martes, 31 de marzo de 2009

LA INVENCIÓN DE MOREL; DEFENSA PARA SOBREVIVIENTES Por Adolfo Vásquez Rocca



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Adolfo Vásquez Rocca

Como homenaje a Adolfo Bioy Casares


En referencia a 'La invención de Morel':
“He discutido con su autor los pormenores de su trama, la he releido;
no me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta”.

Jorge Luis Borges

Introducción

El presente artículo se ocupa de la novela de Adolfo Bioy Casares La invención de Morel (1949) novela fundacional de la literatura de anticipación, en la que a través de la ficción científica, policíaca y amatoria, concurren los tópicos del ingenio técnico, la reduplicación de la vida, los periplos de inmortalidad, los archivos de imágenes, los simulacros y finalmente los hologramas, alumbrando el estatuto ontológico de las imágenes en la nueva ecología de medios, cuestiones problematizadas por teóricos de la imagen como Jean Baudrillard, Paul Virilio o Susan Sontag. Dando lugar, finalmente, a una reflexión en torno al complejo paso de lo real a lo virtual en el cual el mundo de las imágenes amenaza por suplantar al mundo real.

1.

En su mítica novela (1) publicada en 1940, Adolfo Bioy Casares narra la aventura de un prófugo que se oculta en una isla aparentemente desierta –asolada por extrañas enfermedades (2) – en la que, sin embargo, descubre una forma peculiar de vida: la de un conjunto de personas cuya actividad a lo largo de un período limitado de tiempo es "proyectada" una y otra vez por una máquina alimentada por la energía de las mareas.

La invención de Morel es una ficción científica, policíaca y amatoria. Haciendo uso de una geometría implacable que pone en juego hipótesis que se van descartando analíticamente; la isla desierta, poblada de imágenes, en la que el narrador de la ficción se confina, se convierte en la prisión amorosa, en el paisaje filosófico ideal donde se asienta el amor, libre del mundo, entregado a sí mismo: isla de libertad, pero también isla interior, donde la pasión se va anudando a la mirada.

La obra se puede leer tanto como una fábula de amor trágico, como una arriesgada especulación sobre la relación entre el mundo real y el de las imágenes.

Bioy Casares a través de esta máquina –que se alimenta a través de turbinas conectadas con las mareas– capaz de reproducir todos los sentidos juntos, pone en juego una de las hipótesis más sugerentes de toda la ciencia ficción, la coincidencia, en un mismo espacio, de un objeto y su imagen total. Este hecho sugiere la posibilidad de que el mundo esté constituido, exclusivamente, por sensaciones. Para ello realiza un trazado elíptico de la isla y el museo, así como una radiografía espectral de los personajes proyectados, para concluir en una delirante y anticipatoria reflexión sobre la realidad virtual y los simulacros, anticipando las preocupaciones de Jean Baudrillard (3) y Paul Virilio –entre otros teóricos de la imagen– en torno a los periplos de inmortalidad y la estética de la desaparición (4). La fotografía, como la caracterizara Susan Sontag (5), es un modo de certificar la experiencia o de convertirla en colección. Pareciera que la fotografía quiere jugar este juego vertiginoso, liberar a lo real de su principio de realidad, liberar al otro del principio de identidad y arrojarlo a la extrañeza.

El carácter anticipatorio de La invención de Morel se hace evidente si se considera que Denis Gabor (6) se planteó la posibilidad de utilizar los hologramas para reconstruir la imagen del objeto original sólo siete años después de que Bioy Casares publicó su novela. Este eco literario que comporta el concepto de holograma es también referido en Hombre mirando al sudeste (7) , filme tributario a la imaginería de Bioy Casares.

La vida "real", una vez duplicada por la máquina, comienza a perder densidad ontológica, hasta que su peso de realidad es igual a cero, mientras que las proyecciones cobran vida propia asumiendo un extraño estatuto de realidad en relación a la cual el prófugo define sus expectativas; éste, finalmente, decide duplicarse y "editarse" dentro de la proyección eterna.

Se trata de una invención ciertamente ingeniosa, no sólo por su diseño y eficiencia técnica para proyectar eternamente imágenes que duplican a seres reales, sino porque al decir de su creador ha permitido perpetuar "una buena semana" compartida por un grupo de amigos.
El narrador en un minucioso y sistemático ejercicio nos relata su huida y naufragio. Su actual condición de asilado, de fugitivo en una persecución donde múltiples – aunque difusas– fuerzas de represión lo asedian. Es acorralado por las aduanas, por los documentos tenaces, por las redes de verdugos que entretejen las policías del mundo, por las leyes de una libertad condicionada a los retratos sellados que cubren los pasaportes bajo firmas filisteas de repúblicas tiranas. Acorralado también por una búsqueda infinita de paraísos en una isla utópica de eterna primavera y soledad pausada.

El narrador desembarca en una isla hacia la que lo ha conducido su destino de perseguido. Encuentra un paraíso cuyo espacio ha sido alterado levemente por unas extrañas construcciones de orden misteriosamente ceremonial: un museo, una capilla y una pileta de natación (8). Los 'edificios' de Morel ostentan el orgullo de su gratuidad, exaltan su imaginación y pretenden su inmortalidad. Morel pretende perpetuar una semana de felicidad ociosa.

La isla de Morel es un espacio sagrado donde se ha construido la utopía de la eternidad. La eternidad que Morel sugiere ha encontrado su espacio y su proyección pero le faltaba la mirada. La mirada recrea la utopía y confirma su existencia en las palabras del manuscrito que la revela. Sin la narración, la isla sería una utopía sin memoria, un espacio mutilado, un espacio sin ritual, un espacio invisible. El narrador es el testigo de la creación, es el espectador ante quien se proyectan las imágenes.

La isla lo enfrenta a una naturaleza alterada por duplicaciones, a una naturaleza que desdobla los soles y refleja dos lunas, que yuxtapone extrañamente veranos y primaveras y reúne peces descompuestos y peces de adorno del acuario, que calcina los árboles o les da un verdor eterno. Las mareas adelantan el verano e inundan las playas que lo albergan y producen figuras en un espacio antes alterado sólo por los edificios. A la persecución de la naturaleza se añade la persecución de los “intrusos” que asedian al autor del manuscrito.

El asedio lo mantiene vivo, aunque siempre se aproxime a su muerte. Todo ese laborioso aparato refleja una construcción que se habrá de llamar 'Defensa ante sobrevivientes' o Elogio a 'Malthus' (9), para demostrar que “el mundo [...] es un infierno unánime para los perseguidos” (10). Ese manuscrito que ha llegado a ser una necesidad fundamental para el narrador se postula como espejo de una vida que por la palabra habrá de sacar a su creador del caos al que lo precipita la persecución, pero, que en realidad es el reflejo escrito del universo construido por Morel. Así a la duplicación de fenómenos naturales, a la coincidencia de vida y muerte que se alían imperturbables, se responde con la duplicación del paraíso desdoblado en el laberinto y abismo de la escritura.


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Adolfo Vásquez Rocca

El narrador se encuentra perplejo al oírse interminablemente escoltado por expansivos ecos, reduplicando su soledad. “Hay nueve cámaras iguales; otras cinco en un sótano más bajo[...]” (11) La multiplicación de cámaras simétricas reproduce multiplicado el sonido en un edificio destinado a almacenar la vida en el recuerdo fotografiado. Y el manuscrito del narrador asegura que las líneas que en él escribe "permanecerán invariables". El recuerdo se guardará en la fotografía y en el libro. La fotografía recogerá los instantes y los repetirá también “invariablemente” en la imagen reiterada que durante ocho días captó la vida y le devolvió su cuerpo (12) a la memoria. El manuscrito recoge la memoria del naufragio y repite de nuevo los mismos días transcritos por la palabra. Sonido e imagen se sintetizan en la palabra escrita formando el tercer cuerpo de la memoria. Esta superposición de memorias recogidas por los diversos métodos señalados asegura la inmortalidad aparente de un eterno retorno de las imágenes a las que Morel pretendió conservar la vida sin advertir, como el narrador, “que perdemos la inmortalidad porque la resistencia a la muerte no ha evolucionado; sus perfeccionamientos insisten en la primera idea rudimentaria: retener vivo todo el cuerpo”.

Morel ha logrado mediante su invento una imagen holográfica perfecta que engaña a los sentidos; los sentidos son conservados en la imagen, pero los cuerpos que se ofrecieron sin saberlo ante el obturador sacrificial de la cámara son calcinados en este extraño holocausto, un paroxista ritual de inmortalidad.




Descifrar el enigma es destruir el laberinto, penetrar, siguiendo paso a paso ciertas claves en su secreto y descubrirlo, es advertir que la civilización tecnológica le ha prestado a Morel, el constructor de los edificios, un recurso de eternidad. Inventando la inmortalidad de las imágenes mediante el artificio cinematográfico perfeccionado, Morel le devuelve al cuerpo una realidad que se reiterará indefinidamente en un reflejo polivalente de espejos. Morel ha fotografiado la vida y la ha conservado en una isla desierta y el flujo y reflujo de las mareas asegura su perfecta conservación. El genio de Morel erige un monumento, un museo en el que vivirán eternamente algunos hombres y mujeres repitiendo eternamente sus mismas voces, sus mismos gestos, sus mismos olores, sus mismas miradas, en un simulacro donde la única inmortalidad posible es la de las imágenes en el celuloide. Morel ha retenido todos los utensilios de la humanidad y los ha encerrado en un inmenso sarcófago, reproductor incansable de la misma gesticulación, del ademán patético, mero simulacro que recrea la precaria realidad del mundo.

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Adolfo Vásquez Rocca Universidad Andrés Bello UNAB


2.

Bioy Casares considera al texto como un homenaje al cine; homenaje, pero de aquellos que exaltan y cuestionan: en la nueva ecología de medios que el narrador describe, y que no ha hecho más que intensificarse desde la publicación de la novela, el mundo de las imágenes termina por cuestionar y suplantar al mundo real. La fascinación por la tecnología y la seducción de las imágenes devoran al narrador. Seducción y muerte: sugiere la novela, la tecnología y los medios de masa al individuo, ambivalentes promesas de modernidad para sociedades periféricas.

La certeza acerca de la realidad de los veraneantes irá siendo minada. Los hechos extraños que ocurren en torno a ellos dan pie a la duda: por un lado, son capaces de hacerse 'bruscamente presentes'; por otro, parecen no oír, ni ver, ni darse cuenta de la presencia del narrador. Además, sus palabras y movimientos se repiten de manera exacta cada ocho días. El narrador acumula pruebas que indican que su relación con ellos es como una entre 'seres en distintos planos'. Sospecha incluso que son de otra naturaleza.

Los intrusos aparecen de repente en la órbita visual del narrador y son, como “héroes del esnobismo” o “pensionistas de un manicomio”; sus apariciones inesperadas ponen en peligro su vida. “Sin espectadores –o soy el público previsto desde el comienzo– para ser originales cruzan el límite de incomodidad insoportable, desafían la muerte. Esto es verídico, no una invención de mi rencor [...]” (13) En los ojos del narrador se ha proyectado la memoria de Morel y su propia memoria de perseguido refleja sus movimientos interiores proyectándolos a su vez sobre los seres extraordinarios que parecen desafiar a la muerte y que en realidad viven en un verano ajeno al de la isla, es el verano de la fotografía del recuerdo, el verano de la memoria mecánica y enajenada. La memoria del narrador empieza a transformarse y yuxtapone el recuerdo del perseguido a la imagen del fantasma: “No sé, todavía, si contaban, efectivamente cuentos de fantasmas, o si los fantasmas aparecieron en la frase para anunciar que había ocurrido algo extraño (mi aparición)” (14). Al jugar con el doble sentido de aparición que es apariencia pero también fantasma, el narrador se desdobla en el que mira a los fantasmas o apariciones (las imágenes de Morel) que lo persiguen y en el perseguidor del fantasma de Faustine. La mirada del narrador abarca a Faustine, pero la de ella prescinde de él “como si yo fuera invisible” (15). El cuerpo invisible de la joven proyectada como fantasma por la máquina de Morel vuelve invisible al narrador en el espejo de la memoria enajenada (16). La memoria que entra por los ojos, esa memoria que ha visto una mirada “aumentando el mundo” convertirá en imagen al narrador y al convertirlo en imagen desaparecerá su cuerpo quedando sólo su “aparición”, su “fantasma”, será invisible. Bioy Casares ha logrado encontrar una simbología nueva para cristalizar el viejo mito amoroso; el arquetipo platónico se inserta en una nueva forma de enunciar la metáfora “fabricada a imagen de las criaturas del tiempo” que el cinematógrafo ha preservado en su eternidad precaria.


Cuando el narrador inserta en la narración las páginas explicativas de Morel en torno a su invención, queda claro que los veraneantes son 'imágenes fotográficas', o mejor, hologramas tridimensionales. La tecnología es figurada como un artefacto capaz de dar muerte al individuo, y luego, de resucitarlo artificialmente y eternizarlo en su archivo de simulacros: por su fantasía sentimental de querer estar eternamente junto a una mujer que lo desdeña (17), Morel hace que Faustine y sus amigos mueran, y él muere con ellos. Esta proyección no sólo se extiende a los personajes sino al museo, a la piscina y a la capilla: un simulacro de realidad que amenaza las nociones mismas de 'identidad' y 'realidad' del narrador. De la mano de la tecnología, los medios de masa se irán apoderando del narrador.

La novela relaciona los medios de masa con la idea del archivo, y a ambos con la muerte y el más allá. Para Virilio el cine es, en el siglo XX, una industria fantasmal “en busca de nuevos vectores en el más allá”. La fotografía y el cine son archivos cuyo tema central es la supervivencia de los muertos. La invención de Morel enfoca su reflexión en estos archivos que no sólo contrarrestan ausencias, sino que las retienen. Gracias a la imagen fotográfica, lo que ya no está más persiste de algún modo. El narrador cree avizorar un futuro en que, gracias a aparatos más complejos, la vida será sólo 'un depósito de la muerte'. En otras palabras, la novela sugiere que la vida existirá para que exista el simulacro. No sólo eso: a la larga, no será posible diferenciar lo real de su simulacro: “Ignoro cuáles son las moscas verdaderas y las artificiales”, dice el narrador, anticipando la obra de Philip K. Dick ¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas? (1968).

Adolfo Vásquez Rocca Psicología UNAB


La novela da un paso más en su reflexión y cuando Morel sugiere que el archivo de imágenes y voces guarda un paralelismo con el destino de los hombres, cuestiona la noción de la realidad: “¿En dónde yacemos, como un disco de músicas inauditas, hasta que Dios nos manda nacer?” (18). El narrador, desde coordenadas kantianas alude a los límites del conocimiento y las condiciones de posibilidad de la experiencia, poniendo en cuestión la noción misma de identidad : “El hecho de que no podamos comprender nada fuera del tiempo y del espacio, tal vez esté sugiriendo que nuestra vida no sea apreciablemente distinta de la sobrevivencia a obtenerse con este aparato” (19). El espectáculo del eterno retorno de Faustine y sus amigos, le hace ver al narrador que su vida es “irreparablemente casual”. Rodeado de simulacros, él también se considera como ellos.

En este paraíso artificial, ¿qué le queda al narrador? Enamorado de un fantasma, de una mujer muerta, no le queda otra cosa, para estar junto a ella, que dejarse devorar por la pantalla y transformarse él mismo en simulacro. Con su seducción y muerte, y con su ingreso a la eternidad del archivo, la hegemonía de una nueva ecología de medios en la isla es completa. El triunfo de la ilusión del narrador es el fin de cualquier intento de escapar al triunfo final de la tecnología.


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Adolfo Vásquez Rocca

Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado recientemente el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.

Notas:

(1) BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Alianza editorial, Madrid, 3ª edición, 1981.

(2) Ibid

(3) VASQUEZ ROCCA, Adolfo, “Baudrillard; alteridad, seducción y simulacro”, En Revista Observaciones Filosóficas Nº 1 / 2005 http://www.observacionesfilosoficas.net/alteridad.html

(4) VIRILIO, Paul, Estética de la desaparición, Editorial Anagrama, Colección Argumentos, Barcelona, 1998.

(5) SONTAG, Susan, On photography, Penguin Books, London, 1979

(6)
Dennis Gabor, Físico húngaro, precursor de la holografía (1947), recibió por esto el Premio Nobel de Física en 1971. La invención se perfeccionó años más tarde con el desarrollo del láser, pues los hologramas de Gabor eran muy primitivos a causa de las precarias fuentes luz disponibles en su tiempo. Originalmente, Gabor sólo quería encontrar una manera para mejorar la resolución y definición de las imágenes del microscopio electrónico. Llamó a este proceso holografía, del griego "holos", que significa completo, ya que los hologramas mostraban un objeto completamente y no sólo una perspectiva. En realidad, los primeros hologramas que verdaderamente representaban un objeto tridimensional bien definido, fueron hechos por Emmett Leith y Juris Upatnieks en Estados Unidos en 1963 y por Yuri Denisyuk en la Unión Soviética.

(7) “Hombre mirando al sudeste”, Dirigida por Elíseo Subiela, realizada en 1986 por la productora Cinequanon, 105 minutos; estrenada el 2 de abril de 1987, en el cine Monumental (Buenos Aires, Argentina).

(8) BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Alianza editorial, Madrid, 3ª edición, 1981, p. 14

(9) Thomas Robert Malthus, economista inglés, precursor de la Demografía, conocido principalmente por su Ensayo sobre la población (1798), en el que expone el principio según el cual la población humana crece en progresión geométrica, mientras que los medios de subsistencia lo hacen en progresión aritmética. Así, llegará un punto en el que la población no encontrará recursos suficientes para su subsistencia (catástrofe malthusiana). Además, según Malthus, los recursos para la vida están limitados y, cuando se hayan agotado, la vida humana desaparecerá.

(10) BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Alianza editorial, Madrid, 3ª edición, 1981, p. 14

(11) BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Alianza editorial, Madrid, 3ª edición, 1981, pp. 30-31

(12) BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Alianza editorial, Madrid, 3ª edición, 1981, p. 25

(13) BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Alianza editorial, Madrid, 1981.p. 39.

(14) Ibid pp. 59-60

(15) BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Emecé editores, Buenos Aires, p. 43

(16) Uno de los antecedentes argentinos de La invención de Morel es “El vampiro”, de Horacio Quiroga. Un hombre se enamora de una estrella de cine y logra materializar su cuerpo. El fantasma corporificado de la actriz se convierte en el vampiro que extermina a su creador. En este sentido es interesante relacionar a los vampiros y a los espejos. Los espejos se ciegan para los vampiros pues nunca reflejan la imagen: son como Faustine que mira ciega al narrador.

(17) Sin embargo, la mujer no tiene ninguna posibilidad de ignorarlo significativamente.

(18) BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Emecé editores, Buenos Aires, pp. 122 a 126

(19) BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Emecé editores, Buenos Aires, p. 100

Adolfo Vásquez Rocca es director de la Revista Observaciones Filosóficas


Artículo "La Fotografía y las formas del olvido; Del furor de la imagen al frenesí de lo real", En Psikeba –Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 5, 2007, ISSN 1850-339X, BUENOS AIRES.
http://www.psikeba.com.ar/articulos/AVR_La_fotografia_y_las_formas_del_olvido.htm
"La Fotografía y las formas del olvido; Del furor de la imagen al frenesí de lo real".
Re-Editado en Revista Poesía + Letras, España.
"La Fotografía y las formas del olvido; Del furor de la imagen al frenesí de lo real"
http://sapiens.ya.com/poesiaya/articulos/articulovasquezrocca08.htm

Artículo, "Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana" En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | En Prensa
http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk.pdf

Artículo "Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica" En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º | En Prensa http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk2.pdf

Artículo "Sloterdijk; Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad" En A PARTE REI, Nº 53, Sociedad de Estudios Filosóficos, MADRID, 2007.
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/vasquez53.pdf

Artículo "Peter Sloterdijk; Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos" En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Nº 16 - 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 217-228

Artículo "La política como arte; 'belleza' convulsiva y proyecto nacionalsocialista" En ESCANER CULTURAL, Revista de arte contemporáneo y nuevas tendencias, 2007, Santiago.
http://revista.escaner.cl/node/149

Artículo "La Filosofía del cuerpo de Jean-Luc Nancy; metáforas y escatología de la enfermedad" En Psikeba – Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 5, 2007, ISSN 1850-339X, BUENOS AIRES.
http://www.psikeba.com.ar/articulos/AVR_Jean-Luc_Nancy_Filosofia_del_cuerpo.htm

Artículo "La filosofía del cuerpo de Jean-Luc Nancy; metáforas y escatología de la enfermedad" - Reproducido en Lecturas del Psicoánalisis, Buenos Aires.
http://www.rosak.com.ar/filosofia/filosofia-cuerpo-jln.htm

Artículo “Nietzche y Derrida: De la voluntad de ilusión a la Mitología blanca
En CUENTA Y RAZÓN DEL PENSAMIENTO ACTUAL (FUNDES) - Revista de la Fundación de Estudios Sociológicos de MADRID.
Nº 145 – 2007, pp. 45 a 64 - ISSN : 0211-1381 Sumario Consorci de BIBLIOTEQUES UNIVERSITÀRIES DE CATALUNY:
http://sumaris.cbuc.es/cgis/sumari.cgi?issn=02111381&idsumari=A2007N000145V000000

Artículo "Raúl Ruiz y la Poética del Cine; sobre las permutaciones antropológicas en 'La recta provincia'" - Adolfo Vásquez Rocca, En PSIKEBA –Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales–, Sección Arte, 2007, ISSN 1850-339X, BUENOS AIRES.
http://www.psikeba.com.ar/articulos/AVR_Raul_Ruiz_La_recta_provincia.htm

Artículo "Antonioni; el cine de la incomunicación; Réquiem por la modernidad", En Revista Almiar, MARGEN CERO, MADRID, Nº 35 - 2007 Margen Cero © , Fundadora de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
http://www.margencero.com/articulos/articulos_taber/michelangelo_antonioni.html

Artículo "Sloterdijk 'Normas para el Parque humano'; De la carta sobre el humanismo a las antropotecnias y el discurso del pos-thumanismo", En
Revista Observaciones Filosóficas - Nº 5 / 2007 | ISSN 0718-3712
http://www.observacionesfilosoficas.net/petersloterdijkdelasnormas.html

Artículo "Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización", en Revista OPINATIO, Barcelona.
http://usuarios.iponet.es/ddt/esferas.htm

Artículo “La moda en la posmodernidad. Deconstrucción del fenómeno 'Fashion'”, Reedición ampliada En REVISTA DE DISEÑO URBANO Y PAISAJE, Universidad Central de Chile, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Paisaje, FAUP, ISSN 0717- 9758, Volumen IV, Nº 11, 2007

Vásquez Rocca, Adolfo, "El vértigo de la Sobremodernidad; Turismo Etnográfico y Ciudades del Anonimato" Revista de Humanidades: TECNOLÓGICO DE MONTERREY Nº 22 (2007, primavera): Revista de Humanidades: Tecnológico de Monterrey, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, pp. 211-223
http://oai.redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=38402208&iCveNum=7148

http://hispanismo.cervantes.es/revista.asp?DOCN=2401

Artículo "Peter Sloterdijk; El hombre como experimento sonoro y metafísico animal de la ausencia", En 'CUADERNOS DEL SEMINARIO' - Revista del Seminario del Espacio ISSN 0718-4247 - Nº 3 - 2007, Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Artículo "Georges Perec; Pensar y clasificar", en Revista ADAMAR, Nº 26, 2007, Sitio incluido en el Directorio mundial de literatura de la UNESCO. http://adamar.org/ivepoca/node/232

Adolfo Vásquez Rocca, “Raúl Ruiz; La recta provincia y la invención de Chile”, En ESCANER CULTURAL, Revista de arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 98 – octubre 2007, Santiago. http://revista.escaner.cl/node/377

Artículo “Alteridad e identidad en la nueva novela de Juan Luis Martínez; la deconstrucción de la noción de autor”, KONVERGENCIAS Literatura, Nº 4 – 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 130-145 http://www.konvergencias.net/vasquezrocca83.pdf

Adolfo Vásquez Rocca, Microesferas íntimas y úteros fantásticos para masas infantilizadas 1, En [EsferaPública], Area de Proyectos del Departamento de Arte de la Universidad de los Andes, April de 2007
http://esferapublica.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=202&Itemid=1

Adolfo Vásquez Rocca, "El vértigo de la sobremodernidad. Ciudades del anonimato; diáspora, cronotopías y cartografía de las emociones escindidas”,
En Revista HETEROGÉNESIS [SWEDISH-SPANISH] _ Revista de arte contemporáneo. TIDSKRIFT FÖR SAMTIDSKONST,
http://www.heterogenesis.se/Ensayos/Vasquez/Vasquez4.htm


| E-mail: adolfovrocca@gmail.com

jueves, 26 de marzo de 2009

MICHELANGELO ANTONIONI; EL CINE DE LA INCOMUNICACIÓN - REQUIEM POR LA MODERNIDAD Por Adolfo Vásquez Rocca

Antonioni - Adolfo Vasquez Rocca

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Dr. Adolfo Vásquez Rocca

Pontificia Universidad Católica de Valparaíso - Universidad Complutense de Madrid


Quien no haya visto nunca una película suya puede revisar los últimos minutos de “El eclipse” (1962) y entender el legado de un director que desarrolló una mirada única y supo evolucionar desde el documental y el neorrealismo hasta el cine digital y el fragmentario registro de las historias sin historia de la posmodernidad. En la última secuencia de “El eclipse” se escucha a Prokófiev. No hay diálogos. La cámara recorre las calles de Roma desiertas en lentas panorámicas: los árboles mecidos por el viento, riegos de agua en el asfalto, el rostro fragmentado de personajes a la deriva. Antonioni muestra un mundo en suspenso, sus historias están llenas de tiempos muertos. Todas sus aventuras se disuelven en la nada.

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En la actualidad el cine de Antonioni es objeto de un renovado culto y ejerce una considerable influencia en muchos filmes de arte contemporáneos, particularmente en el modo de filmar los silencios y tiempos muertos, propios de un mundo desencantado y sin coartada dramática. El cine de Antonioni es una inmóvil introspección del malestar de nuestra cultura, de la angustia que corroe el alma. En su estilo minimalista retrata la soledad y la incomunicación, el enigma de un mundo desolado. Antonioni, el pintor del cine, retrató entornos puramente artificiales –declaradamente antinaturalistas–, fantasmagóricos, donde sus personajes deambulaban como huidizas figuras de la ausencia.


Si Fellini fue el cineasta del bullicio, de la Italia popular y extravertida, Antonioni optó por retratar la introversión y la angustia de la burguesía. Su hora favorita era el crepúsculo, y quizá la culpa de tanta melancolía la tenía la niebla de Ferrara, en las llanuras del Po, donde nació en 1912. Una niebla que difumina los contornos y embalsama el tiempo. Su padre, un rico terrateniente, le proporcionó una educación exquisita. Estudió Economía, Literatura, Teatro, Música y Arte antes de ingresar en el Centro Experimental de Cinematografía, semillero de resistencia contra el fascismo. Antonioni colabora como asistente y guionista de Rossellini, de quien recibe una influencia determinante en su futura orientación estilística. Esto no resulta extraño dado que tras haber forjado una épica de la resistencia del pueblo italiano a la dominación nazi en Roma, ciudad abierta y analizar en “Paisá” el marco moral en el cual habría de elevarse la nueva sociedad peninsular, Rossellini emprendió con “Alemania año cero” (1947), el trazado del sendero sobre el cual el cine contemporáneo daría sus primeros pasos. Precisamente, la propuesta entera de Antonioni parece provenir del cuarto de hora final de “Alemania año cero”, con el largo y silencioso vagabundeo del Edmund por las cales de un Berlín en ruinas que culmina con su suicidio, caída desdramatizada desde lo alto de un edificio sin paredes. Los largometrajes que Antonioni realiza a partir de “Crónica de un amor” (1951) funciona a menudo sobre el dispositivo de un personaje que sólo es mostrado a partir de su comportamiento y cuyos estados interiores se transmiten por medio de las conexiones subjetivas que el paisaje establece con él.

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Antonioni por Adolfo Vásquez Rocca


La influencia de Rossellini también se trasluce en Antonioni en la elección de estratos sociales que retrata. Tal como aquel había desplazado su foco de atención hacia las clases burguesas en “Europa '51” y “Viaje en Italia”.


Antonioni dejaría de lado los sectores rurales de sus primeros filmes para acometer, en la ficción, la indagación de las formas de vida de los sectores de la alta burguesía, de los seres humanos económicamente satisfechos.


Por lo pronto, el retorno a una temática centrada en el mundo proletario se produce en 1957 con “El grito”, aunque aquí ya la mirada del cineasta es muy distinta a la de los días del neorrealismo. Si bien permanece la aproximación contemplativa de la realidad, esta ha sido modificada en tanto se erige desde la conciencia alienada de una maquinada sociedad industrial, en la que las elevadas torres de departamentos ocultan el cielo y toda posible escapatoria. En este contexto geográfico es donde Antonioni sitúa la acción de sus siguientes filmes, los que, a continuación del éxito de “La aventura” en el Festival de Cannes de 1960, le valen el calificativo de “cineasta de la incomunicación”.

La aventura” prolonga la reflexión de Antonioni acerca de la sociedad desarrollada. Los protagonistas son burgueses deshonestos entre sí y consigo mismos. El descubrimiento del vacío profundo que corroe sus existencias. El filme, dominado por tiempos muertos, irritó a una vasta parte del público y la crítica, pero la correspondencia moral de los elementos empleados y la potencia de las imágenes –los actores vestidos de oscuro paseando como fantasmas solitarios en la isla de piedra blanca– consagraron al director.

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Antonioni e Mónica Vitti por Adolfo Vásquez Rocca


Elegante y empecinado en experimentar las posibilidades lingüísticas del cine como trasunto de revoluciones sociopolíticas, desde su aparente distanciamiento moral. Con un cuidado casi enfermizo por el encuadre, por la fotografía, pero sobre todo por los diálogos, realizó un tríptico de amplios vuelos históricos sobre la burguesía italiana/europea del desarrollismo vandálico de los sesenta: La aventura (1960), La noche (1961) y El eclipse (1962), más tarde recuperadas por Fassbinder en clave expresionista y tono de melodrama.


El cine de Antonioni no construye argumentos al estilo clásico, sino más bien por acumulación de escenas, que discurren igual intensidad y generan una atmósfera de alta densidad. De ahí que sus películas parezcan largas digresiones de acción sin relación aparente en la línea argumental, esto es, sin aparente tensión dramática, en Antonioni aparece el mundo sin coartada dramática1.

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Cine Antonioni y Bergman por Adolfo Vásquez Rocca Cine Arte

La “trilogía de la incomunicación” se completó más tarde con “La noche” (1961) y “El eclipse” (1962), dos películas de factura similar en la que las mujeres y la confusión de los sentimientos ocupan un lugar preponderante. La noche, que tiene en el rol principal a Marcello Mastroianni como un escritor que despierta la admiración de los potentados pero que se siente completamente falto de inspiración y estímulos, es asimismo una lúcida visión de las implicaciones de ser artista en un marco social regido por el lucro capitalista. El entorno arquitectónico de la industrializada Milán desempeña en este filme un papel de extrema complejidad, ya que remite al espectador a la noción de que detrás de la superficialidad de la forma sólo existe el abismo del vacío.


El estilo antinaturalista que Antonioni había estado esbozando en estas cintas pudo aparecer de modo nítido en “El desierto rojo” (1964), su primer filme en color, protagonizado por la que entonces era su esposa y estrella inevitable de sus películas, Mónica Vitti. “El desierto rojo” significó una revolución estilística, creando un lenguaje y un estilo hasta hoy emulado, a través del uso arbitrario de los colores, en especial del rojo, que tiñe calzadas y murallas como objetivación de la angustia de Giuliana en medio de un paisaje industrial, de un universo de bidones, chimeneas y humos envenenados que emanan de las fábricas. Aquí Antonioni inaugura las preocupaciones ambientalistas o al menos las emplaza en el gran cine. El antinaturalismo de Antonioni busca distanciarse de la organización "espontánea" de lo natural para retratar la artificialidad de de las relaciones2.

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Antonioni advierte que ciertos movimientos de la cámara se ajustan mejor a ciertos colores: una panorámica es eficaz con un rojo brillante, pero no se consigue el mismo resultado con un verde áspero. Creía que había cierta relación entre el movimiento de la cámara y el color, así se lo comento3 en una ocasión a Godard.


Antonioni, asimismo, concedía gran importancia a los silencios y a la banda sonora con ruidos naturales y efectos sonoros, en algo muy próximo a la música concreta4, dejando la música -en el sentido tradicional- en un lugar secundario.


Sintiendo que ya había cumplido una etapa y cansado probablemente de ser asociado al cliché de la “incomunicación”, convertido en trivialidad y ganando espacios en revistas de consejos para mujeres aburridas, es que Antonioni emigra hacia Inglaterra. En ese país se despojó de las preocupaciones en torno a las desavenencia crónica de la pareja y se dedicó a desarrollar algunos tópicos que habían germinado en su obra reciente: la confrontación entre la cultura clásica y el modernismo, el choque entre lo antiguo y lo nuevo, los límites de la ficción en la era de la incautación de lo real y del fin de las historias.

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Para dar cuerpo a estas ideas, convirtió a un fotógrafo de alta moda en el protagonista de “Blow-up” (1966), su película más afamada y la que le permitió ganar el Festival de Cannes. Las marcadas elípsis de la narración y la ambigua importancia de hechos que quedan fuera de cuadro desconcertaron a los espectadores atraídos por el escándalo que habían causado un par de escenas de desnudos. “Blow-up” es un filme abstracto, con una intriga policial apenas distinguible, que advierte a cada instante al espectador de las limitaciones del espectáculo cinematográfico y que extiende la reflexión de “La noche” en lo que atañe al comercio del arte (la escena del concierto rock en que David Hemmings recoge un pedazo de guitarra arrojado por los músicos a sus fans para tirarlo a la basura cuando deja el recinto).

La línea asumida en Blow-up se prolongó en las dos siguientes cintas de habla inglesa de Antonioni, “Zabriskie Point” (1970) y “El pasajero” (1975), aunque con un notorio resurgimiento de las inquietudes sociales del director.


En “Zabriskie Point”, filmada con apoyo de la Metro en California y Arizona, Antonioni introduce su cámara en las discusiones universitarias en torno al posible advenimiento de la revolución en Estados Unidos y toma partido sin tapujos por las posiciones progresistas.


Tras un largo paréntesis -su último largometraje personal databa de 1982 Identificación de una mujer, Antonioni ya anciano consigue llevar a cabo un medio-metraje titulado “El filo peligroso de las cosas” (2001), adaptado de un relato propio -escrito para la pantalla por su habitual colaborador, el guionista Tonino Guerra. Se trata proyecto “Eros” (2001) una trilogía junto a Steven Soderbergh y Wong Kar Wai. Aquí Antonioni no consigue las densidades con las que construyó su territorio cinematográfico, pero sirvió para sellar la leyenda. Este vino a ser su último trabajo -no había filmado nada desde que en 1995 presentase “Más allá de las nubes”, en colaboración con Wim Wenders. El carácter de homenaje a la figura de Antonioni de “Eros” queda patente desde la propia presentación de cada uno de las piezas que componen el largometraje, precedidas de una delicada pieza musical de Caetano Veloso inequívocamente titulada "Michelangelo Antonioni".

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Michelangelo Antonioni por Adolfo Vásquez Rocca



Antonioni, el pintor del cine, nos ha dejado, cerrando una generación histórica del cinema italiano. Su muerte5 aconteció a los 94 años de edad el pasado 30 de Julio -coincidiendo con la del director sueco Ingmar Bergman (otra leyenda del cine europeo). Antonioni, seguramente, está iniciando sus periplos de inmortalidad, allá, como diría Wim Wenders, “Más allá de las nubes”.

Adolfo Vásquez Rocca

Adolfo Vásquez Rocca


Dr. Adolfo Vásquez Rocca


Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV, Teoría del Conocimiento y Pensamiento Contemporáneo. Áreas de Especialización: Antropología y Estética. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la PUCV, del Magíster en Etnopsicología, Escuela de Psicología PUCV, Profesor de Antropología y de Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la UNAB. Profesor asociado al Grupo Theoria, Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. Director de la Revista Observaciones Filosóficas http://www.observacionesfilosoficas.net/. Secretario de Ejecutivo de PHILOSOPHICA, Revista del Instituto de Filosofía de la PUCV http://www.philosophica.ucv.cl/editorial.htm, Editor Asociado de Psikeba —Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Buenos Aires— http://www.psikeba.com.ar/, miembro del Consejo Editorial de Escaner Cultural —Revista de arte contemporáneo y nuevas tendencias— http://www.escaner.cl/ y Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo.



Bibliografía


Michelangelo Antonioni : un poeta de la visión, Tassone, Aldo, Lozano Coello, Ángel, 1ª ed., 1ª imp., 2005, Fluir Ediciones, S.L.U., Ourense



Michaelangelo Antonioni, Seymour Chatman, Paul Duncan, 1ª, 2003, Editorial Taschen, Colonia


Michelangelo Antonioni, Font Blanch, Doménech, 1ª ed., 1ª imp, 2003, Ediciones Cátedra, S.A, Madrid


Michelangelo Antonioni, Tinazzi, Giorgio, Infante Escudero, Natalia, tr., 1ª ed., 1ª imp., 2005, Bilbao, Ediciones Mensajero, S.A. Unipersonal


Notas y Referencias:


1VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Baudrillard; de la metástasis de la imagen a la incautación de lo real", En EIKASIA. Revista de Filosofía, Oviedo. España. ISSN 1885-5679, año II, Nº 11 (julio 2007) pp. 53-59. http://www.revistadefilosofia.com/11-02.pdf

2Da Amor vacui. Il cinema di Michelangelo Antonioni, Chieti, Métis, 1990, p. 232

3TASSONE & LOZANO, Aldo & Coello, Ángel Antonioni, Michelangelo un poeta de la visión, 1ª ed., 2005, Fluir Ediciones, S.L.U., Ourense

4VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Música concreta y Filosofía contemporánea; Registros polifónicos” Reedición ampliada.

En Cuenta y Razón del Pensamiento Actual Revista de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) Madrid.

http://www.cuentayrazon.org/revista/pdf/144/Num144_006.pdf

5Reportaje de la RAI sobre la muerte y filmografía de Michelangelo Antonioni: http://www.youtube.com/watch?v=feVKGQl4CYk&mode=related&search=

Artículos Relacionados:

Adolfo Vásquez Rocca, “Raúl Ruiz y Peter Greenaway; Poética del Cine, Deconstrucción y Arte Combinatorio”, En ESCANER CULTURAL, Revista de arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 99 – noviembre 2007, Santiago.
http://revista.escaner.cl/node/479

Artículo "Antonioni; el cine de la incomunicación; Réquiem por la modernidad", En Revista Almiar, MARGEN CERO, MADRID, Nº 35 - 2007 Margen Cero © , Fundadora de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
http://www.margencero.com/articulos/articulos_taber/michelangelo_antonioni.html

Artículo “Peter Sloterdijk; miembro de la Academia de las Artes de Berlín y de 'Das Philosophische Quartett' “, En Escáner Cultural, Revista de arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 96, SANTIAGO.
http://revista.escaner.cl/node/273

Artículo "Baudrillard; de la metástasis de la imagen a la incautación de lo real", En EIKASIA. Revista de Filosofía, OVIEDO, ESPAÑA. ISSN 1885-5679, año II, Nº 11 (julio 2007) pp. 53-59.
http://www.revistadefilosofia.com/11-02.pdf

Ensayo "La moda en la postmodernidad. Deconstrucción del fenómeno fashion", En Enfocarte.com, Nº 26, Publicación Patrocinada por la Secretaría de Cultura Gobierno de Buenos Aires.
http://www.enfocarte.com/5.26/moda.html

Ensayos - Adolfo Vásquez Rocca
"Raúl Ruiz y la deconstrucción de la teoría del conflicto central"
Ensayos sobre la Postmodernidad en el Arte
En Revista Miradas, Escuela Internacional de Cine y Televisión, La Habana, Cuba, número 8, 2005.

Artículo “Raúl Ruiz; L'enfant terrible de la Vanguardia parisina”, En MARGEN CERO ©, MADRID, 2005, Fundadora de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
http://www.margencero.com/articulos/articulos2/raul_ruiz.htm


Michelangelo Antonioni; el cine de la Incomunicación Por Adolfo Vásquez Rocca PH. D.

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Adolfo Vásquez Rocca Cine Italiano Filosofía y Teoría del Arte

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