Y muchas 
veces esta situación permanece en secreto para la familia extensa y los 
amigos. Una señora de 48 años consulta por un síndrome depresivo 
intenso, con fuerte ideación suicida, deja una carta repartiendo sus 
bienes, manifestando en ella que no se siente querida y no desea ser una
 carga para la familia, y otros argumentos efectistas. Es internada. 
Batalla contra médicos y enfermeros porque no está conforme con nada en 
el lugar de internación. Ningún familiar se explica por qué se deprimió,
 pero una larga conversación con el psiquiatra fue revelando las claves.
 Ella era la persona dominante en su núcleo familiar, hasta que su hijo 
mayor se casa un una joven más dominante y astuta que ella y la familia 
comenzó a girar sobre la nueva líder. Destronada, frustrada y sin 
encontrar las armas para luchar contra “la nueva”, cae en crisis. No 
puede decir los verdaderos motivos por temor a perder a su hijo y a sus 
futuros nietos. Al mes de internada se hizo amiga de todos los médicos y
 enfermeros, conseguía los permisos de salida cuando ella quería y 
lideraba un grupo de pacientes. No manifiesta ningún apuro por salir del
 sanatorio. Encontró un nuevo reino, y mantenía a su familia angustiada,
 girando a su alrededor en pos de que recupere su “salud”. Entrega 18: 
Cosificación. Neurosis y Psicopatía. Adoctrinamiento y psicopatía. 
Persona versus cosa. Egocentrismo. Sobrevaloración. Empatía utilitaria. 
Manipulación. Seducción Cosificación En las clases anteriores habíamos 
mencionado con insistencia que el rasgo “cosificación” es uno de los 
rasgos capitales en la psicopatía y consiste en quitarles el rango de 
persona al otro, descalificarlo, minimizarlo hasta vivenciarlo como una 
“cosa”. Entonces, la cosificación del otro, es quitarle los atributos 
que hacen a las personas semejantes a uno. Es una postura psíquica, 
profunda, de valores, sobre el otro. Podemos aventurarnos a decir que el
 psicópata nace con una mirada cosificadora, con un pensamiento 
cosificador del otro. Los demás son, para él, “cosas” a ser utilizadas 
para sus propósitos. Así como para sacar un clavo, utilizamos una tenaza
 y una vez utilizada, la tiramos en el cajón de herramientas, así hace 
el psicópata con las personas, las usa y cuando no le sirven las 
deposita en el cajón de herramientas ya usadas. Cosifica. Neurosis y 
Psicopatía No hablamos aquí del “uso” de las personas que todos hacemos 
habitualmente: por integrar una red social, necesitamos de los otros y 
nos valemos de ellos. Inclusive podemos tener acciones de abuso de los 
demás, y aún perjudicarlos. Pero siempre, en nuestra mente, 
interactuaremos de persona a persona; si hacemos algo negativo hacia 
otro ser, por empatía, pagaremos con culpa esa acción, aunque a veces la
 culpa no se manifieste tan concientemente, sino a través de múltiples 
expresiones como la desazón, el desdén o la descarga psicosomática. 
Aquí, en lo psicopático, hablamos de otro tipo de uso, de una calidad 
distinta, de un uso con impunidad mental, sin costos afectivos. Hay 
neuróticos que forman sistemas altamente abusadores de los otros, donde 
la mentira, la manipulación, el dominio a través de la dependencia y la 
escenificación de la enfermedad crean un yugo aún más opresor que el 
psicopático, sin embargo, el neurótico paga un alto precio psíquico por 
esto al limitar sus grados de libertad con la sintomatología neurótica. 
Este constituye uno de los puntos esenciales en la diferenciación entre 
psicopatía y neurosis: el cosificar con impunidad afectiva (psicópata) y
 el de abusar con costo afectivo, con culpa (neurótico). Adoctrinamiento
 y psicopatía El psicópata es un cosificador nato, sin embargo, se puede
 adoctrinar a personas comunes y lograr que cosifiquen a otros, que le 
quiten los atributos de persona. Este es el proceso cosificador que se 
da, por ejemplo, en toda guerra. El enemigo es una cosa a ser 
exterminada, para los dos bandos. Esto nos pasó en el 82 en la guerra 
por las Malvinas, donde, una vez declarada la guerra, a medida que 
pasaban los días, los ingleses iban dejando de ser personas para ser 
enemigos a eliminar. Hasta Richard, el vecino amigo con el que jugábamos
 tenis o fútbol hasta hace unas semanas, se convertía paulatinamente en 
un inglés peligroso. En estos momentos de inseguridad grave que vive 
Argentina se da una doble cosificación: por un lado los delincuentes 
usan de “mercadería” a las personas en los secuestros y hasta regatean 
por el precio de la devolución de un ser humano y, de no conseguir sus 
propósitos económicos, pueden llegar a eliminarlos como en el lamentable
 caso de Axel Blumberg. La otra cosificación la realiza la mayoría de la
 población, que ve a los delincuentes no como a personas, sino como 
cosas peligrosas que deben ser eliminadas. Y es probable, de seguir este
 estado de cosas, que aparezca un líder que lleve adelante este proceso 
de eliminación, con una tácita aprobación de la población mayoritaria. 
Como ocurrió, bajo otras circunstancias, por otras razones, en los años 
setenta. Con estos ejemplos quiero aclarar que el proceso mental de 
cosificar está presente en todo humano. Y puede ser “activado” bajo 
circunstancias, individuales o masivas, especiales. Sin embargo en el 
psicópata este artificio mental está permanentemente activado. Además el
 común debe tener como incentivo un hecho externo desencadenante y 
perturbador. Por otro lado la cosificación es llevada delante de manera 
consensuada al menos por el grupo de pertenencia y buscando un objetivo 
común. El psicópata es un individuo que cosifica y con el único objetivo
 de beneficiarse a sí mismo. La otra variación, y esto lo acentuamos en 
todos los rasgos, es la “calidad” de la cosificación, el arte en 
ejercerla por parte del psicópata. Descripción foto diario Clarín 
(Diario Clarín, 25/10/98) Situación límite: El asaltante apunta con la 
pistola martillada en el cuello del rehén cosificado como escudo y 
atadas sus manos con alambre. Obsérvese el aumento de la base de 
sustentación del delincuente, las cejas levantadas y ojos abiertos que 
denotan máxima alerta; la postura obligada y de indefensión del rehén 
que tiene los párpados edematizados por las heridas. La actitud 
arriesgada del policía, sólo protegido por los centímetros de la columna
 en donde se apoya, está respondiendo más a pautas de adoctrinamiento 
que al instinto de supervivencia; véase la postura de la mano derecha, 
abierta y palmas arriba, de apoyo al discurso persuasivo y la pistola al
 cinto, no visible en ese ángulo por el delincuente, quién momentos 
después se entregó. Tres vidas penden de este complejísimo juego 
psicológico de decodificaciones donde la mínima interpretación errónea 
es mortal. (Tapa del diario Clarín, 6/11/98, foto: Pablo Bianchi, 
www.clarin.com.ar) Persona versus cosa Esa es la disyuntiva que se 
presenta en un hombre que abre la puerta de su casa y siente detrás de 
él a alguien que le dice "quedate quieto y entrá, o te mato". En ese 
momento la víctima no puede dimensionar en toda su magnitud que el que 
está detrás lo va a matar, lastimar o hacer un daño tremendo dentro de 
su casa. Entonces se enfrentan, por un lado alguien que tiene un claro 
objetivo y que está haciendo su trabajo (el delincuente), porque ese es 
su trabajo y eso que está frente a él (la víctima) es un estorbo, una 
cosa. Fíjense las distintas psicologías, el psicópata está haciendo su 
trabajo, y para él la cosa (la víctima) es un obstáculo que si molesta 
lo mata sin problema. Y, por otro lado, la persona que se siente 
agredida (la víctima), que mira atrás y ve a otra persona armada (el 
delincuente). Hay una distancia psicológica impresionante, que se da en 
el grueso de la población. Muy pocos son los agredidos que van armados, y
 menos aún los que usan las armas para enfrentarse al delincuente. Son 
muy pocos los que reaccionan así, tal vez otro como ellos. Pero 
generalmente esta distancia psicológica (persona – cosa; persona – 
persona) es determinante, y el delincuente lo sabe. Yo tuve varios 
pacientes que eran dueños de PyMES. Generalmente son empresas 
familiares, que además anexan algunos empleados. Cuando se empieza a 
producir la crisis de recesión (que venía desde antes de De la Rua, año 
2000, 2001) ellos veían que los gastos fijos de la empresa se mantenían 
pero que la producción iba cayendo por debajo de los costos fijos. Y 
entonces cuando llegaban a esa condición sabían que caían barranca 
abajo. A estas alturas debían tomar la decisión económicamente adecuada 
que es bajar los gastos fijos, y bajar los gastos fijos incluía echar a 
Juan González, a una persona, no una cosa. Entonces se aferraban a dos 
principios: no aceptaban que se les caía la empresa y segundo no querían
 echar a Juan González. Y ese fue el error. Lo he visto en 5 o 6 
pacientes míos. ¿Qué hacía esta gente? Cuando veían que los costos y los
 ingresos eran equivalentes, solicitaban un préstamo, porque la 
situación era tan atípica que apostaban a la esperanza. Decían "esto va a
 pasar", "Ahora no hay trabajo, pero...". Cuando la situación económica 
empeoraba, y los ingresos eran aún menores, se encontraban sin poder 
pagar los gastos fijos ni el préstamo. Llegaba un momento en que el 
banco lo condicionaba de tal forma con los intereses que el empresario 
tenía que pedir la quiebra. Así esta persona venía a verme en esta 
situación, quebrado emocionalmente, quebrado económicamente, sin la 
fábrica y con todos los empleados desocupados. Y decían, “hice lo que 
pude para salvar la empresa y qué quiere, no me daba el corazón para 
echar a Juan González, trabajó veinte años conmigo, no podía hacerle 
eso”. Por lo general también se resentía el sistema familiar, todos 
suelen ser muy apegados al trabajo, y muchas veces descuidan el tema 
familiar. Ellos adquieren otras compensaciones (afectiva, económica, de 
status) y cuando el soporte económico cae, se quiebra todo el sistema 
familiar porque pone al descubierto los huecos afectivos que eran 
llenados por la concentración en un sistema de vida holgado. Así como 
estos empresarios no querían echar a Juan González, tampoco se 
resignaban a cambiar su estilo de vida desahogado (colegio privado, 
autos, clubes, etcétera) por una “economía de guerra”, con lo cual todo 
se agravaba. Un empresario menos sensible, y con más razón un psicópata,
 hubiera previsto mucho antes eso, y hubiera echado a los diez empleados
 antiguos y tomado mano de obra más barata. También hubiera achicado los
 gastos en todas las áreas y quizás sobrevivía a la feroz crisis. Pero 
el neurótico no lo puede hacer a eso sin un alto costo afectivo, porque 
trata con personas. En cambio el psicópata las usa. Egocentrismo: Todo 
psicópata trabaja, siempre, pero siempre, para sí mismo. Cuando da es 
porque está manipulando o espera recuperar esa “inversión” en el futuro.
 La filantropía, auténtica, no figura en su ser. Suele pasar que este 
accionar intensamente egoísta esté disfrazado con tanta habilidad que 
las otras personas no lo capten nunca o mucho tiempo después de haber 
sufrido el accionar psicopático. Recibo muchas consultas por correo 
electrónico sobre psicopatía y es reiterada la pregunta: ¿Cómo es 
posible que no le importe la familia, que sólo haya pensado en él, que 
no haya pensado en sus hijos? Los familiares quedan perplejos ante la 
falta de parámetros afectivos tan básicos para el común como es el amor y
 la entrega a los hijos, o al menos tenerlos en cuenta. Y a partir de 
allí se abre todo el espectro de ejemplos sobre el ejercicio del 
egoísmo. Sobrevaloración Suelen hipervalorar su potencialidad para 
conseguir cosas. Los hay francamente megalómanos donde el “todo es 
posible” se les aparece sin impedimentos. Pero hay los que sobre valoran
 sus aspectos pesimistas y son “la peor basura”. Empatía utilitaria 
Tienen habilidad especial para captar la necesidad del otro, esto no se 
puede lograr sin empatía. Pero no es la empatía de colocarse en lugar 
del otro de igual a igual, sino que es una mirada en el interior de “la 
cosa” para saber sus debilidades y obrar sobre ellas para manipular. 
Manipulación Se refiere al manejo de la otra persona, a que accione de 
acuerdo a la voluntad del psicópata. Aquí tenemos que hacer una división
 virtual en cuanto a lo que lógicamente se quiere hacer y lo que 
irracionalmente desea hacer. Una de las capacidades del atípico es la 
captación de las necesidades del otro. La cosificación permite explicar 
varias de las acciones de los psicópatas. Vemos que son egocéntricos, 
manipuladores, utilizan a los demás para conseguir sus propios 
objetivos. Sólo se puede manipular a alguien si primero se lo ha 
seducido, si se lo ha captado. Nadie puede manipular a alguien que no se
 deje manipular. Nadie puede hacerle hacer algo que el otro no quiera 
hacer. Aquí tendríamos que hacer una división virtual en cuanto a lo que
 uno lógicamente quiere hacer y lo que irracionalmente desea hacer. 
Desde el punto de vista de la lógica del individuo, de los parámetros de
 las cosas que se deben hacer, uno dice "yo no quería", "me vi obligado a
 hacer tal cosa". Pero desde el punto de vista irracional, tal vez no 
sea así. Aquí está una de las cosas nucleares de la psicopatía con 
relación a los otros. Yo creo que el psicópata apunta a esto, puede o 
tiene la facilidad de captar aquellas necesidades irracionales de los 
otros. En el caso de un "estafado", en realidad está trabajando con la 
ambición del otro, porque le ofrece una "pichincha", una cosa que en 
situaciones normales sería muy difícil de adquirir. O sea, el psicópata 
trabaja sobre esa parte de la ambición del otro y después, 
evidentemente, lo engaña. Recuerdo el caso de un viajante que vendía en 
las provincias máquinas registradoras a un precio muy por debajo del 
real (hecho que era comprobable para el comprador); pero al panadero le 
vendía una máquina específica para el almacenero y viceversa. Al tiempo 
el comprador lo llamaba desesperado porque la registradora no le servía y
 él, muy amablemente y como un favor se la cambiaba "por otro modelo" a 
un precio mucho más alto. En la manipulación hay un grado de libertad 
del manipulado que se somete a esto, es distinto de la coerción, que es 
cuando se utiliza la fuerza o un mecanismo de fuerza en un sentido 
físico o psicológico para que el otro direccione hacia un objetivo. Aquí
 se usa el temor en todo su gradiente. Veamos lo que comenta la “novia” 
de un psicópata: “Siempre obtiene lo que quiere, para él no hay cosas 
imposibles, contrariamente a mí que me cuesta trabajo todo. Por ejemplo,
 él quiere un certificado analítico de la facultad: habla con alguien de
 cooperadora o alumnado y lo obtiene en el día y gratis; yo necesito lo 
mismo y tengo que hacer una cola de 30 minutos, pagar $3 y esperar 15 
días. Él decide salir a bailar: se sube a su auto, llega a la puerta del
 boliche, va directamente a la puerta, saluda al patovica y entra 
-gratis-, por supuesto, y de paso a la salida se va con una copa de 
champagne en la mano. Yo quiero salir a bailar: me tengo que tomar un 
colectivo - o un taxi - o ir caminando, hacer otra cola de 30 minutos, 
llegar a la puerta rogando que me dejen entrar o que no me hagan pasar 
el mal momento de pedirme documentos (porque parezco re pendeja), pagar 
los rigurosos $10 e irme cuando mis amigas quieran -para compartir el 
taxi. A él le llegan 10 infracciones con el auto: levanta el teléfono, 
habla con alguien y se las perdonan. A mi me llega una multa por no 
sacar a horario la basura: tengo que pagarla y punto (como corresponde, 
no digo que esté mal). Él tiene ganas de pasar el día al aire libre: se 
sube a su auto y el resto de la tarde navega con su velero mientras toma
 unas cervecitas bien frías y escucha buena música. Yo estoy harta de 
estudiar en mi departamentito diminuto: tengo que llamar a alguna de mis
 amigas, rogarles que quieran hacer algo, embadunarme de pantalla solar 
porque no soporto el sol y a ellas lo único que les gusta es eso, 
tomarme un colectivo con un recorrido de 1 hora, llegar a la Florida y 
sentarme a tomar mates en la sombra abajo de un árbol mientras ellas se 
calcinan al sol mientras por la orilla del río pasan navegando los 
veleros divinos en uno de los cuales seguramente está el. Es decir 
estando con él soy parte de su mundo perfecto donde todo es accesible, 
sencillo y realizable”. Otro ejemplo: “Mi madre ha estado jugando con 
todos nosotros. Porque cuando se dan esas discusiones entre hermanos, yo
 no entendía que mi madre no intentara poner calma, apaciguara los 
ánimos, saliera en defensa de todos, no, se mantenía al margen y si se 
la enfrentaba decía que ella en asuntos de hermanos no se metía. Ahora 
me sonrío al pensar que los asuntos de los hermanos estaban provocados 
por ella. Con qué sutileza utilizaba y utiliza aun hoy la manipulación, 
sobre todo entre nosotros cuatro. Veo cómo mi madre ha intentado 
separarnos a unos de otros, cómo para conseguir sus fines era mejor que 
nosotros estuviésemos separados, sin hablarnos, para así poder decir y 
hacer a su antojo y cuando podíamos estar juntos y yo daba mi versión de
 los hechos, ella ya había dado la suya y además había adelantado cuál 
iba a ser la mía, con lo cual, corroboraba "que ella tenía razón" y yo 
era una mentirosa que además no tenía mucha imaginación”. Seducción Es 
una relación bidireccional entre el psicópata y el otro, donde la 
propuesta del psicópata encuentra eco en las apetencias del otro. Es 
decir, el psicópata propone el contrato y el otro lo firma. Contaba un 
amigo que una vez caminando por la calle Sarmiento, en Buenos Aires, se 
le acercó un hombre de unos cuarenta años, con un bolso en la mano y un 
aparato reproductor de mini disc en la otra. Le dijo que vendía aparatos
 de rezago de la Aduana, y le ofrecía vendérselo a 100 pesos (el costo 
real era de 600). Le mostraba el aparato y se lo hizo escuchar, era 
maravilloso, pero no contaba con los 100 pesos. “Mirá, yo tengo que 
vender esto hoy, vos cuanto tenés”, “Tengo sólo 30 pesos en estos 
momentos”. “Bueno, hagamos una cosa, yo te lo doy ahora y, otro día, 
cuando me veas por el barrio me das los otros 70 pesos”. Acordaron así 
y, frente a la vidriera de un negocio le dice, “te doy uno nuevo, este 
lo uso para mostrar”, y le dio un paquete. “Guardalo que no te lo vean, 
hay que tener cuidado, a ver si te lo afanan”. Este amigo, emocionado 
con la compra, llegó a su casa y al abrir el paquete se encontró con 
medio pan de jabón. No lo tomó a mal, se rió durante más de media hora, 
de él mismo. Este tipo de personalidad tiene como rara habilidad captar 
las necesidades del otro. Esta capacidad determina otro rasgo 
importante, que es la seducción, llevando así a los demás a entrar en un
 circuito psicopático. El psicópata les demuestra que le son necesarios,
 pero que él le es mucho más necesario a ustedes. Entonces se da un 
circuito entre el psicópata y la otra persona. Se establece un circuito 
mutuo para suplir las necesidades. Este concepto lo desarrollaremos en 
las conclusiones al referirnos a la comunicación que establece el 
psicópata con los patrones irracionales de su víctima. Si agregamos a 
esto que son inteligentes y manipuladores, nos damos cuenta de que es 
muy difícil resistirse a ellos. Relacionarse con un psicópata es un 
viaje de ida con retorno complejo. Si desea dar su opinión o aporte 
escríbame a consultashm@gmail.com o click AQUI Entrega 19: Mentiras La 
mentira, para el psicópata, es una herramienta de trabajo. La mentira es
 desvirtuar la verdad ex profeso, con un objetivo "en mente", con el 
objeto de conseguir algo. La mentira siempre apunta a algo. Se miente 
para evitar un castigo, se miente para conseguir una recompensa, se 
miente para engañar a otro. Detrás de la mentira siempre hay un rédito y
 esto lo diferencia de la fabulación, que también es una transgresión a 
la verdad, pero por el mero hecho de satisfacer el ego. Es lo que 
utiliza el fanfarrón. El psicópata suele mentir, pero hay que distinguir
 la mentira banal de la mentira psicopática. El psicópata utiliza la 
mentira como una herramienta de trabajo más, está tan acostumbrado a 
mentir que es difícil captar cuando miente; son los que mienten mirando a
 los ojos y con una actitud relajada. No es que el psicópata mienta 
circunstancialmente y ocasional o esporádicamente para conseguir 
desligarse de alguna situación común o estándar. Sabe que está 
mintiendo, pero no le importa, no tiene la resonancia o displacer que 
uno siente cuando miente. Yo no lo llamaría mentira patológica. Nosotros
 le damos mucha importancia a las palabras y si estamos frente a un 
mentiroso ¿cuál es el valor de esas palabras? ¿Cuál es el grado de 
verdad de esas palabras? Tiende a cero. Si utilizamos la sobrevaloración
 de las palabras, caemos fácilmente en el circuito psicopático. Por eso 
no sirven las escalas de autoevaluación, ni el interrogatorio o la 
anamnesis. El psicópata dice lo que conviene decir o lo que se espera 
que conteste. El valor de lo que dice el psicópata debe ser colocado 
entre paréntesis. Si ustedes quieren evaluar al psicópata, lo importante
 es lo que hace. Evaluamos al psicópata a través de la conducta, de la 
acción. El psicópata puede mentir con la palabra o con el cuerpo cuando 
actúa o simula, y adapta la actuación a la persona que quiere captar. 
Así me contaba una madre que su hijo de 15 años le pedía las cosas con 
lágrimas en los ojos para enternecerla, y al padre, que se desesperaba 
por conseguir el afecto del hijo, lo manejaba con enojos y haciéndose el
 ofendido. . Ejemplo: “De entrada me mintió. Me dijo que se llamaba 
"Juan" (que es el nombre de su hermano) cuando en realidad se llama 
Ernesto. Que tenía 28 años cuando en realidad tenía 25. Que tenía novia y
 que luego me dijo no ser así, argumentando haber mentido para que yo no
 me enamorara de él (al final, en estos días, me vengo a enterar que era
 verdad lo primero, es decir que sí tenía novia). Y luego niega todo: 
cuando lo confronté y le dije que era mentira todo lo que me había dicho
 me dijo que él nunca había dicho eso, que yo había escuchado mal. 
Miente, miente y miente. Puede tener puesta una camisa blanca y te va a 
jurar -mirándote a los ojos y sin siquiera pestañar- que es color roja. Y
 sus argumentos son tan creíbles que, nuevamente, me deja confundida 
respecto de mi salud mental”. Otro ejemplo: “Mi hermana tenía una amiga 
en una ciudad a cinco minutos del pueblo donde ella trabajaba, con la 
que pasaba algún fin de semana, cuando no quería conducir de noche. Y un
 buen fin de semana, para compensar, decidieron pasarlo en el pueblo. 
Bueno, ahí acabó la amistad de mi hermana y su estancia en el pueblo. Mi
 madre nos llamó a todos y cada uno de nosotros para decirnos que las 
había pillado juntas en la cama, que era lesbiana, y fue un rumor que se
 oyó hasta en el pueblo. No solamente fue terrible que fuese mentira, lo
 terrible era que mi madre decía que por eso dejara de ser su hija o mi 
hermana o la hermana de los demás. A mi me importaba un bledo que fuese o
 no lesbiana, a mi lo que realmente me importaba era lo que podía sufrir
 mi hermana, y cuando ésta me dijo que no era cierto, yo sé que me 
estaba diciendo la verdad. Para el resto de la familia aún queda la 
duda, y ya no digo en el pueblo”. Otro ejemplo: “Nuestra hija mayor se 
inscribe para Química y habla con mucho entusiasmo de los maestros, las 
materias etc. Al concluir el año escolar resulta que no iba a clases y 
no le ponen ninguna calificación. Dice que quiere cursar otra carrera y 
se inscribe en Física, que sueña con ser una gran científica, hace 
planes se inscribe, nos continúa pidiendo dinero para libros, 
inscripción etc. Y vuelve a pasar lo mismo. Dice que quiere estudiar 
otra cosa y se inscribe en Filosofía y Letras, que es, ahora, realmente 
lo que quiere. Finalmente yo pienso que eso es lo que le conviene ya que
 le encanta la lectura y escribir y todo esto. Se inscribe, nos cuenta 
cómo le va, que sus maestros son muy buenos, que la quieren mucho, de 
las tareas, etc. Y actualmente ya tengo acceso a su boleta de la 
universidad por Internet (cosa que ella no sabe) y acabo de ver que está
 inscripta pero no va a clases, no tiene calificaciones finales. He 
pensado que quizá tenga algún trastorno de la personalidad, dado su 
conducta desde niña. Que no muestra remordimientos por los daños 
causados a sus hermanos, las mentiras sin razón de ser, siempre dice 
mentiras, es muy egocéntrica, nunca le ha gustado seguir normas, no hace
 proyectos reales, dice que va a hacer algo de su futuro, hace planes 
pero todo es mentira y después dice “es que estaba equivocada y no es 
eso lo que quiero, apóyenme a realizar lo que yo quiero”. Y seguimos con
 ella y nos sigue mintiendo. No es fácil porque ya es adulta y no acepta
 que esté mal. Ni de niña pudimos con ella, dado su carácter muy firme, 
convincente, maduro (para su edad), pero ahora que está grande y 
haciendo retrospectiva me doy cuenta, y no sé que hacer”. Actuación 
Actuar es mentir con el cuerpo. El mitómano es un psicópata que deja que
 la fantasía se despliegue en la acción, esto es, el mitómano realiza o 
actúa su fantasía o mentira en el terreno de la realidad, se vale de su 
fantasía para modificar la realidad. Mientras el fantasioso puro se 
contenta con su mundo de fantasía el pseudólogo fantástico, o mitómano, 
miente con determinada finalidad y la mentira tiene un carácter 
marcadamente activo, lleva adelante su mentira y trata de conseguir con 
ello algún fin, para lo que se requiere una enorme imaginación y una 
gran capacidad histriónica, son actores natos y de una gran calidad lo 
que hace que consigan cierto éxito. Además es muy importante la forma en
 que se manejan, en general son personas muy cuidadosas de los lugares 
donde se mueven y ejercen su acción y tienen un manejo de lo verbal y de
 lo gestual que las hacen encantadoras. Un ejemplo de farsante se 
descubrió hacia 1995, a raíz de un juicio de mala praxis. Se trata del 
caso del falso médico neurólogo que logró ejercer durante 16 años en un 
prestigioso hospital metropolitano de Buenos Aires, habiendo dado sólo 
unas pocas materias de medicina. A pesar de su escasa preparación 
inicial en medicina, a través de los años fue ganando un sólido 
prestigio en el Hospital, a tal punto de ganar por concurso varios 
ascensos, dejando atrás a muchos de los verdaderos médicos. ‘Era 
brillante’, reconoció uno de ellos luego de enterarse y, en el colmo de 
admiración decía “es como si mañana nos enteramos que Barnard no estudió
 cirugía”. Era fuente de consulta de los otros especialistas y presidió 
un Congreso de la especialidad, y hasta escribió un libro en 
colaboración. Los que trabajaban con él decían que era muy seductor, con
 una labia tremenda; que tenía una personalidad irresistible y 
carismática, lo que le permitió atajos en el desarrollo de su ‘carrera’;
 que era feliz cuando violaba las reglas de lo establecido. Cuando 
allanaron su casa encontraron dos títulos falsificados el de médico y el
 de especialista en neurología, junto a varios recetarios a su nombre. 
Cuando la policía le pidió la matrícula, titubeó y finalmente reconoció 
que no tenía título. Admitió con mucha tranquilidad que era un falso 
médico, además comentó, como al pasar, que ya había tenido otros 
inconvenientes por este tema. Fascinación Alteración de la conciencia 
ligeramente inferior a la sofrológica, la hipnosis, producida por el 
psicópata a determinadas personas. Este punto resultará, sin dudas, 
inquietante. Hemos visto que en la seducción el psicópata necesita que 
el otro esté de acuerdo, que cierre el contrato, para ello usa la 
persuasión y su “encanto”, pero el otro debe prestarle su voluntad, debe
 darle su consentimiento. Por eso decimos que la seducción es 
bidireccional. En el caso de la coerción se ejerce una violencia, física
 o psíquica para dominar al otro. Es unidireccional, va del psicópata a 
su víctima, y este no tiene un grado de libertad razonable para no 
seguir los deseos del psicópata. Pongamos en caso de que un delincuente,
 mediante un arma, obligue a entregar dinero. En el caso de la 
fascinación se mueven otros mecanismos, más profundos, menos explícitos 
que los anteriores y por sobre todas las cosas se produce una alteración
 de la conciencia del tipo de la hipnosis, pero más leve. La voluntad de
 la persona se ve rendida ante la del psicópata, sin oponer resistencia 
alguna y sin tener claridad de su propio accionar. Desde luego que este 
estado de fascinación se da en personas sensibles a llegar a este 
estado. Y no es necesario un largo contacto con el psicópata. Para que 
se comprenda este punto pasaré a narrar el caso de una de mis pacientes 
que consulta por distrés, y que durante el lapso del tratamiento conoce a
 un hombre divorciado, como ella, y luego de unos meses, pasa a convivir
 con ella y su hijo. En ocasión de un curso de perfeccionamiento se 
encuentra con una amiga del secundario, con quien habían sido muy 
unidas, de esas amigas que aunque no se frecuenten, se sabe que cuentan 
con ella, que se siguen queriendo. Es así que, café por medio, descargan
 los consabidos recuerdos del secundario y, como hacía más de cinco años
 que no se veían, la invita a cenar a su casa. Mi paciente deja a su 
hijo con su ex marido y se prepara a recibir a su amiga. Llega y le 
presenta a su nueva pareja. En la cena comienza una charla informal y 
luego la conversación se va polarizando entre la amiga y el concubino 
sobre el tema del Reiki. “Comencé a sentirme un poco molesta porque me 
estaban marginando. Cuando terminó la cena ellos seguían hablando 
animadamente. En un momento dado él me dice: “le voy a explicar las 
técnicas de Rike a tu amiga, voy a ocupar el cuarto de tu hijo y vos te 
vas a ver televisión al dormitorio”. ¿Y usted que hizo? , le pregunté. 
“Y, me fui al dormitorio” ¿Y ellos? “Se fueron al cuarto de mi hijo” ¿Y 
luego? “Yo me quedé en el dormitorio viendo televisión, pasaron unas dos
 horas y sentí ruido en el living y me levanté. Mi amiga se estaba 
preparando para irse, me dijo que se había hecho tarde y se fue rápido. 
Él me dijo que le preparara un café. Tomó el café y nos fuimos a 
dormir”. Yo esperé unos momentos y ella no hizo ningún otro comentario y
 le pregunté: ¿qué la hizo levantarse de la mesa e irse al dormitorio 
siendo que esto no es algo normal en un encuentro con una amiga? “No sé,
 sólo me levanté y me fui”. ¿qué cree que hicieron su amiga y su 
concubino en el cuarto de su hijo? “Como él sabe mucho de Reiki creo que
 le estaba explicando algunas técnicas, pero no sé, ahora que lo pienso,
 por qué me fui”. Habían pasados dos días de este hecho y ella todavía 
no tenía clara conciencia de lo que había pasado en su casa. Es 
interesante la triangulación que se da en este caso, y las inhibiciones 
que tuvieron que sortearse para que se de una situación así. Primero la 
capacidad de seducción del psicópata (encuadraba perfectamente en esta 
descripción no sólo por esta conducta sino por muchos rasgos que no 
comentaremos aquí) hacia la amiga. Es una persona que conoce un par de 
horas antes y él captó su necesidad de hembra, y en una situación 
altamente desfavorable (estaba cenando con su pareja) decide realizar el
 coito, (luego, en una conversación personal, él lo confirmó). Por otro 
lado la amiga debe saltear sus represiones para, en la casa de su amiga,
 satisfacer sus necesidades sexuales. Él despliega una de las 
características marcadas del psicópata que es el aspecto lúdico, él 
apuesta a que va a conseguir lo que quiere y sin riesgos, en esa 
situación especialísima. ¡Y lo hace! Quince días después, ella cae en la
 cuenta de lo que ha sucedido. Debo aclarar que mi paciente es una 
profesional, que, amén de ser divorciada, no es inexperta en la relación
 con los hombres. Digo esto porque varias lectoras pensarán que es lela o
 directamente estúpida; no lo es, ni mucho menos. En la relación con un 
psicópata se pueden dar estas u otras circunstancias atípicas. Coerción 
Relación unidireccional entre el psicópata y el otro, donde intervienen 
presiones instrumentales, físicas o psicológicas que le impiden optar a 
la víctima. A principios del año 2003 vino a consultarme una mujer de 
unos 30 años por presentar ataques de pánico. Cuenta que la semana 
anterior al volver de compras nota que la puerta de entrada no estaba 
con llave. Como ella es distraída pensó que se había olvidado de cerrar 
la puerta al irse. Así que no le dio importancia y entró. Dejó las 
compras y fue a la cocina a lavar unos platos. Estaba en eso cuando de 
pronto siente que alguien a sus espaldas la estaba mirando. Se asustó 
porque sabía que su marido estaba en el trabajo, y se dio vuelta y en el
 marco de la puerta de la cocina había un hombre que le dijo: “No me 
mires y decime donde está la plata”. Ella le dice que la única plata que
 hay está en su billetera. “Está bien, ahora desnúdate”. El hombre no 
estaba nervioso y no gritaba, tampoco ella vio arma alguna. Así que 
procedió a desnudarse. “Ahora vas a la ducha y te bañás y no salgas 
hasta que yo te diga”. Así lo hizo, se colocó debajo de la ducha. Ella 
sentía ruidos en el living y el dormitorio. Pasado un buen rato se hizo 
silencio y ella salió de la ducha y él apareció en la puerta del baño la
 miró y le dijo “Ya te dije que no salgas de la ducha”. Ella se volvió a
 meter debajo del agua. Esperó y esperó y finalmente se animó y salió, 
no había nadie, sólo algunas cosas desordenadas. Cuando terminó de 
narrar me dijo con un tono muy particular “No me violó” y, tras una 
pausa, poco convincente, “Por suerte”. Este hombre ejerce una coerción 
con el acento puesto en lo psicológico más que en lo físico y sin armas.
 Crea un clima de violación, de gran expectación sexual, para terminar 
con un desprecio por la hembra, desprecio que es acusado no por la parte
 lógica de esta mujer, sino por esencia femenina. Parasitismo 
Utilización del otro como medio de subsistencia, aquí el psicópata 
realiza la manipulación necesaria para conseguir sus fines, pero sin 
presionar demasiado, como actúa un parásito en su relación con el 
huésped. Escribe alguien que convivió con un psicópata: “Cuando hablo de
 parásito, estoy hablando del depredador, de aquél que una vez que ha 
"chupado" toda la energía que hay disponible, se va relamiéndose el 
bigote. Creo que una persona que ha tenido la experiencia de estar cerca
 de un ser como éstos puede decir que es una experiencia física, ya no 
mental, no, es una experiencia física de agotamiento y es al cabo de 
unos días que uno puede sentirse más libre, mas suelto, se va el 
agarrotamiento y se puede andar más ligero (la angustia mental es un 
fardo muy pesado).” Yo tenía un compañero en la Facultad, era del 
interior, y ya venía con la idea de conquistarse a una "veterana", 
profesional, con buen pasar para que lo mantuviera durante toda la 
carrera. Es así que se conquistó a una arquitecta de 30 años (el no 
llegaba a los 20) y se mantenía económicamente gracias de esta mujer. 
Años después, cuando se recibió ni siquiera esperó un tiempo prudencial,
 simuló una crisis emocional y se fue a su provincia, sin ningún tipo de
 contemplación”. Eso es un uso parasitario de una persona. Relaciones 
utilitarias El psicópata establece un tipo de relación para captar al 
otro y conseguir un objetivo. Y una vez logrado, se desprende del otro 
sin el menor miramiento o consideración. Como una herramienta que no 
usamos más. Insensibilidad Escasa o nula repercusión emocional ante el 
daño causado al otro, en los hechos psicopáticos. Permanece indiferente 
ante el dolor ajeno. Lo cual no implica que, fuera de las acciones 
psicopáticas, no se muestre sensible a otras personas, mascotas u 
objetos “No tiene la menor idea de lo que es ponerse en el lugar del 
otro y reconocer lo que esa otra persona está sintiendo. Él trabaja en 
la Morgue, hace autopsias y dice no sentir absolutamente nada por la 
gente allí presente (ya sean cadáveres o familiares de los fallecidos 
que lloran y gritan desconsoladamente ante los reconocimentos). 
Inclusive se ha ofrecido a participar de autopsias de gente conocida 
suya (como amigos o hijos de amigos) que han muerto de formas violentas y
 no se le mueve un pelo. Es más, lo he acompañado a trabajar y he estado
 presente en la sala de autopsias, mirándolo "en vivo y en directo" y es
 la persona más fría que he visto en mi vida. No es sólo profesional, es
 frío.” Otro ejemplo (desde México) “Cuando mi hija tenía 7 años nace su
 hermanito... a ella no le hace gracia... siempre lo trata muy mal, de 
indiferencia al principio y de agresiones no manifiestas. Por ejemplo le
 decía yo que le diera de comer y no se lo daba decía que no quería... a
 sus juguitos le ponía la mano para taparles el popote y decía “mira 
mamá no quiere”. Ya más grandecito le metía el pie para que se tropezara
 etc... Al principio nos parecía normal sus celos, cuando nació su otro 
hermanito se mostraba indiferente con éste aunque no de agresión. 
Conforme crecieron la niña decía muchas mentiras y el hijo de en medio 
era muy nervioso, llorón, etc. (estuvo en tratamiento por hiperactividad
 y baja tolerancia a la frustración). Al concluir la escuela primaria, 
ella tenía muchas amigas muy queridas que la visitaban y ella las 
visitaba. De la fiesta de graduación no nos informó y no nos entregó la 
invitación, después que nos enteramos le llamamos la atención y su 
respuesta es que no quería ir ni ver a sus amigas... ya no volvió a 
visitar a nadie. Nunca lloró, se enojó ni mostró ningún sentimiento. 
Esto me pareció muy extraño. Pensé que iría a la fiesta, lloraría etc., 
como todos lo hicimos alguna vez al concluir un período escolar, pero no
 fue así”. Crueldad Puede ser impiadoso, hacer padecer, dañar 
severamente a otros, sin repercusión emocional displacentera. La mayoría
 de los torturadores de nuestra última guerra civil, consideraban que 
simplemente estaban realizando un trabajo. “Cuando mi hija ya tenía 
aproximadamente 15 o 16 años, el de el medio 9 y el menor 6 años, éste 
último nos dice que su hermana trata muy mal a su hermano... (cuando no 
estábamos, trabajamos los dos), que lo golpea con la pared, lo pellizca,
 lo viste de mujer, lo amenaza, etc. (cuando presentaba golpes nos decía
 que se había caído). El otro niño se atreve a hablar y nos dice que es 
así, que siempre lo ha tratado así, pero tiene miedo de su hermana.” 
“Dr. Marietán: Hace muchos años que hemos llorado la insensibilidad de 
mi hija y sus mentiras, primero pensando que era apenas una niña, 
después que eran problemas de adolescente... pero ya va a cumplir 22 
(disculpe, es un desahogo poder hablar de esto que nos agobia, porque 
los familiares cercanos no comprenden y en muchas ocasiones hemos 
mentido para "cubrir" su conducta, incluso ante sus hermanos, 
actualmente de 12 y 15 años). Hubo una época que adoraba a Marilyn 
Manson y a su cuarto lo pintó morado con muchos cuadros de él, y a sus 
hermanos les daba miedo entrar y ella gozaba cuando lloraban. Un hámster
 hembra que tenía con ella como un año y que le trajo pareja y tuvieron 
crías "se le olvidó” darles de comer y se murieron todos, hasta yo los 
lloré, y ella no. También un perrito que teníamos y atropellaron. De 
hecho nunca la he visto que llore por situaciones así, las únicas veces 
que ha llorado es porque le hemos hablado muy duramente y ha llorado y 
dicho que no la queremos (con mucho coraje y gritando). Hace casi 4 años
 sufrí un accidente grave, estuve 4 meses inmovilizada y el médico me 
dijo que probablemente quedara parapléjica; fue algo muy duro. Mi esposo
 lloraba conmigo, mis hijos también, ella no. Siempre fue insensible y 
lo que me dijo en una ocasión fue que ella también tenía problemas de 
salud y nadie se molestaba por ella, que le molestaba que yo quisiera 
llamar la atención. De hecho esa fue la gota que derramó el vaso, y 
cuando me recuperé decidí que lo más sano es que estuviéramos separadas y
 quizá "cambiara". Pretexté un cambio de ciudad por mi trabajo y mi 
esposo me apoyó y él también buscó ese cambio. Pensé que iba sufrir 
cuando nos separáramos, pero lo tomó muy tranquila. He llorado mucho por
 estar separadas, pero cuando estamos juntas sufro más ¿Qué le debo 
decir a mis otros dos hijos? Ellos ya preguntan por qué su hermana es 
así. Gracias por su atención, el poder decir todo esto me alivia un 
poco, no es nada fácil”. Tolerancia a situaciones de tensión Permanecer 
impasible u obrar fríamente ante situaciones de alta tensión en las que 
un ‘normal’ se paralizaría, descontrolaría o accionaría inadecuadamente.
 Esta característica posibilita que realice acciones de alto riesgo y, 
paradójicamente, arriesguen o pierdan la vida. A diario vemos ejemplos 
tanto en policías o delincuentes de este tipo accionar. También en los 
negocios o la política hay muestras de este rasgo. El caso Yiya Murano 
Fuente: Reincidentes Argentinos 
http://comunidades.calle22.com/comunidades/1130/com1130con6.asp Su 
verdadero nombre era María de las Mercedes Bernardina Bella Aponte. 
Nacida en la provincia de Corrientes (Argentina) en el año 1930. Acusada
 de haber envenenado a tres mujeres y llevada a juicio por homicidio, 
Yiya Murano nunca confesó. Fue absuelta en primera instancia, el juez 
alegó que había dudas insalvables. Tres años después, la Cámara de 
Apelaciones evaluó los indicios de manera diametralmente opuesta y la 
condenó a cadena perpetua. Año tras año Yiya presenta pedidos de indulto
 y de conmutación de pena porque insiste en su inocencia. Hace poco, sus
 reclamos fueron escuchados por el presidente de Argentina, Carlos Menem
 y su pena fue reducida a 25 años de prisión. Se presenta en los 
programas de televisión y sigue alegando su inocencia, aunque su 
personalidad manipuladora quedó al descubierto por las declaraciones de 
su hijo Martín Murano, y de su actual esposo de apellido Chiodi (Ej: 
ella anunció que estaba felizmente casada y que su marido la aceptaba 
por considerarla inocente, sin embargo al otro día su marido pidió 
presentarse en el mismo programa y confesar que eso era mentira, que si 
bien se casaron nunca jamás habían convivido y ella nunca le había 
confesado nada acerca de su pasado y su estancia en la cárcel, alegando 
que su marido era golpeador y ella lo había matado por accidente, 
mientras se defendía). Carmen Zulema del Giorgio Venturini, su prima 
segunda, tentada por las promesas de jugosos intereses, entregó a Yiya 
un montón de dinero no muy significativo, con el propósito de que lo 
invirtiera. Luego del éxito de su primera inversión decidió hacer otra. 
Su vecina Nilda, hizo lo mismo y una amiga de ésta, Leticia Fornisano de
 Ayala también se sintió atraída y decidió invertir. Yiya aumentaba 
desmedidamente su amistad hacia estas y sobre todo, las visitaba con 
mayor frecuencia. El sábado 10 de febrero de 1979 Nilda Gamba comenzó a 
sentir dolores agudos en el estómago y náuseas. El médico que la atendió
 le pronosticó intoxicación y ella recordó (al médico) haber tomado el 
té con Yiya. Yiya se ofreció a cuidarla. Por la noche, empeorando, entró
 en estado de coma y el domingo fallecía. Yiya buscó al doctor Tomer, el
 primero que la atendió, con el fin de que firmara el certificado de 
defunción. El médico se negó alegando que él no había sido el último en 
atenderla. Ante tal inconveniente, Yiya se dirigió al medico de la 
cochera, quien sí aceptó el trámite a cambio de una propina. La causa de
 muerte según el certificado fue: paro cardíaco no traumático, fórmula 
que evita la autopsia. Un mes y medio antes, durante tres días no se 
supo nada de Nilda. Se hizo la denuncia a la policía y cuando forzaron 
la puerta encontraron a Nilda tirada en el piso, víctima de un coma 
diabético.
Aquella
 vez fue Yiya la persona que vio a Nilda por última vez antes de que se 
descompusiera. Puede que haya sido un intento de envenenamiento que no 
resultó, o tal vez lo del coma diabético haya sido verdad. Días más 
tarde cuando debía devolver el dinero a Chicha, Yiya fue a su casa a 
tomar el té y a tranquilizarla. Según ella convinieron en encontrarse 
esa misma noche. Cuando Yiya y las otras amigas fueron a buscarla, nadie
 contestaba. El 22 de febrero los vecinos del edificio denunciaron a la 
policía que del departamento ocupado por Chicha salía un olor penetrante
 y que nadie contestaba el timbre. Al forzar la puerta encontraron el 
cadáver sentado frente a la TV, a su lado restos de pescado, una taza 
con un poco de té. También en este caso el médico de la funeraria 
extendió el certificado de muerte: infarto de miocardio no traumático. 
El 24 de marzo, Mema del Giorgio Venturini sintió náuseas y un profundo 
malestar. Desfalleciente, se arrastró hacia el pasillo del edificio, 
pero presa del vértigo perdió el equilibrio y cayó haciendo ruido, el 
cual escucharon los vecinos y acudieron a socorrerla. En ese momento 
llegaba Yiya quien preguntó a los vecinos si Mema había dicho algo antes
 de perder el conocimiento. De camino al hospital en la ambulancia, al 
fallecer la víctima le preguntó al medico si sería necesaria la 
autopsia. Cuando Diana Maria Venturini, hija de Mema, intentaba poner en
 orden las pertenencias de su madre descubrió que faltaban unos Pagarés 
que habían sido extendidos como garantía de los depósitos de Yiya, ante 
este hecho, indagó al portero del edificio quien recordó haberle dado 
las llaves del departamento a Yiya, minutos después de ocurrido el 
incidente, con el propósito de hacer unas llamadas a los familiares (las
 cuales nunca se hicieron). Ya en su domicilio y con la mente más 
despejada Diana comenzó a hacer conjeturas. Puesto que otras 2 personas a
 quienes Yiya debía dinero habían muerto en circunstancias similares a 
las de su madre, decidió hablar del caso con la policía. A partir de 
eso, el juez ordenó la exhumación de los cadáveres para realizarles las 
autopsias pertinentes. En el caso de Nilda y Chicha, inhumadas en 
tierra, esa tarea no arrojaría resultados decisivos ya que en el proceso
 de descomposición de los cuerpos una de las sustancias que se forman es
 el clorhidrato de cianuro. Esto impide establecer si la sustancia esta 
allí por causas naturales o por haber sido injerida en vida. En cambio, 
en el cadáver de Mema pudo determinarse con exactitud que en sus 
vísceras había restos de cianuro alcalino y así se consideró que se 
trataba de muerte por envenenamiento. A los tres años de estar detenida,
 salió en libertad. ¿Cómo explicar la decisión de la justicia cuando 
nadie dudaba de su culpabilidad? Primero: Yiya nunca había confesado, 
segundo, si bien todas las pruebas apuntaban en su contra, no hubo 
testigos directos de los crímenes, y por último, que la querella se 
basaba en que otra persona no podría haber sido, pero demostraba 
incapacidad en probar la autoría de la imputada. Yiya estuvo muy cerca 
de cometer el crimen perfecto que tanto admiraba. Las mujeres habían 
sido asesinadas con una sustancia que, una vez muertas, era producida 
por el cuerpo en estado de descomposición. Sólo la agonía de Mema le 
había dificultado las cosas. Después de tres años de libertad, la Cámara
 de Apelaciones la considera culpable, ante este fallo, Yiya planea 
fugarse. La Cámara calificó que los hechos constituyen homicidio 
calificado por ser cometidos con veneno reiterado en tres oportunidades.
 También se la condenó por el delito de estafa al patrimonio de estas 
mujeres. Desde el punto de vista médico, de acuerdo con el informe 
forense, Yiya presenta ´una personalidad polifacética en la que se 
destacan componentes histéricos, paranoides y perversos, y es 
precisamente en base al tipo de personalidad que estiman los médicos que
 posee peligrosidad social´. Se consideró probado en la causa que el 
cianuro que llevó a la muerte a Mema Venturini y a Nilda Gamba fue 
colocado en vasos de agua, como parte de remedios, que éstas tomaban sin
 dudar, en razón de la confianza que tenían con Yiya. En cuanto al caso 
de Chicha Ayala, el tribunal sostuvo que el cianuro tuvo dos vehículos 
posibles: el té o las pasas. Se sabe o supone que el cianuro estaba en 
los saquitos de té, ésta es una manera de que nadie sospeche de ella por
 que las mujeres vivían solas, eran de avanzada edad y cuando morían no 
hacía falta que Yiya estuviese presente. Entrega 20. La responsabilidad 
legal del psicópata ¿Cuál es la utilidad del psicópata para el grupo? 
Consideraciones sobre la psicopatía. Conclusiones Con esta entrega 
finalizamos este curso sobre psicopatía, es más que probable que 
continuemos con otro curso durante este año para hablar de los distintos
 casos de psicopatía, ya sobre la base de este curso. Quiero agradecer a
 todos los que participaron y a aquellos que me enviaron sus inquietudes
 y dudas, también a los directivos de Sandoz y GTV y a las autoridades 
de las instituciones que me avalaron. Espero haberles sido de utilidad 
en este primer paso de este complejo tema de la psicopatía. Gracias a 
todos. La responsabilidad legal del psicópata Genovés(3) se plantea el 
interrogante ¿el psicópata es responsable de sus actos? Y para ello 
establece tres pruebas para estimar el grado de responsabilidad de una 
persona en sus acciones criminales: 1. No puede ser declarado a priori 
insano, si no es con un peritaje previo. La regla principal es que un 
imputado está cuerdo hasta que se demuestre lo contrario. Si nos basamos
 estrictamente en lo legal, los psicópatas son responsables, ya que 
conocen perfectamente las normas, al igual que todos los demás. En 
cambio si nos referimos a lo estrictamente moral, el prejuicio se vuelve
 más ambiguo, porque el psicópata carece de apego emocional y sentido de
 culpabilidad. 2. Impulso irresistible. Esta regla afirma que el sujeto 
puede conocer la diferencia entre el bien y el mal, pero tener el 
impulso irresistible de cometer el acto. Esto no es compartido por 
todos, ya que algunos encuentran ambigüedad en la definición de 
irresistible al impulso. Impulso implica espontaneidad (incapacidad para
 demorar la gratificación) y en algunos casos el psicópata prepara 
cuidadosamente su crimen durante largo tiempo antes de cometerlo. 3. Se 
propone que el sujeto no es responsable criminalmente si su acción 
delictiva es producto de su enfermedad o su tara mental. En Estados 
Unidos, por ejemplo, en el modelo del Código Penal de 1962, se expone 
que una persona no es responsable de una conducta criminal, si en el 
momento de realizar tal conducta tiene disminuidas sus capacidades 
fundamentales para ejercer la criminalidad por la conformidad de su 
conducta con la ley, como resultado de un trastorno o tara mental. O sea
 que hay tres posibilidades en teoría que la ley ofrece en los 
tribunales mundiales y son las siguientes: a) Responsabilidad total: 
castiga a un individuo anormal del mismo modo que al normal; b) 
Responsabilidad atenuada: no hay solución plausible, ya que después de 
una corta estancia en prisión encuentran mejores condiciones para volver
 a delinquir. c) Exención de responsabilidad: equipara al psicópata como
 un enajenado debiendo ingresar a un hospital psiquiátrico. En Estados 
Unidos, el Tribunal Supremo (sentencia de abril de 1988) dice que el 
concepto estadístico de considerar la psicopatía como una desviación del
 comportamiento, tiende en la actualidad a ser sustituido por una 
anomalía estructural de la personalidad y por ello como auténtica 
enfermedad mental, tal y como la consideraba la Organización Mundial de 
la Salud. Y en su virtud reduce la pena por homicidio en dos grados 
quedando rebajada a cuatro años de prisión. En Argentina El hecho de no 
ser consideradas personas enfermas, abre una polémica dentro del campo 
de la medicina legal. La postura actual es no considerarlos personas 
enfermas. En ocasiones ciertas conductas los ponen en contacto con el 
sistema judicial (robos, violaciones, homicidios, etcétera). Pueden 
discernir y entender la criminalidad de sus actos y dirigir sus 
acciones, en consecuencia son responsables por lo que hacen. No entrando
 en las condiciones de inimputabilidad del artículo 34 del C. P. (no son
 enfermos) siendo, por lo tanto, punibles. El doctor Vicente Cabello, 
médico legista argentino, sustenta otra postura. Opina que ante toda 
psicopatía debe investigarse exhaustivamente la posibilidad de una noxa 
cerebral. Considera que son personas enfermas, la conducta que tienen no
 es porque sí, sino que es producto de su enfermedad, en consecuencia, 
para esta escuela, son inimputables.(16) ¿Cuál es la utilidad del 
psicópata para el grupo? Podemos especular el por qué de la existencia 
de los psicópatas, cuál es su valor social. Tal vez estas personas sean 
un reaseguro de la especie, del grupo. Ante una emergencia alguien debe 
responder con características no habituales para hacer frente a la 
situación totalmente anómala, imprevista o extraña. Así, en un caso de 
guerra, aquel que es tildado de desalmado, cruel e insensible es el 
héroe. Es aquel que va al frente, que asume riesgos que el grueso no, se
 arriesga, y lleva adelante acciones que la mayoría no se animaría a 
realizar, es el comando de un grupo de guerra. O sea, esa potencialidad 
que es totalmente desfavorable en tiempo de paz, y puede llevar a esta 
persona a desarrollar conductas muy agresivas a su entorno, 
(delincuencia, criminalidad, etcétera), es la misma. que en situaciones 
anómalas se ajusta perfectamente a los requisitos de emergencia que 
tienen que solucionar. Los psicópatas serían parte de la reserva del 
grupo en caso de emergencia, pero en estados normales son absolutamente 
chocantes para la sociedad. Estas personalidades atípicas pueden tener 
cierta adaptación a la sociedad, como el caso del psicópata insensible 
que puede convertirse en un arrojado policía, un buen militar, un 
torturador, un gobernante para tiempos de crisis, un talentoso 
deportista, un excelente cirujano. La anticipación del peligro, el 
miedo, no los inhibe para la acción. Y son, en consecuencia, 
refractarios al condicionamiento adversivo. También el psicópata es al 
que le encargamos hacer el trabajo “sucio”: es al que llaman para 
torturar, para eliminar masas de gente de un país, para hacerse cargo de
 la “represión brutal” contra una fracción revolucionaria o los 
delincuentes, o es el revolucionario al que alientan los que desean un 
cambio radical en un país; es el militar al que le hacen quemar una 
aldea, o lo hacen infiltrar como espía en el bando contrario, es el 
policía al que llaman para que se tirotee con los delincuentes, es el 
abogado al que contratamos para que con sus artimañas nos haga zafar de 
un delito, o al político que lo dejamos que modifique todo el sistema 
económico, es el empresario que con sus manipulaciones, amenazas, coimas
 y sobornos dejamos enriquecer. Y luego, superada la crisis o la 
emergencia, y a veces, los juzgamos por criminales o estafadores o 
transgresores. A modo de conclusión Consideraciones sobre la psicopatía 
Los valores tienen su origen en las necesidades sociales. La suma de 
experiencias individuales y del grupo van formando aquellos sedimentos 
de patrones de conductas deseables que constituyen los valores. Estos 
valores son transmitidos del entorno al individuo a través de la 
familia, la escuela. Conceptos externos al individuo son introyectados, 
asimilados y luego pasan a ser parte del propio individuo. Pasan a 
convertirse en "sus valores". Esto le permite tener una conducta 
ajustada y no discordante con su entorno. Por supuesto que hay un rango 
de ajuste, y también un rango de desajuste tolerado. Son aquellas 
pequeñas desviaciones a los "valores bases". Es decir que en toda 
sociedad existe la posibilidad de tolerancia a pequeñas desviaciones a 
las normas. La comunidad, el hecho de pertenecer a un grupo, significa 
para el individuo un resguardo, un sistema de seguridad. En ese grupo, 
él va a tener un deber, una responsabilidad y deberá seguir un código. A
 cambio de eso el grupo, a su vez, lo protege de circunstancias que 
pueden ser riesgosas para un solo individuo. El deber, entonces, es la 
responsabilidad del individuo frente el grupo, es un hecho extrínseco, 
objetivable; se sabe si tal individuo cumplió o no con su deber, si ha 
sido responsable o no. Luego están los principios personales, los 
códigos propios de cada individuo, eso es interno y solamente él tiene 
en cuenta, para sí mismo, si ha cumplido o no con sus principios. El 
código personal, los propios principios, es absolutamente subjetivo. No 
cumplir con esos códigos individuales genera culpa. Así en ocasiones, se
 puede faltar al deber, ser irresponsable desde el punto de vista 
objetivo y desde el punto de vista de la mirada del grupo hacia el 
individuo. Pero, para él, si ese acto o esa acción que cometió tiene una
 justificación personal, privada, coherente con su código personal, no 
manifiesta para sí mismo culpa, no se siente culpable. Existen, por un 
lado la ley, las normas, y por otro lado las ambiciones del individuo. 
Las ambiciones individuales deben encajar o seguir las reglas de juego, 
los códigos de la sociedad para conseguir un equilibro adaptativo. Hay 
límites a la ambición. La sociedad tolera ciertos errores, pero no la 
ostentación del error. La sociedad tiene una limitación y un permiso que
 es explícito y corresponde a las normativas, a las leyes. Luego hay un 
permiso tácito, implícito, que no está escrito, que hace que se toleren 
algunas desviaciones a la norma. ¿Por qué al psicópata no le importa 
sortear las normas? Porque necesita satisfacer sus “necesidades 
atípicas”. Porque sobredimensiona sus posibilidades, su ingenio o su 
suerte por un optimismo ingenuo o lúdico: "esta vez no me van a 
agarrar", o "esto me va a salir bien", o por un costo - beneficio 
aceptado. Es decir, por asumir un riesgo que puede tener una 
consecuencia grave, pero que el resultado de esa acción vale el llevar 
adelante el riesgo. Ser optimista es fantasear en una proyección virtual
 hacia el futuro con un resultado positivo. El optimismo está 
relacionado con la ensoñación. Ésta es parte del trabajo psíquico que 
consiste en utilizar la imaginación como campo de proyección de posibles
 acciones a realizar. El psicópata no transgrede las normas. Transgredir
 es valorar (conocer y sentir) las normas y a pesar de ello sortearlas. 
El psicópata ve a las normas como un obstáculo a sus ambiciones. La 
norma no le genera el temor inhibitorio que a la mayoría de las 
personas. La norma tiene un enunciado y un significado por sí 
(explícito) y por la amenaza (implícita) que implica su no seguimiento. 
Es decir, en toda ley hay una amenaza, una apelación a las consecuencias
 negativas que pueden ocurrirle al individuo de no seguirlas. Subyace 
una prohibición, un daño a futuro para aquel que no la cumpla. Toda ley,
 toda norma, genera temor e implica la posibilidad de castigo. La ley 
está hecha para domar, para doblegar y para condicionar las conductas 
instintivas de los individuos y entornarlas con el siguiente lema "Si 
quieres pertenecer a este grupo, estas son las reglas. Si se cumplen las
 reglas estás dentro, si no las cumples estás fuera". El psicópata tiene
 la particularidad de estar dentro del grupo y de sortear alguna de sus 
normas pero no todas, de lo contrario sería desplazado del grupo. ¿Hasta
 cuándo sucede esto? Hasta que en algún momento se extralimita 
fuertemente y es "descubierto y señalizado". Un personaje poderoso, ya 
fallecido, seguía un concepto sobre el poder. Él decía "el poder es 
tener impunidad, es hacer sin temer las consecuencias". El psicópata es 
siempre otro, no hace un insight, es decir, no hay un darse cuenta. Él 
no es consciente de su propia psicopatía. ¿Es el psicópata un inmaduro 
que se quedó en la etapa adolescente de su desarrollo? A veces, algunos 
psicópatas dependientes parecen contestar sí a esta pregunta, o algún 
tipo de asunción de riesgo "infantiloide" parece confirmar este punto. 
Los psicópatas son refractarios a los estímulos, tanto a los estímulos 
negativos (castigos, penas, contra argumentaciones a la acción en 
apelación a las normas), como también, y esto es poco notado, son 
refractarios a los estímulos positivos (cariños, recompensas, 
suavización de las penas, apelaciones a lo afectivo). El psicópata no 
modifica su conducta por ninguno de los dos estímulos, ni positivos ni 
negativos. La mentira, para el psicópata, es una herramienta de trabajo.
 La mentira es desvirtuar la verdad ex profeso, con un objetivo "en 
mente", con el objeto de conseguir algo. La mentira siempre apunta a 
algo. Se miente para evitar un castigo, se miente para conseguir una 
recompensa, se miente para engañar a otro. Detrás de la mentira siempre 
hay un rédito y esto lo diferencia de la fabulación, que también es una 
transgresión a la verdad, pero por el mero hecho de satisfacer el ego. 
Es lo que utiliza el fanfarrón. El psicópata puede sortear todo tipo de 
normas, pero no el 100% de las normas, sino sería rápidamente detectado y
 eliminado del grupo. Puede sortear las normas, la ley social, y 
convertirse en un delincuente, estafador o un revolucionario. Puede no 
cumplir las leyes éticas, en general, de la sociedad o puede tener 
conductas sexuales como la prostitución, la homosexualidad y cualquier 
otro tipo de perversión. Dentro de las alteraciones de la ética, está su
 particular relación con los otros seres humanos, que es la cosificación
 del otro, que le permite utilizarlo como una cosa, como un objeto de 
intercambio o de utilidad. Esta cosificación es lo que explica, tal vez,
 llegar a torturar o matar al otro. Hay distorsión en la forma de 
autoestimulación, por eso el psicópata a veces cae en la droga y el 
alcohol. Algunas conductas psicopáticas pueden parecen ilógicas (visto 
desde afuera), pero es perfectamente lógica para el psicópata. Son 
lógicas distintas, son sistemas de razonamientos distintos, códigos 
distintos y valores diferentes basados en necesidades distintas. La 
conducta psicopática puede, ser a veces, de mucha inestabilidad frente a
 estímulos objetivamente pequeños (para el normal), o al revés, el 
psicópata puede permanecer con una conducta de mucha estabilidad, a 
pesar de las fluctuaciones del ambiente, es decir, puede permanecer 
sereno en situaciones que desestabilizan a la mayoría. El fracaso lo 
derrumba. Los momentos de crisis de los psicópatas son producidos por 
frustraciones y fracasos. Siempre coloca la responsabilidad de su 
fracaso o su frustración, en lo otro, en lo externo (defensa 
"aloplástica"). El éxito del psicópata en el medio social, no asegura 
que se estabilice. En ocasiones después de mucho esfuerzo, destruyen 
todo lo que han hecho, por un acto banal. Esto es desconcertante para el
 "normal" que observa esto, que ha seguido toda la trayectoria y el 
accionar de la inteligencia de éste hombre exitoso y sin embargo, por 
una tontería, destruye todo andamiaje. Los casos resonantes de 
personajes internacionalmente importantes, me eximen de más comentarios.
 Dentro de los tipos de psicópatas, en su relación con el sistema, 
están: Los que aprovechan el sistema, para sacar beneficio (estafadores 
menores, algunos políticos, especuladores); Los que confrontan con el 
sistema dentro del sistema (delincuentes, estafadores graves, 
criminales, políticos extremistas, tanto de derecha como de izquierda); 
Aquellos que quieren cambiar el sistema (los que se marginan, y desde la
 marginación tratan de romper el sistema). Cualesquiera sea la 
pertenencia del psicópata en estos tres grupos, siempre están contra el 
orden establecido. Hay algo en el psicópata que le impide aceptar el 
orden establecido. Así lo vemos al querellante fatigar tribunales 
apelando una justicia que nunca termina de convencerlo. Y si la 
"justicia" se demora o no es suficiente ¿por qué no ser él mismo el que 
la ejecute? El psicópata pude tener tres tipos de conductas: a) Accionar
 normal: es su parte adaptada al patrón conductal normal. No se le 
"nota" la psicopatía. b) Accionar psicopático: es la manifestación de 
sus conductas psicopáticas. La ejerce sobre determinadas personas, 
complementarios o víctimas. c) Tormenta psicopática: es la conducta 
psicopática desestabilizada. De gran inestabilidad emocional y tensión 
interna, que el psicópata trata de equilibrarla a través del rito 
psicopático, grupo de conductas repetitivas (el patrón conductual 
psicopático). Hay impulsos y automatismos. Intensa descarga de la 
tensión interna sobre lo externo. No puede parar sus acciones hasta 
lograr reestabilizarse. La forma que toma esta desestabilización 
dependerá del tipo y grado de psicopatía. Aquí es donde se producen los 
homicidios seriales o extremadamente crueles, las violaciones, 
destrucciones y también los suicidios. Es donde el psicópata de tipo 
asocial deja su sello, su marca personal. El psicópata en general, se 
justifica a sí mismo en todas sus acciones. Suele ser acusador y 
crítico. A la pregunta ¿por qué el psicópata no sigue las normas? La 
respuesta es simple, porque las normas no se ajustan a sus deseos. Este 
tipo de personalidades tienen un particular sentido de la libertad. Ser 
libre es poder hacer sin impedimentos. Poder optar. Las trabas a la 
expansión de la acción, pueden ser internas o externas. Si estos seres 
minimizan sus trabas internas (llámese represión, inhibición o 
remordimiento) sólo les quedan las trabas externas. Si los impedimentos 
externos no están corroborados por la propia lógica ni tienen el peso de
 los sentimientos, a qué seguirlos. Se convierten en algo artificioso, 
armado por otros. Un como sí lúdico. Un juego donde se conocen las 
reglas, los obstáculos, pero en el fondo es todo fantochada. Es así un 
jugador sin impedimentos que conoce los impedimentos. ¿No será este uso 
particular de la libertad lo que lo hace seductor al apelar a las 
libertades reprimidas del otro? Tal vez el psicópata busque detrás de 
las máscaras, de la imagen, de la "persona", al "animalito" deseoso y 
encerrado que todos llevamos dentro y lo anime a participar en un juego 
ambivalente de satisfacciones y angustias. Es campo de estudio del 
biólogo la variabilidad de la especie humana (raro – común); del 
sociólogo el ajuste del individuo en el grupo (adaptado – inadaptado); 
del moralista (religioso, ético) valorar lo bueno y lo malo; del legista
 juzgar las responsabilidades; del psicólogo las motivaciones de la 
conducta individual. El médico debe limitarse a su estricto campo que 
consiste en evaluar si una persona está sana o enferma. Y, el psicópata,
 puede ser raro, inadaptado, malvado, delincuente o tener una conducta 
incomprensible, pero no es un enfermo.
Hugo Marietan, 1994, actualizado a marzo de 2006, Buenos Aires, Argentina
ARTE Y PSICOPATOLOGÍA: GENIALIDAD, MELANCOLÍA Y DELITO. II.- NIETZSCHE, FREUD Y KAFKA: CRUELDAD, HUMILLACIÓN Y LA INQUIETANTE INOCENCIA DEL ACUSADO _ DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA ESCUELA DE TEATRO PUC
Bibliografía: 
1.
 Bruno, Antonio; "Personalidad perversa post traumática", tesis de 
doctorado, 1958. 2. Garrido Genovés, Vicente; Técnicas de tratamiento 
para delincuentes, Ramón Areces, Madrid, 1993. 3. Garrido Genovés, 
Vicente; Psicópata; Editorial Tirant Lo Blanch; Valencia; 1993. 4. Otto 
Kernberg, Diagnóstico Diferencial de la Conducta Antisocial, Revista de 
Psiquiatría, 1988,volúmen 5, página 101 a 111, Chile 5. Bruno, A.; 
Tórtora, G.; " Las psicopatías", Psicología forense, Sexología y praxis,
 año 3, vol. 2, Nº 4, año 1996. 6. Pinel, Philippe "Tratado médico 
filosófico de la enajenación mental o manía", Ediciones Nieva, Madrid 
1988. 7. Schneider, Kurt, "Las personalidades psicopáticas", Ediciones 
Morata, 8º edición, Madrid, 1980 8. Laplanche, J., Pontalis B. 
"Diccionario de psicoanálisis", Editorial Labor, Barcelona, 1981. 9. 
Berrios, G. "Puntos de vista europeos en los trastornos de la 
personalidad", Comprehensive Psychiatry, Nº 1, 1993. 10. Bercherie, 
Paul, Los fundamentos de la clínica, editorial Manantial, Buenos Aires, 
1986. 11. Gregory R. L., Diccionario de la Mente, Editorial Alianza, 
Madrid, 1955. 12. Marietán, H., Semiología psiquiátrica. Funciones 
básicas. Editorial Ananké, Buenos Aires, 1996. 12b) Marietan, Hugo: 
Personalidades psicopáticas, Alcmeon 27, 1998 13. DSM IV, Editorial 
Mason, Barcelona, 1995 14. Oates, J., Babilonia, Ediciones Martínez 
Roca, Barcelona, 1989. 15. Marietán, H., Semiología psiquiátrica. Grupos
 sintomáticos. Editorial Ananké, Buenos Aires, 1998. 16. Cabello, V., 
Psiquiatría Forense en el Derecho Penal. T3, Editorial Hammurabi, Buenos
 Aires, 1984.
Semiología psiquiátrica
Asesinos seriales
Un
 investigador internacionalmente destacado en el tema de la psicopatía, 
el Dr. Robert Hare, cree que es poco probable que alguna vez se llegue a
 una teoría unificada sobre las causas de la violencia en general, sin 
embargo plantea que nos estamos acercando hacia una mayor comprensión de
 ciertos tipos de violencia depredadora atribuibles a los psicópatas. 
Las respuestas no estarían dentro de los factores sociológicos o de 
entorno sino más bien dentro del individuo.
Tal
 y como el asesino Berdella demostró, los psicópatas son arrogantes, 
narcisistas, superficiales, manipuladores y grandilocuentes. No tienen 
consideración alguna por el sufrimiento que pueden causar y en general 
no establecen fuertes vínculos emocionales con los otros. El trastorno 
de la psicopatía aparece en todas las culturas y se manifiesta 
tempranamente con desordenes de conducta, cruel indiferencia y 
desordenes de déficit de atención e hiperactividad. Aunque no todos los 
psicópatas violan la ley, muchos manifiestan comportamientos 
antisociales como manipular emocionalmente, agredir y ser crueles. La 
necesidad de poder y control es lo que conduce el accionar de los 
psicópatas, quienes son sujetos que ven el mundo en términos de dadores y
 tomadores, sintiéndose justificados de ser los tomadores. Su violencia,
 como una vez dijo el asesino serial Arthur Shawcross, es solo un 
negocio usual. En otras palabras, su agresión es instrumental, no 
reactiva, y está encaminada hacia alguna oscura ganancia.
En términos de tratamiento[1],
 Hare nota que los agresores sexuales que son psicopáticos presentan 
problemas especiales. Las agresiones de los agresores sexuales 
psicopáticos —dice Hare citando la literatura médica— serán 
probablemente más violentas y sádicas que las del resto de agresores 
sexuales.
Los
 psicópatas también reinciden más, diversifican sus crímenes, y fallan a
 la hora de aprender de los castigos. Al parecer sufren de cierta 
angustia personal, aparecen mal con sus actitudes y conducta, y buscan 
tratamiento solo cuando va con sus intereses.
Aparentemente
 fallan en procesar las emociones de la manera en que la gente normal lo
 hace, de forma tal que no tienen empatía. Por ende, en ellos son 
débiles las inhibiciones emocionales típicamente socializadas en 
relación a la agresión. Así, cuando a Bob Bardella se le preguntó sobre 
 su propósito luego del segundo asesinato, él dijo que no tenía un 
propósito, al menos no conscientemente. La primera vez era más que todo 
un asunto de no ser atrapado, así que…¿qué diferencia habría realmente 
si mataba de nuevo?.
Adriane Raine, de la Universidad de Southern California, ha  interesado
 por mucho tiempo en los correlatos neurológicos del comportamiento 
psicopático. Él ha encontrado déficits cerebrales en diversas áreas que 
parecen contribuir a la violencia, específicamente el sistema límbico 
(el centro emocional) y el cortex prefrontal. Dichos déficits harían a 
los psicópatas menos sensibles a la estimulación aversiva y menos 
capaces de tomar decisiones apropiadas en torno a la agresión hacia los 
demás, así como también harían que éstos sean impulsivos, arrojados y  de que
 comporten sensaciones fuertemente estimulantes. Consecuentemente los 
asesinos predadores serían sujetos carentes de afecto y mucho más 
propensos a atacar a extraños que la gente normal cuya violencia es más 
reactiva y emocional.
Al
 evaluar los procesos emocionales en el verdadero psicópata, Patrick 
Christopher hace eco de Raine y Hare cuando afirma que el comportamiento
 predatorio del psicópata está relacionado con una debilidad en el 
sistema defensivo del cerebro. Se cree pues que, tanto en el psicópata 
como en la persona normal, las emociones activan uno de los dos procesos
 básicos del cerebro, produciendo así la aversión-evasión o el 
deseo-aproximación. En el caso de los psicópatas, dice Patrick que el 
estímulo desagradable tiene que ser, para los mecanismos de acción 
defensiva, lo suficientemente fuerte como para activar un bloqueo o 
interrupción en el comportamiento de búsqueda de la meta.  En otras 
palabras, en ellos no hay ideas a largo plazo sobre el aprisionamiento 
que podría detenerlos ni el dolor o la angustia de sus víctimas: solo y 
únicamente los frena la posibilidad de un castigo inmediato[2].
 Ellos tienen una meta definida y usarán la fuerza y la violencia para 
conseguirla a menos que esto pueda lastimarlos de alguna manera como, 
por ejemplo, en el caso de que tuviesen, para conseguir su meta, que 
intentar apuñalar a alguien mucho más fuerte y con la capacidad 
suficiente como para vencerlos o causarles daños de suma gravedad.
Todavía
 más profundo resulta el que los asesinos seriales utilizan la cadena de
 sus asesinatos como una forma de dar sentido y propósito a sus vidas. 
Candice Skrapec, de la Universidad Estatal de California en Fresno, ha 
tratado de comprender qué es lo que conduce a los asesinos seriales y ha
 encontrado necesidades humanas básicas, aunque exageradas[3].
 A partir de entrevistas, ella ha descubierto que los asesinos seriales 
masculinos de tipo predador se sienten víctimas y, en consecuencia, su 
ira les lleva a devolver el golpe y a hacer pagar a otros[4]. En definitiva ellos se sienten libres de sus propios códigos morales y acreditados para hacer lo que están haciendo.
Complementariamente,
 los asesinos seriales alimentan sus ímpetus con las oscuras fantasías 
que les hacen sentirse más grandes de lo que en realidad son, siendo así
 fantasías que parecen completarlos. De ese modo, representando y 
fomentando esas oscuras fantasías ellos escapan de cuestionar su 
autoconcepto y de enfrentar con ello su imagen de impotencia, 
sintiéndose así especiales por hacer algo que pocas personas podrían 
hacer. Así, asesinar incrementa su sensación de vitalidad, lo cual 
produce una euforia que es seguida por una sensación de calma o alivio 
de la tensión. Por otro lado, el que los medios de comunicación den 
atención a sus asesinatos es algo que afirma y refuerza el sentimiento 
de poder que existe en ellos.
Siguiendo
 con esto de la relación entre los asesinatos y la búsqueda de 
significado existencial, se tiene que, si bien la agresión no es difícil
 de sexualizar, aún así la depredación sexual no es el motivo original 
en los asesinos seriales. Y es que en ellos se expresa el asesinar como 
algo que envuelve algo más grande que la mera muerte: la necesidad de 
destruir por completo, necesidad ésta vinculada al limitado rango con 
que los asesinos evalúan la realidad, juzgando todo como blanco o negro 
y, a consecuencia de eso, actuando de forma tal que sus actos tienden a 
seguir la ley del “todo o nada”.
Por
 último, en los asesinos seriales el asesinato reconstituye un sentido 
del yo fragmentado, transformándolo en un todo integrado. Tal y como 
postuló Skrapec, al fin y al cabo lo que exteriormente parece un 
comportamiento ofensivo es, en realidad y en ,
 un comportamiento defensivo. En este marco, se tiene que los asesinos 
seriales experimentan el enojo como vacío (sensación de vacío 
existencial), por lo cual exteriorizan su agresividad para sentirse 
mejor e incluso para, a través de esas experiencias que viven al 
exteriorizar su enojo-agresividad, concebir una sensación de sentido y 
significado en sus vidas…
 .
NOTA: El artículo expuesto es el producto de la reescritura de un texto de Crime Library d
[1] Tratamiento psiquiátrico y psicológico, o médico en términos generales
[2] Esto
 quiere decir que el psicópata no se detiene considerando daños posibles
 (para él) a mediano o largo plazo, sino únicamente a actual o corto 
plazo.
[3] En
 otras palabras, necesidades humanas básicas que, sin variar en su 
naturaleza, se presentan amplificadas e intensificadas a nivel del 
protagonismo que tienen en la  del sujeto.
[4] Es pues en este afán revanchista donde  el
 llamado mecanismo de desplazamiento, aunque evidentemente, en la cadena
 de asesinatos donde tantos inocentes pagan, puede terminar pagando 
quien realmente infringió el daño real o imaginario al asesino: así, 
como ejemplo de esto último está Edmund Kemper, quien asesinó a su  ya que la odiaba pues ésta lo castigaba injustamente de pequeño.
BIBLIOGRAFÍA 
Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En Revista Almiar –Margen Cero– Nº 71 | noviembre-diciembre 2013, Madrid.http://www.margencero.com/almiar/vasquez-rocca-freud-y-kafka/
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 Sloterdijk: Antropotécnicas y Homo immunologicus; o la autoplastia como
 espacio auto operativo, endo-retórico y socio-inmunitario”, En ERRANCIA, La palabra Inconclusa, Nº 7 – 2013, Revista de Psicoanálisis, Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v7/PDFS_1/ERRANCIA%207%20-LITORALES%2010.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, “Zoología Política: Disturbios en el Parque Humano, Cultura de Masas y el modelo amigable de la Sociedad Literaria”, En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid, III Época – Nº 73 marzo–abril, 2014.http://www.margencero.com/almiar/zoologia-politica-cultura-de-masas/
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 En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – 
marzo, 2014 – ISSN 1885-5679 – Oviedo, España, pp. 73 – 92. http://www.revistadefilosofia.org/55-04.pdf
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Eros y Thanatos (agresividad y destructividad)”, En Revista Observaciones Filosóficas – Nº 17 – 2013 – 2014, ISSN 0718-3712,http://www.observacionesfilosoficas.net/nietzscheyfreud-negociacionculpaycrueldad.htm
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 Sloterdijk: Constitución Psico-inmunitaria de la naturaleza humana, 
Ciencia Zoológica y Ciencia Pneumática; Deriva biotecnológica e historia
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Transversales, 2014, pp. 45–66; y Cuaderno de Materiales, ISSN: 
1139-4382, Universidad Complutense de Madrid, Nº 26, 2014https://dl.dropboxusercontent.com/u/62941780/Sloterdijk%20CdM25%20.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: Crueldad, Neurosis y Civilización”,
 En ERRANCIA, La Palabra Inconclusa– Revista de Psicoanálisis, Teoría 
Crítica y Cultura, Nº 3 © 2012, Universidad Nacional Autónoma de México 
UNAMhttp://www.iztacala.unam.mx/errancia/v8/PDFS_1/TEXTO%20POLIETICAS%202%20ERRANCIA%208.pdf
En Poliéticas del Cuerpo: http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v8/polieticas_2.html
En Poliéticas del Cuerpo: http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v8/polieticas_2.html
Vásquez Rocca, Adolfo, “Foucault; ‘Los Anormales’, una genealogía de lo monstruoso. Apuntes para una Historiografía de la locura”, En ROSEBUD  – Critica,  Scrittura, Giornalismo – Anno IV – mayo I 2014, Dublin, Ireland.http://rinabrundu.com/2014/05/10/foucault-los-anormales-una-genealogia-de-lo-monstruoso-apuntes-para-una-historiografia-de-la-locura/
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Eastern Mediterranean University – Academia.edu
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Complutense de Madrid
Universidad Andrés Bello UNAB
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Complutense de Madrid
Universidad Andrés Bello UNAB
E-mail: adolfovrocca@gmail.com
___________________________
Leer (en Margen Cero) otros artículos Adolfo vásquez ROCCA: Pina Bausch; Danza Abstracta y Psicodrama Analítico | Modernidad líquida y fragilidad humana; de Zygmunt Bauman a Sloterdijk | W. Burroughs: la metáfora viral y sus mutaciones antropológicas | Facebook; del desprecio de las masas a la «sabiduría de las multitudes» | La posmodernidad; a 30 años de la condición postmoderna de Lyotard | La Invención de Morel; defensa para sobrevivientes
LITERATURA GÓTICA: ARTE, CULPA NEURÓTICA Y AUTOCASTIGO: ARTHUR RIMBAUD, FREUD Y KAFKA Dr. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
 DARK ROMANTICISMO; RELACIÓN CON LA LITERATURA GÓTICA Y LOS POETAS MALDITOS
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Eastern Mediterranean University – Universidad Complutense de Madrid
 DARK ROMANTICISMO; RELACIÓN CON LA LITERATURA GÓTICA Y LOS POETAS MALDITOS

Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Eastern Mediterranean University – Universidad Complutense de Madrid
“Y cosecharon los frutos maduros de su perdición”
“Y cosecharon los frutos maduros de su perdición”
                                                                                                            Edgar Allan Poe
“La carne es triste y he leído todos los libros”
Stéphane Mallarmé
Romanticismo
 oscuro ("Dark Romanticism", en inglés) es un subgénero literario 
estadounidense surgido en el siglo XIX a partir del movimiento 
filosófico denominado trascendentalismo. Las obras de este subgénero, 
pues, se vieron muy influidas por el trascendentalismo, aunque no 
comulgaban con sus ideas. El romanticismo oscuro, a grandes rasgos, se 
manifiesta mucho menos optimista que aquél acerca de la condición 
humana, la naturaleza y la divinidad. Los autores más representativos de
 la corriente son: Edgar Allan Poe, Nathaniel Hawthorne, Herman 
Melville, y también se adscriben a la misma la poetisa Emily Dickinson y
 el poeta italiano Ugo Foscolo.
La expresión romanticismo oscuro proviene por un lado de su condición pesimista y por otro de la influencia del primigenio movimiento romántico. Su nacimiento se produjo a mediados del siglo XIX, como se ha dicho, a partir del trascendentalismo. Éste se originó en Nueva Inglaterra a cargo de intelectuales de renombre como Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau y Margaret Fuller, y cosechó gran prestigio más o menos desde 1836 hasta finales de los 1840s. El movimiento tuvo gran influencia en distintas áreas, como la literatura, a medida que los escritores iban imbuyéndose de su doctrina.4 Mientras tanto, ciertos autores, entre ellos los citados Poe, Hawthorne y Melville, encontraron las ideas trascentalistas demasiado optimistas o egoístas, y reaccionaron contra ellas a través de sus obras poéticas y prosísticas; ésta sería la tendencia que daría origen al "Dark Romanticism".
El 
trascendentalismo influyó a los autores del romanticismo oscuro de 
manera diferente, de ahí que la crítica haya señalado las distintas 
maneras que tuvieron estos autores de romper con esa corriente. En 
primer lugar, los románticos oscuros confían muy poco en la perfección 
como una cualidad innata del ser humano, idea clave de los 
trascendentalistas. Como consecuencia, sus personajes son propensos al 
pecado y a la auto-destrucción, ya que no poseen inherentemente ni la 
gracia divina ni la sabiduría. G. R. Thompson expresa este desacuerdo, 
afirmando que mientras que el pensamiento trascendentalista concibe un 
mundo en que la divinidad es inmanente «los románticos oscuros adoptan 
imagénes del mal antropomorfizado en forma de demonios, vampiros, 
fantasmas o monstruos». En segundo lugar, aunque ambos grupos sostienen 
que la naturaleza es una fuerza profundamente espiritual, el 
romanticismo oscuro la contempla bajo una luz siniestra, al contrario 
que el trascendentalismo, que ve en la naturaleza una especie de 
mediador orgánico y universal con la divinidad. Para estos románticos, 
al contrario, el mundo natural es sombrío, decadente y misterioso, y sus
 revelaciones para el hombre son de carácter maligno o infernal. 
Finalmente, mientras que los trascendentalistas abogan por la reforma 
social en su caso, sus contrarios con frecuencia proponen personajes que
 fracasan una y otra vez en sus intentos de mejorar sus vidas. Thompson 
resume de la siguiente forma las características del subgénero:
La 
incapacidad del hombre caído por comprender plenamente los inquietantes 
guiños de un reino sobrenatural que aún parecía no haber llegado; la 
constante perplejidad ante los fenómenos metafísicos e inexplicables; la
 propensión a una conducta perversa o inmoral, sin regla ni medida, y un
 sentido de culpa sin nombre combinado con la sospecha de que el mundo 
externo no es más que una ilusión de la mente: tales son los elementos 
principales que opusieron los románticos oscuros a la corriente 
principal del romanticismo.
La novela
 gótica, muy popular en Inglaterra a fines del siglo XVIII y principios 
del XIX, es conocida por su incorporación de elementos comunes con el 
romanticismo oscuro. Nació con la obra de Horace Walpole El castillo de 
Otranto en 1764. Las obras góticas aspiran comúnmente a inspirar terror,
 a través de la incorporación de elementos macabros y sobrenaturales, 
casas encantadas, etc. Los críticos suelen referirse a «puestas en 
escena muy melodramáticos y tramas totalmente predecibles». En general, 
son elementos comunes la oscuridad y lo sobrenatural, y los personajes 
perturbados o vampiros, pero la novela gótica tiende más al terror, 
mientras que el romanticismo oscuro se fija preferentemente en el 
misterio sombrío y el escepticismo sobre la condición humana. Sin 
embargo, la novela gótica influyó poderosamente en autores como Poe.
Autores 
del romanticismo temprano inglés como Lord Byron, S. T. Coleridge, Mary 
Shelley, John Shek y John William Polidori se han asociado 
frecuentemente a ambas corrientes. Sus relatos y poemas reflejan a 
menudo casos de inadaptación social, grandes tormentos anímicos y la 
incertidumbre sobre si la naturaleza humana salvará o destruirá a los 
protagonistas.
Tradicionalmente
 se considera a los ya mencionados Edgar Allan Poe, Nathaniel Hawthorne y
 Herman Melville como los autores centrales del romanticismo oscuro.
Poetas y Escritores Malditos
¿Qué son 
los poetas malditos?¿Dónde se origina esta denominación? Expresión 
creada por Verlaine [como una suerte de homenaje al poeta Arthur 
Rimbaud], la noción ya es toda una institución en el ámbito poético y 
hace referencia una actitud de incomprensión social frente al artista. 
Originada en tiempos románticos, invito a preguntarnos si este concepto 
no es más bien una mistificación autodestructiva que debe ser superada 
por una visión vigorosa, saludable y lúcida.
El uso de
 la expresión “poetas malditos”, ante la influencia de la obra de 
Verlaine, se extendió a todos los dominios nacionales y pasó a designar 
así a todo aquel escritor talentoso, poco importase su nacionalidad, que
 presentase un dejo de incomprensión social y una cierta tendencia 
provocativa (léase autodestructiva por el consumo de drogas o alcohol) y
 cuyos textos, dado su alto nivel de codificación poética, fuesen de 
oscuros significados.
La obra que más mentes esquinadas concentró por primera vez fue Los poetas malditos, del poeta francés Paul Verlaine, publicado por primera vez en 1884. En él participaron autores como Rimbaud (Una temporada en el infierno,1873),
 Mallarmé o Pauvre Lelian (anagrama del propio Verlaine). Este concepto 
de “maldito” lo inició precisamente Verlaine con esta obra, pero a su 
vez había sido inspirado un poema de Baudelaire llamado Bendición, que 
se encuentra al principio de Las flores del mal.

Son escritores
 que han sido considerado malditos: Arthur Rimbaud (al que también se le
 considera representante del movimiento simbolista), Stéphane Mallarmé 
(también colocado entre la vanguardia francesa), Marceline Desbordes 
Malbore una poetisa un tanto “gótica” demasiado triste y demasiado 
deprimida que quizá por ello mereció la distinción de Verlaine de 
incluirla como única mujer entre los poetas malditos. Tristán Corbiere, 
desconocido hasta que Verlaine lo incluyó en sus poeta, un simbolista 
que sería reconocido pronto gracias al grupo en donde fue incluido. 
Auguste Villiers de L’Isle-Adam, un poeta que encontraba especial gusto 
en lo macabro y que se convirtió en un talento del teatro y la narración
 simbolista. Y el mismo Verlaine.
Oscar Wilde, en Inglaterra, aparece como representante de la misma corriente, entre otras obras suyas, con El retrato de Dorian Gray(1891).
 Su protagonista, un joven al que apasiona la apariencia y está 
enamorado de su propia belleza excepcional, trata de conservar la 
juventud para siempre. Su destino, sin embargo, será trágico. También en
 Inglaterra, Walter Pater publicó en 1887, Retratos imaginarios, que 
suele situarse a la cabeza de esta corriente literaria. En la obra 
resultan fundamentales los elementos estetizantes, que se concretan en 
un ideal de culto a la belleza absoluta y una atmósfera de libertad 
material y espiritual en polémica contraposición con la vulgaridad del 
mundo burgués.
Mary Shelley, la autora de Frankenstein,
 sufría frecuentes ataques de melancolía, alucinaciones y sueños 
letárgicos. Lord Byron podía cambiar de humor en pocos minutos, como 
buen ciclotímico que era, y también era aficionado a aullar sin motivo. 
Charles Baudelaire, autor de Las flores del mal, un compendio de poesía 
que bascula entre lo venéreo y lo necrofílico, sufrió frecuentes crisis 
nerviosas, neuralgias y vértigos que le dejaban postrado en la cama.
Virginia
 Woolf, Allen Ginsberg y Sylvia Plath también fueron desequilibrados 
mentales, y algunos de ellos suicidaron, como se suicidó David Foster 
Wallace, uno de los mejores escritores norteamericanos contemporáneos (a
 pesar de que solo tiene una novela publicada, La broma infinita).
Hacia
 el final de la Primera Guerra Mundial muchos escritores y artistas 
empezaron a creer que la civilización había fracasado, que la fría razón
 sólo había servido para amordazar el instinto, que finalmente se había 
desencadenado con toda su furia, como una bestia que sólo puede vivir en
 libertad. En un club artístico de vanguardia llamado Cabaret Voltaire, 
nació entonces una lucha contra la razón, la lógica, la disciplina y el 
refinamiento burgués. ¿Cuál era la mejor forma de combatir todos esos 
defectos que perturbaban la verdadera naturaleza del ser humano, el ser 
animal? Pues aplaudiendo el instinto, el caos, la provocación, la 
desobediencia y la irracionalidad.

Emile Cioran Por Adolfo Vasquez Rocca | Universidad Complutense de Madrid
En
 Cabaret Voltaire, los artistas se reunían para leer poesía y hablar de 
tonterías, para gritar, para aullar como lo hizo Byron, para bailar sin 
ritmo, al azar, generando una completa y absoluta cacofonía. Hasta que 
un día, el organizador del Cabaret Voltaire, Hugo Ball, anunció que iba a
 publicar una pequeña revista titulada Dadá. Uno de los que frecuentaban
 el club, un poeta llamado Tristan Tzara, quedó tan enamorado de la 
palabra que empezó a escribir poesía sin sentido en su nombre. Había 
nacido el dadaísmo. El antiarte. La guerra contra el formalismo. El 
canto al absurdo.


Adolfo Vásquez Rocca La Metáfora Viral en William Burroughs
Finalmente,
 el lugar más icónico que vio el nacimiento de muchos autores 
suburbiales y rarunos fue la librería del editor Lawrence Ferlinghetti: 
City Lights Bookstore. Abierta en 1953 en San Francisco, es de visita 
obligatoria si estáis mínimamente interesados por la Generación Beat y 
el movimiento contracultural: allí se editó Aullido y otros poemas, de 
Allen Ginsberg, y hoy en día sigue editando a los autores más 
underground.
II.- Los célebres escritores malditos
John Kennedy Toole se suicidó a los 32 años porque no había podido publicar su novela La conjura de los necios,
 que póstumamente resultó ser una de las grandes obras maestras de la 
literatura norteamericana. J.D. Salinger alcanzó un éxito mundial con El guardián entre el centeno,
 y se retiró a vivir al campo en absoluta soledad diciendo que todo lo 
que quería en la vida era escribir para sí mismo. Son ejemplos de las 
inusuales vidas que se esconden detrás de algunas de las grandes obras 
literarias del siglo XX. A veces pasa que, detrás de una buena historia 
de ficción, hay otra real que es aún mejor.
John Kennedy Toole
En 1976 el prestigioso filósofo y escritor Walker Percy estaba siendo 
prácticamente acosado por una mujer mayor y enlutada, que cada vez que 
podía encontrarle agitaba delante de su cara un montón de hojas 
manuscritas.
La mujer era Thelma Ducoing, cuyo hijo de 32 años había introducido una 
manguera en el tubo de escape de su coche, la había colocado en la 
rendija que dejaba la ventana del conductor y había encendido el motor 
tras escribir una nota de suicidio. Percy, hastiado, le exigió a la 
mujer que le diese una razón por la que él debía leer la novela de su 
hijo muerto. Ella le contestó: "porque es una gran novela".
Y lo era. El señor Percy, como más tarde miles de lectores de todo el mundo, cayeron hechizados por la historia irónica, desternillante y a la vez repugnante de Ignatius J. Reilly, un esperpento literario totalmente original e incómodo, una mezcla sublime entre Don Quijote, Max Estrella y Tomás de Aquino.
Toole escribió una novela que destila una magia extraña, en la que la risa se combina con una sensación de tristeza y abandono que, de algún modo, consigue que el lector empatice con semejante personaje.
Las razones por las que Toole decidió acabar con su vida podrían residir en una fatídica identificación de la asfixiante vida de Ignatius con la suya propia. El escritor...
El
 escritor era el hijo único de una pareja mayor ya resignada a no tener 
descendencia y cuando John nació, su madre Thelma se implicó tanto en la
 educación de su retoño que acabaría reprimiéndole con su comportamiento
 sobreprotector.Y lo era. El señor Percy, como más tarde miles de lectores de todo el mundo, cayeron hechizados por la historia irónica, desternillante y a la vez repugnante de Ignatius J. Reilly, un esperpento literario totalmente original e incómodo, una mezcla sublime entre Don Quijote, Max Estrella y Tomás de Aquino.
Toole escribió una novela que destila una magia extraña, en la que la risa se combina con una sensación de tristeza y abandono que, de algún modo, consigue que el lector empatice con semejante personaje.
Las razones por las que Toole decidió acabar con su vida podrían residir en una fatídica identificación de la asfixiante vida de Ignatius con la suya propia. El escritor...
Adolfo Vásquez Rocca Filosofía Contemporánea
Tras licenciarse en Literatura Inglesa, Toole escribió el primer borrador de La conjura de los necios mientras cumplía servicio militar. Pero cuando regresó a su Nueva Orleans natal, su actitud había dado un giro radical: se había aficionado demasiado al alcohol y vestía de forma excéntrica, casi calcando al protagonista de su obra. Algunos biógrafos atribuyen su caída a la frustración de no encontrar dónde publicar la novela, aunque otros apuntan a una probable homosexualidad ahogada por el trato de su madre.
En enero de 1969, tras una fuerte 
discusión con Thelma, él se montó en el coche y viajó solo, cruzando el 
país durante meses. Cuando se encaminaba de nuevo hacia Nueva Orleans, 
encontraron su coche y su cadáver cerca de Mississippi. Junto a él 
estaba la nota de suicidio, que su madre destruyó y cuyo contenido no se
 llegó a aclarar.
Probablemente azotada por el remordimiento, Thelma dedicó el resto de su vida a realizar el sueño frustrado de su hijo.
Probablemente azotada por el remordimiento, Thelma dedicó el resto de su vida a realizar el sueño frustrado de su hijo.
La historia podría acabar ahí, pero 
no está de más destacar que desde que se publicó el libro, varios 
productores han intentado llevar la historia a la gran pantalla. Pero la
 mala suerte de Toole parece haberse contagiado a su legado, porque 
todos los intentos de crear una película se han visto interrumpidos: 
John Belushi, el primer actor que iba a encarnar a Ignatius, murió de 
sobredosis un día antes de la reunión con el resto del equipo. 
Los otros actores que se consideraron para el proyecto (John Candy y Chris Farley) también murieron antes de que se pusiera en marcha. Y cuando Will Ferrell estaba decidido a ser Ignatius en el cine, y el equipo iba a empezar a rodar en Nueva Orleans (donde se ambienta la novela), llegó el huracán Katrina y lo arrasó todo.
Los otros actores que se consideraron para el proyecto (John Candy y Chris Farley) también murieron antes de que se pusiera en marcha. Y cuando Will Ferrell estaba decidido a ser Ignatius en el cine, y el equipo iba a empezar a rodar en Nueva Orleans (donde se ambienta la novela), llegó el huracán Katrina y lo arrasó todo.
 
  
J.D. Salinger
Este escritor se codeaba con Hemingwey antes de que su rotundo éxito, El guardián entre el centeno,
 saliera a la luz en 1951 y se convirtiera en best seller ese mismo año.
 Su indudable maestría le ha asegurado un sitio en los planes de 
estudios de millones de adolescentes que se sienten profundamente 
identificados con Holden Cauldfield, el protagonista de la novela. 
Salinger, ante la avalancha de lectores, dinero y, sobre todo, medios de comunicación, decidió hacer realidad uno de los pasajes de su libro, en el que Holden dice: "me gustaría encontrar una cabaña en algún sitio y con el dinero que gane instalarme allí el resto de mi vida, lejos de cualquier conversación estúpida con la gente".
Salinger, ante la avalancha de lectores, dinero y, sobre todo, medios de comunicación, decidió hacer realidad uno de los pasajes de su libro, en el que Holden dice: "me gustaría encontrar una cabaña en algún sitio y con el dinero que gane instalarme allí el resto de mi vida, lejos de cualquier conversación estúpida con la gente".
|  | 
| Salinger agrediendo a un fotógrafo en los 80. Fuente: El País | 
También a los 32 años decidió 
abandonar su vida en Nueva York, pero no tan radicalmente como Toole: se
 compró una casa en medio del campo, en Cornish, al noreste de Estados 
Unidos, y desde allí siguió escribiendo relatos que son verdaderos 
ejemplos de literatura de calidad. Sin embargo hizo de su casa una 
especie de acorazado que no quiso dejar, y fuera del cual no se le vio 
nunca, hasta su muerte el año pasado, a los 91 años. 
No se pronunció sobre la leyenda negra que adquirió El guardián entre el centeno después de que Mark David Chapman asesinase a John Lennon en 1980 y dijese que el ataque de locura que le había llevado a hacerlo había sido provocado por el libro. La única foto que se conoce, además de las de su anuario y las del servicio militar, es una en la que aparece golpeando al fotógrafo que se había metido en su propiedad. La única entrevista que concedió fue por teléfono al New York Times, y lo hizo, básicamente, para que le dejaran tranquilo.
No se pronunció sobre la leyenda negra que adquirió El guardián entre el centeno después de que Mark David Chapman asesinase a John Lennon en 1980 y dijese que el ataque de locura que le había llevado a hacerlo había sido provocado por el libro. La única foto que se conoce, además de las de su anuario y las del servicio militar, es una en la que aparece golpeando al fotógrafo que se había metido en su propiedad. La única entrevista que concedió fue por teléfono al New York Times, y lo hizo, básicamente, para que le dejaran tranquilo.
"Hay una paz maravillosa en no publicar. Es pacífico. Tranquilo. Publicar es una terrible invasión de mi vida privada. Me gusta escribir. Amo escribrir. Pero escribo sólo para mí mismo y para mi propio placer. La gente cree que soy una persona extraña y distante,pero todo lo que hago es intentar proteger mi trabajo."
Thomas Pynchon
Salinger no es el único ermitaño de 
la literatura norteamericana. Pynchon ha escrito complejas y originales 
obras que han cautivado a la crítica, y también vive en el más absoluto 
secretismo. Lo único que se sabe de él es que fue alumno de Vladimir 
Nabokov, que sirvió en la marina y que está casado con una agente 
literaria de Nueva York. Y que escribe grandes obras difíciles de 
clasificar, como V, La subasta del lote 49 o El arcoiris de gravedad.
Su afán de anonimato se vio roto en 
1997, cuando  un periodista de la CNN le encontró por la calle y le 
fotografió. Pynchon accedió a una entrevista en la televisión (con el 
rostro difuminado) a cambio de que no se publicasen esas imágenes. 
Actualmente sigue escribiendo desde su escondite, haciendo guiños simpáticos como prestar su voz en la serie Los Simpson para doblar a su propio dibujo animado (que, por supuesto, apareció con el rostro cubierto con una bolsa).
Actualmente sigue escribiendo desde su escondite, haciendo guiños simpáticos como prestar su voz en la serie Los Simpson para doblar a su propio dibujo animado (que, por supuesto, apareció con el rostro cubierto con una bolsa).
Es curioso que todos estos casos se 
hayan dado en la literatura contemporánea norteamericana, en la que 
estos escritores u otros como Chuck Palahniuk (que se cree que pertenece
 a la Cacophony Society, una organización que busca el absurdo y luchar contra la cultura imperante, inspiración de su famoso Club de lucha) parecen personajes sacados de sus propios libros.
Parafraseando al escritor Tomás Blanco, en esta corriente literaria el 
único que tenía una vida normal era Vladimir Nabokov, y luego escribía 
sobre mantener sexo con niñas de doce años.
ARTE DE VANGUARDIA Y ARTE CONCEPTUAL
Wolf Vostell
El
 artista Wolf Vostell (1932-1998) fue una de las figuras centrales del 
movimiento que sería conocido como Fluxus, denominación común de una 
serie de actividades de distintos artistas y grupos que en los años 60 
se expresaron por medio de acciones y eventos realizados en distintos 
entornos.
   
 Nacido en Leverkusen, Alemania, Vostell estuvo en Checoslovaquia 
durante la SegundaGuerraMundial, y luego se radicó en Colonia. Comenzó a
 estudiar arte (pintura, fotografía y tipografía experimental) en la 
Escuelade Artes y Oficios de Wuppertal a comienzos de los 50, época en 
la que realizó su primer happening, y una serie de lo que denominó de-collages, obras en las que integraba trozos de afiches que desprendía con navaja de las paredes. Después
 de estudiar en París, en 1958 viajó a España con su amigo y colega Karl
 Ott. Llegaron a Guadalupe (cerca de Cáceres, capital de la región de 
Extremadura) para estudiar varias telas de Zurbarán que forman parte del
 acervo del Monasterio de Guadalupe. Allí conoció a la maestra Mercedes 
Guardado, inicio de una relación que duraría hasta la muerte de Vostell,
 en 1998. 
Como parte del proceso de superación de la pérdida de su compañero durante cuatro décadas, Guardado escribió Mi vida con Vostell. Un artista de vanguardia.
 El libro esta basado en recuerdos y material del archivo personal del 
artista, y es una detallada compilación de la intensa actividad 
artística desarrollada por Vostell durante una larga carrera.
Guardado
 cuenta en el prólogo que cuando comenzó a escribir se propuso hacerlo 
sin anhelos literarios, quería que su texto fuera lo contrario de una 
obra literaria. Luego de comenzar, la autora entendió que no podía 
separar la recopilación de su vida privada de la artística, por lo que 
decidió adoptar la premisa “Arte – Vida – Arte” tomada por Vostell en 
1961. En el libro se suceden las descripciones dehappenings,
 conciertos fluxus, videos y otras acciones, los que no son 
interpretados, ya que Guardado considera que eso lo podrían hacer mejor 
los historiadores de arte, sirviéndose del libro como guía.
   
 Teniendo en cuenta que Vostell fue un artista muy productivo, y que su 
carrera cubrió casi toda la segunda mitad del siglo XX, la autora, que 
considera que ha “dejado poco sin contar”, no podía haber escrito menos 
que las seiscientas páginas de las que consta la biografía. Detallados 
relatos de la vida familiar, así como de los reiterados viajes a España,
 cuatro o cinco por año, se intercalan con recuentos cronológicos de las
 innumerables actividades desarrolladas por Vostell y otros artistas con
 los que colaboró.
COLONIA EN LOS 60.
 Guardado y Vostell se casaron en Cáceres a comienzos de 1959. Poco 
después se radicaron en Alemania, en Colonia, donde Vostell se dedicaría
 de lleno a la actividad artística. Se inició como pintor, y aunque 
durante su estadía en París comenzó a realizar los de-collages, continuó pintando paralelamente a la realización de conciertos, videos, instalaciones y  happenings.
   
 Una de sus primeras series de pinturas se llamó “Transmigración”, en la
 que cortaba los lienzos para incorporar aparatos de televisión a las 
obras. La construcción en 1961 del muro que dividió Berlín impactó a 
Vostell, que usaría el hecho como motivo de muchas de sus obras. 
Simultáneamente realizó varios happenings y participó en actividades colectivas en Colonia, Dusseldorf, París, Copenhague y Ámsterdam.  
   
 En 1962 conoció al artista fluxus George Maciunas, que en Alemania 
contactó a Vostell y Nam June Paik, con lo que se fue conformando el 
movimiento internacional Fluxus. En 1963 Vostell viajó a Nueva York, 
donde conoció a Allan Kaprow, Yoko Ono yLa MonteYoung.
  En esa época Vostell realizó su primera película,El sol en tu cabeza (1963),
 de siete minutos de duración, en la que filmó imágenes de un programa 
de televisión que luego distorsionó. Le interesaba estar al tanto de los
 adelantos tecnológicos, y adquiría nuevas cámaras fotográficas y 
televisores, más por los aparatos en sí que por el uso que les daba, y 
en muchos casos los incluyó en sus esculturas.  
   
 Las actividades de Vostell se multiplicaron a ritmo vertiginoso durante
 el segundo lustro de la década de 1960. En esa época realizó, entre 
otras, la serie de pintura “Fenómenos”, y comenzó a realizar 
fotomontajes. Otra amistad importante para Vostell fue la que inició con
 Joseph Beuys, que también practicaba un arte participativo y de 
contenido social.
BERLÍN Y MALPARTIDA.
 Luego de realizar algunas actividades en Berlín, Vostell comenzó a 
visitar la ciudad con frecuencia, y finalmente decidió radicarse allí 
con su familia en 1970. Un año antes había incorporado el hormigón como 
nuevo material en su trabajo. También comenzó a utilizar carrocerías de 
autos en instalaciones de gran formato. En 1972 creó Desastres, un vagón de tren atrapado en un bloque de hormigón, y unos años más tarde combinó éste material con autos en obras como Dos Cadillacs en hormigón en forma de la maja desnuda de Goya (1987) y Volskwagen para zen (1988).
   
 Gracias al reconocimiento como un importante artista Fluxus, la vida en
 Berlín implicó un mejor pasar para Vostell, ya que tuvo posibilidades 
de tener secretaria y asistentes. Las actividades artísticas en Italia y
 España implicaron una serie de viajes con la familia, y en 1976 
Guardado y Vostell decidieron comprar una casa en la localidad extremeña
 de Ceclavín, pueblo natal de Guardado. Cuando llegaron a Malpartida, a 
doce kilómetros de Cáceres, el paisaje rocoso del paraje Los Barruecos 
impresionó a Vostell de tal modo que lo declaró “obra de arte de la 
naturaleza”, y decidió crear allí un lugar donde combinar las 
formaciones naturales con obras de arte. El Museo Vostell Malpartida fue
 inaugurado con la obra de Vostell V.O.A.EX. Viaje de (h)hormigón por la Alta Extremadura, que consistió en el propio Opel Kadett del artista ubicado entre las rocas y cubierto de hormigón.
    Vostell también se dedicó a la gráfica, y trabajó con intervenciones, entre otrasAutorretrato (1980), una fotografía de sí mismo en la que escribió sobre la frente “Yo declaro la paz como la mayor obra de arte.”
CAE EL MURO.
 Durante los años 80, las actividades, tanto exposiciones como 
conciertos y acciones, se sucedieron en gran número, y Vostell y 
Guardado, que siempre lo acompañaba, prácticamente no paraban de viajar.
   
 La última década de la vida de Vostell trascurrió luego de la 
reunificación de Alemania en 1989, que implicó la caída del Muro que 
había dividido Berlín durante tres décadas. La destrucción del Muro, 
como lo había sido su construcción, fue un motivo recurrente en la obra 
de Vostell de esos años, por ejemplo La caída del muro de Berlín el 9-11-1989, un collage que luego reprodujo en offset.
   
 Dos años después del fallecimiento de Vostell en 1998, Guardado se 
radicó en España, y se dedicó a continuar las actividades del Museo en 
Malpartida, así como a administrar la herencia artística de su compañero
 de vida, ayudada por los hijos de ambos Rafael y David. Prueba de su 
dedicación es este detallado recuento de las actividades de un artista 
que fue testigo y protagonista de una corriente que contribuyó a cambiar
 radicalmente la concepción del arte durante las últimas décadas del 
siglo XX. 
MI VIDA CON VOSTELL. UN ARTISTA DE VANGUARDIA, de Mercedes Guardado.La Fábrica Editorial, 2011. Madrid, 606 págs. Distribuye Océano.

EN TORNO A LA BELLEZA FÍSICA Y EL EFÍMERO ENCANTO DE LOS ESCRITORES MALDITOS Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PHD.
Poetas Malditos.
- ¿Qué son los poetas malditos? ¿Dónde se origina esta denominación? Expresión creada por Verlaine [como una suerte de homenaje al poeta Arthur Rimbaud], la noción ya es toda una institución en el ámbito poético y hace referencia una actitud de incomprensión social frente al artista. Originada en tiempos románticos, invito a preguntarnos si este concepto no es más bien una mistificación autodestructiva que debe ser superada por una visión vigorosa, saludable y lúcida.
- El uso de la expresión “poetas malditos”, ante la influencia de la obra de Verlaine, se extendió a todos los dominios nacionales y pasó a designar así a todo aquel escritor talentoso, poco importase su nacionalidad, que presentase un dejo de incomprensión social y una cierta tendencia provocante (léase autodestructiva por el consumo de drogas o alcohol) y cuyos textos, dado su alto nivel de codificación poética, fuesen de oscuros significados.
Dr. Adolfo Vasquez Rocca
<http://www.arealibros.es/literatura/poetas-malditos.html>
SOBRE PATRICIA HIGHSMITH Por Adolfo Vásquez Rocca
- Lo de que la belleza física es algo relativo está por ver. Realmente creo que esa teoría forma parte de esa idea tan americana de que nadie tiene por qué aceptar la más mínima frustración. De la misma forma que la enseñanza consiguió borrar del mapa el fracaso escolar -a cada estudiante hay que exigirle según sus posibilidades-, se inventó el ballet en silla de ruedas o los concursos de misses para mujeres gordas. La clave de la modernidad es que a nadie se le puede decir: tú para esto no sirves. Por supuesto se considera progresista el suponer la belleza como algo arbitrario, algo que depende del color del cristal con que se mira, cuando la realidad es que no ha cambiado tanto el canon desde que el arte representó de forma realista el rostro humano. En cuanto a la gordura, de la que la pintura ha dejado tan espléndidas muestras, ha sido la consecuencia más de la mala alimentación que de la estética. Hay científicos que afirman que un bebé siempre se sentirá más atraído por una cara agradable. Todo eso al margen de que hay feos atractivos, feos irresistibles; lo cual no quita para que por mucho que adecuemos el lenguaje a la corrección política siempre habrá guapos y feos. Además de la herencia genética, también nuestros rostros están expuestos a la vida que nos toca. Los lectores de Patricia Highsmith se quedarían asombrados si vieran sus fotos de juventud**. A Highsmith la recordamos por esas fotos de anciana de facciones durísimas, hinchadas probablemente por el alcohol. Sin embargo, en la biografía que sobre ella ha escrito Andrew Wilson, vemos algunas imágenes de los años cuarenta en las que aparece Patricia desnuda. Su imagen, tan dulce, tan bella, podría ser la de una actriz de hoy. Una compañera de universidad de la novelista decía: "Cuando la vi en sus últimas fotos no podía creer en lo que se había convertido...". Leyendo la biografía de Highsmith deduje que esa asombrosa transformación de su cara era consecuencia del alcohol y de esa personalidad atormentada que los lectores con propensión a la mitomanía atribuyen al genio, y que la propia Patricia achacaba a los complejos y la consideración de bicho raro que tenía sobre sí misma. A ella, que acabó siendo una mujer fea, le siguieron gustando hasta su muerte las mujeres hermosas./
* [La transformación de su cara fue consecuencia del alcohol y de su personalidad atormentada, "maldita".]
- Lo de que la belleza física es algo relativo está por ver. Realmente creo que esa teoría forma parte de esa idea tan americana de que nadie tiene por qué aceptar la más mínima frustración. De la misma forma que la enseñanza consiguió borrar del mapa el fracaso escolar -a cada estudiante hay que exigirle según sus posibilidades-, se inventó el ballet en silla de ruedas o los concursos de misses para mujeres gordas. La clave de la modernidad es que a nadie se le puede decir: tú para esto no sirves. Por supuesto se considera progresista el suponer la belleza como algo arbitrario, algo que depende del color del cristal con que se mira, cuando la realidad es que no ha cambiado tanto el canon desde que el arte representó de forma realista el rostro humano. En cuanto a la gordura, de la que la pintura ha dejado tan espléndidas muestras, ha sido la consecuencia más de la mala alimentación que de la estética. Hay científicos que afirman que un bebé siempre se sentirá más atraído por una cara agradable. Todo eso al margen de que hay feos atractivos, feos irresistibles; lo cual no quita para que por mucho que adecuemos el lenguaje a la corrección política siempre habrá guapos y feos. Además de la herencia genética, también nuestros rostros están expuestos a la vida que nos toca. Los lectores de Patricia Highsmith se quedarían asombrados si vieran sus fotos de juventud**. A Highsmith la recordamos por esas fotos de anciana de facciones durísimas, hinchadas probablemente por el alcohol. Sin embargo, en la biografía que sobre ella ha escrito Andrew Wilson, vemos algunas imágenes de los años cuarenta en las que aparece Patricia desnuda. Su imagen, tan dulce, tan bella, podría ser la de una actriz de hoy. Una compañera de universidad de la novelista decía: "Cuando la vi en sus últimas fotos no podía creer en lo que se había convertido...". Leyendo la biografía de Highsmith deduje que esa asombrosa transformación de su cara era consecuencia del alcohol y de esa personalidad atormentada que los lectores con propensión a la mitomanía atribuyen al genio, y que la propia Patricia achacaba a los complejos y la consideración de bicho raro que tenía sobre sí misma. A ella, que acabó siendo una mujer fea, le siguieron gustando hasta su muerte las mujeres hermosas./
* [La transformación de su cara fue consecuencia del alcohol y de su personalidad atormentada, "maldita".]
Adolfo Vásquez Rocca PHD.

Adolfo Vásquez Rocca Filosofía Contemporánea
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Eastern Mediterranean University – Academia.edu
REFERENCIAS:
- VERLAINE, Paul , Los poetas malditos, ( Les Poètes maudits), París, 1884
- RIMBAUD, A., Una temporada en el infierno,1873
- PARRA, Sergio -periodista y escritor-, “Escritores malditos y sus malditas manías”, en Papel en Blanco, Barcelona, 2001
- Adolfo Vásquez Rocca Arte y Filosofía Contemporánea
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Foucault: 'Los Anormales'; una Genealogía de los Monstruoso. Apuntes para una Historiagrafía de la Locura", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nº 34 – 2012 (2), pp. 403 - 420
 <http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/34/adolfovrocca.pdf>
- ZAID, Gabriel, Los demasiados libros, Barcelona, Anagrama, 1996
 
 - Vásquez Rocca, Adolfo, "W. Burroughs; La metáfora viral y sus mutaciones antropológicas" En Almiar MARGEN CERO, Revista Fundadora de la ASOCIACIÓN DE REVISTAS DIGITALES DE ESPAÑA - Nº 46 - 2009.
 http://www.margencero.com/articulos/new03/burroughs.html
 
Adolfo Vásquez Rocca Filosofía, Arte y Literatura Contemporánea
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo: “Lo abyecto y monstruoso en el arte de vanguardia”, En ESCÁNER CULTURAL, Revista de Arte Contemporáneo y Nuevas Tendencias, Santiago, año 8, Nº 87, 2006. <http://www.escaner.cl/escaner87/transversales.html>
- CARRÈRE, Emilio, La copa de Verlaine, Madrid, 1918- Vásquez Rocca, Adolfo, “La Metáfora Viral en William Burroughs; Posmodernidad, compulsión y Literatura conspirativa”, en NÓMADAS, Universidad Complutense de Madrid, Nº 13 (2006.1), p. 419-424, Versión digital: <http://revistas.ucm.es/cps/15786730/articulos/NOMA0606120419A.PDF>
 Y En Qì Revista de pensamiento cultura y creación, Año VII – Nº 8, 2006, pp. 118 a 124, Universidad Carlos III de Madrid.
 
- Adolfo Vasquez Rocca | Universidad Complutense de Madrid
- - Vásquez Rocca, Adolfo, "Alfred Jarry; Patafísica, Virtualidad y Heterodoxia", En ARQCHILE.CL ©, Portal Latinoamericano de Arquitectura, ISSN 0718-431X, Concepción, ISSN 0718-431X, junio - julio 2010, http://www.arqchile.cl/publicacion_jarry.htm- Vásquez Rocca, Adolfo, “William Burroughs: Literatura ectoplasmoide y mutaciones antropológicas. Del virus del lenguaje a la psicotopografía del texto”, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS. 26 | Enero-Junio.2010 (II), pp. 251-265. http://www.ucm.es/info/nomadas/26/avrocca2.pdf
Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía
Doctor en Filosofía por la Pontificia
 Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense 
de Madrid, Departamento de Filosofía IV, mención Filosofía Contemporánea
 y Estética. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la 
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y
 Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad 
Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo, Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad de Arquitectura UNAB Santiago. Profesor PEL Programa Especial de Licenciatura en Diseño,
 UNAB – DUOC UC  – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 
'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias 
en México.  –Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina.  Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis –Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–.  –Secretario Ejecutivo de Revista Philosophica  PUCV. –Asesor Consultivo de Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Reflexiones Marginales' –Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. –Editor Asociado de Societarts, Revista de artes y humanidades, adscrita a la Universidad Autónoma de Baja California. –Miembro del Comité Editorial de International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación científica de la Universidad de Palermo. –Miembro Titular del Consejo Editorial Internacional de Errancia,  Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –UNAM– Universidad Nacional Autónoma de México.  –Miembro de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) con sede en Bruselas, Bélgica.  Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria – Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado –UCM.  Eastern Mediterranean University - Academia.edu. Académico
 Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, 
Universidad Andrés Bello. –Investigador Asociado y Profesor adjunto de 
la Escuela Matríztica de Santiago –dirigida por el Dr. Humberto Maturana. Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC)– Artista conceptual. Crítico de Arte. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización,
 Colección Novatores, Nº 28, Editorial  de la Institución Alfons el 
Magnànim (IAM), Valencia, España,  2008.  Invitado especial a la 
International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés - Publicado en la sección  Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine . Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions , París, ©  2012
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
DARK ROMANTICISMO; RELACIÓN CON LA LITERATURA GÓTICA Y LOS POETAS MALDITOS Dr Adolfo Vásquez Rocca 

Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía
PETER SLOTERDIJK: ESFERAS, BIOPOLÍTICA Y NORMAS PARA EL PARQUE HUMANO POR ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PHD.
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA - DOCTOR EN FILOSOFÍA UCM
Director de Revista Observaciones Filosóficas
  
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: el retorno de la religión, la lucha de los monoteísmos históricos y el asedio a jerusalén; Psicopolítica de los bancos de ira, apocalipsis y relatos escatológicos; del fundamentalismo islámico a los espectros de Marx". En Revista Almiar - III Época Nº 75 - 2014, ISSN: 1696-4807, MARGEN CERO, Madrid. http://www.margencero.com/
PDF: http://www.margencero.com/
Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – marzo, 2014 - ISSN 1885-5679 – Oviedo, España, pp. 73 – 92. http://www.revistadefilosofia.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Zoología política: Disturbios en el parque humano, cultura de masas y modelo amigable de la sociedad literaria", En Revista HOMINES –Arte y Cultura– MA-739-2004, Málaga, julio, 2014. http://www.homines.com/
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: el retorno de la religión, la lucha de los monoteísmos históricos y el asedio a Jerusalén. – Psicopolítica de los Bancos de Ira, Apocalipsis y relatos escatológicos; del Fundamentalismo Islámico a los espectros de Marx", en En “Redazione Rosebud” –Critica, Scrittura, Giornalismo– Anno III, DUBLIN, IRELAND, – July 2014.http://rinabrundu.com/2014/07/
Vásquez Rocca, Adolfo, "Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad; Crueldad, neurosis y civilización",
En ERRANCIA, La palabra Inconclusa, Nº 8 - 2014, Revista de Psicoanálisis, Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. http://www.iztacala.unam.mx/
PDF: http://www.iztacala.unam.mx/
Vásquez Rocca, Adolfo, "Lo que Alicia vio al otro lado del Espejo; Modelos para armar mundos. paradojas y lógica paraconsistente", Almiar, MARGEN CERO, Madrid, Revista bimestral - III Época, Nº 74 - 2014 - ISSN: 1696-4807. http://www.margencero.com/
Vásquez Rocca, Adolfo, “Zoología Política: Disturbios en el Parque Humano, Cultura de Masas y el modelo amigable de la Sociedad Literaria”, En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid, III Época – Nº 73 marzo–abril, 2014. http://www.margencero.com/
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Constitución Psico-inmunitaria de la naturaleza humana, Ciencia Zoológica y Ciencia Pneumática; Deriva biotecnológica e historia espiritual de la criatura”, En Academia.edu, Manuscritos Transversales, 2014, pp. 45–66; y Cuaderno de Materiales, ISSN: 1139-4382, Universidad Complutense de Madrid, Nº 26, 2014.https://dl.dropboxusercontent.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Foucault; 'Los Anormales', una genealogía de lo monstruoso. Apuntes para una Historiografía de la locura", En ROSEBUD – Critica, Scrittura, Giornalismo – Anno IV – mayo I 2014, Dublin, Ireland. http://rinabrundu.com/2014/05/
Vásquez Rocca, Adolfo, “Nietzsche
 y Freud, Negociación, culpa y crueldad: Las pulsiones y sus destinos, 
Eros y Thanatos (agresividad y destructividad)”, En Revista Observaciones Filosóficas - Nº 17 – 2013 – 2014, ISSN 0718-3712, http://www.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: El animal acrobático, prácticas antropotécnicas y diseño de lo humano”, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, NÓMADAS. Nº 39 | Julio-Diciembre, 2013 (I) pp. 100-125 http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/39/adolfovrocca_es.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, " Foucault; 'Los Anormales', una Genealogía de lo Monstruoso; Apuntes para una Historiografía de la Locura.", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, —NÓMADAS. Nº 34 – 2012 (2), pp. 403 - 420
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/34/adolfovrocca.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, “Nietzsche y Freud, negociación, culpa y crueldad: las pulsiones y sus destinos, eros y thanatos (agresividad y destructividad)”, En EIKASIA Nº 57, 2014, Revista de Filosofía, Oviedo, SAF - Sociedad Asturiana de Filosofía - http://revistadefilosofia.com/
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PDF: http://www.margencero.com/
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PDF: http://www.iztacala.unam.mx/
Vásquez Rocca, Adolfo, “Zoología Política: Disturbios en el Parque Humano, Cultura de Masas y el modelo amigable de la Sociedad Literaria”, En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid, III Época – Nº 73 marzo–abril, 2014. http://www.margencero.com/
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Constitución Psico-inmunitaria de la naturaleza humana, Ciencia Zoológica y Ciencia Pneumática; Deriva biotecnológica e historia espiritual de la criatura”, En Academia.edu, Manuscritos Transversales, 2014, pp. 45–66; y Cuaderno de Materiales, ISSN: 1139-4382, Universidad Complutense de Madrid, Nº 26, 2014.https://dl.dropboxusercontent.
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Vásquez Rocca, Adolfo,  "Arte Conceptual y Posconceptual. La idea como arte: Duchamp, Beuys, Cage y Fluxus",
 En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - 
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nómadas Nº 37  |  Enero-Junio 2013 
(I), pp. 100 - 130 http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/37/adolfovrocca.pdf
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- Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Experimentos con uno mismo, ensayos de intoxicación voluntaria y constitución psico-inmunitaria de la naturaleza humana", En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 49 - Mayo 2013 - ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 47-76
http://www.revistadefilosofia.com/49-02.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, “Facebook; del desprecio de las masas a ‘la sabiduría de las multitudes’”, En HOMINES, Portal de Arte y Cultura, Málaga, 2013.http://www.homines.com/palabras/facebook_desprecio_masas/index.htm#nota1
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Los límites de la Medicina crítica, encarnizamiento terapéutico y concepto de muerte clínica”, en Revista Almiar, MARGEN CERO, Revista bimestral - III Época Nº 68 / marzo - abril 2013, Madrid.  
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http://www.observacionesfilosoficas.net/sloterdijkensayosdeintoxicacion.htm
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Vásquez Rocca, Adolfo, "La Posmodernidad. Nuevo régimen de verdad, violencia metafísica y fin de los metarrelatos", Reedición en ROSEBUD – Redazione –Critica, Scrittura, Giornalismo– Facoltà di Lettere e Filosofia, Cagliari, Italia, abril, 2013.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter
 Sloterdijk: Experimentos con uno mismo, ensayos de intoxicación 
voluntaria y constitución psico-inmunitaria de la naturaleza humana”,
 Artículo –paper– Proyecto de Investigación –CNIC– Consejo Nacional de 
Ciencia – THEORIA – UCM+Madrid. En Revista Observaciones Filosóficas, 
ISSN 0718-3712, Sección Documentos: 2013 Url:
http://www.observacionesfilosoficas.net/download/Peter-sloterdijk-experimentos-con-uno-mismo.pdf
http://www.ldiogenes.buap.mx/revistas/24/127.pdf
http://www.observacionesfilosoficas.net/download/Peter-sloterdijk-experimentos-con-uno-mismo.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk; Psicopolítica, Globalización y Mundo interior del Capital",
 En  Escáner Cultural - Revista de Arte Contemporáneo y Nuevas 
Tendencias, Santiago- [Re-Edición 2013], Paper y Conferencia en el IV Congreso Internacional y VII Nacional de Filosofía del Derecho, Ética y Política,
 Organizado por la Facultad de Filosofía, de Derecho y la Oficina de 
Relaciones Interinstitucionales (ORI) de la Universidad Libre en 
Colombia, y la Facultad de Derecho del Centro Universitário Newton Paiva
 en Bello Horizonte – Brasil,  22, 23 y 24 de abril de 2013,Programa del Congreso
http://revista.escaner.cl/node/1987
http://revista.escaner.cl/node/1987
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sartre; teoría fenomenológica de las emociones, existencialismo y conciencia posicional del mundo", Revista Almiar, MARGEN CERO, Revista bimestral - III Época Nº 69 / mayo-junio 2013, Madrid.
http://www.margencero.com/almiar/sartre-existencialismo-y-conciencia-del-mundo/
http://www.margencero.com/almiar/sartre-existencialismo-y-conciencia-del-mundo/
Vásquez Rocca, Adolfo,  "Sartre: Teoría fenomenológica de las emociones. Existencialismo y conciencia posicional del mundo",
 En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - 
Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS. 36 | Julio-Diciembre. 
2012-2013 (II) pp. 339-351
http://www.theoria.eu/nomadas/36/adolfovrocca_2.pdf
http://www.theoria.eu/nomadas/36/adolfovrocca_2.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo,  “La Escena en Foucault: La Arquitectura como modo de organización Política", En Manuscritos Transversales © 2013 –Archivo Curso (1989) de Historia de los Sistemas de Pensamiento– UCM.
http://www.robertexto.com/archivo1/escena_foucault.htm#%281%29
http://www.robertexto.com/archivo1/escena_foucault.htm#%281%29
Vásquez Rocca, Adolfo, "Nietzsche:
 De la voluntad de ficción al pathos de la verdad. Aproximación 
estético-epistemológica a la concepción biológica de lo literario", 
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - 
Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS. 36 | Julio-Diciembre 
2012-2013 (II) pp. 315-338
http://www.theoria.eu/nomadas/36/adolfovrocca.pdf
http://www.theoria.eu/nomadas/36/adolfovrocca.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk:
 Experimentos con uno mismo, ensayos de intoxicación voluntaria y 
constitución psico-inmunitaria de la naturaleza humana", En NÓMADAS,
 Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD 
COMPLUTENSE DE MADRID, Nómadas Nº 35 | Julio-Diciembre.2012 - 2013 (I), 
pp. 459 - 490
http://www.theoria.eu/nomadas/35/adolfovrocca_2.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, “En torno al diseño de lo humano en Sloterdijk: De la ontotecnología a las fuentes filosóficas del posthumanismo”,
 En La lámpara de Diógenes,  Revista de Filosofía, BUAP, Año 13, Números
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Vásquez Rocca, Adolfo, Resumen-Abstract: "Peter Sloterdijk: Experimentos con uno mismo, ensayos de intoxicación voluntaria y constitución psico-inmunitaria de la naturaleza humana", En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 49 - Mayo 2013 - ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, Abstract
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter
 Sloterdijk: Experimentos con uno mismo, ensayos de intoxicación 
voluntaria y constitución psico-inmunitaria de la naturaleza humana",
 En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 49 - 
Mayo  2013 -  ISSN 1885-5679 - Oviedo,  España, pp. 47-76
http://www.revistadefilosofia.com/49-02.pdf
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk
 y Heidegger: Normas para el Parque Zoológico-Temático Humano, Culturas 
Post-Humanísticas y Capitalismo Cárnico Contemporáneo", En “Redazione Rosebud” –Critica, Scrittura, Giornalismo– Facoltà di Lettere e Filosofia, Cagliari – mayo, 2013
http://rinabrundu.com/2013/05/05/sloterdijk-y-heidegger-normas-para-el-parque-zoologico-tematico-humano-culturas-post-humanisticas-y-capitalismo-carnico-contemporaneo/
http://rinabrundu.com/2013/05/05/sloterdijk-y-heidegger-normas-para-el-parque-zoologico-tematico-humano-culturas-post-humanisticas-y-capitalismo-carnico-contemporaneo/
Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Experimentos con uno mismo, ensayos de intoxicación voluntaria y constitución psico-inmunitaria de la naturaleza humana", En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 49 - Mayo 2013 - ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 47-76
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: Neuroglobalización, estresores y prácticas psico-inmunológicas",
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http://www.theoria.eu/nomadas/35/adolfovrocca.pdf
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter
 Sloterdijk: Experimentos con uno mismo. Ensayos de intoxicación 
voluntaria y constitución psicoinmunitaria de la naturaleza humana”,  En ARTEFACTO  -Pensamientos sobre la Técnica- UBA, abril, 2013
http://www.revista-artefacto.com.ar/pdf_textos/84.pdf
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DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA: PUBLICACIONES EN REVISTAS ACADÉMICAS INDEXADAS CON COMITÉ EDITORIAL
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - INVESTIGACIÓNhttp://www.danoex.net/adolfovasquezroccainvestigacion.html
Dr. Adolfo Vásquez Rocca - Eastern Mediterranean University - Academia.edu
http://emui.academia.edu/AdolfoVasquezRocca
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - INVESTIGACIÓNhttp://www.danoex.net/adolfovasquezroccainvestigacion.html
Dr. Adolfo Vásquez Rocca - Eastern Mediterranean University - Academia.edu
http://emui.academia.edu/AdolfoVasquezRocca
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - CURRICULUM ACADÉMICO ABREVIADO
Adolfo Vasquez Rocca Doctor en Filosofía
Vásquez Rocca, Adolfo, "Diálogo de Exiliados, Cine y Políticas estéticas en latinoamérica: Raúl Ruiz, Territorios, Ontología de lo fantástico y Polisemia visual", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid UCM, Nº MONOGRÁFICO [Nº Especial: América Latina (2012)], pp. 187 - 211http://www.ucm.es/info/nomadas/americalatina2012/adolfovasquezrocca.pdf
Vásquez Rocca. Adolfo, “Peter Sloterdijk; del pesimismo metodológico  al cinismo difuso de nuestras sociedades exhaustas”,
 En KONVERGENCIAS Filosofía y Culturas en Diálogo, ISSN 1669-9092 , Año 
IV, Nº 15 Segundo Cuatrimestre,  ADEFYC Asociación de Estudios 
Filosóficos y Culturales, Buenos Aires,  pp. 84 – 92 
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2310343&orden=119707&info=link
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2310343&orden=119707&info=link
Vásquez Rocca, Adolfo, "Antipoesía y deconstrucción; Parra, artefactos dramáticos y recuperación del habla empírica", En Archivos del Departamento de Literatura - Universidad de Extremadura, 2012.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Ernst Jünger: Tempestades de acero o la entrada en escena de los titanes ", en KONVERGENCIAS Literatura, Nº 7 – 2008, Capital Federal, Argentina, pp. 62-74. Re-edición en Manuscritos 2012. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2572644&orden=154145&info=link
Vásquez Rocca, Adolfo, "Nicanor Parra: Antipoemas, parodias y lenguajes híbridos. De la Antipoesía al lenguaje del Artefacto",
 Homenaje con motivo del premio Cervantes 2011, En Almiar,  MARGEN CERO,
 Miembro Fundador de A.R.D.E. Asociación de Revistas Digitales de 
España; Madrid; ISSN: 1695-4807. Madrid, enero, 2012
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 De la voluntad de ficción al pathos de la verdad. Aproximación 
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Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS. 36 | Julio-Diciembre 2012 
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Vásquez Rocca, Adolfo, “La Modernidad Líquida podría 'licuar' las religiones”, por Leandro Sequeiros –Universidad de Sevilla– citando op. cit. “Modernidad líquida y fragilidad humana; de Zygmunt Bauman a Sloterdijk” Paper de Adolfo Vásquez Rocca en Margen Cero; En TENDENCIAS 21 Revista Asociada al Capítulo Español del Club de Roma, al Master en Bioinformática de la Universidad Complutense +Madrid y al Instituto de Ingeniería de España.
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Vásquez Rocca, Adolfo, "El Valor Cognoscitivo de la Ficción o la Experiencia Estética como Simulación Gnoseológica: de Duchamp a Feyerabend", En ESPIRAL Nº 39, Revista de Pensamiento y Cultura Contemporánea,  Tijuana, México
http://www.revistaespiral.org/espiral_39/filosofia_adolfo.html
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Vásquez Rocca, Adolfo, "El Arte abandona la galería, ¿adónde va?; De la Crítica de Arte al negocio del arte como sistema de celos", En Almiar, MARGEN CERO, Madrid, mayo, 2012,http://www.margencero.com/almiar/arte-galeria/
Versión ampliada, de la Publicación original: Vásquez Rocca, Adolfo, "El arte abandona la galería ¿Adónde va? En torno a Beuys y la reconstrucción del Museo como proyecto ilustrado", DEBAT'S Nº 101 – 108, pp. 19-26, Revista trimestral editada por la Institució Alfons el Magnànim, Valencia, España.
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http://www.slideshare.net/AdolfoVasquezRocca/del-humanismo-de-sartre-al-antihumanismo-de-heidegger-dr-adolfo-vasquez-rocca-ucm
Vásquez Rocca, Adolfo, “El Futuro de la Universidad Pública y la Crisis de la Educación en Chile”.
 En ARQCHILE.CL ©, Portal Latinoamericano de Arquitectura, ISSN 
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Publicación Educación Pública.
http://www.arqchile.cl/publicacion_educacion_publica.htm
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Lógica Paraconsistentente, Mundos Posibles y Ficciones Narrativas. La Ficción como campo de proyección de la Experiencia”, Reedición Ampliada en Revista de la Sociedad de Estudios Filosóficos de Madrid, Post-scriptum de A Parte Rei, 2012.
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk
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Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas Universidad Complutense
 de Madrid | 32 (2011.4) NÓMADAS. 32 - Julio-Diciembre. 2011 (II), pp. 
[102-125] 
http://www.academia.edu/1614355/_Sloterdijk_y_Heidegger_Normas_para_el_Parque_Zoologico-Tematico_Humano_Culturas_Post-Humanisticas_y_Capitalismo_Carnico_Contemporaneo_
http://www.academia.edu/1614355/_Sloterdijk_y_Heidegger_Normas_para_el_Parque_Zoologico-Tematico_Humano_Culturas_Post-Humanisticas_y_Capitalismo_Carnico_Contemporaneo_
VV.AA., Vásquez Rocca, Adolfo,  Del Arco Carabias, Javier PHD. - Université Paris X Nanterre, “Sloterdijk Espumas: De la masa líquida a la masa espumosa: el advenimiento del temor”;
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de Roma y al Master en Bioinformática de la Universidad Complutense de 
Madrid–; y al Instituto de Ingeniería de España, Sección: Filosofía de 
la Ciencia y Tecnología ISSN 2174-6850
http://www.tendencias21.net/biofilosofia/De-la-masa-liquida-a-la-masa-espumosa-el-advenimiento-del-temor_a64.html
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Vásquez Rocca, Adolfo,  "Sartre: Teoría fenomenológica de las emociones. Existencialismo y conciencia posicional del mundo",
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Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS. 36 | Julio-Diciembre. 2012 
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Vásquez Rocca, Adolfo, 'LE NÉANT DANS LA PENSÉE CONTEMPORAINE', Livre, Bès Editions , París, © 2012
Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions , París, © 2012, ISBN: 978-2-35424-151-3
Antologado y Traducido al Francés - Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: "Le Néant Dans la Pensée Contemporaine", Bès Editions © 2012
Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions , París, © 2012, ISBN: 978-2-35424-151-3
Antologado y Traducido al Francés - Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: "Le Néant Dans la Pensée Contemporaine", Bès Editions © 2012
Vásquez Rocca, Adolfo, “La crisis de las Vanguardias Artísticas y el debate modernidad -  postmodernidad”,
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Jurídicas | - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nº Especial , pp. 259  –
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Vásquez Rocca, Adolfo, “La Fotografía y las formas del olvido; del furor de la imagen al frenesí de lo real”, En Revista Almiar, MARGEN CERO © , Madrid 2012, Revista Fundadora de la Asociación de Revistas Digitales de España. http://www.margencero.com/articulos/articulos2/foto_olvido.htm
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Sloterdijk
 y Heidegger: las Repúblicas del saber, graneros y cultivos de la 
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Ontología 
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Facebook; del desprecio de las masas a la «sabiduría de las multitudes»", En Revista Almiar – Nº 66 – 2012 – MARGEN CERO, Madrid,http://www.margencero.com/almiar/facebook-desprecio-masas/
Vásquez Rocca, Adolfo, “En torno al diseño de lo humano en Sloterdijk: De la ontotecnología a las fuentes filosóficas del posthumanismo”,
 En La lámpara de Diógenes,  Revista de Filosofía, BUAP, Año 13, Números
 24 y 25, Vol. 13 – enero-junio 2012  –  julio-diciembre 2012, pp. 127 –
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Has de cambiar tu vida; prácticas antropotécnicas y constitución inmunitaria de la naturaleza humana", En Revista Observaciones Filosóficas - Nº 13 – 2012 –   ISSN 0718-3712  – http://www.observacionesfilosoficas.net/sloterdijk-hasdecambiartuvida.htm
Vásquez Rocca, Adolfo, Resumen/Abstract: "Nietzsche:
 de la voluntad de ficción al pathos de la verdad; aproximación 
estético?epistemológica a la concepción biológica de lo literario", En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 46 - Noviembre  2012 -  ISSN 1885-5679 - Oviedo,  España, pp. 31 - 32
http://www.revistadefilosofia.com/46-02r.pdf
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Nietzsche:
 de la voluntad de ficción al pathos de la verdad; aproximación 
estético?epistemológica a la concepción biológica de lo literario", En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 46 - Noviembre  2012 -  ISSN 1885-5679 - Oviedo,  España, pp. 33 – 44.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: Neuroglobalización, estresores y prácticas psico-inmunológicas",
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nómadas Nº 35 | Julio-Diciembre.2012 -
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk:
 Experimentos con uno mismo, ensayos de intoxicación voluntaria y 
constitución psico-inmunitaria de la naturaleza humana", En NÓMADAS,
 Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD 
COMPLUTENSE DE MADRID, Nómadas Nº 35 | Julio-Diciembre.2012 - 2013 (I), 
pp. 459 - 490 http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/35/adolfovrocca_2.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, Resumen/Abstract:  "Sobre el concepto de antropotécnica en Peter Sloterdijk y la constitución inmunitaria de la naturaleza humana", En Revista Observaciones Filosóficas - Nº 13 – 2012 –   ISSN 0718-3712  – http://www.observacionesfilosoficas.net/sloterdijk-hasdecambiartuvida.htm
Vásquez Rocca, Adolfo, “Foucault: 'Los Anormales'; una Genealogía de los Monstruoso. Apuntes para una Historiagrafía de la Locura",
 En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - 
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nº 34 – 2012 (2), pp. 403 - 420
Vásquez Rocca, Adolfo, "Ontología del Cuerpo y estética de la enfermedad en Jean-Luc Nancy: De la téchne de los cuerpos a la apostasía de los órganos",
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nº 34 – 2012 (2), pp. 421-445
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Experimentos con uno mismo; Ensayos de intoxicación voluntaria e inmunología especulativa”, En Revista Observaciones Filosóficas ISSN 0718-3712 –ROF– 2012, y Directorio DOAJ – Directory of Open Access Journals – Lund University, Suecia.
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Bibliografía
- [1] Doesburg, Th. van, “Wat is Dada???”, en White, M., (Ed.) What is Dada??? And other dada writings, Londres, Atlas Press, 2006, p. 33. Texto completo en neerlandés disponible en Biblioteca Digital Dadá de la Universidad de Iowa (Consultado: 27.05.11)[3] Que empezaría a publicar su novela “suprahumanista” y “abstracta” La otra cara en De Stijl en 1920 donde describía esta concepción positiva del dadaísmo: “Cuando tras el sin sentido se esconde un sentido más profundo que el de la norma, el sin sentido no sólo es lícito sino necesario. De esta manera el Dadaísmo creará nuevas normas que estarán más allá de los sentidos”. Véase Bonset, I.K. “Het andere gezicht”, De Stijl, III, 10, 1920, p. 84.[4] Crego Castaño, C., “De Stijl y la vanguardia europea” en El espejo del orden. El arte y la estética del grupo holandés “De Stijl”,Madrid, Akal, pp. 90-91.[5] White, M., (Ed.) “Introduction: The Dada Tour of Holland” en What is Dada??? And other dada writings, Londres, Atlas Press, 2006, p. 9.[6] Dachy, M., “Life is an extraordinary invention: Doesburg the dadaist”, en Van Doesburg & the International Avant-garde. Constructing a New World, Londres, Tate Publishing, 2009, p. 29.[8] «Muñeco de sombra» que podía ser controlado mecánicamente para producir una variedad limitada de posturas. La primera representación pública de Mechanische Dansfiguur tuvo lugar en 1920.
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DE LA LITERATURA GÓTICA A LOS POETAS MALDITOS Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
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Manifiesto Arte Conceptual:
"En el arte conceptual la idea o concepto prima sobre la realización material de la obra y el mismo proceso - notas, bocetos, maquetas, diálogos - al tener a menudo más importancia que el objeto terminado puede ser expuesto para mostrar el origen y desarrollo de la idea inicial".
A. Vasquez Rocca.
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ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Eastern Mediterranean University - Academia.edu
Adolfo Vásquez Rocca PH. D.
adolfovrocca@gmail.com
Publicaciones Dr. Adolfo Vásquez Rocca - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
Vásquez Rocca, Adolfo
- Nº. 37, 2013, págs. 247-285
- Diálogo de exiliados, cine y políticas estéticas en Latinoamérica: Raúl Ruiz, territorios, ontología de lo fantastico y polisemia visualNº. Extra 0, 2012 (Ejemplar dedicado a: América Latina), págs. 187-211
- Nº. Extra 0, 2012 (Ejemplar dedicado a: América Latina), págs. 213-231
- Nietzsche: de la voluntad de ficción al pathos de la verdad. Aproximación estético-epistemológica a la concepción biológica de loNº. 36, 2012, págs. 315-338
- Nº. 36, 2012, págs. 339-351
- Nº. 35, 2012, págs. 427-457
- Peter Sloterdijk: experimentos con uno mismo, ensayos de intoxicación voluntaria y constitución psico-inmunitaria de la naturaleza humanaNº. 35, 2012, págs. 459-490
- Foucault: Los Anormales, una genealogía de lo monstruoso. Apuntes para una historiografía de la locuraNº. 34, 2012, págs. 403-420
- Ontología del cuerpo y estética de la enfermedad en Jean-Luc Nancy: de la techné de los cuerpos a la apostasía de los órganosNº. 34, 2012, págs. 421-445
- Sloterdijk, Heidegger y Jean-Luc Nancy: esferas, arqueología de lo íntimo, morfología del espacio compartido e historia de fascinación de proximidadNº. 32, 2011, págs. 559-597
- Sloterdijk y Heidegger: Normas para el parque zoológico-temático humano, cultura post-humanísticas y capitalismo cárnico contempóraneoNº. 32, 2011, págs. 599-623
- Antipsiquiatría: Deconsctrucción del concepto de enfermedad mental y crítica de la "razón psiquiátrica"Nº. 31, 2011, págs. 321-338
- Sloterdijk: Secretos bizarros de Freud, discretas obsesiones telecomunicativas y primeras formaciones de psicología profunda europeasNº. 31, 2011, págs. 339-368
- Nº. 31, 2011, págs. 369-386
- Nº. 29, 2011, págs. 285-300
- Nº. 28, 2010, págs. 317-329
- Sloterdijk: Modelos de comunicación oculto–arcaicos y moderno–ilustrados; para una época de ángeles vacíosNº. 26, 2010, págs. 229-249
- William Burroughs, literatura ectoplasmoide y mutaciones antropológicas: Del virus del lenguaje a la psicotopografía del textoNº. 26, 2010, págs. 251-265
- Nº. 25, 2010, págs. 439-451
- Nº. 24, 2009, págs. 291-299
- Nº. 24, 2009, págs. 301-312
- Nº. 23, 2009, págs. 291-302
- Nº. 23, 2009, págs. 303-317
- Nº. 22, 2009, págs. 275-285
- Nº. 22, 2009, págs. 455-462
- Nº. 21, 2009, págs. 381-393
- Nº. 21, 2009, págs. 395-406
- Peter Sloterdijk: ¿a dónde van los monjes? sobre la huida del mundo desde la perspectiva antropológicaNº. 21, 2009, págs. 407-418
- Nº. 20, 2008, págs. 407-416
- Nº. 20, 2008, págs. 417-426
- Peter Sloterdijk: normas y disturbios en el Parque Humano o la crisis del Humanismo como utopía y escuela de domesticaciónNº. 19, 2008, págs. 293-308
- Nº. 19, 2008, págs. 309-316
- Nº. 18, 2008, págs. 315-322
- La metáforas del cuerpo en la Filosofía de Jean-Luc Nancy: Nueva carne, cuerpo sin órganos y escatología de la enfermedadNº. 18, 2008, págs. 323-333
- Nº. 17, 2008, págs. 145-150
- Nº. 17, 2008, págs. 151-158
- Nº. 17, 2008, págs. 159-170
- 
 CIne Arte _ Adolfo Vasquez Rocca y Andres Vasquez López - Escuela de Cine Universidad de Valparaíso U.V.
 
 CIne Arte _ Adolfo Vasquez Rocca y Andres Vasquez López - Escuela de Cine Universidad de Valparaíso U.V.
 
 
  
 
 - Publicaciones Dr. Adolfo Vásquez Rocca - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE- Nº. 37, 2013, págs. 247-285
- Diálogo de exiliados, cine y políticas estéticas en Latinoamérica: Raúl Ruiz, territorios, ontología de lo fantastico y polisemia visualNº. Extra 0, 2012 (Ejemplar dedicado a: América Latina), págs. 187-211
- Nº. Extra 0, 2012 (Ejemplar dedicado a: América Latina), págs. 213-231
- Nietzsche: de la voluntad de ficción al pathos de la verdad. Aproximación estético-epistemológica a la concepción biológica de loNº. 36, 2012, págs. 315-338
- Nº. 36, 2012, págs. 339-351
- Nº. 35, 2012, págs. 427-457
- Peter Sloterdijk: experimentos con uno mismo, ensayos de intoxicación voluntaria y constitución psico-inmunitaria de la naturaleza humanaNº. 35, 2012, págs. 459-490
- Foucault: Los Anormales, una genealogía de lo monstruoso. Apuntes para una historiografía de la locuraNº. 34, 2012, págs. 403-420
- Ontología del cuerpo y estética de la enfermedad en Jean-Luc Nancy: de la techné de los cuerpos a la apostasía de los órganosNº. 34, 2012, págs. 421-445
- Sloterdijk, Heidegger y Jean-Luc Nancy: esferas, arqueología de lo íntimo, morfología del espacio compartido e historia de fascinación de proximidadNº. 32, 2011, págs. 559-597
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- Antipsiquiatría: Deconsctrucción del concepto de enfermedad mental y crítica de la "razón psiquiátrica"Nº. 31, 2011, págs. 321-338
- Sloterdijk: Secretos bizarros de Freud, discretas obsesiones telecomunicativas y primeras formaciones de psicología profunda europeasNº. 31, 2011, págs. 339-368
- Nº. 31, 2011, págs. 369-386
- Nº. 29, 2011, págs. 285-300
- Nº. 28, 2010, págs. 317-329
- Sloterdijk: Modelos de comunicación oculto–arcaicos y moderno–ilustrados; para una época de ángeles vacíosNº. 26, 2010, págs. 229-249
- William Burroughs, literatura ectoplasmoide y mutaciones antropológicas: Del virus del lenguaje a la psicotopografía del textoNº. 26, 2010, págs. 251-265
- Nº. 25, 2010, págs. 439-451
- Nº. 24, 2009, págs. 291-299
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- Nº. 22, 2009, págs. 275-285
- Nº. 22, 2009, págs. 455-462
- Nº. 21, 2009, págs. 381-393
- Nº. 21, 2009, págs. 395-406
- Peter Sloterdijk: ¿a dónde van los monjes? sobre la huida del mundo desde la perspectiva antropológicaNº. 21, 2009, págs. 407-418
- Nº. 20, 2008, págs. 407-416
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 ARTE Y PSICOPATOLOGÍA: GENIALIDAD, MELANCOLÍA Y DELITO: FREUD Y KAFKA DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
 - ROMANTICISMO OSCURO O ROMANTICISMO DARK: DE LA LITERATURA GÓTICA A LOS POETAS MALDITOS Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PHD.- Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad _ Dr. Adolfo Vásquez Rocca
 ARTE Y PSICOPATOLOGÍA: GENIALIDAD, MELANCOLÍA Y DELITO: FREUD Y KAFKA DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
 
 Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – marzo, 2014 – ISSN 1885-5679 – Oviedo, España, pp. 73 – 92.
 http://www.revistadefilosofia.org/55-04.pdf
 
ARTE Y PSICOPATOLOGÍA: GENIALIDAD, MELANCOLÍA Y DELITO: FREUD Y KAFKA DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
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ARTE Y PSICOPATOLOGÍA: GENIALIDAD, MELANCOLÍA Y DELITO. II.- NIETZSCHE, FREUD Y KAFKA: CRUELDAD, HUMILLACIÓN Y LA INQUIETANTE INOCENCIA DEL ACUSADO _ DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA ESCUELA DE TEATRO PUC
SEMINARIO I.- ARTE Y PSICOPATOLOGÍA: GENIALIDAD, MELANCOLÍA Y DELITO _ II.- FREUD Y KAFKA, ENTRE LA NEUROSIS Y LA CULPA _ Dr. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA FACULTAD DE PSICOLOGÍA
comentario:
- "SEMINARIO I.- ARTE Y PSICOPATOLOGÍA: GENIALIDAD, MELANCOLÍA Y DELITO _ II.- FREUD Y KAFKA, ENTRE LA NEUROSIS Y LA CULPA _ Dr. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA FACULTAD DE PSICOLOGÍA"
 LA CULPA Y EL AUTOCASTIGO Dr. Adolfo Vásquez Rocca.
 
 
 Inhibición, Síntoma y Angustia
 Sigmund Freud (1925)
 
 
 
 Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad Dr. Adolfo Vasquez Rocca


































 

 
 
 
 
 
 
Reblogueó esto en ADOLFO VASQUEZ ROCCAy comentado:
Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad
MargenCero
En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En Revista Almiar –Margen Cero– Nº 71 | noviembre-diciembre 2013, Madrid. http://www.margencero.com/almiar/vasquez-rocca-freud-y-kafka/
Adolfo Vasquez Rocca Says:
MargenCero
En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana