FILOSOFÍA DE LA CIENCIA; ‘OBJETIVIDAD’ Y TEORÍA DEL CONOCIMIENTO Dr. Adolfo Vásquez Rocca
HUMBERTO MATURANA
EMOCIONES Y LENGUAJE EN EDUCACIÓN Y POLÍTICA
La Emoción en la construcción de la Teoría; Crítica a la pretensión de objetividad en el Conocimiento.
1
Nosotros hablamos como si lo racional tuviese un fundamento trascendental que le da validez universal independiente de lo que nosotros hacemos como seres vivos. Eso no es así. Todo sistema racional se funda en premisas fundamentales aceptadas a priori, aceptadas porque sí, aceptadas porque a uno le gustan, aceptadas porque uno las acepta simplemente desde sus preferencias. Y eso es así en cualquier dominio, ya sea el de las matemáticas, el de la física, el de la química, el de la economía, el de la filosofía, o el de la literatura. Todo sistema racional se funda en premisas o nociones fundamentales que uno acepta como puntos de partida porque quiere hacerlo y con las cuales opera en su construcción.
Las distintas ideologías políticas también se fundan en premisas que uno acepta como válidas y trata como evidentes de partida porque quiere hacerlo. Y si uno esgrime razones para justificar la adopción de esas premisas, el sistema racional que justifica esas razones se funda en premisas aceptadas porque sí, porque uno consciente o inconscientemente así lo quiere.
Observen ustedes que existen dos tipos de discusiones entre las personas. Hay discusiones, desacuerdos, que se resuelven sin que uno vaya más allá de ponerse colorado. Si yo digo que dos por dos es igual a cinco y ustedes me dicen: “¡no hombre, no es así! Mira, la multiplicación se hace de esta manera”, mostrándome cómo se constituye la multiplicación, yo a lo más digo, “¡ah! de veras, tienes toda la razón, disculpa”. Si esto ocurre, lo peor que me puede pasar es que me ponga colorado y tenga un poco de vergüenza. También puede ser que no me importe nada, porque el desacuerdo no tiene nada más que un fundamento lógico ya que sólo hubo un error al aplicar ciertas premisas o ciertas reglas operacionales que yo y el otro aceptábamos. Nuestro desacuerdo era trivial; pertenecía a la lógica.
Arte Ciencia y Biología contemporánea Adolfo Vásquez Rocca
Nunca nos enojamos cuando el desacuerdo es sólo lógico, es decir, cuando el desacuerdo surge de un error al aplicar las coherencias operacionales derivadas de premisas fundamentales aceptadas por todas las personas en desacuerdo. Pero hay otras discusiones en las cuales nos enojamos (es el caso de todas las discusiones ideológicas); esto ocurre cuando la diferencia está en las premisas fundamentales que cada uno tiene. Esos desacuerdos siempre traen consigo un remezón emocional, porque los participantes en el desacuerdo viven su desacuerdo como amenazas existenciales recíprocas.
Filosofía y Psicología Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Desacuerdos en las premisas fundamentales son situaciones que amenazan la vida ya que el otro le niega a uno los fundamentos de su pensar y la coherencia racional de su existencia. Por eso existen disputas que jamás se van a resolver en el plano en que se plantean. Por ejemplo, la guerra en Irlanda del Norte no tiene solución a menos que un acto declarativo saque a ambos bandos del espacio religioso donde, dentro de los fundamentos de una creencia, niegan los fundamentos de la otra, y los lleve a un dominio de mutuo respeto. No basta con que se reúnan a conversar los bandos oponentes desde la tolerancia al error del otro. Si lo hacen así, terminarán peleándose, porque ambos bandos están defendiendo sistemas que, aunque coherentes en sí, tienen premisas fundamentales diferentes que se excluyen mutuamente, y que sus cultores aceptan o rechazan no desde la razón sino que desde la emoción: las premisas fundamentales de una ideología o de una religión se aceptan a priori y, por lo tanto, no tienen fundamento racional. Más aún, si uno llega a proponer un argumento racional
Filosofía y Psicología Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Para escoger estas u otras premisas, reclamando para su sistema ideológico un fundamento racional, uno lo hace ciego a lo dicho más arriba, esto es, lo hace ciego al hecho de que las premisas fundamentales últimas que fundamentan la racionalidad del argumento convincente las aceptamos a priori. Por esto, no podernos pretender una justificación trascendente para nuestro actuar al decir: “esto es racional”. Todo argumento sin error lógico es obviamente racional para aquel que acepta las premisas fundamentales en que éste se funda.
Lo humano se constituye en el entrelazamiento de lo emocional con lo racional. Lo racional se constituye en las coherencias operacionales de los sistemas argumentativos que construimos en el lenguaje para defender o justificar nuestras acciones. Corrientemente vivimos nuestros argumentos racionales sin hacer referencia a las emociones en que se fundan, porque no sabemos que ellos y todas nuestras acciones tienen un fundamento emocional, y creemos que tal condición sería una limitación a nuestro ser racional. Pero ¿es el fundamento emocional de lo racional una limitación? No, muy por el contrario.
Objetividad y relaciones humanas.
En la vida cotidiana, consciente o inconscientemente, nos movemos en los dos caminos explicativos mencionados. En el momento en que uno se junta con personas que pertenecen al dominio de aceptación mutua en que uno se mueve, como cuando uno se reúne con sus amigos, uno opera en la no imposición de una “objetividad” -que de todos modos sería ilusoria. . Esto es así porque en estos casos no importa lo que los otros opinen o piensen, o los intereses que tengan, o si se mueven en dominios de coherencias de acción diferentes a los de uno, uno los acepta sin duda alguna. En el camino explicativo del pluralismo no hay verdad absoluta ni verdad relativa sino muchas verdades diferentes en muchos dominios distintos. En este camino explicativo hay muchos dominios distintos de realidad como distintos dominios explicativos de la experiencia fundados en distintas coherencias operacionales y como tales, todos son legítimos en su origen, aunque no iguales en su contenido, y no igualmente deseables para vivirlos. En el camino explicativo de la objetividad entre paréntesis el que a uno le guste la física y al otro la biología, o el que uno sea cristiano y el otro musulmán, no crea una dinámica de negación en la convivencia, no excluye al otro.
1 Precisamente, por su carácter elemental y muy didáctico aquí me permito citar algunas tesis expuestas y divulgadas por el Prof. Dr. H. Maturana, en “Emociones y Lenguaje en Educación y Política”. En esta Bitácora para mis Cátedra de Epistemologia y Filosofía de la Ciencia (con mi particular interés en las conexiones con la Estética Contemporánea iré agregando Artículos y Textos de mi producción intelectual -que en su oportunidad he ido elaborando al hilo de las clases impartidas en estos últimos años en Universidades de Santiago y Valparaíso, así como en Congresos y Conferencias internacionales.
Ver:
LA EPISTEMOLOGÍA DE FEYERABEND: ESQUEMA DE UNA TEORÍA ANARQUISTA DEL CONOCIMIENTO, Adolfo Vasquez Rocca,
Emociones y Lenguaje en Educación y Política Dr. Adolfo Vásquez Rocca
2
¿Qué es un argumento objetivo? Cuando queremos convencer a alguien presentamos este argumento, pretendiendo que la realidad es universal y que esa realidad nosotros la hemos aprehendido racionalmente. Si el otro persiste en sus argumentos, lo trataremos de ilógico o de absurdo. Pero ¿cómo se conecta la razón con la realidad? ¿Nos permite la razón acceder a la realidad?
La respuesta implícita o explícita que cada uno da a la pregunta acerca de la realidad determina el modo de vida y con ello la aceptación o rechazo del otro.
En este ensayo abordaremos la pregunta de la realidad considerando al observador con una entidad biológica. Sostienendo que sólo se puede responder a esta pregunta siempre que observación y conocimiento sean explicados como un fenómeno biológico generado a través de la operación del observador como un ser vivo.
Filosofía y Psicología Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Análisis.
Entenderemos las representaciones desde la perspectiva Constructivista: como las construcciones simbólicas sobre la realidad que los seres humanos creamos desde y con el lenguaje. Entendiendo el lenguaje no sólo como instrumento que hace posible la comunicación sino como fenómeno histórico y cultural dotado de valoraciones, de prohibiciones y concesiones, de legitimaciones y descalificaciones que toman vida en el uso y la recreación del mismo lenguaje.
Comunidad y Perspectivismo.
Hablamos de comunidad, pero ¿qué es una comunidad? Podemos mirar una comunidad como una red de procesos, actos, encuentros, conductas, emociones, técnicas, que configuran un sistema de relaciones, un modo de convivir que penetra todos los aspectos del vivir de los niños.
Filosofía y Psicología Dr. Adolfo Vásquez Rocca
En el origen de la humanidad, y en las tempranas culturas, no había educación como una actividad especial en la vida de los niños que crecían dentro de la comunidad. Los niños aprendían todas las prácticas y dimensiones relacionales de su vida como miembros de la comunidad humana a la cual pertenecían, viviendo todas sus dimensiones en su vida diaria.
En nuestra cultura los niños viven separados de la comunidad a la cual se supone pertenecen, pasando la mayor parte de su tiempo en el jardín infantil o en un lugar especial para niños pequeños. Esto ocurre precisamente en el periodo de sus vidas en que debieran estar creciendo como seres humanos bien integrados, socialmente conscientes y ecológicamente alertas al participar en la vida de su comunidad. De ahí la importancia de considerar en la planificación diaria la participación de los niños en actividades que los hagan sentir parte de su comunidad, que la conozcan y la valoren.
Filosofía y Psicología Dr. Adolfo Vásquez Rocca
La comunidad, con sus canchas, plazoletas, iglesias y consultorios, la televisión, la radio, configuran en su conjunto una red de conversaciones que define cotidianamente lo deseable y lo indeseable, lo hermoso y lo feo, lo aceptable y lo inaceptable, en el convivir de la comunidad a la que los niños pertenecen. De manera que los niños aprenden la trama emocional que se vive en la comunidad humana que les toca vivir simplemente al vivirla, cualquiera que ésta sea.
La convivencia a que damos origen niños, padres y educadores en el espacio educacional de nuestra cultura y comunidad, depende del punto de vista que tengamos de lo que es o debiera ser la educación. Pero construimos nuestros puntos de vista influidos a su vez por la perspectiva que nuestra cultura tiene acerca del conocimiento, la vida, la existencia,…
Decimos que la educación tiene que ver con el alma, la mente, el espíritu, es decir, con el espacio relacional o psíquico que vivimos y que deseamos que vivan nuestros niños. Las cosas particulares que nuestros niños puedan hacer en la vía de su realización es asunto de conocimiento, aprendizaje y enseñanza. La educación tiene que ver con llegar a ser seres humanos.
Es tarea nuestra hacer uso de la enseñanza como un medio para educar al niño en la creación de los espacios de vida que lo llevarán a ser un ser humano responsable, socialmente consciente, que se respeta a sí mismo y a los demás.
Lenguajes y Emociones.
El lenguaje es un modo de vivir juntos en el flujo de las coordinaciones recurrentes de nuestras acciones.
Es nuestra vida en el lenguaje lo que nos hace humanos. Dado el tipo particular de primates bípedos que somos, el lenguaje nos hace humanos.
Hacemos cosas con nuestros cuerpos (incluyendo el sistema nervioso), y fluimos en el lenguaje en nuestras interacciones diarias. La estructura de nuestros cuerpos cambian según nuestro modo de fluir en el lenguaje (basta mirar la ampliación en el tamaño del cerebro que significó el uso del lenguaje en nuestros primeros antepasados). Nada de lo que hacemos en el lenguaje es irrelevante, porque nos transformamos en nuestros cuerpos según lo que hacemos en el lenguaje, y hacemos en nuestro lenguaje según lo que se transforma en nuestros cuerpos.
A medida que el niño aprende a usar el lenguaje, crea con otros diferentes modos de vida, dado los diferentes hechos en los que participa; y llega a ser en su cuerpo según el uso del lenguaje en el cual crece. Como resultado, cuando adulto, crea el mundo que vive como una expansión del mundo que creó cuando niño.
Los seres humanos existimos también en el flujo de nuestras emociones. Cuando distinguimos emociones en la vida diaria, distinguimos diferentes tipos de conductas relacionales, y al fluir de una emoción a otra, cambiamos de ciertas conductas a otras.
Cuando se distingue una emoción en un niño, vemos en ella una dinámica corporal (sistema nervioso incluido) que especifica lo que el niño puede o no puede hacer en cualquier momento.
Por ejemplo:
Amor: El amor es la emoción a través de la cual el otro aparece como un otro legítimo en coexistencia con uno.
Agresión: La agresión es la emoción a través de la cual el otro es negado directa o indirectamente como un legítimo otro en coexistencia con uno.
Indiferencia: La indiferencia es la emoción a través de la cual el otro no es visto como otro. En la indiferencia, el otro no tiene presencia, y lo que le sucede a él o ella está fuera del dominio de nuestras preocupaciones.
Los niños crecen como seres humanos entrelazando lenguaje y emociones en su vida cotidiana. Entendemos por conversaciones al entrelazamiento continuo entre emociones (dominios relacionales) y lenguaje (coordinaciones de conducta). Todo lo que los seres humanos hacemos como tales, lo hacemos en conversaciones.
Filosofía y Psicología Dr. Adolfo Vásquez Rocca
En la conversación con el niño, el niño se revela en todas sus dimensiones, transparenta su mundo de intereses, sentimientos, necesidades, gustos, experiencias, y es a partir de estas conversaciones desde donde empezamos a construir un espacio de aprendizaje mutuo.
La emoción cambia el lenguaje, pero a medida que mana el lenguaje, el lenguaje también puede cambiar la emoción.
Cómo vivimos o qué modo de vida realizamos, depende de nuestra emocionalidad, no de nuestra razón. La educación, en la medida que tiene que ver con la configuración del modo de vida del niño que crece, es una tarea que tiene que ver con el espacio psíquico emocional que el niño aprende a vivir en la casa, en el colegio, en la Universidad.
El modo de vivir que ahora vivimos está determinado por la emocionalidad, por el espacio psíquico emocional que aprendimos a vivir desde niños, no por el conocimiento, o los tipos de argumentos racionales que podamos haber acumulado a lo largo de nuestra vida. Ver esto es crucial, lo central de la educación es la dinámica de llegar a ser humano, como personas responsables, socialmente conscientes y que se respetan a sí mismas.
Los niños llegan a ser según sean las conversaciones en las cuales participan. En el fluir de sus vidas no hay conversaciones triviales. En la medida en que los adultos entendamos esto podremos dar paso a interacciones basadas en el respeto y la colaboración. Cualquier niño que se sienta escuchado se dispone a la creatividad, aprende a escuchar, vive su seguridad consciente de sus límites y fortalezas.
Decimos que las culturas son redes de conversaciones, con esto queremos decir, redes de coordinaciones de haceres y emociones. Es la emocionalidad que se realiza en la red la que configura su carácter, no las conductas particulares realizadas por sus miembros.
Siempre vivimos en una cultura, somos miembros partícipes de una cultura. Conservamos nuestra cultura al hacer lo que hacemos a través de nuestra participación en la red de conversaciones que la constituye.
Emociones y Conocimiento.
Los seres humanos somos seres biológicamente amorosos como un rasgo de nuestra historia evolutiva. El amor ha sido la emoción central conservada en la historia evolutiva que nos dio origen desde hace unos cinco a seis millones de años atrás.
Filosofía Ciencia y Verdad - Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Los niños –también los adultos- se enferman cuando se les priva del amor como la emoción fundamental en la cual transcurre su existencia relacional con otros y con ellos mismos. La carencia afectiva produce niños con trastornos conductuales (ansiedad, agresividad, falta de interés, desmotivación, inseguridad, tristeza, etc.).
El lenguaje, como rasgo cultural, junto con la amorosidad, como rasgo biológico, constituyen el núcleo del modo de vida conservado generación tras generación, que nos definió como seres humanos en nuestra historia evolutiva hace tres o más millones de años.
La biología del amor es la dinámica relacional que origina la calidad de lo humano en la historia de nuestro linaje.
Cuando hablamos implicamos, evocamos o connotamos la biología del amor.
El amor es una emoción, es un modo de vivir juntos, un tipo de conductas relacionales en los sistemas humanos. El amor se produce cuando en nuestra vida e interacción con otros, el otro, no importa quién o qué sea, surge como otro legítimo en coexistencia con nosotros. El amor (el amar) es la emoción que constituye y conserva la vida social.
Inteligencia y Plasticidad.
Mientras mayor sea la plasticidad estructural de un organismo, mayor es su capacidad de conducta inteligente en la interacción con otros, generando nuevos ámbitos de acción o expandiendo aquellos que ya existen.
La plasticidad estructural requerida para vivir en el lenguaje es tan enorme que todos los niños, todos los seres humanos, somos igualmente inteligentes o capaces de conducta inteligente. Es la enseñanza la que debe sintonizarse a las distintas maneras en que los niños viven su plasticidad estructural para aprender, conocer, expresar, convivir, etc. Esto significa respetar los ritmos y dinámicas en los que sucede el aprender en los niños, escuchando sus fortalezas, limitantes y potencialidades en cada caso.
Con todo, la conducta inteligente del niño puede tornarse restringida o expandida según el flujo emocional que emerge en su convivencia con sus educadores y sus padres. Así, el temor, la envidia, la rivalidad, restringen su conducta inteligente, porque estrechan el espacio de relaciones en el que el niño se mueve. Sólo el amor expande la inteligencia, al ensanchar el espacio de relaciones en el cual opera el niño, ampliando su ámbito de lo posible.
Los niños son seres que aprenden. Son seres que aprenden tanto en los dominios emocional como racional. Sin embargo, aprenden y aprenderán a vivir cualquier tipo de vida que les toque vivir. La emocionalidad que los niños viven en su niñez es conservada por ellos como fundamento del espacio psíquico que generarán como adultos. Su niñez es tanto su tesoro como su azote.
II
Competencia o colaboración; Humberto Maturana.
Competencia o colaboración; por Humberto Maturana.
PDF]
HUMBERTO MATURANA EMOCIONES Y LENGUAJE EN EDUCACION Y POLITICA
|
La tiranía de los empresarios ¿Cómo calificaría a la sociedad chilena en términos de conviviencia, armonía y respeto?
Vivimos en una cultura que tiene muchas dimensiones de codicia y de vanidad, pero, al mismo tiempo, están presentes la sensibilidad y la solidaridad. Aunque la colaboración es difícil en este país; son más fáciles las alianzas y éstas no son buenas, ya que son acuerdos de acciones temporales. En la colaboración no se está esperando un resultado, sino que se está participando con otro en la creación de algo. Si queremos una convivencia democrática tenemos que pensar en la colaboración, no en la alianza, porque ésta la niega.
¿En estos momentos los criterios económicos se consideran por sobre los demás? Creo que sí. Este país está enfermo de ceguera competitiva; de este afán por saber lo que se tiene; de tener certidumbres, como: “Nosotros los empresarios sabemos lo que hay que hacer”. ¿Los empresarios se creen dueños de la verdad? Exactamente. Entonces, ¿qué es lo que se genera?: tiranía. O se empuja hacia ella. Lo que Chile y nosotros necesitamos es estar dispuestos a colaborar en la creación del bienestar de toda la comunidad.
¿Confía en que sea posible lograr esta colaboración de todas las personas para un proyecto común?
No me cabe la menor duda. Si uno abre un espacio que invita honestamente a la colaboración, surge la posibilidad. Lo otro que pasa en este momento es que todos están preocupados por la imagen; en el fondo, están preocupados de mentir. La imagen es lo que uno no es. Siempre. Yo no soy lo que el otro ve, de modo que lo único que puedo desear es conducirme como soy para que el otro vea, en el fluir de la vida, lo que realmente soy. Cada vez que a uno le preocupa la imagen, lo que quiere es aparentar lo que no es. Si soy honesto, no tengo que tratar de serlo… ¿No cree que el ser humano es ambicioso por naturaleza y ante la opción de ser igual o mejor que el otro, siempre escogerá ser mejor? No, no creo eso. A los seres humanos les gusta ser ellos, sobre todo si están en un espacio de respeto. Pero ser uno no quiere decir ser mejor que otro. La competencia es un elemento cultural que está centrado en la lucha, en la relación de poder. Es ahí donde estamos constantemente tratando de ser mejores que otros. Pero no es natural, ni de la biología, sino que una creación humana que implica la negación del otro. Además, la competencia estimula la codicia. ¿Chile ha perdido identidad? Sí. Creo también que la manera en que se plantea la noción de globalización es engañadora. Y no es posible participar en espacios globales si no se tiene una identidad propia, porque uno desaparece arrastrado por estas búsquedas que vienen de otras partes. Los chilenos ahora pensamos que lo extranjero es lo mejor. Nos falta respeto por nosotros mismos. Encuentro vergonzoso que los empresarios tengan su dinero invertido afuera y estemos aquí esperando que lleguen extranjeros para resolver nuestros problemas económicos. ¡Este es un tema soluble!, es cosa de que nos pongamos de acuerdo, de que hagamos un gran proyecto nacional y colaboremos. Empresarios, gobierno, políticos de derecha, políticos de izquierda, trabajadores, estudiantes. ¡Hagámoslo todos en conjunto!, para que este país sea generador de bienestar en una convivencia democrática. “Terminaremos como en Calcuta” Usted es un hombre optimista que siempre ha dicho que problemas graves, como la contaminación y el crecimiento demográfico, tienen solución. Absolutamente. Y creo que no es posible que la pobreza desaparezca si no hay estabilidad)de la población. Este país duplica su cantidad de habitantes cama 20 años. Lo más probable es que en 30 años más seamos 30 millones de personas. ¿Qué va a pasar? ¿Cómo se va a lograr el bienestar? Creo que la población tiene que empezar a tomar acciones sobre la planificación familiar. Y para eso, hay que enseñar, ilustrar, entregar conocimientos. Pero con una actitud que no respeta la educación sexual, que ve cualquier sugerencia para la regulación del tamaño de la familia como una invitación al aborto, no hay ninguna posibilidad. Esta situación es el camino a lo que yo llamo “la calcutización del país”, ya que terminaremos como en Calcuta, donde la gente se muere de hambre en la calle. ¿Es partidario de la píldora del día después? Pienso que actualmente es fundamental para la humanidad la regulación del crecimiento de la población, porque el desborde va a generar una miseria inimaginable. Una familia que tiene un número indefinido de hijos con un presupuesto pequeño genera pobreza. Ahora, para que haya una regulación consc`ente y responsable, tienen que estar a la mano los instrumentos de regulación de la natalidad. La píldora del día después es uno de ellos. Y yo)soy partidario me ella, además, porque la vida sexual es un aspecto importante del bienestar de la familia. Hecha con ternura en un espacio acogedor y deseable, es el elemento que le da solidez y permanencia a la pareja. ¿Cómo cree que se debería regular el uso de esta píldora? Uno debe respetar a las personas y dejarlas que escojan. Si se puede usar la píldora van a disminuir las peticiones de aborto. Ninguna mujer se hace un aborto por placer, si lo hace es porque hay una situación donde el nacimiento de un hijo resulta destructor. Entonces, cualquier procedimiento, como la píldora del día después u otras prácticas que se puedan realizar sin interferir con el espacio de intimidad de la vida sexual, es fundamental. El problema es que hay círculos muy cerrado que van a hacer lo imposible por evitar que se permitan este tipo de medidas. Por eso es que hay que abrir espacios de reflexión sobre qué pasa con los niños deseados y los no deseados; sobre el mundo y qué podemos hacer con el que estamos creando. Ahí vamos a descubrir que la gente tiene mucha más sensibilidad y finura de pensamiento. ¿Cómo se podría abrir a la reflexión a la Iglesia? En la parábola del sembrador, unas semillas caen en las rocas, otras empiezan a crecer y se marchitan y otras caen en la buena tierra. Ese es el tema. Si queremos bienestar tenemos que tener buena tierra. Jesús no está diciendo que todas las semillas tienen que vivir.
HUMBERTO MATURANA EMOCIONES Y LENGUAJE EN EDUCACION Y POLITICA
Material para el curso de Teoría de Sistemas. Extracto del texto Emociones y Lenguaje en Educación y Política. Dr. Humberto Maturana R. …
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
El origen de lo humano por Humberto Maturana
Dr. Humberto Maturana por Adolfo Vásquez Rocca
El origen del lenguaje, como un dominio de coordinaciones conductuales consensuales, exige una historia de encuentros recurrentes en la aceptación mutua intensos y prolongados.
Maturana describe el lenguaje como un fluir en “coordinaciones de acciones consensuales de coordinaciones de acciones consensuales” que se da en la relación, y sostiene que para explicarlo como fenómeno biológico hay que mostrar cómo surge la “recursión” de las coordinaciones de acciones consensuales en la historia de interacciones del ser humano, por lo que “el observador debe proponer un mecanismo biológico generativo del cual resulte el lenguaje como una consecuencia de su operación, en el contexto de la satisfacción del criterio de validación de las explicaciones científicas” (Maturana, op. cit.: 50). Propone que, en el origen, el lenguaje debió ser consecuencia de un sistema de vida posibilitado por la conservación de un emocionar básico: la aceptación del otro en la convivencia, donde pudo darse la “recurrencia” de las interacciones entre miembros de un grupo permitiendo la coordinación de sus conductas y su desarrollo en coordinaciones de acciones consensuales; esto es, en conductas (relacionales) que un observador puede distinguir como producto de una historia particular de interacciones de los participantes, porque entiende que existe una especie de mutuo entendimiento práctico y que esas conductas no podrían haber surgido independientemente de esa historia. Dicho de otro modo, el operar en coordinaciones de acciones consensuales corresponde a comportamientos que hoy, como observadores de seres vivos que los realizan, rotulamos de sociales. En nuestra historia, en algún momento, la conservación de la participación en esta clase de coordinaciones de acciones habría posibilitado su “recursividad”, es decir, la aplicación en las nuevas interacciones del resultado del operar en anteriores coordinaciones de acciones consensuales de los miembros del grupo (coordinación de la coordinación), y no sólo de su repetición. Cuando esto ocurre, surge el lenguaje y en él, no con él, el mundo de objetos o entidades. De este modo, Maturana plantea que pertenecemos a una historia evolutiva que adquiere el carácter humano en el momento en que surge el lenguaje entrelazado con el emocionar propio de los mamíferos. Para él, la aceptación recíproca es el fundamento de la coordinación conductual consensual y la condición necesaria para su expansión en la convivencia social que es donde se generan todos los dominios de acciones de los seres humanos (Maturana, H. 1990).
En esta perspectiva, el lenguaje como fenómeno social se funda en la emoción de aceptación del otro que es propia de nuestra biología y que sería la emoción fundamental que hace posible nuestra historia evolutiva. A esta emoción Maturana la llama amor, y al respecto dice: “… cuando hablo de amor no hablo de un sentimiento ni hablo de bondad o sugiriendo generosidad. Cuando hablo de amor hablo de un fenómeno biológico, hablo de la emoción que especifica el dominio de acciones en las cuales los sistemas vivientes coordinan sus acciones de un modo que trae como consecuencia la aceptación mutua, y yo sostengo que tal operación constituye los fenómenos sociales” (Maturana 1997: 86).
Lo anterior implica que sólo en el espacio relacional en el cual el amor tiene presencia se puede dar en el niño, al comienzo, la “recurrencia” de las interacciones que permite la expansión de las primeras coordinaciones de acción y su desarrollo en coordinaciones de acciones consensuales, las que al hacerse “recursivas” van a constituir lenguaje propiamente tal. Cuando esto pasa surge el mundo de objetos y el niño empieza a hacer referencia a aquello que distingue. Antes del lenguaje esto no es posible, porque sólo con el observador existe lo observado.
– Se considera poeta en el sentido de la mirada que capta las coherencias de la existencia; más que la crítica, le interesa la reflexión que amplía esa mirada y que permite una conducta responsable. Las ideologías son precisamente contrarias a las virtudes de la reflexión. Ellas operan tratando como verdades referentes ciertas ideas que se consideran como válidas en sí, sobre las cuales no hay reflexión, son dueñas de “la verdad”, la verdad es enemiga de la reflexión. La única manera de no estar atrapado en un ideología es tener un espacio reflexivo siempre abierto en función de algunos propósitos humanos, sociales, éticos. Hoy en día no hay fin de las ideologías por cuanto se vive en la del libre mercado y de la libre empresa.
Maturana ha contribuido a rechazar el racionalismo objetivista, poniendo énfasis en el lenguaje, en la experiencia humana y el involucramiento del conocimiento en el ser total, estableciendo la unidad entre cuerpo y mente que hasta entonces se veían separados. Lo básico es la mutación de la noción de realidad y la del observador. Precisamente la noción de ciencias de la complejidad ha emergido en los últimos años como parte de una síntesis de ciertas disciplinas tradicionales como la biología, la física y las matemáticas. Se está cambiando el acceso a una realidad única, independiente del observador; proponen tantas realidades como modos de vivir surgen en cada ser en función de los lenguajes en que habitan. Javier Torres Navarrete, en el prólogo a La realidad: øobjetiva o construida?, señala que Maturana es el pensador que ha dado con el principio teórico de más radicalidad para entender el gran número de esferas y problemas de la sociedad contemporánea. En adelante veremos por qué el amor es el fundamento biológico de todo fenómeno social, noción acotada a partir del concepto de autopoiesis, circunscrito a la biología pero proyectándose como una cosmovisión que supera sus fronteras sin discontinuidad entre lo social, lo humano y lo estrictamente biológico.
– El lenguaje consiste en un operar recurrente denominado coordinaciones de coordinaciones conductuales consensuales. Según estas coordinaciones, cada palabra o gesto no está relacionado con algo exterior a nosotros, sino con nuestro quehacer con los otros. Es precisamente ese quehacer, y las emociones que están en su base, lo que especifica y da a nuestras palabras su significado particular. Por esto, a nivel de la experiencia inmediata no se puede diferenciar lo que es una ilusión de una percepción; esto sólo se logra en el lenguaje. Sólo a través del lenguaje el ser humano puede explicar su experiencia en el vivir y asimilarla a la continuidad de su praxis de vida, el “comprender” es inseparable de la experiencia humana. Lo racional tiene una base emocional y esto explica por qué no se puede convencer a nadie con un argumento lógico si no se ha aceptado antes su premisa “a priori”. Por eso, además, el lenguaje más que un sistema simbólico, es coordinaciones de acciones. Es precisamente en lo “consensual” donde los seres vivos humanos consiguen reconocer en la experiencia y alcanzar el acuerdo, que es, en definitiva, el intercambio de una comunicación lograda; más que “mensajes”, los sujetos han experimentado desde sus conductas el auténtico sentido de la comunicación. Si las estrategias escolares lograsen sintonía emocional, los niños en los liceos vivirían permanentemente el conocimiento desde la reflexión con la plena sensación de ser inteligentes; desgraciadamente es más frecuente que no ocurra.
Adolfo Vásquez Rocca
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía y Teoría del Arte; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV, Pensamiento contemporáneo y Estética. Profesor de Antropología y de Estética -Departamento de Artes y Humanidades. Director de Revista Observaciones Filosóficas http://www.observacionesfilosoficas.net/. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo. Profesor Asociado al Grupo Theoria Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado.
E-mail: adolfovrocca@gmail.com
LA BIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO DE HUMBERTO MATURANA Por Adolfo Vásquez Rocca
LA EPISTEMOLOGÍA DE FEYERABEND: ESQUEMA DE UNA TEORÍA ANARQUISTA DEL CONOCIMIENTO, Dr. Adolfo Vasquez Rocca,
LA BIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO DE HUMBERTO MATURANA Por Adolfo Vásquez Rocca
Una respuesta para “FILOSOFÍA DE LA CIENCIA; ‘OBJETIVIDAD’ Y TEORÍA DEL CONOCIMIENTO por Adolfo Vásquez Rocca”
- [...] LA OBJETIVIDAD; FILOSOFÍA DE LA CIENCIA Y BIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO [...]
LA BIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO DE HUMBERTO MATURANA Por Adolfo Vásquez Rocca
Filosofía y Psicología Dr. Adolfo Vásquez Rocca
No hay comentarios:
Publicar un comentario