A Carolina Schwerter Langenbach
"Enamorarse es individualizar a alguien por los signos que causa o emite".
1.-
Vivimos un momento no sólo sospechoso sino también generador de otras tantas incertidumbres, como las que recaen sobre los procesos significativos. El escepticismo postmoderno, descree radicalmente ya no –como es obvio– de la verdad, sino de la posibilidad de interpretaciones validas o más bien validadas de acuerdo a un criterio externo o distinto a la ficcionalización de los relatos.
Sólo caben sobré interpretaciones, lecturas intencionadas y maliciosas de los textos. Borges sugería leer La Odisea o La Imitación de Cristo como si la hubiese escrito Céline. Propuesta espléndida, estimulante y muy realizable. Y sobre todo creativa, porque, de hecho, supone la producción de un nuevo texto (así como el Quijote de Pierre Menard es muy distinto del de Cervantes, con el que accidentalmente concuerda palabra por palabra). Además, al escribir este otro texto (o este texto como Alteridad) se llega a criticar al texto original o a descubrirle posibilidades y valores ocultos; por otra parte, ciertas novelas se vuelven más bellas cuando alguien las cuenta, porque se convierten en “otras” novelas.
Filosofía y Arte contemporáneo Carolina Shwerter
Los textos soportan muy bien este uso, que no entraña pérdida de la capacidad de entretenimiento de la fabula ni del gusto cuando, al final, se deentraña la trama. Como si tomaramos El proceso de Kafka y lo leyeramos como si fuese una historia policíaca, una teoría conspirativa.
La representación virtual acentúa este clima de interpretaciones sospechosas o de sospechas sobre las interpretaciones mismas, lo que –paradojalmente– de todos modos son formas de sobreinterpretación o interpretación paranoica.
Filosofía y Arte contemporáneo por Adolfo Vásquez Rocca
La realidad virtual genera estas lecturas –que más bien pueden llegar a parecerse a emplazamientos militares – en tanto se está como en el cartesianismo, en una actitud táctica, esto es, instalada en la precaución, más preocupada de no errar que de dar con una verdad. El escenario que promueve tales recaudos es el de una cultura constituida por todo tipo de procesos de hibridación ver así como por una intelectualidad nómade, por múltiples articulaciones discursivas surgidas desde los desplazamientos hipertextuales que ya se han tornado invisibles, precisamente por su cotidianidad. Desde el zapping a la navegación por la red, navegación donde acontece todo tipo de naufragios, siendo responsabilidad de la filosofía –dado el equipamiento del que dispone – conformar un equipo de socorristas. Si no es posible interpretar o, lo que es lo mismo, puede interpretarse al infinito y desde el ángulo que a uno le plazca.
Las sospechas a este respecto son razonables, si se tiene en cuenta que la cultura actúa como una cadena de textos que por una parte se instruyen mutuamente y, por otra, están en desplazamiento constante.
Profundizando estas observaciones hermenéuticas, fundamentaré el valor cognoscitivo de la ficción a través de la puesta en escena de algunas sobreinterpretaciónes, interpretaciones sospechosas o lecturas paranoicas, que no es algo muy distinto de lo que realizan ciertos historiadores y críticos culturales para aproximarse a sucesos históricos, indagando no sólo en los hechos documentados, sino en el modo en que ciertos personajes se instalan en el inconsciente colectivo de una sociedad, generando todo tipo de interpretaciones paranoicas –más aun si estas imágenes, constituidas en arquetipos al modo de Jung, vehículos iconográficos de un método obsesivo de interpretación.
Filosofía y Arte contemporáneo por Adolfo Vásquez Rocca
2.-
Los signos son el objeto de un aprendizaje temporal y no de un saber abstracto. Aprender es, en primer lugar, considerar un objeto como si emitiera signos por descifrar, por interpretar. Como el médico que se hace sensible a los signos de la enfermedad. La vocación es siempre predestinación con relación a signos. Todo aquello que nos enseña algo emite signos, todo acto de aprender es una interpretación de signos o de sobre-interpretaciones obsesivas. La obra de Proust está basada en el aprendizaje de los signos y no en la exposición de la memoria .
La unidad de cada mundo estriba en que forman sistemas de signos emitidos por personas y objetos; no se descubre ninguna verdad ni se aprende nada a no ser por desciframiento o interpretación. Sin embargo, la pluralidad de los mundos radica en que estos signos no son del mismo género, no aparecen de la misma forma, no se dejan descifrar del mismo modo y no tienen una relación idéntica con su sentido. Que los signos formen a la vez la unidad y la pluralidad de la Recherche es una hipótesis que debemos verificar al considerar los mundos en los que el protagonista participa directamente.
Los signos no son homogéneos en sí mismos. En un mismo momento se diferencian, no sólo según las clases, sino según “agrupaciones espirituales aún más profundas. En cada momento evolucionan, se fijan o ceden sitios a otros signos. De forma que la tarea del aprendiz consiste en aprender por qué alguien es “recibido” en determinado mundo, por qué alguien deja de serlo; a qué signos obedecen los mundos, cuáles son sus legisladores y sus sumos sacerdotes.
Filosofía y Arte contemporáneo por Adolfo Vásquez Rocca
3.-
Enamorarse es individualizar a alguien por los signos que causa o emite. Es sensibilizarse frente a estos signos, hacer de ellos el aprendizaje (así la lenta individualización de Albertine en el grupo de las muchachas). Es posible que la amistad se alimente de observación y conversión, sin embargo, el amor nace y se alimenta de interpretación silenciosa. El ser amado aparece como un signo, un “alma”: expresa un mundo posible desconocido para nosotros. El amado implica, envuelve, aprisiona un mundo que hay que descifrar, es decir interpretar. Se trata incluso de una pluralidad de mundos; el pluralismo del amor no sólo concierne a la multiplicidad de los seres amados, sino a la multiplicidad de las almas o de los mundos de cada uno de ellos. Amar es tratar de explicar, desarrollar, estos mundos desconocidos que permanecen envueltos en lo amado. Por esta razón no es tan fácil enamorarnos de mujeres que no son de nuestro “mundo”, ni siquiera de nuestro tipo. Por ello también las mujeres amadas están tan a menudo asociadas con paisajes, que conocemos tanto como para desear su reflejo en los ojos de una mujer, pero entonces se reflejan desde un punto de vista tan misterioso que para nosotros son como países inaccesibles, desconocidos: Albertine envuelve, incorpora, amalgama “la playa y el rompimiento de la ola”. ¿Cómo podríamos acceder a un paisaje que no es el que vemos, sino al contrario aquel en el que somos vistos? “Si ella me había visto ¿qué había podido yo representarle? ¿Del seno de qué universo me distinguía?”.
Filosofía y Arte contemporáneo por Adolfo Vásquez Rocca
Cada sujeto expresa el mundo desde un cierto punto de vista. Pero el punto de vista es la diferencia, la diferencia interna y absoluta. Cada sujeto expresa pues un mundo absolutamente diferente; y sin duda el mundo expresado no existe fuera del sujeto que lo expresa (lo que llamamos mundo exterior es sólo la proyección engañosa, el límite que confiere uniformidad a todos estos mundos expresados). Sin embargo, el mundo expresado no se confunde con el sujeto; se distingue de él, e incluso de su propia existencia, precisamente como la esencia se distingue de la existencia. No existe fuera del sujeto que lo expresa, pero está expresado como la esencia, no del sujeto, sino del Ser, o de la región del Ser que se revela al sujeto. Por esto cada esencia es una patria, un país . La esencia no se reduce a un estado psicológico, ni a una subjetividad psicológica, ni siquiera a una forma cualquiera de una subjetividad superior. La esencia es la cualidad última en el corazón del sujeto; pero esta cualidad es más profunda que el sujeto, de un orden distinto: "Cualidad desconocida de un mundo único". No es el sujeto quien explica la esencia, es más bien la esencia quien se implica, se envuelve, se enrolla en el sujeto. Mucho más, al enrollarse sobre sí misma, constituye la subjetividad. No son los individuos los que constituyen el mundo, sino los mundos envueltos, las esencias, los que constituyen los individuos, y que sin el arte nunca conoceríamos". La esencia no es sólo individual, sino también individualizante.
La memoria del celoso quiere retenerlo todo, ya que el menor detalle puede aparecer como un signo o un síntoma de mentira; quiere almacenarlo todo para que la inteligencia disponga de la materia necesaria para sus futuras interpretaciones. En la memoria del celoso existe algo sublime: se enfrenta a sus propios límites, y, tendida hacia el futuro, se esfuerza por superarlos. Sin embargo llega demasiado tarde, ya que no ha sabido distinguir al momento la frase que debía retener, o el gesto cuyo sentido todavía desconocía.
PROUST Y LOS SIGNOS; UNA APROXIMACIÓN DESDE DELEUZE Por Adolfo Vásquez Rocca
En Desarrollo.
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV, Pensamiento contemporáneo y Estética. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello, Facultad de Arquitectura, UNAB. Crítico de Arte y Director de Revista Observaciones Filosóficas http://www.observacionesfilosoficas.net/. Profesor asociado al Grupo Theoria Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. Editor Asociado de Psikeba, Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Buenos Aires, http://www.psikeba.com.ar Miembro del Consejo Editorial Internacional de la Fundación Ética Mundial de México
Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Cuadernos del Seminario' - Revista del Seminario del Espacio ISSN 0718-4247 Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. ISSN 1669-9092 http://www.konvergencias.net/
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