Raoul Ruiz por Adolfo Vásquez Rocca
http://www.margencero.com/articulos/articulos2/raul_ruiz.htm
Este era un hombre. Vivía con su madre. Cuidaba una casa patronal, en el campo de Chile. Un día el hombre encontró un hueso en el jardín. El hueso estaba agujereado. Era una flauta ese hueso. El hombre toco música con esa flauta. Y la música se volvió canción. La voz de la canción suplicaba que buscaran los otros huesos de su cuerpo disperso. El hombre y su madre se fueron por esos caminos de Dios y de los mil demonios, buscando los huesos con que componer el esqueleto de aquel cristiano. Y darle santa sepultura. Y vieron lo que vieron, vivieron lo que vivieron. Muchas historias vivieron. Y aunque no se la contaron a nadie, otros la contaron por ellos.
Raúl Ruiz por dolfo Vásquez Rocca
- Así comienzan las historias de la serie "La recta provincia" [de Raúl Ruiz] que ponen ante nuestros ojos personajes muy familiares, giros y modismos del Chile profundo, pero todo desde una extrañeza radical, que nos hace volver a los "días de campo" como extranjeros, como extraterrestres que por primera vez vieran y oyeran caer una gotera, hablar al diablo y se solazaran con viejas historias contadas por el viento arremolinado, desenterradas de cuentos y mitos campesinos, relatos de viejas castas de demonios que se arrimaron por estas tierras en tiempos de pillaje y muertes cruentas de conquistadores e indios belicosos que dieron lugar a ríos de sangre mística entre el Biobío y el Toltén.
La historia arranca cuando una madre y su hijo descubren un hueso que se puede tocar como flauta y que al hacerlo, pide que reconstruyan su cuerpo.
Este es Chile. Es la recta provincia, donde todos cojeamos, asegura un diablo. La realidad, en consecuencia, es obtusa y ladeada. Un lugar donde muertos y vivos comparten, donde lo único perfecto son largos planos de montaña, bosque y cielo.
Se dicen dos cosas en "La Recta provincia": por estos lados se llega a viejo y todos somos un invento. Son dos razones para que Raúl Ruiz, poco a poco, vuelva al lugar del que nunca se ha ido, al país de nunca jamas, donde todos somos parte de un cuento, un cuento chueco, oblicuo. Este es Chile. Es la recta provincia, donde todos cojeamos, asegura un diablo. La realidad, en consecuencia, es obtusa y ladeada. Un lugar donde muertos y vivos comparten, donde los poetas de los lares conocen el secreto para hablar con los muertos, un territorio donde lo único perfecto son largos planos de montaña, bosque y cielo azulado, esto es lo que Ruiz a querido descifrar en sus rapsodias de Chile, una identidad nacional en permanente fuga, imprecisa como su filmografía, dispersa en más de 95 películas. Las que si se ven con paciencia, se encuentra la verdad de Chile y el nombre de Chile, que es el nombre del invento.
Los cuentos chilenos tienen -según Ruiz- ecos de todos lugares, versiones equivalentes en Europa, los países árabes y nórdicos; son las ruinas que quedan de ciudades y culturas antiguas y que de esta forma se pueden reconstruir, mediante este género que Ruiz define como "ecos".
Ecos de Shangai a Santiago, todos mezclados en un zapato chino, como el saber de Ruiz que es un conocimiento fracturado, universal y alucinante: habla de matemáticos, lingí¼istas o filósofos de todos los siglos, conoce la minucia y las anécdotas. Y si lo cuenta es porque sólo confía en la historia oral, que es la única que cambia, muda y se modifica en el tiempo: como sus películas, como él, como Chile.
RAÚL RUIZ Por Adolfo Vasquez Rocca
Es que Raúl Ruiz es un narrador extraterrestre, que nos cuenta el mismo cuento de siempre, pero desde otro lugar, bañándolo con la luz auroral que sólo los grandes poetas pueden poner sobre las cosas. Todo en esta serie es muy chileno, pero a la vez muy extraño. Es que Chile es extraño. Ruiz es nuestro Homero, y la musa a la que invoca es la Mnemosyne "chilensis" el recuerdo de las historias con que sus abuelos de Mulchén y Chiloé infestaron su memoria virgen de niño de un Chile que ya se fue. Chile de formas, de ademanes, de una precisión y elegancia en el lenguaje extremas. Tierra delicada, ladina, fantasiosa, de seres no contaminados por el apuro. En Chile había tiempo, por eso se cultivaba la religión de la amistad, el arte de la paya, las conversaciones en bares sagrados, en interminables tardes polvorientas. Y eso sólo lo puede narrar alguien poseído por el éxtasis y la ebriedad de la antigua juglería.
City of Pirates (Raoul Ruiz, 1983)
Porque el cuento de Chile es el cuento de nunca acabar, y eso lo sabe Ruiz, y todo aquel que ha querido acabarlo en modelos narrativos "europeos" ha terminado por matar la vida que venía de nuestra oralidad y que -salvo los poetas- muy pocos narradores han podido trasvasijar a lo escrito. Para ello Ruiz ha escrito su propia Poética del Cine, inventando y reinventando teorías sobre el cine, teorías que puede refutar en su próxima película
RAÚL RUIZ Por Adolfo Vasquez Rocca
Raúl Ruiz no quiere saber demasiado. No quiere habitar en los reductos de las certezas muertas. Prefiere habérselas con las las preguntas menores y para eso están los cuentos y sus películas. Pero no las preguntas mayores, porque siempre se corre un riesgo, quedar atrapado por la verdad y los ritos mortuorios del ingreso en el canon de la Cultura mayor. Para Ruiz es preferible disimular la búsqueda, estar lleno de preguntas y no de respuestas, con el eco de mil conversaciones en el Parrón, mientras hace películas, chistes e inventa cuentos. Ruiz juega a alas escondidas con su cine, cultiva la incertidumbre de la imagen y el juego entre la representación y lo que se esconde en la representación. Una persona dice una cosa queriendo decir otra, es el recurso muy chileno de decir una cosa por otra.
A Ruiz pese a todo se le puede encontrar en sus escondites, es cierto que nadie es profeta en su tierra, pero sí puede serlo en su en su bar, tal es el caso del director de cine, escritor y genio residente -de este, el país de nunca jamas, de ese Far West llamado Chile. Ruiz de una filmografía difícil de precisar por su diversidad de registros y lo prolífico de su producción -ya desde el tiempo de la Unidad Popular realizaba filmes polisémicos, de visualidad barroca y de una densidad poco frecuente, para los recursos autorales que uso desde el comienzo, recurso al habla empírica -la frase hecha- que Parra ha sabido detonar en sus artefactos, los actores no profesionales, la improvisación en el guión y la preeminencia del ojo y la imagen sobre el guión; todo ello han hecho destacar su filmografía, compuesta de documentales por encargo, telefilmes para la televisión francesa, producciones autorales de bajo presupuesto, producciones de gran aliento y generoso presupuesto -como El tiempo recobrado, la adaptación de Proust, el clásico francés por antonomasia, llevado a la pantalla grande por el más chileno de nuestros cineastas franceses.
RAÚL RUIZ Por Adolfo Vasquez Rocca
Ruiz, el cineasta más prolífico de nuestro tiempo, aquel cuya filmografía es casi imposible establecer, por lo diversa y multiforme que resulta ser su producción desde hace más de veinte años. Raúl Ruiz, un cineasta que navega entre Lisboa, Rótterdam y Valparaíso".
Ruiz, el cineasta más prolífico de nuestro tiempo, aquel cuya filmografía es casi imposible establecer, por lo diversa y multiforme que resulta ser su producción desde hace más de veinte años. Raúl Ruiz, un cineasta que navega entre Lisboa, Rótterdam y Valparaíso".
Hoy Ruiz acaba de ser distinguido como Maestro de Cine, reconocimiento que recibirá este año en el Festival de Cine de Roma, reservado sólo para pocos directores que hayan llegado a hacer un cine de excepción.
En el cine de Ruiz -con su particular poética- es la imagen la que determina la narración y no la narración la que determina la imagen. La forma de polisemia visual que cultiva consiste en mirar una película cuya lógica narrativa aparente sigue siempre más o menos una historia, y cuyos vagabundeos, fallas, recorridos en zig-zag, se explican por su plan secreto. Este plan sólo puede ser otra película no explicita cuyos puntos fuertes se ubican en los momentos débiles de la película aparente. Imaginemos que todos estos momentos de relajo o distracción narren otra historia, formen una obra que juegue con la película aparente, que la contradiga y especule sobre ella.
Todo el cine de Ruiz es un cine "torcido·, porque es visto a través de curiosos prismas, siempre desnaturalizando la perspectiva clásica: un cine de "tuerto" (que es el título de una de sus películas). Así como cada plano ruiziano lleva una marca, una cifra, o un secreto (un poco como Welles, y los más grandes), una torsión, él propone ejes de toma de vista imposibles, utiliza todos los trucos; la banda sonora a su vez es polifónica, multilingue resuena con tantos acentos diferentes como co-producciones o personajes hay en la ficción.
RAÚL RUIZ Por Adolfo Vasquez Rocca
Parece ser que su cine es para una elite, un director de culto, sólo para intelectuales, prácticamente inalcanzable. Sin embargo, TVN transmite actualmente una serie escrita y dirigida por Ruiz llamada "Recta Provincia" (haciendo referencia a los brujos de Chiloé) que narra una historia localizada en el campo de la zona central de Chile, con referencias no sólo a nuestro folclore sino a tradiciones antropológicas ancestrales de todo el mundo y que en su cine reverberan con la majestad de la presencia muda de la cordillera de los Andes como horizonte mítico de nuestro aislamiento, de nuestra condición de isla al fin del mundo, donde proliferan los cuentos de buques fantasmas, de almas en pena, de huesos repartidos en esta extraña patria, en la fértil provincia y señalada, en la región Antártica famosa, de remotas naciones respetada por fuerte, principal y poderosa; donde la gente es tan tan soberbia, gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás regida, ni a extranjero dominio sometida; sólo ha sido dominada por pequeños periodos bajo regímenes de excepción, el más largo de esos gobiernos es el dominio espiritual de la tierra de los brujos y demonios que en la mitología de Chiloé se ha dado en llamar la recta provincia. Así el relato de Ruiz se eleva de la anécdota local de los mitos fundacionales a los arquetipos universales de la creación del mundo, constituyendo no sólo una cosmovisión sino una cosmogonía y sobre todo un relato mayor sobre los orígenes del mal.
RAÚL RUIZ Por Adolfo Vasquez Rocca
Dr. Adolfo Vasquez Rocca
-------------------------------------------------
Adolfo Vásquez Rocca
Dr. Adolfo Vasquez Rocca
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB.Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB.
Artículos relacionados:
Le Cinéma de Raoul Ruiz - La Recta provincia
RAÚL RUIZ LA RECTA PROVINCIA Y LA INVENCÓN DE CHILE
Filosofía y Arte: RAÚL RUIZ LA RECTA PROVINCIA
RAÚL RUIZ, L'ENFANT TERRIBLE DE LA VANGUARDIA PARISINA
RAÚL RUIZ, L'ENFANT TERRIBLE DE LA VANGUARDIA PARISINA
POETICA DEL CINE
DEFENSA RETí“RICA DEL CINE COMO ARTE
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
En Margen Cero, Madrid.
http://www.margencero.com/articulos/articulos2/raul_ruiz.htm
Vásquez Rocca, Adolfo, "Michelangelo Antonioni; el cine de la incomunicación. Réquiem por la modernidad", en Chile país de Diseño ©, sept. 2010; Originalmente en Revista Almiar, MARGEN CERO, MADRID, Nº 35 - 2007 Margen Cero © , Fundadora de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
http://www.margencero.com/articulos/articulos_taber/michelangelo_antonioni.html
Vásquez Rocca, Adolfo, "Raúl Ruiz o el cine como antigua costumbre mafiosa" En en AdVersuS: Revista de Semiótica, Año VI, Nº 14-15, abril-agosto 2009, INSTITUTO ÍTALO-ARGENTINO DI RICERCA SOCIALE, http://www.adversus.org/indice/nro14-15/notas/14VI1415.pdf
Adolfo Vásquez Rocca, “Raúl Ruiz; La recta provincia y la invención de Chile”, En ESCANER CULTURAL, Revista de arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 98 – octubre 2007, Santiago. http://revista.escaner.cl/node/377
Vásquez Rocca, Adolfo, "Raul Ruiz y la deconstrucción de la teoría del confilcto central", En Revista Observaciones Filosóficas 2006 - ISSN 0718-3712, Bibliografía oficial del Curso de Actuación III "Estructura Dramática", Departamento de Teatro - Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, Colombia.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Cine, literatura y arte combinatorio. Ensayos sobre la postmodernidad. Perèc, Greenaway y Aronofsky"; En NÓMADAS. 11 | Enero-Junio.2005. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID.
http://www.ucm.es/info/nomadas/11/avrocca3.htm
En Bibliothèque de l'Arsenal. 1, rue de Sully. 75004 Paris
Le catalogue de la bibliothèque de Georges Perec et la littérature potentielle. French.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Raúl Ruiz; L'enfant terrible de la Vanguardia parisina”, En MARGEN CERO ©, MADRID, 2005, Fundadora de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
http://www.margencero.com/articulos/articulos2/raul_ruiz.htm
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Consultor Académico Carrera de Filosofía y Teología, Universidad Cristiana de Chile UCCH – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.
POÉTICA DEL CINE
DEFENSA RETí“RICA DEL CINE COMO ARTE
RAÚL RUIZ (*),
L’ENFANT TERRIBLE DE LA VANGUARDIA PARISINA
Adolfo Vásquez Rocca
RAÚL RUIZ
L'ENFANT TERRIBLE DE LA VANGUARDIA PARISINA
La Recta provincia
LE CINÉMA DE RAOUL RUIZ: LA RECTA PROVINCIA O LA INVENCIÓN DE CHILE Por Adolfo Vásquez Rocca
Un film de Raoul Ruiz
Document(s)
Source : http://digresivo.blogspot.com/ 9 août 2007
Par Pablo Rumel Espinoza
Je voulais aborder théoriquement le folklore. (...) Je crois que les folklores sont des ruines, quelque chose qui a existé d'une manière plus complète, dont des éléments persistent, comme une ville qui a été détruite et dont certains aspects demeurent : un mur, une muraille, et on peut à partir de ces fragments construire d'autres choses. Grâce aux contes folkloriques on peut reconstruire de nombreux aspects du Moyen-âge qui ont été oubliés. Mais il se produit aussi un phénomène important : dans le folklore se confondent des éléments de cultures différentes ou ennemies, qui peuvent alors se rencontrer.
lire la suite sur http://digresivo.blogspot.com/
Source : Escaner Cultural, Revista de arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 98, Santiago octobre 2007
Par Adolfo Vásquez Rocca (*)
Reproduit dans lecinemaderaoulruiz.com avec l'aimable autorisation de l'auteur
Así comienzan las historias de la serie “La recta provincia” [de Raúl Ruiz] que ponen ante nuestros ojos personajes muy familiares, giros y modismos del Chile profundo, pero todo desde una extrañeza radical, que nos hace volver a los “días de campo” como extranjeros, como extraterrestres que por primera vez vieran y oyeran caer una gotera, hablar al diablo y se solazaran con viejas historias contadas por el viento arremolinado, desenterradas de cuentos y mitos campesinos, relatos de viejas castas de demonios que se arrimaron por estas tierras en tiempos de pillaje y muertes cruentas de conquistadores e indios belicosos que dieron lugar a ríos de sangre mística entre el Biobío y el Toltén.
La historia arranca cuando una madre y su hijo descubren un hueso que se puede tocar como flauta y que al hacerlo, pide que reconstruyan su cuerpo.
Este es Chile. Es la recta provincia, donde todos cojeamos.
Se dicen dos cosas en “La Recta provincia”: por estos lados se llega a viejo y todos somos un invento. Son dos razones para que Raúl Ruiz, poco a poco, vuelva al lugar del que nunca se ha ido, al país de nunca jamas, donde todos somos parte de un cuento, un cuento chueco, oblicuo. Este es Chile. Es la recta provincia, donde todos cojeamos, asegura un diablo. La realidad, en consecuencia, es obtusa y ladeada. Un lugar donde muertos y vivos comparten, donde los poetas de los lares conocen el secreto para hablar con los muertos, un territorio donde lo único perfecto son largos planos de montaña, bosque y cielo azulado, esto es lo que Ruiz ha querido descifrar en sus rapsodias de Chile, una identidad nacional en permanente fuga, imprecisa como su filmografía, dispersa en más de 95 películas. Las que si se ven con paciencia, se encuentra la verdad de Chile y el nombre de Chile, que es el nombre del invento.
Los cuentos chilenos tienen -según Ruiz- ecos de todos lugares, versiones equivalentes en Europa, los países árabes y nórdicos; son las ruinas que quedan de ciudades y culturas antiguas y que de esta forma se pueden reconstruir, mediante este género que Ruiz define como “ecos” o permutaciones, una operación poética que consiste en recopilar un cuento ancestral nórdico o vikingo y filmarlo -levemente contextualizado- en Chile.
Ecos de Shangai a Santiago, patronato puede ser un mercado de Corea, todos mezclados en un zapato chino, como el saber de Ruiz que es un conocimiento fracturado, universal y alucinante: habla de matemáticos, lingüistas o filósofos de todos los siglos, conoce la minucia y las anécdotas. Y si lo cuenta es porque sólo confía en la historia oral, que es la única que cambia, muda y se modifica en el tiempo: como sus películas, como él, como Chile.
Es que Raúl Ruiz es un narrador extraterrestre, que nos cuenta el mismo cuento de siempre, pero desde otro lugar, bañándolo con la luz auroral que sólo los grandes poetas pueden poner sobre las cosas. Todo en esta serie es muy chileno, pero a la vez muy extraño. Es que Chile es extraño. Ruiz es nuestro Homero, y la musa a la que invoca es la Mnemosyne “chilensis”, el recuerdo de las historias con que sus abuelos de Mulchén y Chiloé infestaron su memoria virgen de niño de un Chile que ya se fue. Chile de formas, de ademanes, de una precisión y elegancia en el lenguaje extremas. Tierra delicada, ladina, fantasiosa, de seres no contaminados por el apuro. En Chile había tiempo, por eso se cultivaba la religión de la amistad, el arte de la paya, las conversaciones en bares sagrados, en interminables tardes polvorientas. Y eso sólo lo puede narrar alguien poseído por el éxtasis y la ebriedad de la antigua juglería.
Porque el cuento de Chile es el cuento de nunca acabar, y eso lo sabe Ruiz, y todo aquel que ha querido acabarlo en modelos narrativos “europeos” ha terminado por matar la vida que venía de nuestra oralidad y que -salvo los poetas- muy pocos narradores han podido trasvasijar a lo escrito. Para ello Ruiz ha escrito su propia Poética del Cine, inventando teorías sobre el cine, reinventando Chile, deconstruyendo y evocandos mundos inmemoriales.
Como en Días de Campo donde aparece el Chile rural, descrito en los relatos de Federico Gana. El de los latifundistas ociosos y del campesinado laborioso en estos dominios perdidos. Ni realista ni surrealista, sino todo lo contrario -por relativizar las clasificaciones de las que se burla la película-, urbano o rural, actual o de época, lo que no cambia es la polisemia visual y la lógica paraconsistente característico de los mundos de Ruiz. En su presentación de Días de campo, Ruiz ha señalado que una ficción chilena es ’una ficción sin atributos’, una película donde los personajes que pululan en estos universos recreados desde las ficciones de un Chile rememorado y reencontrado son sujetos de asombro y de extrañeza, de muertes y maravillas, donde lo fantástico irrumpe en una cotidianeidad pasmosa en medio de senderos polvorientos que se bifurcan sin conseguir llegar a ninguna parte, como se ve, se trata de acontecimientos ’sin historia’ como la novela de Federico Gana -siempre en camino, pero nunca terminada-, en un aplazamiento constante, como Chile mismo, que es una gran y sola excusa.
De modo que si Días de campo resucita el costumbrismo de la sociedad rural es únicamente para fulminarlo, para hacerlo estallar, para forzar sus reglas hasta un límite insospechado, como cuando sus protagonistas hablan de los inventos que vendrán en el futuro, cuando se oye el sonido de aviones que pasan o cuando una simple gotera adquiere un poder apenas comparable al del destino.
Pese a todo, Raúl Ruiz no quiere saber demasiado. No quiere habitar en los reductos de las certezas muertas. Prefiere habérselas con las las preguntas menores y para eso están los cuentos y sus películas. Pero no las preguntas mayores, porque siempre se corre un riesgo, quedar atrapado por la verdad y los ritos mortuorios del ingreso en el canon de la Cultura mayor. Para Ruiz es preferible disimular la búsqueda, estar lleno de preguntas y no de respuestas, con el eco de mil conversaciones en el Parrón, mientras hace películas, chistes e inventa cuentos. Raúl Ruiz siempre está sonriendo, parece sufrir la Locura de Demócrito: todo le parece divertido. Ruiz juega a alas escondidas con su cine, cultiva la incertidumbre de la imagen y el juego entre la representación y lo que se esconde en la representación. Una persona dice una cosa queriendo decir otra, es el recurso muy chileno de decir una cosa por otra.
A Ruiz pese a todo se le puede encontrar en sus escondites, es cierto que nadie es profeta en su tierra, pero sí puede serlo en su en su bar, tal es el caso del director de cine, escritor y genio residente -de este, el país de nunca jamas, de ese Far West llamado Chile. Ruiz de una filmografía difícil de precisar por su diversidad de registros y lo prolífico de su producción -ya desde el tiempo de la Unidad Popular realizaba filmes polisémicos, de visualidad barroca y de una densidad poco frecuente, para los recursos autorales que uso desde el comienzo, recurso al habla empírica -la frase hecha- que Parra ha sabido detonar en sus artefactos, los actores no profesionales, la improvisación en el guión y la preeminencia del ojo y la imagen sobre el guión; todo ello han hecho destacar su filmografía, compuesta de documentales por encargo, telefilmes para la televisión francesa, producciones autorales de bajo presupuesto, producciones de gran aliento y generoso presupuesto -como El tiempo recobrado, la adaptación de Proust. el clásico francés por antonomasia, llevado a la pantalla grande por el más chileno de nuestros cineastas franceses.
Ruiz, el cineasta más prolífico de nuestro tiempo, aquel cuya filmografía es casi imposible establecer, por lo diversa y multiforme que resulta ser su producción desde hace más de veinte años. Raúl Ruiz, un cineasta que navega entre Lisboa, Rótterdam y Valparaíso”.
Hoy Ruiz acaba de ser distinguido como Maestro de Cine, reconocimiento que recibirá este año en el Festival de Cine de Roma, reservado sólo para pocos directores que hayan llegado a hacer un cine de excepción.
Raúl Ruiz no es una figura reconocida en nuestro país como lo ha sido en Europa. Sus títulos más conocidos -por no decir los únicos- son Tres Tristes Tigres [dedicado al club Cólo - Cólo, de allí que en La Recta Provincia sea un pecado ser de la “U”] y Palomita Blanca [filmada por Ruiz con la sola precaución de no haber leído la novela].
Parece ser que su cine es para una elite, un director de culto, sólo para intelectuales, prácticamente inalcanzable. Sin embargo, TVN transmite actualmente una serie escrita y dirigida por Ruiz llamada “Recta Provincia” (haciendo referencia a los brujos de Chiloé) que narra una historia localizada en el campo de la zona central de Chile, con referencias no sólo a nuestro folclore sino a tradiciones antropológicas ancestrales de todo el mundo y que en su cine reverberan con la majestad de la presencia muda de la cordillera de los Andes como horizonte mítico de nuestro aislamiento, de nuestra condición de isla al fin del mundo, donde proliferan los cuentos de buques fantasmas, de almas en pena, de huesos repartidos en esta extraña patria, en la fértil provincia y señalada, en la región Antártica famosa, de remotas naciones respetada por fuerte, principal y poderosa; donde la gente es tan tan soberbia, gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás regida, ni a extranjero dominio sometida; sólo ha sido dominada por pequeños periodos bajo regímenes de excepción, el más largo de esos gobiernos es el dominio espiritual de la tierra de los brujos y demonios que en la mitología de Chiloé se ha dado en llamar la recta provincia. Así el relato de Ruiz se eleva de la anécdota local de los mitos fundacionales a los arquetipos universales de la creación del mundo, constituyendo no sólo una cosmovisión sino una cosmogonía y sobre todo un relato mayor sobre los orígenes del mal.
Adolfo Vásquez Rocca PH. D.
[*] Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV, Pensamiento contemporáneo y Estética. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello, Facultad de Arquitectura, UNAB. Crítico de Arte y Director de Revista Observaciones Filosóficas
http://www.observacionesfilosoficas.net/. Profesor asociado al Grupo Theoria Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. Editor Asociado de Psikeba, Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Buenos Aires, http://www.psikeba.com.ar Miembro del Consejo Editorial Internacional de la Fundación Ética Mundial de México. Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Cuadernos del Seminario' - Revista del Seminario del Espacio ISSN 0718-4247 Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. ISSN 1669-9092 http://www.konvergencias.net/
Source : L' Université d'Aberdeen 1 mai 2007
Par Raoul Ruiz
Le professeur Raoul Ruiz rend compte du processus créatif qui l'a amené à la réalisation de son dernier film. Vidéo visible sur le site de L' Université d'Aberdeen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario