Ilustraciones: Artista plástico ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Editor: Jesús Nava.
Presentación
ERRANCIA REVISTA DE PSICOANÁLISIS - UNAM Nº 10 - 2014
DEL JARDÍN DE LAS FLORES DEL MAL: CONTRACULTURA Y REBELDÍA
1ª Parte: http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v10/litorales.html
Editor: Jesús Nava.
Arte: Adolfo Vásquez Rocca D.Phil
Archivo [Nº Publicados]
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/archivos_errancia.html
Difusión: Dr. Adolfo Vásquez Rocca
ERRANCIA Nº 10 | |||||||||
INFORME SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE SITUACIONES Y SOBRE LAS CONDICIONES DE LA ORGANIZACIÓN Y LA ACCIÓN
DE LA TENDENCIA SITUACIONISTA INTERNACIONAL
Documento Fundacional (1957)
GUY DEBORD
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EL MÉTODO PARANOICO-CRÍTICO Y LA PARADOJA DE LA PINTURA REALISTA EN
SALVADOR DALÍ
JORGE JUANES
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AULLIDO
ALLEN GINSBERG
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POEMAS
CHARLES BUKOWSI
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PARA QUE SIRVEN LOS POETAS
LAWRENCE FERLINGHETTI
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LA POESÍA COMO UN ARTE INSURGENTE
LAWRENCE FERLINGHETTI
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LA REBELIÓN JUVENIL
OCTAVIO PAZ
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REFLEXIONES ACERCA DEL POP: EL ARTE POP ENTREVISTA A UMBERTO ECO
MARIA JOSÉ RAGUÉ ARIAS
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A LA CAZA “ZOOT SUIT”.
EL “SLEEPY LAGOON” Y LA NOCHE DE LOS TAXIS
OCTAVIO PATIÑO GARCÍA
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DESEO
JEROVAN HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ
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DOS POEMAS
JESÚS NAVA RANERO
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LA REBELIÓN DE LOS JÓVENES ESCRITORES ALEMEL SIGLO XVIII: STURM UND DRANG
ILSE T. M de BRUGGER
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LOS ROMÁNTICOS Y EL FUTURO
WILLIAM OSPINA
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LAS CAUSAS DE LA REBELIÓN DE LA JUVENTUD ENTREVISTA A HERBERT MARCUSE
MARIA JOSÉ RAGUÉ ARIAS
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LAS VOCES DEL ROCK
VÍCTOR MANUEL BANDA MONROY
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LA GENERACIÓN BEAT
JORDI COSTA
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LA DÉCADA PRODIGIOSA: 60s, 70s
PEDRO SAMPERE / ALBERTO CORAZÓN
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EL NUEVO DESTINO DE LOS HIPPIES
MICHEL LANCELOT
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LA RESISTENCIA CULTURAL Y LOS JÓVENES DEJAR DE PENSARNOS COMO NOS PIENSA EL PODER
JESÚS RAMÍREZ CUEVAS
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EL MOVIMIENTO PROVO
MANUEL PÉREZ LEDESMA
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DEMOCRACIA Y REVUELTA
LA EXPERIENCIA DE RUPTURA DEL 15-M
ARTURO BORRA
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ENTRE MAYO DEL 68 Y LA GUERRA DE VIETNAM
F. FERNÁNDEZ BUEY
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BREVE NOTA SOBRE LA INTERNACIONAL SITUACIONISTA
RODRIGO VICUÑA NAVARRO
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AGUSTÍN GARCÍA CALVO: LA ACTUALIDAD DEL ANARQUISMO
MARTA NOGUEROLES JOVÉ
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FRANCOIS CHÁTELET: FILOSOFIA Y DESOBEDIENCIA
ANTONI VICENS
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EL DESEO Y LA UTOPÍA RECUPERADA (A PROPÓSITO DE FOURIER)
ENRIQUE CASTAÑOS ALÉS
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PARA UN CONCEPTO NO LINEAL DE HISTORIA.
REFLEXIONES A PARTIR DE WALTER BENJAMIN
STEFAN GANDLER
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DE LA CONTRAPOETICA A LA NARCOCULTURA EN UN SOLO VIAJE
HERIBERTO YÉPEZ
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ALGUNOS APUNTES ACERCA DE LA CONSTRUCCIÓN DE LO HEROICO EN WALTER BENJAMIN
ALBERTO ANTONIO VERÓN OSPINA
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LOS WEATHERMEN HAN TOMADO EL RELEVO
MICHAEL LANCELOT
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EL 15-M DESPUÉS DEL 20-N
LA REVUELTA COMO PORVENIR
ARTURO BORRA
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ROCK Y EPISTEMOLOGÍA
HELÍ MORALES
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LA REVOLUCIÓN COMO JUEGO
EL MOVIMIENTO PROVO
JOSÉ ANTONIO RECIO CUESTA
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BREVE HISTORIA DE LA ADICCIÓN
JORGE VÉLEZ VEGA
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ERRANCIA LA PALABRA INCONCLUSA: REVISTA DE PSICOANÁLISIS UNAM Nº 10: CONTRACULTURA Y REBELDÍA _ Dr. Adolfo Vásquez Rocca _ Editor: Jesús Nava
Errancia ... la palabra inconclusa - UNAM
POLIÉTICAS DEL CUERPO |
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Escritora y poeta Ecuatoriana
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Colegio de Altos Estudios de la Red Analítica Lacaniana
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Investigador Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, CONICET y Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, Argentina
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Psicoanalista
Esteban LevinPsicoanalista
Psicoanalista
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Universidad Nacional Autónoma de México
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Helena Yrízar Rojas
Psicoanalista
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Vol. 1 DEL PADRE EN CUESTIÓN A LA CUESTIÓN DEL PADRE
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Vol. 2 DEL MALESTAR CONTEMPORÁNEO Y LAS DERIVAS DEL DESEO
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Vol. 3 CONSTRUIR Y HABITAR LA DIFERENCIA |
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Vol. 4 EL INCOLMABLE VORAZ HARTAZGO Y EL DESBOCADO GOCE DE LOS MERCADOS | |
Vol. 5 LA IRRUPCIÓN DEL DESEO Y LA PRIMAVERA DE LO PORVENIR | |
Vol. 6 EL SENTIDO DEL SÍNTOMA EN EL PORVENIR DE LO REAL Y EL PSICOANÁLISIS | |
Vol. 7 DE LA SEXUALIDAD FEMENINA | |
Vol. 8 EL DECIR DE LA INFANCIA | |
Vol. 9 EL SUJETO DE LAS ADICCIONES | |
Vol. 10 DEL JARDÍN DE LAS FLORES DEL MAL: CONTRACULTURA Y REBELDIA |
ERRANCIA LA PALABRA INCONCLUSA: REVISTA DE PSICOANÁLISIS UNAM Nº 10: DEL JARDÍN DE LAS FLORES DEL MAL: CONTRACULTURA Y REBELDÍA _ Dr. Adolfo Vásquez Rocca D.Phil _ Editor. Ps. Jesús Nava
"PSICOPOLÍTICA, SOCIEDAD SITIADA
Y MOVIMIENTO DE LOS INDIGNADOS:
LA MODERNIDAD LÍQUIDA Y SUS PARIAS. ZYGMUNT BAUMAN Y EDWARD SNOWDEN” *
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
1.- El Movimiento de los Indignados (15-M) y la globalización de la protesta
El movimiento de los indignados se
originó en las redes del ciberespacio, y se le ha visto crecer en las
calles de Europa, Estados Unidos, Asia y América Latina. Zygmunt Bauman
señala algunos rasgos que caracterizan al movimiento de los indignados.
Las consignas de la rebelión y
protesta pacífica tuvieron su versión española en los acampados de la
Puerta del Sol (Madrid). Surge así la conocida manifestación del 15-M,
días antes de las elecciones municipales en todo el país.
En su estado actual la indignación es
un insumo para cineastas, literatos y artistas de la sociedad de la
información y del espectáculo, así como para activistas políticos y
movimientos anárquicos.
Los principios del movimiento de los
indignados son el apartidismo es decir, el no reconocimiento de ninguna
filiación a partidos políticos o sindicatos, el pacifismo, la
horizontalidad y la transparencia. No aceptan ningún tipo de
representatividad. Se constata la desaparición de los medios de
representación directa. Se organizan a través de asambleas populares
abiertas, celebradas en plazas o parques y está estructurado en
diversas comisiones (Legal, Comunicación, Acción) y grupos de trabajo
(Cultura, Educación, Política, Economía, Medio Ambiente, Migración y
Movilidad). Nada reconocible en los viejos conceptos de la ciencia
política o la sociología, más bien se trata de un movimiento
espontáneo.
El músico Jorge González [1], líder y vocalista de Los Prisioneros, es quien mejor lo describe en su emblemática canción No necesitamos banderas [2]:
«Con la autoridad que nos da el buen
juicio/y en pleno uso de nuestra razón/ declaramos romper de forma
oficial/los lazos que nos pudieron atar alguna vez/a una institución o
forma de representación/que nos declare parte de su total/con toda
honestidad y con la mente fría renegamos de cualquier cordón/ya todas
las divisas nos dan indiferencia/renegamos de cualquier patrón/se llame
religión, se llame nacionalidad/no queremos representatividad./No
necesitamos banderas/no reconocemos fronteras/no aceptaremos
filiaciones/no escucharemos más sermones./ Es fácil vegetar, dejar que
otros hablen/y decir “ellos saben más que yo”/ponerse una insignia,
marchar detrás de un líder/y dejar que nos esgriman como razón/ no
vamos a esperar, la idea nunca nos gustó/ ellos no están haciendo lo que
al comienzo se pactó [...]».
En el origen de las inestabilidades
sociales y políticas actuales se encuentra el hecho de que las fuerzas
económicas son globales, pero los movimientos ciudadanos se mantienen
anclados en lo local y/o nacional con insuficiente coordinación
internacional. En la base de esta disonancia está la evolución desigual
de la globalización, muy rápida en economía, ciencias y tecnologías
comunicacionales, pero lenta en estructuras políticas globales,
gobierno internacional, equidad y reconocimiento recíproco de valores y
experiencias entre distintas sociedades y civilizaciones.
Fenómenos como el hiper-individualismo
y la fragilidad de los vínculos humanos dejan entrever cómo las
sociedades telemáticas dan lugar a nuevas formas de fuga y ausencia del
mundo, a un malestar cultural, donde hombres escindidos entre la
agresión y el temor, experimentan derivas identitarias y zozobras
existenciales ante la exacerbación del consumo, la alienación del
trabajo y el terror difuso de las ciudades del pánico. El movimiento de
los indignados es un fenómeno emocional y reactivo de gentes que se
sienten solas y amenazadas por la pérdida del empleo, la disminución
del sueldo, la dificultad de adaptación al riesgo. En su origen la
crisis tiene su principal causa en «la disociación entre las escalas de
la economía y de la política» [3].
Las fuerzas económicas son globales y los poderes políticos,
nacionales. Esta descompensación que arrasa las leyes y referencias
locales convierte la creciente globalización en una fuerza nefasta. De
ahí, efectivamente, que los políticos aparezcan como marionetas o como
incompetentes, cuando no como corruptos, y, en efecto, muchas veces lo
son.
El modelo capitalista obedece a los
intereses de las transnacionales, una súper-estructura frente a la que
los gobiernos locales son permeables y serviles, cuando no cómplices y
accionistas, sin tener en cuenta la devastación social que generan. Es
significativo que esto ya lo advirtiera Salvador Allende[4] —Presidente mártir— de Chile ante el foro de las Naciones Unidas en 1972:
«[...] Vengo de Chile, un país
pequeño, pero donde hoy cualquier ciudadano es libre de expresarse como
mejor prefiera, de irrestricta tolerancia cultural, religiosa e
ideológica, donde la discriminación racial no tiene cabida. Un país con
una clase obrera unida en una sola organización sindical, donde el
sufragio universal y secreto es el vehículo de definición de un régimen
multipartidista, con un Parlamento de actividad ininterrumpida desde
su creación hace 160 años, donde los tribunales de justicia son
independientes del Ejecutivo, en que desde 1833 sólo una vez se ha
cambiado la carta constitucional, sin que ésta prácticamente jamás haya
dejado de ser aplicada. Un país donde la vida pública está organizada
en instituciones civiles, que cuenta con Fuerzas Armadas de probada
formación profesional y de hondo espíritu democrático. Un país de cerca
de diez millones de habitantes que en una generación ha dado dos
premios Nobel de Literatura, Gabriela Mistral y Pablo Neruda, ambos
hijos de modestos trabajadores. En mi patria, historia, tierra y hombre
se funden en un gran sentimiento nacional. Pero, Chile es también un
país cuya economía retrasada ha estado sometida e inclusive enajenada a
empresas capitalistas extranjeras, que ha sido conducido a un
endeudamiento externo superior a los cuatro mil millones de dólares,
cuyo servicio anual significa más del 30% del valor de sus
exportaciones; un país con una economía extremadamente sensible ante la
coyuntura externa, crónicamente estancada e inflacionaria, donde
millones de personas han sido forzadas a vivir en condiciones de
explotación y miseria, de cesantía abierta o disfrazada [...].
Estamos ante un verdadero conflicto
frontal entre las grandes corporaciones y los Estados. Éstos aparecen
interferidos en sus decisiones fundamentales —políticas, económicas y
militares— por organizaciones globales que no dependen de ningún Estado
y que en la suma de sus actividades no responden ni están fiscalizadas
por ningún Parlamento, por ninguna institución representativa del
interés colectivo. En una palabra, es toda la estructura política del
mundo la que está siendo socavada.
Pero las grandes empresas
transnacionales no sólo atentan contra los intereses genuinos de los
países en desarrollo, sino que su acción avasalladora e incontrolada se
da también en los países industrializados donde se asientan. Ello ha
sido denunciado en los últimos tiempos en Europa y Estados Unidos, lo
que ha originado una investigación en el propio Senado norteamericano.
Ante este peligro, los pueblos desarrollados no están más seguros que
los subdesarrollados. Es un fenómeno que ya ha provocado la creciente
movilización de los trabajadores organizados, incluyendo a las grandes
entidades sindicales que existen en el mundo. Una vez más, la actuación
solidaria internacional de los trabajadores, deberá enfrentarse a un
adversario común: el imperialismo…». [5]
La incertidumbre en que vivimos se
corresponde a transformaciones como el debilitamiento de los sistemas
de seguridad que protegían al individuo y la renuncia a la planificación
de largo plazo: el desarraigo afectivo se presenta como condición del
éxito. Esta nueva (in)sensibilidad exige a los individuos flexibilidad,
fragmentación y compartimentación de intereses y afectos, se debe
estar siempre bien dispuesto a abandonar compromisos y lealtades.
Bauman se empeña en mostrar cómo la esfera comercial lo impregna todo,
que las relaciones se miden en términos de costo y beneficio —de
«liquidez» en el estricto sentido financiero.
El movimiento de los indignados se
originó en las redes del ciberespacio, y se le ha visto crecer en las
calles de Europa, Estados Unidos, Asia y América Latina. Zygmunt Bauman
señala algunos rasgos que caracterizan al movimiento de los indignados:
En primer término señala que es fuerte
en emociones y consignas, pero muy débil en el plano de las ideas.
Segundo, que en el origen de las inestabilidades sociales y políticas
actuales se encuentra el hecho de que las fuerzas económicas son
globales, pero los movimientos ciudadanos se mantienen anclados en lo
local o nacional. En la base de esta disonancia está la evolución
desigual de la globalización [6],
muy rápida, como decíamos más arriba, en economía, ciencias y
tecnologías comunicacionales, pero lenta en estructuras políticas
globales, gobierno internacional y equidad. El movimiento de los
indignados nace en el interior de este desajuste e intenta llenar la
ausencia de una expresión ciudadana global frente a la globalidad de
los mercados. A lo anterior se une la legítima indignación al ver que
para intentar salir de la crisis financiera los Gobiernos salvan a los
banqueros sacrificando a las clases sociales medias y a los
trabajadores. Socializan las perdidas y privatizan las ganancias. En una
economía global, en la que los capitales financieros circulan a gran
velocidad y cambian de manos con frecuencia y que ofrece productos
financieros altamente sofisticados y automatizados, no todos los
inversores conocen la naturaleza última de la operación contratada.
En tercer término, la sociedad global
experimenta además un proceso de reconfiguración socio-económica y
cultural cuyas dimensiones y consecuencias concretas son mucho más
profundas a las imaginadas por los indignados. En este proceso de
transformación del Mundo interior del Capital [7]
—como denomina Sloterdijk a esta esfera política-religiosa y
económica—, imbricada en la lucha de los tres monoteísmos a la que
pertenecen las revoluciones en el mundo árabe, el conflicto
israelí-palestino, el atmoterrorismo [8], la guerra en Afganistán, la gestión del pánico como argumento central de la política.
En cuarto lugar, la crisis económica y
financiera en Estados Unidos a partir de las hipotecas subprime y la
especulación inmobiliaria, generada por la desconfianza crediticia, que
se extiende a las hipotecas basura europeas y se evidencia con la
crisis bursátil que adviene y que —generalmente— se considera el
detonante de la crisis financiera de 2008 y de la crisis de la Burbuja
inmobiliaria. La crisis hipotecaria ha traído numerosas quiebras
financieras, nacionalizaciones bancarias, constantes intervenciones de
los Bancos centrales de las principales economías desarrolladas,
profundos descensos en las cotizaciones bursátiles y un deterioro de la
economía global real, que ha supuesto la entrada en recesión de
algunas de las economías más industrializadas del Globo.
A ello debe sumarse el
encuentro-desencuentro de civilizaciones, la crisis de la Unión Europea,
la reforma del capitalismo o la evolución del reformismo chino. En tal
contexto los indignados están muy lejos de ser el centro dinamizador
del mundo o el eje sin el cual todo se disgrega, ellos son una pequeña
parte de una transformación que en sus contenidos y formas supera por
mucho los enunciados de sus lemas y consignas.
En este punto, los indignados se
presentan como ejemplo de igualitarismo colectivista frente al exceso
de individualismo en las sociedades estadounidense y europeas. Se
«sienten iguales» entre sí, y buscan construir un movimiento horizontal,
sin liderazgos verticales, donde todos se sometan a la voluntad
colectiva de la indignación. Este igualitarismo, sin embargo, es una
ficción, como lo son los conceptos de «voluntad colectiva» y de
ausencia de liderazgos verticales. Los indignados no son iguales entre
sí, en ellos hay dirigentes y dirigidos, cada uno lleva al movimiento
una carga biográfica intransferible y condiciones educativas y
económicas diferenciadas, al tiempo que el vocablo «voluntad colectiva»
no elimina la necesidad de que alguien o algunos (los dirigentes) se
arroguen el derecho de personalizar esa supuesta voluntad como si la
misma pudiera objetivarse.
Sin embargo, uno de los grandes secretos protegidos por los sumos sacerdotes del capitalismo[9]
-que el hombre puede vivir sin el control de autoridades
auto-erigidas que nos manipulen activando miedos ancestrales-, se
mantiene ahora, al igual que antaño: somos esclavos de unos pocos, los
cuáles han ido perfeccionando con el paso del tiempo la «concentración
del poder» por parte de una siniestra casta llamada «la clase
política», una cofradía de ineptos que aseguran sus reelecciones, tanto
como el nepotismo. El poder no se transfiere del poder político, al
religioso y de allí al militar, en un proceso que según RusselI [10]
se retroalimenta, pertenece así solo a unas pocas familias que viven
en un SU estado de Derecho Natural y maximizando SU propiedad privada y
la expansión de SUS negocios protegidos de impuestos en algún paraíso
fiscal, cuya única razón de ser son el fraude.
2.- Individualismo, mercancía y el repertorio ideológico de la desinhibición
La caracterización de la fase tardía de la modernidad como un «tiempo líquido» —la expresión, acuñada por Zygmunt Barman [11]—
da cuenta del tránsito de una modernidad «sólida» —estable,
repetitiva— a una «líquida» —flexible, voluble— en la que los modelos y
estructuras sociales ya no perduran lo suficiente como para enraizarse
y gobernar las costumbres de los ciudadanos y en el que, sin darnos
cuenta, hemos ido sufriendo transformaciones y pérdidas como el de la
duración del mundo y sus objetos, vivimos bajo el imperio de la
caducidad [12]
y la seducción; de la acumulación no funcional y del individualismo
exacerbado —fenómenos que han determinado una nueva configuración de
las relaciones «humanas», tornándolas precarias, transitorias y
volátiles. Un momento en que se renuncia a la memoria como condición de
un tiempo post-histórico.
En la cultura posmoderna se acentúa un
individualismo extremo, una nueva ética permisiva y hedonista; al
servicio del culto al deseo y de su realización inmediata, una
ideología del bienestar que el Estado debiera garantizar. Vivimos un
momento de «consignas» cosméticas [13],
reactivo al desencanto, indignados sin tolerancia a la frustración. El
principio personalizador, que se articula como democratización del
consumo de modelos por la vía de la serialidad y la ética novedosa del
crédito y la acumulación no productiva. Hoy el glamour de las
mercancías aparece como nuestro paisaje natural, allí nos reconocemos y
nos encontramos con «nosotros mismos», con nuestros ensueños de poder y
ubicuidad, con nuestras obsesiones y delirios, con los desperdicios
psíquicos en el escaparate de la publicidad —verdadero espejo que nos
devuelve nuestra imagen deformada— una verdadera summa espiritual de
nuestra civilización, el repertorio ideológico de la desinhibición.
La sociedad de consumo supone la
programación de lo cotidiano; manipula y determina la vida individual y
social en todos sus intersticios; todo se transforma en artificio e
ilusión al servicio del imaginario capitalista y de los intereses de
las clases dominantes. El imperio de la seducción y de la
obsolescencia; el sistema fetichista de la apariencia y alienación
generalizada. La construcción del sentido social se desplaza del
espacio de la política, hacia un mundo que no tiene historia, solo
pantalla. Son las nuevas formas de producción, las de un nuevo universo
simbólico en donde se resignifican las viejas utopías mediante un
proceso de descontextualización que las convierte en imágenes sin
historia; en mercancías.
En esos mismos medios de comunicación
se desplazan hoy los actores políticos jugando su rol hegemónico en la
construcción de sentido en tanto perpetran el secuestro de nuestra
moral. La fe pública violada ha creado las condiciones para el
desprestigio de lo político y con ello el de nuestras instituciones,
así como de las complejas organizaciones transnacionales que son el
poder detrás del poder y que se articulan según un modelo gansteril.
Nuestra vida cotidiana esta así signada por las abusivas relaciones
mercantiles que nos agobian con deudas e insomnio.
Por su parte hace más de diez años,
Bin Laden y su socio fáctico, el ex presidente norteamericano George W.
Bush, globalizaron el terrorismo de masas y la represión a escala
mundial. Exactamente una década después, el movimiento de los indignados
ha globalizado la protesta social y el hartazgo ante un modelo de
depredación social, de abuso y de consumo cuyo control está reservado a
una élite violenta e impune. Las protestas que sacaron a la calle a
miles de personas en todo el mundo vienen a darle cuerpo a una
corriente moral y política cuyos precursores proponen modelos
alternativos al encarnizado sistema neoliberal. Del mismo modo la
industria financiera desempeña un papel muy importante en el discurso
antisistémico actual, la crítica se ha focalizado en la decisión de los
gobernantes de Estados Unidos y de otras Naciones ricas de cubrir a los
banqueros, a fin de evitar supuestos males mayores, al mismo tiempo
que éstos, pese a todo, no cambiaban su esplendoroso nivel de vida.
3.- Individualismo hedonista y bulímico; Del homo economicus al homo consumens
Tal vez Lipovetsky tenga razón al
señalar que «no vivimos el fin de la modernidad, sino por el contrario,
estamos en la era de la exacerbación de la modernidad, de una
modernidad elevada a una potencia superlativa. Estamos en una era
“híper”: hipercapitalista, de hiperpotencias, hiperterrorismo,
hipervacaciones, hiperindivi-dualismos, hipermercados…» [14].
De modo que lo que nos tiene que preocupar es la fragilización de los
individuos. El individuo hipermoderno es libre, pero frágil y
vulnerable. Disfruta de su individualismo hedonista y bulímico, pero
vive angustiado por la ausencia de referencias.
La modernidad líquida es una figura
del cambio y de la transitoriedad: «los sólidos conservan su forma y
persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y
se transforman constantemente: fluyen. Como la desregulación, la
flexibilización o la liberalización de los mercados».[15]
Zygmunt Bauman muestra cómo la esfera
comercial lo abarca todo, cómo las relaciones, «los riesgos y angustias
de vivir juntos y separados», son siempre pensadas en términos de
costos y beneficios, de conveniencia. El homo economicus y el homo
consumens definen y conforman la sociedad de mercado. Frente a ellos,
el homo sacer, los habitantes de los campos de refugiados, «obstinada
permanencia de lo efímero, que puede convertirse un día en el hábitat
común y corriente de todos los habitantes de un planeta repleto y
globalizado».[16]
Asistimos a lo que Bauman llama el
desvanecimiento de todo lo sólido en el aire y la permanencia de todo
lo líquido en la realidad [17].
El desencanto(s) que ya analizamos, tiene implicaciones no solo en la
constitución social sino que incide directamente en todas las
manifestaciones sociales. La ausencia de algo definitivo en el centro
de la vida empuja a buscar una satisfacción momentánea en excitaciones,
satisfacciones en actividades continuamente nuevas, lo que nos induce a
una falta de quietud y de tranquilidad (hasta velar por la seguridad
quita la tranquilidad) que se puede manifestar como el tumulto de la
gran ciudad, la manía de los viajes, la lucha despiadada contra la
competencia, la falta específica de fidelidad moderna en las esferas
del gusto, los estilos, las relaciones. La ambivalencia parece ser el
estatuto (el espacio vital) de la recomposición cultural propia de la
era de la globalización.
El incremento del individualismo y el
incremento de la protección de las formas de la vida privada —de la
propiedad privada, del domicilio privado— se ve reforzado por el
desarrollo de la tecnología digital, con sus posibilidades telemáticas.
La proliferación de los computadores personales en los hogares medios
del continente está alterando drásticamente los modos de convivencia o
de enclaustramiento en nichos personales, estaciones de trabajo, o
búnkeres del entretenimiento solitario. Una expansión muy parecida a la
de los televisores hace 5 o 6 décadas.
La exploración de nuevos mundos, el
vértigo de las nuevas carreteras de la información nos permiten
traspasar fronteras y gozar de una hiperconectividad que propicia la
comunicación con alejados individuos de todo el orbe, pero que
paradojalmente limita nuestros lazos afectivos familiares y fragmenta
nuestros espacios de relación cotidiana. La complejidad del ser humano
se disgrega en un contacto instrumental que rehuye la franquicia del
cara a cara.
La relación de alteridad, cara a cara,
a la que también se refiere Levinas, es una relación ética originaria,
fundante de la afectividad y que se expresa a través de la imagen, a
través del rostro que me mira y me reclama, sin que pueda olvidarle,
sin que pueda dejar de ser responsable de su miseria. [18]
Así, para Levitas [19]
el rostro, y en particular la mirada, es el principio de la conciencia
emotiva, ya que la identidad solo puede constituirse a partir de la
mirada del otro; frente a ella develamos nuestra frágil desnudez, nos
volvemos vulnerables y comprensibles, somos traspasados; el ser humano
no puede entenderse ni ser entendido sino en una compleja red de
relaciones, constituidas por miradas que se entrecruzan con otras, en
un entorno amueblado por signos identitarios de diverso orden y
registro, por la fisonomía del rostro, por el acento de un gesto
facial. Llega un momento en que «los individuos se retiran
habitualmente del campo de intercambio de miradas —que los griegos
siempre comprendieron también como campo de intercambio de palabras— a
una situación donde ya no necesitan el complemento de la presencia de
los otros, sino que, por decirlo así, son ellos mismos los que pueden
complementarse a sí mismos».
Internet se convierte así en un
simulacro del encuentro persona a persona en una sociedad donde rozarse
en un supermercado o acariciar por la calle al niño de otro puede dar
motivos respectivamente para disculparse o para ser sospechoso de
desorden sexual.
En lugar de «relaciones», en la
modernidad líquida, debe hablarse de conexiones. A diferencia de
«relaciones» o «pareja» y categorías semejantes que enfatizan el
compromiso mutuo y excluyen su opuesto, el descompromiso, la «red»
representa una matriz que conecta y desconecta a la vez. No es sino el
solipsismo de la navegación por la Web.
Bauman en su análisis de las relaciones humanas en la sociedad globalizada, profundiza en las paradojas del eros contemporáneo, siempre temeroso de establecer lazos fuertes. La angustia ambivalente del querer «vivir juntos y separados» es lo que constituye la actual condición humana, la del sexo sin compromiso de las parejas semiadosadas.
Bauman en su análisis de las relaciones humanas en la sociedad globalizada, profundiza en las paradojas del eros contemporáneo, siempre temeroso de establecer lazos fuertes. La angustia ambivalente del querer «vivir juntos y separados» es lo que constituye la actual condición humana, la del sexo sin compromiso de las parejas semiadosadas.
4.- Vidas desperdiciadas y comunidades desespiritualizadas: La modernidad y sus parias
Junto al individualismo podemos
reconocer también como nota característica de nuestras sociedades del
consumo, la alienación del trabajo y la degradación de los sin empleo.
Bauman se vale de conceptos tan provocadores como el de «desechos
humanos» para referirse a los desempleados (parados), que hoy son
considerados «gente superflua, excluida, fuera de juego». Hace medio
siglo los desempleados formaban parte de una reserva del trabajo activo
que aguardaba en la retaguardia del mundo laboral una oportunidad.
Ahora, en cambio, dado el desarrollo tecnológico «se habla de
excedentes, lo que significa que la gente es superflua, innecesaria,
porque cuantos menos trabajadores haya, mejor funciona la economía».
Para la economía sería mejor si los desempleados desaparecieran. De
acuerdo a esta racionalidad utilitarista, en la actual producción social
los ciudadanos pobres se corresponderían con los residuos que las
fábricas vierten en sus entornos creando tasas de contaminación. Los
pobres son detritus, se abandonan como stocks improductivos en las
aceras, quedan quietos en las esquinas de las barriadas periféricas. Se
alcoholizan en los suburbios, forman parte del aire tóxico de los
cordones industriales. Están ahí como parte del sistema competitivo.
Materialmente son un efecto de la producción, moralmente son una
consecuencia que el escrutinio del mercado aplica sobre la
heterogeneidad de los seres humanos. [20]
Para Bauman la pobreza no se reduce,
sin embargo, a la falta de comodidades y al sufrimiento físico. Es
también «una condición social y psicológica puesto que el grado de
decoro se mide por los estándares establecidos por la sociedad, la
imposibilidad de alcanzarlos es en sí misma causa de zozobra, angustia
y mortificación». Ser pobre significa estar excluido de una vida
normal generando sentimientos de culpa y vergüenza, reduciendo la
autoestima, se cierran las puertas para una vida feliz. La «vida
normal» es la de los consumidores que pueden elegir entre las diferentes
oportunidades, brindándoles sensaciones placenteras [21].
La consecuencia es resentimiento y malestar, sentimientos que, al
desbordarse, se manifiestan en forma de actos agresivos o
auto-destructivos, o de ambos a la vez.
Es el Estado del desperdicio, el pacto con el diablo: la decadencia física, la muerte es una certidumbre que azota. [22]
El alto grado de competitividad en la
vida social, en las confrontaciones deportivas, en las carreras
universitarias de mayor prestigio, en el consumo, se corresponde con la
agresividad del talante empresarial que domina nuestras sociedades.
El amor, y también el cuerpo, decaen.
El cuerpo no es una entelequia metafísica de nietzscheanos y
fenomenólogos. No es la carne de los penitentes ni el objeto de la
hipocondría dietética. Es el jazz, el rock, el sudor de las masas.
Contra las artes del cuerpo, los custodios de la vida sana hacen del
objeto la prueba del delito. La «mercancía», el objeto malo de Mélanie
Klein [23]
aplicado a la economía política, es la extensión del cuerpo excesivo.
Los placeres objetables se interpretan como muestra de primitivismo y
vulgaridad masificada.
¿Quién soy? Esta pregunta solo puede
responderse hoy de un modo delirante, pero no por el extravío de la
gente, sino por la divagación infantil de los grandes intelectuales.
Para Bauman la identidad en esta sociedad de consumo se recicla. Es
ondulante, espumosa, resbaladiza, acuosa, tanto como su monótona
metáfora preferida: la liquidez. ¿No sería mejor hablar de una metáfora
de lo gaseoso? Porque lo líquido puede ser más o menos denso, más o
menos pesado, pero desde luego no es evanescente. Sería preferible
pensar que somos más bien densos —como la imagen de la Espuma que
propone Sloterdijk para cerrar su trilogía Esferas—, allí, con la
implosión de las esferas, se intenta dar cuenta del carácter multifocal
de la vida moderna, de los movimientos de expansión de los sujetos que
se trasladan y aglomeran hasta formar espumas donde se establecen
complejas y frágiles interrelaciones, carentes de centro y en constante
movilidad expansiva o decreciente [24]. La imagen de la espuma [25]
es funcional para describir el actual estado de cosas, marcado por el
pluralismo de las invenciones del mundo, por la multiplicidad de
micro-relatos que interactúan de modo agitado, así como para formular
una interpretación antropológico-filosófica del individualismo moderno.
Con ello Espumas responde a la pregunta de cuál es la naturaleza del
vínculo que reúne a los individuos, formando lo que la tradición
sociológica llama «sociedad» el espacio interrelacional del mundo
contemporáneo.
Nuestras comunidades son artificiales,
líquidas, frágiles; tan pronto como desaparezca el entusiasmo de sus
miembros por mantener la comunidad ésta desaparece con ellos. No es
posible evitar los flujos, no se pueden cerrar las fronteras a los
inmigrantes, al comercio, a la información, al capital. Hace un año
miles de personas en Inglaterra se encontraron repentinamente
desempleadas, ya que el servicio de información telefónico había sido
trasladado a la India, en donde hablan inglés y cobran una quinta parte
del salario.
REFERENCIAS Y ARTÍCULOS RELACIONADOS:
-Vásquez Rocca, Adolfo, Zygmunt Bauman: Modernidad líquida y fragilidad humana,
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas
–Universidad Complutense de Madrid, Nº 19 – 2008 (I), pp. 309-316.
http://www.ucm.es/info/nomadas/19/avrocca2.pdf
-Vásquez Rocca, Adolfo, Sloterdijk: Psicopolítica de los bancos de ira, apocalipsis y relatos escatológicos; Del fundamentalismo islámico a los espectros de Marx
, En REFLEXIONES MARGINALES, Nº 22 – 2014, Revista de la Facultad de
Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, ISSN
2007-850.
-Vásquez Rocca, Adolfo, Individualismo, modernidad líquida y terrorismo hipermoderno; de bauman a sloterdijk,
En ERRANCIA, La Palabra Inconclusa – Revista de Psicoanálisis, Teoría
Crítica y Cultura, Nº 3 © 2012, Universidad Nacional Autónoma de México
UNAM. http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v3/errancia_3.html
–Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos,
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas –
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nº 18 – 2008, pp. 315 – 322. http://www.ucm.es/info/nomadas/18/avrocca.pdf
-Vásquez Rocca, Adolfo, Heidegger y Peter Sloterdijk y Walter Benjamin: ‘Air conditioning’ en el mundo interior del capital,
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas –
Universidad Complutense de Madrid, Nº 22 | Enero-Junio.2009 (II) pp.
275-285 http://www.ucm.es/info/nomadas/22/avrocca.pdf
–Vásquez Rocca, Adolfo, Baudrillard; de la metástasis de la imagen a la incautación de lo real, En EIKASIA. Revista de Filosofía, Oviedo, España. ISSN 1885-5679, año II, Nº 11 (julio 2007) pp. 53-59. http://www.revistadefilosofia.com/11-02.pdf
- Vásquez Rocca, Adolfo, Baudrillard; cultura, simulacro y régimen de mortandad en el sistema de los objetos, En Cuaderno de Materiales, Nº 23, 2011, 705-714 / ISSN: 1139-4382, Universidad Complutense de Madrid UCM. http://www.filosofia.net/materiales/pdf23/CDM45.pdf
-Vásquez Rocca, Adolfo, El futuro de la universidad pública y la crisis de la educación en chile. En
ARQCHILE.CL ©, Portal Latinoamericano de Arquitectura, ISSN 0718-431X,
Concepción, ISSN 0718-431X Número 22, 2012 – Sección PEP
Publicación Educación Pública. http://www.arqchile.cl/publicacion_educacion_publica.htm
-Vásquez Rocca, Adolfo, Zygmunt Bauman; modernidad líquida y fragilidad humana, En Revista Observaciones Filosóficas – Nº 6 / 2008 – ISSN 0718-3712, PUCV. http://www.observacionesfilosoficas.net/zygmuntbauman.html
-Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad,
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas –
Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 – 1º / 1 |
pp. 159-168. http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk3.pdf.
REFERENCIAS
* | Edward Snowden (1983) consultor tecnológico estadounidense, informante, antiguo empleado de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional). En junio de 2013, Snowden hizo públicos, a través de los periódicos The Guardian y The Washington Post, documentos clasificados como alto secreto sobre varios programas de la NSA, incluyendo los programas de vigilancia masiva PRISM y Xkeyscore. Snowden filtró documentos que prueban cómo el Gobierno de EEUU ha estado espiando a través de la NSA a millones de ciudadanos interceptando sus llamadas telefónicas y accediendo a sus datos personales a través de los servidores de grandes empresas como Microsoft, Apple, Yahoo, Facebook, YouTube o Skype.(The Guardian - The Washington Post). | ||||
1 | Jorge González: Vocalista, bajista, compositor, líder y cerebro del grupo de rock-pop chileno Los Prisioneros, una banda de letras contestatarias y musicalmente orientada hacia lo político, el punk, el ska, el new wave y el electropop. Su trayectoria con Los Prisioneros y como solista lo han posicionado como uno de los mejores cantautores de la música chilena, siendo comparado incluso con Víctor Jara y Violeta Parra. | ||||
2 | No necesitamos banderas es la octava pista del álbum La voz de los ’80 del grupo chileno Los Prisioneros. El 30 de octubre del año 2000, una grabación en vivo fue lanzada como sencillo promocional del álbum El cassette pirata. | ||||
3 | Touraine, Alain, Después de la crisis. Por un futuro sin marginación, Ed. Paidós, Estado y Sociedad, Madrid, 2011. | ||||
4 | Estados Unidos tiene una larga lista de intervenciones en el mundo y en especial en Latinoamérica. Chile no fue una excepción. Inmediatamente después de que el gobierno de Allende asumiera la alta magistratura, Estados Unidos procuró poner presión económica sobre Chile. Los documentos del Consejo Nacional de Seguridad estadounidense (NSA), más tarde pedidos que fueran desclasificados por el Presidente estadounidense Bill Clinton, incluyen el memorando de decisión Nº 93, con fecha 9 de noviembre de 1970, escrito por Henry Kissinger y dirigido a los jefes de los departamentos diplomático, defensa e inteligencia. Este documento declaró que la presión debería ser colocada en el gobierno Allende para prevenir su consolidación y limitar su capacidad de poner en práctica políticas contrarias a las de Estados Unidos e intereses hemisféricos, como la nacionalización total de Allende de varias empresas extranjeras y la industria de cobre. Expresamente, Nixon dijo que ningún nuevo compromiso de ayuda económicos bilateral fuera emprendido con el gobierno de Chile. [Uribe, Armando (1975). The Black Book of American Intervention in Chile (en inglés). Boston: Beacon Press]. | ||||
5 | Discurso de Salvador Allende en la Asamblea General de las Naciones Unidas Naciones Unidas. Nueva York, 4 de diciembre de 1972 http://www.salvador-allende.cl/Discursos/1972/NU.pdf | ||||
6 | Rodrik, Dani, La paradoja de la globalización. Democracia y el futuro de la economía mundial, Ed. Antoni Bosch, Barcelona, 2011. | ||||
7 | Vásquez Rocca, Adolfo, Heidegger y Peter Sloterdijk y Walter Benjamin: ‘Air Conditioning’ en el Mundo interior del Capital, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, Nº 22 | Enero-Junio.2009 (II) pp. 275-285. http://www.ucm.es/info/nomadas/22/avrocca.pdf | ||||
8 | Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168. http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk3.pdf | ||||
9 | El capital financiero y sus actividades especulativas y parasitarias son ley en sí mismos y para sí mismos. Esta cultura de la criminalidad y la ilegalidad en las finanzas encuentra su expresión en la política: las operaciones con aviones no tripulados ilegales (drones) y asesinatos llevados a cabo por el gobierno de Obama, incluyendo a ciudadanos estadounidenses; el espionaje masivo por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y sus equivalentes en el mundo; y el fortalecimiento del aparato de un estado policial. Recuérdese el caso Edward Snowden, ingeniero informático estadounidense, que en 2013 filtró los documentos que prueban cómo el Gobierno de EEUU ha estado espiando a través de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA) a millones de ciudadanos interceptando sus llamadas telefónicas y accediendo a sus datos personales a través de los servidores de grandes empresas como Microsoft, Apple, Yahoo, Facebook, YouTube o Skype. (The Guardian – The Washington Post). Finalmente, la composición actual de la economía mundial se basa en el crecimiento del militarismo, que está creando las condiciones para el estallido de una nueva guerra mundial. | ||||
10 | Russell, B, El poder en los hombres y en los pueblos, Editorial Losada, 4ª. ed., Buenos Aires 1968. (Power. A new social analysis, Londres: George Allen &. Unwin, 1938). | ||||
11 | Bauman, Zygmunt, Modernidad líquida, Editorial Fondo de Cultura Económica, México DF, 2003. | ||||
12 | Vásquez Rocca, Adolfo, Baudrillard; Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos, en Cuaderno de Materiales, Universidad Complutense de Madrid, Nº 23 – 2012. http://www.filosofia.net/materiales/pdf23/CDM45.pdf | ||||
13 | Lipovetsky, Gilles, (1992) El Crepúsculo del Deber; La ética indolora de los nuevos tiempos democráticos, Colección Argumentos, Editorial Anagrama, Barcelona, 1998, pp. 95 – 97. | ||||
14 | Lipovetsky, Gilles, Los tiempos hipermodernos, Editorial Anagrama, Barcelona, 2006. | ||||
15 | Bauman, Zygmunt, Modernidad líquida, Editorial Fondo de Cultura Económica, México DF, 2003. | ||||
16 | Bauman, Zygmunt, Amor Líquido, Sobre la fragilidad de los vínculos humanos, Editorial: F.C.E. México, 2005. | ||||
17 | Bauman, Zygmunt, La sociedad sitiada, Editorial: F.C.E., Buenos Aires, 2004. | ||||
18 | Vásquez Rocca, Adolfo, Individualismo, modernidad líquida y terrorismo hipermoderno; de Bauman a Sloterdijk, En ERRANCIA, La Palabra Inconclusa – Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura, Nº 3 © 2012, Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. | ||||
19 | Lévinas, Emmanuel (1993). Entre nosotros: ensayos para pensar en otro. Editorial Pre-Textos, Valencia. | ||||
20 | Vásquez Rocca, Adolfo, Zygmunt Bauman: Modernidad Líquida y Fragilidad Humana, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, Nº 19 – 2008 (I), pp. 309-316. | ||||
21 | Bauman, Zygmunt, (2000) Trabajo, consumismo y nuevos pobres, Editorial Gedisa, Barcelona, 2003, p. 64. | ||||
22 | Bauman, Zygmunt, Vidas desperdiciadas: La modernidad y sus parias. Barcelona. Paidós Ibérica. 2005. | ||||
23 | Teoría de las relaciones objetales de Melanie Klein. | ||||
24 | Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – UNIVERSIDAD http://www.ucm.es/info/nomadas/18/avrocca.pdf“ | ||||
25 | Sloterdijk, Peter, Esferas III, Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005.
Adolfo Vásquez Rocca. Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complu- tense de Madrid. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía PUCV. Profesor adjunto Escuela de Psicología UNAB. –Miembro Titular del Consejo Editorial Internacional de Errancia, Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –UNAM– Universidad Nacional Autónoma de México–. Profesor del Magister en Etnopsicología y Diplomado en Psicología Clínica “Psicopatología, subjetividad y cultura”. Escuela de Psicología PUCV. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado UNAB. Investigador Asociado y Profesor adjunto de la Escuela Matríztica de Santiago –dirigida por el Dr. Humberto Maturana. Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC) Profesor Asociado al Grupo Theoria – Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado – UCM. Eastern Mediterranean University – Academia.edu. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Ha publicado entre otros el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés – Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine. Publications du Centre Français d’Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions, París, © 2012. Profesor de Postgrado, Magister en Biología-Cultural, Escuela Matríztica de Santiago y Universidad Mayor 2013-2014. Web del Autor: http://www.danoex.net/adolfovasquezrocca.html E-mail: adolfovrocca@gmail.com
Leer (en Margen Cero) otros artículos de este autor: Pina Bausch; Danza Abstracta y Psicodrama Analítico | Modernidad líquida y fragilidad humana; de Zygmunt Bauman a Sloterdijk | W. Burroughs: La metáfora viral y sus mutaciones antropológicas | Facebook; Del desprecio de las masas a la «sabiduría de las multitudes» | La posmodernidad; a 30 años de la condición postmoderna de Lyotard | La Invención de Morel; defensa para sobrevivientes
|
DEMOCRACIA Y REVUELTA
LA EXPERIENCIA DE RUPTURA DEL 15-M
ARTURO BORRA
Rebelarse contra los
poderes establecidos constituye un acto de dignidad cuando esos poderes
no sólo coartan la libertad de crítica, sino cuando impiden la
creación de formas de vida que no se limiten a la mera supervivencia.
1) El estallido de lecturas
La proliferación de lecturas en torno
al movimiento 15-M no se limita a una práctica especular, acotada a la
voluntad -siempre fallida por lo demás- de reflejar un proceso social
ya constituido. Es, más bien, un modo de construirlo en términos
discursivos y, mediante su dimensión performativa, incidir en una
direccionalidad política específica. De ahí la relevancia de las
categorías interpretativas: recortan y especifican un modo concreto de
inteligibilidad y, con ello, contribuyen a crear de modo determinado lo
que interpretan.
Mientras algunos mass-media se
apresuran a definir el movimiento como un sujeto juvenil reformista,
otros enfatizan su condición revolucionaria (e incluso libertaria) y
tampoco faltan quienes lo reducen a una reacción defensiva
pequeño-burguesa. Dada la heterogeneidad del 15M esas lecturas
encuentran parcialmente elementos que las corroboran, pero no siempre
consideran una cierta ambivalencia política -como si se tratara
de una identidad preconstituida o de un sujeto político uniforme- que,
lejos de resultar un obstáculo, pone de manifiesto una temporalidad en
la que la indefinición relativa es condición de existencia de un nuevo
poder constituyente en el campo político español.
Destacar ese punto, por lo demás, no
niega la premisa básica de esta reflexión: toda lectura, por el hecho
mismo de arrojar luz en cierta dirección, traza su propia línea de
sombra, lo que equivale a asumir la parcialidad del propio punto de
partida, ni siquiera cancelado por un intento de totalización abierta.
En ese sentido, como «objeto dinámico», el movimiento 15M rebasa
cualquier lectura que pueda hacerse al respecto.
Dicho lo cual, hay suficientes
elementos para suponer que si bien las ambigüedades que atraviesan este
movimiento persistirán en el corto plazo, ello no excluye una
progresiva construcción de equivalencias políticas entre sus elementos
plurales. Desde una perspectiva estratégica que apueste por la
internacionalización de la revuelta, el significante vacío (1)
más apropiado para favorecer un encadenamiento de reivindicaciones
diferenciales no es «democracia real ya» (DRY), «15M» o «acampados» sino
el de «indignados»: traza un punto nodal en el que una multiplicidad
de agentes sociales pueden sentirse incluidos, a pesar de unas
diferencias ideológicas irreductibles y precisamente por su falta de
anclaje a un grupo concreto. El carácter difuso de este significante,
invocado como un límite para la construcción de una identidad
reconocible, es más bien condición de existencia de su potencial
expansión, no exenta de contradicciones y tensiones. Si “DRY” reenvía a
una plataforma específica que no suscita identificación por parte de
otros grupos participantes, y si tanto “15M” como “acampados” trazan
referencias histórico-locales, la de “indignados” tiene la ventaja de
rebasar cualquier espacio-tiempo local y ser apropiada por movimientos
sociales diversos en múltiples lugares (lo que implica una deriva que no puede resolverse a priori).
Aun así, puesto que dicho proceso de internacionalización es por el
momento incierto e incipiente, me limitaré a reflexionar sobre el 15M
como experiencia colectiva de ruptura.
Nada señala que la proliferación
interpretativa sobre estos acontecimientos políticos no siga su curso
meses después de las revueltas pacíficas que se produjeron en distintas
ciudades españolas: desde una interpretación fascista que denuncia la
debilidad del gobierno nacional y llama al desalojo policial inmediato
de los “piojosos y perroflautas” (sic) de las plazas públicas (en
nombre de la seguridad, el orden público y la salubridad de no se sabe
qué damnificados) hasta una interpretación que enfatiza la dimensión
revolucionaria de sus prácticas asamblearias y horizontales (marcadas
por un anticapitalismo militante), pasando por quienes reconocen en ese
movimiento un relevo generacional de grupos libertarios y ácratas
aplastados brutalmente por un estado opresor o por quienes toman
distancia de su presunto reformismo demócrata-burgués y su falta de
radicalidad política.
Sin embargo, el discurso que tanto en
los medios masivos de comunicación como en el sistema político
institucional tiende a prevalecer es el de un “movimiento de jóvenes
indignados” que, por una situación de crisis, está siendo afectado por
las dificultades en el acceso a la vivienda y al empleo (más o menos
cualificado). Dicho de otra manera: el discurso dominante liga la
indignación a una reacción defensiva de una “juventud” acosada por el
estrechamiento de sus oportunidades vitales que, en una actitud que
oscila entre lo ejemplar y lo incívico (con supuestos conatos de
violencia que mancharían su identidad, erosionando su legitimidad
democrática), sale a las calles a reclamar que los escuchen (algo que,
salvo algún partido de izquierda, no ha ocurrido en absoluto con
respecto a los partidos mayoritarios, a pesar de algunos gestos
demagógicos efectuados en ese sentido). En un giro nada inocente, se
borra de esas luchas cualquier dimensión que conecte a los antagonismos
de clase, construyéndose una categoría sociológica homogénea (“la
juventud”) allí donde hay, más bien, una pluralidad de identidades
sociopolíticas incontenibles.
Ese discurso dominante no está exento
de disputas. Las advertencias de algunos miembros de la casta política
son claras y no por azar circulan acusaciones que señalan al 15M como
un “movimiento totalitario” (sic) que ha traspasado “la línea roja”
(sic) y actuado de forma “antidemocrática y violenta”, al decir de
Artur Mas de CIU. No faltan escenas de políticos que se conciben como
«víctimas» de unos actos de protesta que vulneran sus derechos o
perturban el orden público. Alcanza recordar la legitimación por parte
del exministro del interior Pérez Rubalcaba de la vergonzosa carga
policial en Valencia el pasado jueves 9 de junio de 2011, alegando que
no se podía tolerar la violencia (sin aportar la más mínima prueba de
las supuestas agresiones a la policía por parte de los manifestantes).
O, para remitirnos a un contexto más inmediato, a las justificaciones
gubernamentales de las cargas policiales contra las marchas laicas en
Madrid, simultáneas a la visita de la máxima autoridad católica.
Tampoco resulta sorprendente, en ese
contexto, que a medida que se sucedieron las semanas, la burguesía
comercial afectada por las acampadas en Puerta del Sol haya mostrado su
recelo, invocando pérdidas millonarias. (Dicho sea de paso, su
posición presupone que en otras condiciones habrían obtenido
millones de ganancia; pero si eso es cierto, ¿con qué credibilidad
invocan de forma crónica la crisis para sumarse a los que exigen más
“flexibilidad laboral”, esto es, nuevas precariedades para las clases
trabajadoras?). No es de extrañar un creciente viraje de la “tolerancia”
a la “reprobación” (que no es más que la contracara de la primera) por
parte de estos sectores sociales. Su demanda creciente de uso de la
fuerza policial para impedir la ocupación de espacios públicos que
simbolizan al movimiento (especialmente la Plaza del Sol) es coherente
con sus identificaciones de clase y su repudio a todo aquello que ponga
en jaque su régimen de privilegios.
A pesar de esos estigmas y tachaduras,
el movimiento en esta fase sigue suscitando «simpatías» mayoritarias (y
uso deliberadamente este término para indicar una distancia efectiva
entre las reivindicaciones del 15M y unas adhesiones recelosas de
sumarse de forma abierta, descreída de sus posibilidades de cambio). El
apoyo social al movimiento 15M sigue siendo tan amplio como inestable y
no debe inducir a engaños. Que hasta la mujer más rica de España
manifieste su apoyo resulta relativamente previsible, considerando la
heterogeneidad radical del movimiento (recordemos que participan más de
200 plataformas ciudadanas) y la pluralidad de demandas que en más de
una ocasión asumen direcciones diferentes. Salvando a los guardianes
mediáticos de la oligarquía financiera y de la derecha política
(encarnados de forma caricaturesca por el canal televisivo
Intereconomía), lo que prima en los medios masivos es un discurso que
oscila entre la benevolencia paternalista, el borrado escandaloso de su
acontecer y unas advertencias recurrentes ante la posibilidad de que
estos actos colectivos traspasen ciertos límites propios de la mentada
“normalidad democrática”. Puesto que en este discurso la revuelta
pacífica está asociada a los jóvenes se transita sin dificultad entre
una actitud contemplativa –planteando como “razonable” el enojo para una
generación privada de bienestar- y una actitud recelosa –las
travesuras de juventud pueden terminar mal y más si se suman esos
individuos peligrosos y desclasados, como caídos del cielo, llamados
“antisistema”-.
Esas actitudes, desde luego, no son
impedimento para que la cobertura informativa sea dispar, cambiante y
alineada tanto al partido de gobierno como al establishment
económico-financiero. Esa “cobertura” se hace fugaz cuando no puede
directamente suprimirse, pero el sesgo discursivo es claro: se trata de
un movimiento juvenil minoritario -de una dimensión indefinida:
cientos o miles a lo sumo- que, en la medida que no alteren el “orden
público”, sólo marginalmente forman parte de lo noticiable, de lo que
la opinión publicada interpreta como públicamente relevante. Las mismas
vulneraciones al estado de derecho por parte de sus presuntos
defensores, esto es, por parte de las autoridades políticas y
policiales, no parece ameritar ninguna crítica ni siquiera por parte de
la cadena pública de televisión española (TVE), responsable de ofrecer
un servicio público de información veraz y confiable. Cualquier
consejo deontológico de periodistas independientes no dudaría en tachar
a estos medios masivos como órganos sistemáticos de desinformación y
por tanto, como instancias de nula credibilidad. Los responsables de su
gestión, incluyendo los periodistas que contribuyen a estas
actividades propagandísticas que empaquetan las noticias como
mercancías a clientes ávidos de distracción, deberían responder al grave
incumplimiento de sus deberes periodísticos, sin descartar sanciones
de suspensión o inhabilitación profesionales en los casos más notables.
La manipulación deliberada de videos en los que la violencia policial
es invisibilizada por obra del montaje; la desatención de denuncias
documentadas sobre policías infiltrados; la reproducción de
informaciones no contrastadas con respecto a supuestas agresiones a la
policía; el espacio televisivo marginal prestado a acontecimientos
políticos locales de primera magnitud como el 15M; el
sobredimensionamiento de actos de violencia callejera aislada; la
descalificación y menosprecio mostrado hacia este movimiento
democrático, entre otras cuestiones, justifican esta petición.
2) Hegemonía neoconservadora y 15M
¿Cómo se explica que no obstante ese
apoyo social amplio un partido político como el PP haya arrasado en las
elecciones municipales y autonómicas del 22-M? En otras palabras, ¿por
qué fue posible su triunfo electoral a pesar de las simpatías
suscitadas por un movimiento que desde el principio tomó distancia del
bipartidismo?
En primer lugar, si se tiene en cuenta
que el PP obtuvo aproximadamente alrededor de nueve millones de votos,
de un total de 23 millones de votantes efectivos, la respuesta es
clara: en la presente monarquía parlamentaria alcanza con ser primera minoría
para gobernar. La paradoja de este tipo de "democracia representativa"
es que está basada en que una primera minoría gobierne a todos
alegando ser mayoría absoluta. Si el número de personas que optaron por
la abstención es superior a los 11.000.000 de personas, la conclusión
es que la mayoría considera que esta forma de democracia (“representativa”) no es suficiente para movilizar su energía política.
Una democracia así concebida, sin embargo, tiene serios déficits
democráticos. Que un partido político pueda gobernar con 3 millones
menos de personas que los que reúne el electorado que no vota a ningún
partido (33,77% de abstinencias, 1,70% de votos nulos y un 2, 54 % de
votos en blanco) cuestiona la “representatividad” de esa primera
minoría y más en general, la legitimidad del sistema electoral español
que protege de forma antidemocrática el bipartidismo dominante.
Una segunda consideración debe tomar en
cuenta la factura o el desgaste sufrido por el actual partido de
gobierno. A la baja representatividad del sistema político vigente hay
que sumar el desgaste de un gobierno que no ha dudado en aplicar de
forma oblicua el recetario neoliberal. Más que en clave de desempeño
del partido de oposición (que augura una radicalización del
neoconservadurismo), hay que leer la debacle del 22M como el costo
electoral del giro político del partido gobernante. Aunque los efectos
de erosión de la hegemonía neoconservadora son crecientes, lo antedicho
no implica necesariamente que estemos asistiendo a un cambio político
inminente. En todo caso, limitan dicho proceso hegemónico y remarcan
las resistencias sociales que en el presente se están articulando.
La tensión política entre ese proceso y
un apoyo difuso pero mayoritario al movimiento 15M señala, en tercer
lugar, la amplitud de sus reivindicaciones. Esa amplitud posibilita que
diferentes sectores y grupos se identifiquen si no con el conjunto de
sus planteamientos, sí al menos con algunos de estos. En ese sentido,
lo que confiere cierta unidad al movimiento 15-M no es la uniformidad
identitaria ni el consenso político, sino más bien su antagonismo
sostenido ante un sistema político, económico e institucional incapaz
de dar una respuesta satisfactoria a las demandas de millones de
ciudadanos.
Este antagonismo popular no sólo no
está siendo desarticulado por la acción policial sino que es atizado
con cada una de sus intervenciones. Si por un lado el actual gobierno
nacional y algunos gobiernos autonómicos han optado por criminalizar la
protesta social (al punto de penalizar a algunos de sus miembros, de
infiltrar a la policía secreta dentro de algunas manifestaciones como
es el caso de Barcelona y Valencia y de ordenar sucesivas cargas
policiales injustificadas) en grados diversos y con algunas
vacilaciones propias al cálculo de posibles efectos electorales
negativos, por otro lado, el movimiento 15M se ha reafirmado con nuevas
acciones de protesta y elaboración de propuestas tan concretas como
factibles.
El fracaso de la política del miedo se
atestigua en el fracaso del miedo a la política: incluso en pleno
receso, las calles se han convertido en el escenario de una práctica
política impensable hace escasos meses, cuando las estructuras
institucionales (incluyendo partidos y sindicatos) pretendían ejercer
el monopolio de la representación. La repolitización de las prácticas
sociales abre brechas para una política radical, poniendo en jaque la
despolitización propia de una sociedad del espectáculo. Al desprecio a
la democracia que los sujetos políticos y económicos dominantes
muestran, el movimiento 15M responde con una democratización radical de
sus decisiones y una reconstitución del poder constituyente.
3) La erosión de la política espectacularizada
Aunque no dispongamos de ninguna
racionalidad instantánea para determinar la condición revolucionaria de
este movimiento de una vez para siempre (devenir-revolucionario no es
una fatalidad histórica ni una necesidad trascendental), al menos sí
podemos identificar en su interior algunas prácticas y significaciones
emergentes que validan la idea de que estamos contribuyendo a la
construcción de una cultura política incipiente que pone en cuestión lo
que Debord interpretaba como la «espectacularidad» de lo social, esto
es, su reducción a lo dado, en la que el ciudadano es producido como
espectador de una escena predefinida. Dicho de otro modo: si vivimos en
una sociedad del espectáculo (como “relación social entre las personas
mediatizada por la imagen” (2))
posibilitada por una economía de la abundancia, la crisis de esta
economía es también crisis de una subjetividad marcada por un proyecto
político que justifica lo existente. A la “(…) libertad dictatorial del
Mercado, atemperada por el reconocimiento de los Derechos del Hombre
espectador” (3), el 15M contrapone otra escena que, estrictamente, no escenifica nada, sino que moviliza un inconsciente político revolucionario.
Nada de ello es motivo para una ilusión
sobredimensionada: cuestionar la «mistificación burocrática» sólo es
el primer paso para la invención de una sociedad postcapitalista que
ponga en jaque la separación radical que estructura la
espectacularización de lo social. Al optimismo de la voluntad hay que
contrapesarle el recuerdo perturbador de un capitalismo que se
reproduce incluso si ello significa la ruina continua de sus promesas y
la destrucción diaria de cientos de miles de vidas.
Eso no es óbice para pensar esta
intervención colectiva como una réplica que erosiona la escena
sedimentada, abriendo un tiempo de repolitización de lo social, esto
es, creando una aceleración histórica que abre como horizonte de posibilidad una transformación radical de la sociedad. Ahora bien, puesto que se trata de una posibilidad contingente entre otras, no hay ninguna razón para suponer que esa transformación será efectiva (ni, mucho menos, inmediata).
La posibilidad de una restauración autoritaria del control resulta
mucho más inminente y cierta. Es probable que, de no articularse a
nivel internacional, el 15M sea crecientemente reprimido y, en
consecuencia, esa posibilidad transformadora quede momentáneamente
clausurada.
En el contexto de esa indeterminación
relativa, puede afirmarse que al inmovilismo ciudadano le sobrevino un
estallido pacífico pero activo de sujetos que luchan de forma
apasionada contra el hundimiento resignado de sus esperanzas. Ante una
política del espectáculo que pasiviza al sujeto, incluso
justificando las decisiones como cuestiones técnicas ineludibles, el
15M replica a fuerza de indignación, resemantizando lo público como
espacio de protesta y deliberación políticas. Con ello, interroga el
sentido de lo público como mero espacio de circulación de mercancías o
lugar de esparcimiento privado. Al deseo de dormir de una sociedad, el
15M responde con un deseo lúcido de soñar: no sólo cuestiona la
especialización del poder y las jerarquías representativas, sino que
cuestiona lo permitido. Forja lo posible contra una legalidad que tiende a anularlo en una red de relaciones de poder radicalmente desigual.
Insistamos en el punto: el 15-M -como
sujeto político plural- no constituye, al menos momentáneamente, una
configuración hegemónica alternativa; más bien, tiende a limitar la
hegemonía cultural y política del neoconservadurismo, a la que
contribuyen las fracciones dominadas de las clases dominantes (entre
ellos, una intelligentia tecnocrática comprometida con el
capital financiero y empresarial). La hegemonía del conservadurismo,
aunque no ofrece perspectivas para una salida inmediata a la crisis
estructural de legitimidad partidaria, hace previsible la victoria
electoral del derechista PP y, menos coyunturalmente, el taponamiento en
el corto plazo de un cambio sistémico. Puesto que el capitalismo
necesita instaurar un régimen sacrificial para seguir reproduciéndose,
una perspectiva de cambio revolucionario debe empezar erosionando las
bases de ese régimen. En esa dirección, no sin tensiones políticas,
parece estar avanzando el 15M.
4) Razones de las indignaciones
Referirnos a múltiples indignaciones, sin
centro unitario, se ajusta más a los acontecimientos políticos que
intentamos pensar, en tanto dislocaciones de un orden social
parcialmente desestructurado. La pluralidad de insatisfacciones
sociales resulta clara. Sin pretensiones de exhaustividad, hay que
recordar las siguientes:
-el autismo del sistema político ante
demandas y necesidades de la sociedad civil, tanto a través del
desentendimiento del bien común como de la privatización de empresas
públicas rentables;
-las falencias democráticas del sistema
electoral español, en el que el voto de los ciudadanos no cuenta por
igual según el partido del que se trate;
-la política fiscal profundamente
regresiva (que grava más a los que menos tienen y desgrava a la franja
minoritaria que concentra las rentas y las propiedades);
-la transferencia de pérdidas del
sistema financiero a la ciudadanía y de recursos económicos de la
ciudadanía al sistema financiero o, dicho en términos de clase, la
expropiación manifiesta de las clases propietarias a las clases
populares;
-el cinismo hipócrita de las
estrategias de alianza del estado español, que no sólo deslegitima a
nivel internacional cualquier alternativa política, sino que además
destina fondos públicos para el sostenimiento de una política exterior
belicista;
-la desfinanciación cortoplacista de
las instituciones educativas y culturales simultáneamente a la
financiación de instituciones religiosas, militares y financieras;
-la connivencia entre estado y
sindicatos mayoritarios que no sólo han desmovilizado a sus afiliados,
sino acordado graves recortes de derechos, como contrapartida de
cuantiosas subvenciones;
-la persistencia de un régimen monárquico anacrónico, que además de defender privilegios de nacimiento y títulos nobiliarios de tradición medieval, participa en negocios opacos, goza de inmunidad jurídica y está sustraída de la crítica pública;
-la persistencia de un régimen monárquico anacrónico, que además de defender privilegios de nacimiento y títulos nobiliarios de tradición medieval, participa en negocios opacos, goza de inmunidad jurídica y está sustraída de la crítica pública;
-la retórica gubernativa de la
austeridad, que reclama sacrificios colectivos sin regular la
abundancia privada de las oligarquías económicas ni penalizar de forma
suficiente la corrupción política y empresarial;
-la continuidad de los desahucios (más
de 300000 familias sin vivienda mientras en España el saldo de
viviendas vacías es de 700.000) y el aumento de la pobreza (más del 20%
de la población total);
-los ajustes y reformas laborales
exigidos por las grandes empresas mientras distribuyen beneficios en un
contexto donde el paro supera el 20% de la población activa;
-la actuación delictiva e impune de la
banca y agentes de bolsa, responsables centrales de la crisis
financiera y principales beneficiarios de la misma, incluyendo una
política de rescate financiada por el estado;
-el subsidio millonario que el estado español, constitucionalmente declarado aconfesional, proporciona a la iglesia católica (más de 10.000 millones en 2010) mientras impone políticas de ajuste;
-los órganos de un sistema judicial injusto, con tintes no sólo conservadores sino radicalmente autoritarios y clasistas;
-las estrategias de desinformación y descalificación que los mass media
han puesto en marcha para desactivar las protestas sociales, así como
el control informativo férreo que fijan las principales agencias de
información a nivel mundial como modo de perpetuación de lo existente;
-la desigualdad institucionalizada entre inmigrantes y el resto de ciudadanos y la expansión del racismo y la xenofobia institucionalizadas;
-la desigualdad institucionalizada entre inmigrantes y el resto de ciudadanos y la expansión del racismo y la xenofobia institucionalizadas;
-el oligopolio ejercido por algunas
corporaciones trasnacionales, incluso en sectores críticos como la
alimentación y la farmacopea, instaurando un régimen de especulación
indiferente a la supervivencia y a la hambruna de pueblos enteros;
-la resignación y sumisión que siguen
gobernando nuestras prácticas cotidianas en el mundo laboral y
político, así como la lentitud de respuestas colectivas críticamente
articuladas.
En suma, no sólo está en cuestión un
sistema político y económico basados en la mercadocracia y la
plutocracia (tal como recuerdan algunas pancartas, como p.e. “esto no
es una crisis, esto es una estafa”, “democracia not found” o “no somos
mercancías en manos de políticos y banqueros”), sino también una
cultura del consumismo que ha declinado del “derecho de soñar” y, en
general, a imaginar e instituir otro mundo social. En particular, está
en cuestión una ética capitalista que instituye un vínculo instrumental
y apropiativo con el otro, basada en la ambición de conquista y el
dominio técnico del mundo, incluyendo el mundo social.
No todas estas indignaciones tienen la
misma relevancia y, de hecho, en diferentes grupos las prioridades de
unas sobre otras varían. No constituyen un ideario, aunque es
reconocible una perspectiva que podría unificarse en la crítica al
capitalismo. Relevan asimismo una situación en la que unos agentes
sociales se movilizan tras la búsqueda de otro mundo posible. De la
articulación de esas insatisfacciones en un proyecto político
contrahegemónico depende, en buena medida, su persistencia como
movimiento emergente.
5) La brecha abierta por el 15M
Un acontecimiento político de esta
magnitud es insoslayable para la vida pública. Como intervención
histórica, marca unas modalidades singulares que reclaman mayor
atención.
En primer lugar, la carencia de líderes
que hace posible una función de liderazgo compartido. La presencia de
portavoces rotativos resta importancia a la pugna de roles. En ese
sentido, esa carencia constituye una condición para el ejercicio de una
práctica asamblearia, en la que los intercambios están marcados por un
principio efectivo de igualdad, más allá de las previsibles disputas
por el protagonismo por parte de algunos de sus miembros.
La apuesta por la no-violencia,
asimismo, aunque no impide una creciente represión policial y jurídica,
sí la deslegitima socialmente. Ante la evidencia de un movimiento
pacífico de protesta, las cargas contra éste son interpretadas
mayoritariamente, con razón, como una vulneración del estado de
derecho. Esa interpretación se transforma en un enérgico cuestionamiento
a las actuaciones policiales y, en menor medida, a las decisiones
estatales que le subyacen. Muestra las graves restricciones existentes
que impiden un ejercicio democrático como la protesta, en la que todo
ciudadano sea considerado, de forma concreta, como un sujeto de pleno
derecho. La ideología ilustrada del ciudadano libre e igual queda
jaqueada por un estado que se limita a administrar unos privilegios de
clase y a obturar, de forma ilegítima, la práctica del disenso. Aunque
dicha apuesta evita un mayor descrédito mediático, es probable que la
violencia policial sistemática pueda generar, en algunos sectores
minoritarios dentro del movimiento, estallidos efímeros de violencia
callejera.
En tercer lugar, la modalidad
asamblearia y desjerarquizada que estructura las prácticas
comunicacionales al interior del movimiento, a la par de posibilitar
la construcción de propuestas con consensos mínimos (no necesariamente
unanimidades), pone serios límites a cualquier intento de cooptación
por parte de los partidos políticos tradicionales. Al evitar la
designación de interlocutores fijos, el movimiento se protege
simultáneamente de la criminalización de los que asumen de manera
rotativa una función de liderazgo e impide pactos a espaldas de sus
mayorías. De esta manera, se sostiene un proceso deliberativo que
permite la creación de lineamientos de acción y reivindicaciones
colectivas sujetas a la crítica colectiva, sin compromisos asumidos de
forma unilateral.
Un cuarto componente, ligado al
precedente, es la persistencia en una alternativa extrapartidaria, que
limita la asimilación sistémica. Si bien esta situación habilita que
partidos políticos de izquierda puedan apropiarse de forma legítima de
sus propuestas, la autoexclusión de la lógica partidaria constituye al
movimiento en un factor permanente de presión, central en cualquier
sociedad que se precie de democrática. Instaura con ello un órgano
no-institucional de control que fiscaliza las decisiones
gubernamentales y visibiliza políticas y acciones claramente
antipopulares. En pocas palabras, contribuye a materializar un modelo
de democracia participativa, necesaria en sistemas parlamentarios que,
de forma cada vez más notoria, se subordinan a los intereses
particulares de los poderes económico-financieros establecidos.
También hay que mencionar la creciente
capacidad de autoorganización y autoconvocatoria del movimiento,
contrariamente a las profecías de la derecha autoritaria. La
coordinación horizontal y la acción descentralizada han mostrado su
eficacia cuando se utilizan de forma imaginativa y con la lucidez que
aportan sus participantes. La constitución de comisiones específicas,
para atender necesidades diferentes, en tanto ha evitado la
compartimentación, ha probado ser un método eficaz cuando se articula
en asambleas generales, convocadas de forma rápida y con importantes
niveles de participación.
La elaboración de elementos para un
discurso crítico es otro aporte relevante del 15M. En dicha elaboración
pueden rastrearse elementos de una «poética de la revuelta» que
conjuga de forma creativa un ideario heredado de la izquierda, unas
demandas coyunturales nacidas de la insatisfacción de algunos sectores
sociales y unos modos expresivos que incluyen desde la poesía al
graffiti, pasando por la creación de pancartas (plagadas de humor,
crítica incisiva e interpelación directa) como por el uso de recursos
teatrales (como el mimo) y la implicación del cuerpo en la protesta.
En ese sentido, constituye una dimensión central del 15M el despliegue de una política del cuerpo
en el que la sensibilidad es reconstituida para hacer posible una
proximidad con el otro, negada por la productivización del cuerpo. A
pesar de la burla o el sarcasmo que estas prácticas propias a una nueva
sensibilidad han despertado incluso entre sectores de la izquierda
tradicional, inciden en una dimensión fundamental de la vida social: la
proxémica que, en nuestra sociedad, tiende a quedar confinada
al círculo de la intimidad. Reactivar un cuerpo próximo es, también,
apuesta por otros vínculos sociales, en los que el erotismo, la
fraternidad y el mutuo reconocimiento no aparezcan como elementos
recluidos en una intimidad acorralada sino como dimensión estructurante
de lo humano.
En estrecha conexión a lo precedente, aparece en este horizonte una ecología política,
ligada no sólo a la reivindicación de los derechos de la naturaleza
(absolutamente menospreciados en la política clásica), sino también al
derecho a sentirse parte de esa naturaleza maltratada. Si bien algunos
grupos han reenviado esas reivindicaciones a un ámbito
místico-religioso, son comunes a una sensibilidad social que interpreta
la destrucción del medio ambiente como un asunto político de primer
orden, en tanto afecta no sólo la vida en común sino la posibilidad
misma de supervivencia del género humano.
Aunque la búsqueda de unanimidad ha
trabado en varias ocasiones el desarrollo de propuestas que rebasen una
lógica de mínimos, siendo un límite que puede y debe superarse, el 15M
a través de su estructura asamblearia ha encarnado una alternativa
política en la que la pluralidad ideológica no sólo no es vivida como
amenaza, sino como condición de una democracia participativa. Contra la
disciplina partidaria que llama al alineamiento en bloque, el 15M
muestra una opción políticamente relevante y factible: hacer de la
pluralidad no un elemento residual que debe permutarse por una unidad,
sino un componente irreductible y central en el proceso de toma de
decisiones. Aunque eventualmente ensombrecido por un eclecticismo de
corto alcance, y a condición de no convertirse en relativismo, un
cierto pluralismo crítico es parte irrenunciable del proceso de
radicalización democrática. Esa pluralidad diferencial es condición de
posibilidad de la construcción de unas equivalencias discursivas que,
efectivamente, apuesten por una construcción contrahegemónica.
El uso de las tecnologías de la
información y la comunicación, en particular, de las llamadas “redes y
medios sociales” así como de telefonía móvil (como medio fotográfico y
audiovisual instantáneo) también es destacable, especialmente por el
uso estratégico que miembros del 15M han hecho para burlar o erosionar
el bloqueo informativo propiciado por los principales medios masivos de
comunicación. Así como los medios no son neutrales con respecto a las
finalidades, también puede decirse que las finalidades no son
independientes a los medios. Sin esas tecnologías, algunas
peculiaridades de estas luchas sociales y políticas no serían siquiera
posibles. Desde luego, es un error atribuir un protagonismo desmedido a
estas tecnologías, pero el poder de convocatoria y organización
descentralizada que han posibilitado es un factor estratégico a
considerar.
Finalmente, y sin pretensiones de
exhaustividad, también hay que mencionar la participación persistente
de una multiplicidad de plataformas en la que preocupaciones tan
diversas como las referidas a la vivienda o a la defensa de la
inmigración han constituido focos específicos de acción. Forma parte de
esta historia por venir la historia de sus conquistas.
6) El porvenir de una revuelta
Ya he enfatizado la importancia de no
sobrevaluar las especificidades que el 15M activa ni subestimar los
riesgos a los que se expone (desde la asimilación sistémica hasta la
disgregación sectaria, la jerarquización de sus grupos, la
institucionalización de sus demandas, la indistinción generalizante en
sus cuestionamientos o el desvanecimiento de sus reivindicaciones más
radicales). Es cierto que el movimiento 15M no ha cambiado de forma
estructural el actual estado de cosas: no alteró la hegemonía política
de la derecha -consolidada tras la debacle sonora del PSOE-. Tampoco
detuvo las reformas laborales y constitucionales en curso, ni generó
cambios significativos en la banca. Ni siquiera ha logrado que los
actores dominantes del sistema político institucional mostraran
la más mínima apertura ante sus demandas plurales, aunque sí lo haya
conseguido en partidos como Izquierda Unida y otros partidos locales.
Por el contrario, en los dos partidos mayoritarios generó una clara
condena por parte del PP y un gesto entre vacilante y represivo del
PSOE, a pesar de su retórica demagógica.
En vez de concluir, de lo que se trata
es de no prejuzgar el devenir contingente del 15M. Si hablar de
«revolución» es más una declaración de intenciones que una realidad, de
ahí no se deriva que sea ilusorio referirse a un movimiento que puede
devenir-revolucionario. Hay suficientes dimensiones para señalar que
está configurándose en esa dirección, sin por ello negar los riesgos
que implica la presencia minoritaria de algunos grupos de derecha,
ciertos reclamos acotados a un ideario reformista, los componentes
teológicos y místicos de algunas de sus identidades, el riesgo de
fragmentación interna por disputas de poder o el fantasma de una
impugnación indiscriminada de lo político y lo sindical, por poner
algunos casos.
Decir que el 15M no cambió nada es falaz. No sólo porque quebró un inmovilismo político
apenas interrumpido por alguna huelga aislada con tintes fúnebres,
sino también porque instaló como eje de debate público cuestiones
apenas debatibles pocos meses atrás, como por ejemplo la reforma del
sistema electoral, la relación entre estado y economía (incluyendo la
banca) o la relación entre religión, medios de comunicación y estado.
Además de esos debates, las intervenciones del movimiento han logrado
conquistas puntuales: detener varios desahucios, bloquear las redadas
policiales a inmigrantes irregulares, frenar la expulsión de un
inmigrante irregular encerrado en un CIE y reflotar la aprobación de la
ley patrimonial (meses antes archivada). En términos más generales,
ha logrado un nivel de movilización colectiva sin precedentes en la
última década en España, a excepción de las manifestaciones contra la
guerra de Irak. Nada de ello conduce a confundir un principio activo de
cambio con conquistas sociales e institucionales efectivas. Entre un
deseo revolucionario y una sociedad revolucionada hay una distancia
radical que sólo la práctica política (no necesaria ni principalmente
partidaria) puede mitigar.
Hay múltiples razones para suponer que
las indignaciones del presente no se desactivarán en el corto plazo.
Las condiciones que han producido esta revuelta pacífica siguen
inalteradas. En El porvenir de una revuelta (4), Kristeva
apunta: “(…) la revuelta permanente es este reiterado cuestionamiento
de sí, de todo y de nada, que aparentemente ya no tiene razón de ser” (op.cit., p. 10). En el contexto presente, hasta la apariencia de lo injustificado se desvanece. La revuelta tiene múltiples razones de ser.
Un proceso revolucionario, sin ese
autocuestionamiento permanente, sólo puede conducir a una nueva forma de
ceguera. Rebelarse contra los poderes establecidos constituye un acto
de dignidad cuando esos poderes no sólo coartan la libertad de crítica,
sino cuando impiden la creación de formas de vida que no se limiten a
la mera supervivencia. Ello supone dejar de confinar lo «imaginario» al
campo de lo ilusorio, para reconsiderarlo como el tejido significativo
que nos permite concebir e instituir otras formas de vinculación
social. Forma parte de nuestros desafíos participar en la construcción
de un imaginario político que no se agote en la vida concebida como una
competición -en la que sólo cuenta el goce privado- sino que apueste
por una forma de vida en la que nuestros semejantes deben tener un
lugar central y decisivo. En esa apuesta se juega, sin más, nuestro
porvenir compartido
.
Errancia La Palabra Inconclusa Perfiles
ERRANCIA LA PALABRA INCONCLUSA: REVISTA DE PSICOANÁLISIS UNAM Nº 10: DEL JARDÍN DE LAS FLORES DEL MAL: CONTRACULTURA Y REBELDÍA _ Dr. Adolfo Vásquez Rocca D.Phil _ Editor. Ps. Jesús Nava
DEL SUJETO DESECHO AL SUJETO REBELDE
JESÚS NAVA RANERO
“Una palabra a los políticos: mis
poemas son gritos de ángeles y no tienen nada que ver con las
digresiones aburridas y materialistas que de ellos se pretende sacar.
Los secretos de la fuerza imaginativa del individuo están al otro lado
del concepto y de la palabra y son espiritualidad incondicionada que no
puede ser comprada. No son de utilidad en este mundo salvo para los que
callan y se ponen a escuchar la música de las estrellas. Pequeño
girasol muerto ¿cuándo olvidaste que eras una flor? ¿Cuándo
contemplaste tu piel y decidiste ser una vieja locomotora impotente? No
somos una pálida y polvorienta locomotora desprovista de ideas; en
nuestro interior todos somos girasoles maravillosos y dorados...”.
La emancipación de la subjetividad de
los vínculos ancestrales es inseparable de la tentativa rebelde de
recuperar un horizonte de posibilidad; en el campo de la deriva jóvenes
asistimos a una búsqueda afanosa de lo singular, a través de lo
informe bello de una estética pronunciada en bardas, patineta y espray
en mano, con los pelos lacios, torcidos o de punta.
La energía creativa de los jóvenes rebeldes insiste en moverse al margen de la captura.
La oposición modernidad-postmodernidad
parece instalarse por fuera del espejo que devuelve una imagen como
insatisfecha representación. Los rostros de la juventud se hacen
visibles a través de una serie de tonalidades de matices y actitudes que
contrastan con la uniformidad o diversidad incipiente de las
generaciones anteriores.
Los jóvenes expresan el desborde de la
suprema alteridad que los establece como resistentes o indiferentes a
un mundo que no les da lugar ni perspectiva.
La cultura histórica apartada de las
exigencias de la vida se configura como una progresiva interiorización
fantasmagórica que produce en muchos jóvenes una actitud improductiva,
una casi extrema retirada de la acción al adoptar una actitud
escéptica, desengañada. La caída del sentido del mundo da lugar a una
posición de desencanto que tiene mucho que ver con la melancolía y la
pérdida de realidad. El presente está por ser y por hacer, este es el
lío, y la única certeza que se tiene es que la vida si existe está en
otra parte.
¿Cómo lanzarse al mar devorador del mundo? parece ser la pregunta arrebatada, quizá desesperada, de la juventud actual.
La globalización abre acuse al
Internet y la conciencia computarizada, las redes de la mercadotecnia
se proponen establecer consumidores idénticos multiplicando la
diversidad.
A la par de las bombas arrojadas en el
Medio Oriente llega Disney World y la legión de los “superhéroes”; la
televisión con toda desmesura trasmite el genocidio realizado en nombre
de la ciencia, la democracia y Dios.
Apertura tercer milenio: el mundo se
hace uno; la pasión por vivir se muestra absurda donde el Mercado
manda, y las resistencias convertidas en mercancía producen reclusión
en lo virtual y capital.
Todo se vende; la rebeldía vuelta imagen se exhibe en los escaparates de los más exclusivos almacenes: “Se
actual, adquiere moda rebelde”, “Sea exclusivo: moda rebelde de la más
exquisita actualidad”, “Sea elegante en la oficina, rebelde en la
calle y sensual en la intimidad” Mercadotecnia de la ilusión, apariencia y simulacro.
La deriva rebelde del que apuesta a ser siendo se resiste a la captura.
Jean Baudrillar da cuenta del
surgimiento de revueltas que no tiene el perfil tradicional de la
llamada lucha de clases, y pone al descubierto otras estrategias de
dominación vía procedimientos de exclusión de los jóvenes:
“Otra exclusión: la de la juventud, que de ningún modo es un efecto secundario de la dominación de clase ni de la explotación económica, sino la consecuencia más explosiva del sistema actual; el monopolio jerárquico de la decisión circunscribe cada vez más un término cero de la significación social. La juventud ocupa ese no lugar de la manera más crítica, pero de ningún modo como clase de edad. Si su rebelión tiene por doquier repercusiones, es porque ese no lugar atraviesa todas las categorías sociales. Actualmente en economía, en política, en ciencia, en la cultura, lo crucial es la ausencia de credibilidad que produce las formas de apatía más insospechadas, de rencor social o la rebelión de aquellos a quienes se quitó o a quienes nunca se dio la palabra.”[1] |
La crisis económica, política,
religiosa, ideológica, traducida en la ausencia de credibilidad en las
Instituciones, ha gestado en los jóvenes una desconfianza generalizada
ante un presente incapaz de sostener como posible el acceso a una vida
no alienada, placentera y digna. Particularmente los jóvenes se saben
excluidos; la radical y melancólica expresión “¡NO HAY FUTURO!”,
proclamada por los Sex Pistols, dice de su profundo desencanto.
“La melancolía es un mal de frontera, una enfermedad de la transición y del trastocamiento. Una enfermedad de pueblos desplazados, de migrantes, asociada a la vida frágil de gente que ha sufrido conversiones forzadas, y que también ha enfrentado la amenaza de grandes reformas y mutaciones de los principios religiosos y morales que los orientaban. Un mal que ataca a quienes han perdido algo o no han encontrado todavía lo que buscan y, en este sentido, es una dolencia que afecta a los que huyen como a los recién llegados. (…) En la Francia de la segunda mitad del siglo XVII, la melancolía estaba prohibida; el propio rey, Luís XIV, afirmaba odiar a los melancólicos. Tanto el aburrimiento como la melancolía estaban “prohibidos” porque eran síntomas peligrosos que indicaban una tensa calma que bien podía desembocar en rebelión”[2] |
Los índices de desempleo, los absurdos
e indignantes sueldos que aún conservan el nombre de salarios, el
descrédito de la formación profesional como medio de acceso a una mejor
forma de vida, la proliferación electrónica de una gran variedad de
artefactos e instrumentos para “matar” o “pasar” el tiempo, a la par de
la proliferación de drogas distribuidas sin control -incluyendo el de
calidad- han multiplicado radicalmente el sin sentido de la realidad
que alcanza a muchos jóvenes instalados en la feroz,
bulímica-anoréxica, aniquilante apatía.
Pero a la vez han dado origen a
manifestaciones de voluntad y de vida que actúan por fuera y más allá
de las formas de resistencia y oposición asimiladas y establecidas por
los dispositivos de la sociedad de los mercados y el poder: punk, dark,
skatos, grafiteros, skin heads, ácratas, anarcos, emos, raperos,
ciberpunk, entre otros, parecen empeñados en hacerse ver y su presencia
inevitablemente interroga y muestra el sinsentido progresista de los
discurso establecidos. Lidia Menapace lo dice del siguiente modo:
“El fenómeno nuevo frente al cual nos encontramos es el de la producción orgánica- mente ligada a la crisis capitalista de un nuevo “subproletariado”. El término, con toda su brutalidad, me parece en todo caso menos falso que el de marginación y menos ideológico que el de segunda sociedad; es un término que expresa la dificultad de construir una relación y una recomposición proletarias, al tiempo que elimina los inmundos análisis según los cuales el movimiento de las mujeres y el movimiento de los jóvenes estarían totalmente dentro de la óptica de la burguesía, serían la última astucia del adversario de clase. ¿Por qué los jóvenes desempleados son una parte del subproletariado? por la misma razón que los define como jóvenes desempleados. Pero además porque el desempleo, al no ser coyuntural, friccional o marginal, sino estructural, produce una cultura, una ideología, un modo de ser permanente y no una simple moda (aunque tenga algunas de las características de lo que se entiende por una moda). A diferencia del subproletariado tradicional, que representaba, para la clase obrera, el “andrajo” fastidiosamente ligado a su condición, el último peldaño al que podía arrojarla una desocupación coyuntural, una crisis cíclica, una enfermedad, un “vicio” como el alcoholismo, el nuevo subproletariado juvenil no es de origen obrero, no es un detritus o un andrajo de la condición obrera degradada; es un producto directo y estructural de la crisis (“somos hijos de la crisis” dicen los indios metropolitanos); es la prueba material de que el capitalismo lo genera estructural y ampliamente. De ahí proviene la cultura de la extrañeza, la irresponsabilidad, la ausencia de mediación política, el desinterés y la incorporación por la cultura organizada, la fortísima exigencia de comunicación colectiva y de producción de nuevos lenguajes (las manifestaciones de teatro callejero, el slogan como mensaje rítmico, la ironía como desacralización de las ideologías); está es la única “producción” permitida a quienes no tienen, y más allá de ello, ni siquiera la esperanza de encontrar un trabajo.”[3] |
Nos enfrentamos a la necesidad de
hacer legible lo que a primera vista pareciera carecer de legibilidad;
esto es, la profunda crisis de los principios ideológicos que
establecieron y legitimaron la Modernidad, por un lado, y, por el otro,
la caída de los ideales que la hicieron posible. Esta crisis nos
enfrenta a la necesidad de formular nuevas lecturas que permitan
avanzar en el desciframiento de lo que, por la vía de los hechos, se
inscribe en los terrenos de lo inédito. Lo actual demanda actualizar la
escucha, la visión y los saberes.
“Lo que se esboza, de esta manera, como un horizonte para el presente siglo es el aumento de la complejidad en la mayoría de los dominios, incluso en los modos de vida, en la vida cotidiana. Por ello, se percibe que hay una tarea decisiva: hacer que la humanidad esté en condiciones de adaptarse a unos modos de sentir, de comprender y de hacer muy complejos, que exceden lo que ella reclama. Esta tarea implica como mínimo la resistencia al simplismo, a los slogans simplificadores, a los reclamos de claridad y facilidad, a los deseos de restaurar valores seguros. La simplificación se nos aparece ya como bárbara, como reactiva.”[4] |
Ante la actual estrategia de estado y
los mercados, que invita a los jóvenes a consumirse consumiendo, el
movimiento de los que se oponen a su avance y se resisten a ser
asimilados, realiza sus apuestas por el lado de la rebeldía.
“Rastros de Carmín (de Greil Marcouse) muestra a unos cuantos, entre ellos los punk, como los herederos secretos de corrientes rebeldes, en las que se incluye a los dadaístas, a grupos surrealistas con sus manifiestos a cuestas, a los cátaros. La voz del rock -y la voz del punk- se nutre de múltiples fuentes literarias, musicales y plásticas. En el principio, los compositores y cantantes poseyeron la voluntad de estilo alimentada por lecturas de poetas como Nerval, Rimbaud, Verlaine, o el esfuerzo desesperado del Conde de Launtrémont. La parafernalia de los poetas malditos encuentra su nueva fe, su revolución masiva en los cantantes de rock de los sesenta y principios de los setenta, más que notoria en las letras de rock y en las actitudes de los cantantes. Con su espleen a cuestas, el poeta maldito se electrifica; denuncia que en el mundo industrial no es posible la dicha prometida al amparo de las máquinas. Se trata de una poética crítica, una apuesta por vivir la poesía y no el reino de la razón. Las referencias literarias y plásticas en el rock resultan múltiples. Jim Morrison bautiza como The Doors a su grupo en un homenaje explícito a William Blake. Se trata de cumplir el dictado de Blake: abrir las puertas a la percepción para generar un cambio de conciencia… Y eso significa cambiar el mundo. Morrison lo intentó mediante procedimientos chamánicos, con la fuerza de su palabra poética y con la presentación interminable de un performance que culmina con su muerte. (…) Una concepción que integra el arte a la vida en lugar de meter el arte a los museos o a las salas de conciertos. Bob Dylan lee a los simbolistas franceses, sin olvidar a los beatnik o modelos de poeta maldito, de todo se alimenta el rock y a todos alimenta. Las conexiones son infinitas. De allí vienen esas voces del rock, esas voces que preserva el punk. Y esas voces no sólo comparten un juego de palabras, también comparten la ambición de trastornar un mundo inhabitable y de hacerlo ahora. El rock forma parte de un tiempo en el que surge una cultura que no se asume como parte de un sistema monolítico y alejado de lo popular, sino que se afirma en una multiplicidad de orígenes. Contra quién, contra lo que se acepta como cultura. Nosotros no lo somos, parece aceptarlo, y a la vez, lo somos porque no podríamos dejar de serlo. Una cultura de lo ajeno y lo diferente. (..). Todo se conjunta, en nuestra voz aparecen las palabras que vienen de lejos, desde los goliardos y los herejes medievales, hasta los más delirantes experimentos vitales con la palabra. En lo que cantamos y ritmamos en el rock está lo evidente y lo que no imaginamos. Finalmente, eso podría ser la cultura: la posibilidad de establecer múltiples conexiones, hacia arriba y hacia abajo, hacia todos los lados posibles e imposibles”[5] |
Los movimientos producidos por la
rebeldía confrontan y agrietan el dispositivo excluyente de la
racionalidad de los mercados y la racionalidad capitalista occidental.
Dirá Jean Baudrillard:
“Si estas generaciones excluidas son portadoras de la rebelión, es sobre la base de su aparente irresponsabilidad total. Dicha rebelión puede resultar ambigua si se vive a la manera de la anomia y el fracaso, si ocupa por defecto el margen que el sistema le asigna, o si se institucionaliza como marginal. Pero basta que asuma radicalmente tal forzada exterioridad al sistema para cuestionar, no ya desde el exterior como funcionamiento sino desde el interior, la estructura fundamental de la sociedad, como código, como cultura, como espacio vital interiorizado. Todo el sistema de la producción se ve entonces des-investido y cae al vacío social que él mismo ha producido; toda su posibilidad se hunde en ese no lugar, en esa zona desafectada donde los desechados le devuelven su total desafección. Aquí nace la subversión, en otra parte, mientras que la contradicción trabaja al sistema desde el interior.”[6] |
Ya no hay cima común por habitar, ni
lugar previsible para derivar derivas, ni futuros luminosos a la vuelta
de la esquina como paraísos de plenitud por alcanzar. La verdad, sea
dicha o malestar, ha sido desbordada. De lo que se trata es de sentir la
vida y en ella el cuerpo aquí y ahora; de lo que se trata es de darse
lugar, de moverse del lugar de esclavo, del lugar asignado, del lugar
asumido, del lugar carente de elección, de lo que se trata es de
hacerse ver, de mostrarse presentes, de ser diversos sin dejar de ser
singulares.
“No sé si sea preciso insistir en que esta edad de razón es edad de desilusión. Se necesitan muchas drogas para producir en el hombre un entusiasmo comparable al que puede producir una fe o una causa. El hombre es poca cosa cuando no se lo mira como un propósito, cuando se lo reduce a un solitario y pasivo consumidor aletargado por el ideal de confort. Después del largo recorrido de la sociedad moderna, con sus urgencias y sus máquinas, con su utilitarismo y su eficacia, con sus drogas industriales que alivian y sus ciudades industriales que enferman, con sus cultos de la salud, de la juventud y de la belleza que en realidad tienden a ser sólo desesperación y fascismo, con sus supermercados frenéticos y sus espectáculos; después del largo recorrido que nos trajo hasta esta conmovedora y siempre frustrada avidez de goces intensos que se llama drogadicción, hasta el ciego conflicto entre la arbitrariedad social y la arbitrariedad individual que se llama terrorismo, hasta este reino positivista del sexo, despojado de toda espiritualidad y vendido como mercancía que se llama pornografía, hasta este desamparo del ser a la vez hastiado y hambriento que se llama sociedad de consumo, nos volvemos hacia el potencial romántico para intentar descubrir en él nuestra grandeza perdida.”[7] |
La referencia a una norma
trascendente, a un horizonte de carácter universal, decae a favor de la
emergencia de lo singular emancipado del horizonte general de lo
establecido como continuidad.
El hacer de los jóvenes va ligado al
placer y se muestra en sus marcas; inscripciones que nombran y horadan
la piel o imprimen en el cuerpo una muy particular manera de hacerse
presente y tener presente, emancipación del horizonte establecido de
los sentidos, lengua texto, escritura piel, lienzo calles, trazos
huella, la ciudad encendida por la letra y su errancia.
“Existen dos modos de padecer, el uno es de los que padecen de exuberancia de la vida, que quieren un arte dionisiaco y asimismo una visión y concepción trágica de la vida, y luego están los que padecen de empobrecimiento de la vida, los que buscan descanso, paz, mar tranquilo, redención de sí mismos por medio del arte y del conocimiento, o bien el éxtasis, la convulsión, el aturdimiento, la locura. A la doble necesidad de los últimos corresponde todo el romanticismo en las artes y en los conocimientos”[8] |
Lo mejor que es vivir, dirá Nietzsche (9),
es enemigo de lo bueno, que es el viviente concreto. La vida es lo que
cambia, el individuo lo que permanece; la vida es lo que deviene, el
individuo lo que es; la vida es lo que ocurre en el tiempo, el
individuo lo que quiere para sí la eternidad de los límites que lo
definen. Para Nietzche (10) la afirmación de la vida es negación del individuo.
Si la relación de la rebeldía con la
norma es considerada como negativa, es porque ella da paso a la creación
de lo diverso, de lo “extraño”, impredecible y singular.
La emergencia de un otro movimiento
rebelde que incorpora o resume las apuestas anteriores sin el soslayo
de su potencial, toma forma y encuentra, si es posible decirlo así, una
inmanente justificación, por la cual, este indefinido potencial,
puede convertirse en el paradigma adecuado de un devenir vital en
movimiento, nunca comprensible si se intenta mirarlo desde coordenadas
definidas y consolidadas a priori por la tradición. ¿Mirada en acto? En
todo caso mirada inquieta a la mira de lo singular revestido de
espontaneidad. ¿Épica antigua en la edad moderna? En todo caso
recuperación de lo singular en un mundo que ha tendido y tiende toda
vez al desprestigio de lo que hace ver, se deja oír o hace escuchar.
Celebración cuerpo, celebración borde, y riesgo, reto y confirmación, a
veces muerte. Cuando se le captura y establece como moda no es, deja
de ser; de ahí la apuesta, la insistencia de la permanente y osada
derivación; litoral al encuentro de un otro litoral, multiplicado
movimiento real e ideal, serie interminable de búsqueda y encuentro,
encuentro y búsqueda…
“Fusión de la pasión privada y la pasión pública, continuo flujo y reflujo entre lo maravilloso y lo cotidiano, el acto vivido como una representación estética, conjunción de la acción y su celebración. Reunión del hombre con su imagen: los reflejos del espejo resueltos en otro cuerpo luminoso. Experiencia de la verdadera conversión: no únicamente un cambio de ideas sino de sensibilidad; más que un cambio del ser, un volver a ser. Una revelación social y psíquica que extiende el límite de la realidad y el dominio de lo posible. El regreso al origen, al principio del principio: ser uno mismo al estar con todos. El hombre, perpetuamente expulsado, arrojado al tiempo y en búsqueda de otro tiempo, un tiempo prohibido, inaccesible: el ahora. No la eternidad de las religiones sino la incandescencia del instante: consumación y abolición de las fechas.”[11] |
La fenomenología del hacer de los
movimientos rebeldes es indudablemente más compleja de lo que se puede
decir aquí; sin embargo, esto es fundamental, hunde sus raíces en la
derrota del vacío de la apariencia y la alienación de la existencia.
Aquí la nada, por más contradictorio que parezca, tiene una propia y
legitima función, una especial colocación; constata el frágil trasfondo
de lo existente y la existencia que hace posible la emergencia, la
presencia con sentido eternizante.
El producirse de las resistencias
neutraliza la amenaza a la subjetividad; el deseo se hace presente,
se deja ver; el estilo, recordemos, es trazo que marca el tiempo.
Tras la rueda del tiempo se encubre la monotonía de un mundo social que
aparece o se muestra referido como eternidad; ante él y en él, la
aparición o manifestación de las resistencias parecen expresiones de
disolución a través de las cuales es posible acceder a alguna otra
significación. La rebeldía muestra desencanto y reencanto, desencuentro
y reencuentro. El universo despojado de espesor recupera su fuerza
justo en otra dimensión que lo reinventa: gesto, grafo, pinta, estética
del caos, anarquismo, nihilismo o resistencia inútil. Contra la
estatización de lo real, como solución categórica final, la apuesta
rebelde opone un paradigma estético.
“En verdad que nunca vi algo semejante: vi un joven pastor retorciéndose y jadeando con el rostro desencajado, al que colgaba de la boca una negra serpiente. ¿Vi alguna vez tanto asco, tanto horror cadavérico en un rostro? ¿Estaba quizás durmiendo? EL caso es que la serpiente se le metió en la garganta y se agarró mordiendo el ella. Cogí la serpiente con las manos y tiré; ¡inútil!: no pude sacarla. Entonces se me ocurrió gritar: ¡muerde, muerde! Así grité; y todo mi horror, mi odio, mi asco, mi conmiseración, todo mi bien y mal, gritó conmigo. Y el joven pastor mordió como le aconsejó mi grito, dio un buen mordisco y escupió bien lejos la cabeza de la serpiente. Entonces se puso en pie de un salto... y ya no era un pastor, ya era un hombre: se había trasformado, era un iluminado que reía. ¡Y nunca nadie rió como él sobre la tierra!:”[12] |
La rebeldía se presenta como una
amplia y compleja tentativa de liberación opuesta a la pérdida de un
mundo que no cesa de asfixiar y amenazar.
La rebeldía se articula intentando encontrar el rasgo o resto que sostiene y contiene la singularidad.
La ironía constituye sólo un simulacro
de la autodestrucción, asumida como autocreación en función del otro
pero también más allá del otro.
La rebeldía trata de una dirección
densa y fecunda en un intento de recuperar la concreción de lo singular
sostenida en el hacer y la creación, más allá del mandato que
establece como norma, una vez que se cumple determinada edad, dejar de
ser rodante, acumular fortuna, traer hijos al mundo, adquirir un
espacio con excusado propio, vivir para los otros, mostrar diversos
títulos, y echar raíz.
“La vida es como una fuente eterna que constantemente produce singularidades y que, produciéndolas, se desgarra a sí misma. Por ello es la vida dolor y sufrimiento: el dolor y el sufrimiento de quedar despedazado lo Uno primordial. Pero a la vez la vida tiende a reintegrarse, a salir de su dolor y reconcentrarse en su unidad primera. Y esta reunificación se produce con la muerte, con la aniquilación de las singularidades. Por eso es la muerte el placer supremo, en cuanto que significa el reencuentro con el origen, que incansablemente produce nueva vida. La vida es, pues, el comienzo de la muerte, pero la muerte es la condición de nueva vida. La ley eterna de las cosas se cumple en el devenir constante. No hay culpa ni en consecuencia redención, sino la inocencia del devenir. Darse cuenta de esto es pensar trágicamente. El pensamiento trágico es la intuición de la unidad de todas las cosas y su afirmación consiguiente: afirmación de la vida y de la muerte, de la unidad y de la separación. Más no una afirmación heroica o patética, no una afirmación titánica o divina, sino la afirmación del niño de Heráclito, que juega junto al mar”[13] |
Creación, constatación acto,
constatación cuerpo, constatación lúdica, constatación abismo,
constatación litoral, constatación recuperación -si es posible decirlo
así- de lo verdadero, constatación sensible y superación de las
definiciones objetivas de lo subjetivo a través de la subjetividad
asumiendo aquí y ahora un rasgo estético, un rasgo trágico.
“El regreso del presente: el tiempo que viene se define por un ahora y un aquí. Por eso es una negación del signo no cuerpo en todas sus versiones occidentales, sean religiosas o ateas, filosóficas o políticas, materialistas o idealistas. El presente no nos proyecta en ningún más allá –abigarradas eternidades del otro mundo o paraísos abstractos del fin de la historia- sino en la médula, el centro invisible del tiempo: aquí y ahora. Tiempo carnal, tiempo mortal, el presente no es inalcanzable, el presente no es un territorio prohibido. ¿Cómo tocarlo, cómo penetrar en su corazón transparente? No lo sé y creo que nadie lo sabe... Tal vez la alianza de poesía y rebelión nos dará la visión. En su conjunción veo la posibilidad del regreso del signo cuerpo: la encarnación de las imágenes, el regreso de la figura humana, radiante e irradiante de símbolos. Si la rebelión contemporánea no se disipa en una sucesión de algaradas o no degenera en sistemas autoritarios y cerrados, si articula su pasión en la imaginación poética, en el sentido más libre y ancho de la palabra poesía, nuestros ojos incrédulos serán testigos del despertar y vuelta a nuestro abyecto mundo de esa realidad, corporal y espiritual, que llamamos presencia amada.”[14] |
El juego del espíritu que crea el
mundo carece de sentido, pero el espíritu que no juega a ser creador
del mundo carece de realidad y libertad. La subjetividad se convierte
con frecuencia en un frágil juego en el que los sujetos se refractan,
aceleraciones y detenciones. La subjetividad se convierte en prisionera
de su mismo juego de representaciones, lo que afirma es la dimensión
de la ilusión de lo incompleto. Es este desmedido dilatarse y
complicarse del universo de la subjetividad lo que constituye el aspecto
más propio del hacer de los jóvenes rebeldes, ese juego proporciona a
sus obras un constante carácter inconcluso acorde al universo de la
realidad que no cesa, una y otra vez, de desmentirse.
Nos encontramos ante la tentativa de
ampliar los límites de la apariencia estética fundada sobre el
horizonte móvil de las obras; no hay fin a manera de arribos
definitivos porque el que no baila ignora lo inmediato. La juventud
rebelde representa esta otra forma de devenir que constantemente,
movida de lugar, se lanza a la conquista de un otro litoral, de una
otra tierra por bailar, de una otra apuesta por ganar siempre perdida.
“La tradición de los jóvenes es más poética y religiosa que filosófica y política; como el romanticismo, con el que tiene más de una analogía, su rebelión no es tanto una disidencia intelectual, una heterodoxia, como una herejía pasional, vital, libertaria.(...) Es su actitud abierta, su sensibilidad más que su pensamiento, lo que es realmente nuevo y único. Creo que en ellos y por ellos despunta, así sea obscura y confusamente, otra posibilidad de Occidente, algo no previsto por los ideólogos y que sólo unos cuantos poetas vislumbraron. Algo todavía sin forma como un mundo que amanece. ¿O es una ilusión nuestra y esos disturbios son los últimos fulgores de una esperanza que se apaga?”[15] |
Es este desmedido “moverse de lugar”
sin dilatarse lo que constituye el aspecto más propio del hacer
rebelde; esa forma de estar y desplazarse dibuja un constante y
permanente carácter inconcluso que no cesa de dejar de inscribirse ni
de hacerse saber y hacer saber. Dimensión de la apariencia en su forma
radical y emancipada como universo fluido en constante transformación.
Esta recreación de la apariencia
estética habrá de incorporar también lo “extraño” a un devenir sin
límite que configure otra normatividad de lo moderno o posmoderno, más
allá del horizonte estable de la Gran Promesa de los paraísos
artificiales, llamados Capitalismo, Socialismo, Sociedad de los
mercados, Globalización Neoliberal,
“En la rebelión juvenil me exalta, más que la generosa pero nebulosa política, la reaparición de la pasión como una realidad magnética. No estamos frente a una nueva rebelión de los sentidos, a pesar de que el erotismo no está ausente de ella, sino frente a una explosión de las emociones y de los sentimientos. Una búsqueda del signo cuerpo no como cifra de placer (aunque no debemos tenerle miedo a la palabra placer; es hermosa en todas las lenguas) sino como un imán que atrae a todas las fuerzas contrarias que nos habitan. Punto de reconciliación del hombre con los otros y consigo mismo; asimismo punto de partida, más allá del cuerpo, hacia lo Otro. Los muchachos descubren los valores que incendiaron a figuras tan opuestas como Blake, Rousseau, Novalis y Breton: la espontaneidad, la negación de la sociedad artificial y sus jerarquías, la fraternidad (...) la capacidad para entusiasmarse y también para indignarse, la facultad maravillosa, la facultad de maravillarse.”[16] |
En el horizonte de lo inacabado, de lo
que está en constante devenir no se excluye la nada y lo informe, ni
el alcance de la incomprensión y el caos. Una integridad presupuesta
desde el inicio como meta a alcanzar contradice la esencia misma de los
movimientos rebeldes. Encarnando los múltiples gestos de la modernidad,
los rebeldes salvaguardan, haciéndolo propio y al mismo tiempo
generándolo, el carácter crítico de su época. Los movimientos rebeldes
ceden paso a la alteridad y en el movimiento que conduce al desencanto
recuperan su encanto, reavivan su unión y celebran su dispersión y
caos.
REFERENCIAS
ERRANCIA NÚMERO DIEZ - 2014. portada
DEL JARDÍN DE LAS FLORES DEL MAL: CONTRACULTURA Y REBELDÍA.
(Número especial).
Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía
Contacto
Web: www.danoex.net/adolfovasquezrocca.html
Academia.edu: emui.academia.edu/AdolfoVasquezRocca
Eastern Mediterranean University
E-mail: adolfovrocca@gmail.com
Linkedin: linkedin.com/pub/adolfo-vasquez-rocca/25/502/21a
Academia.edu: emui.academia.edu/AdolfoVasquezRocca
Eastern Mediterranean University
E-mail: adolfovrocca@gmail.com
Linkedin: linkedin.com/pub/adolfo-vasquez-rocca/25/502/21a
Domicilio
Valparaíso
Adscripción Académica
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Andrés Bello UNAB
Universidad Complutense de Madrid
Eastern Mediterranean University - Academia.edu
Universidad Andrés Bello UNAB
Universidad Complutense de Madrid
Eastern Mediterranean University - Academia.edu
Trayectoria Académica
Doctor
en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso;
Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía
IV, mención Filosofía Contemporánea y Estética.
Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo, Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad de Arquitectura UNAB Santiago. Profesor PEL Programa Especial de Licenciatura en Diseño, UNAB – DUOC UC.
En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México.
Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–. –Secretario Ejecutivo de Revista Philosophica PUCV.
Asesor Consultivo de Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Reflexiones Marginales' –Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. –Editor Asociado de Societarts, Revista de artes y humanidades, adscrita a la Universidad Autónoma de Baja California. –Miembro del Comité Editorial de International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación científica de la Universidad de Palermo. –Miembro Titular del Consejo Editorial Internacional de Errancia, Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –UNAM– Universidad Nacional Autónoma de México. –Miembro del Consejo Editorial de Revista “Campos en Ciencias Sociales”, Universidad Santo Tomás © , Bogotá, Colombia.
Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo, Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad de Arquitectura UNAB Santiago. Profesor PEL Programa Especial de Licenciatura en Diseño, UNAB – DUOC UC.
En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México.
Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–. –Secretario Ejecutivo de Revista Philosophica PUCV.
Asesor Consultivo de Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Reflexiones Marginales' –Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. –Editor Asociado de Societarts, Revista de artes y humanidades, adscrita a la Universidad Autónoma de Baja California. –Miembro del Comité Editorial de International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación científica de la Universidad de Palermo. –Miembro Titular del Consejo Editorial Internacional de Errancia, Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –UNAM– Universidad Nacional Autónoma de México. –Miembro del Consejo Editorial de Revista “Campos en Ciencias Sociales”, Universidad Santo Tomás © , Bogotá, Colombia.
Miembro de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) con sede en Bruselas, Bélgica. Director de Revista Observaciones Filosóficas.
Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria
– Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado –UCM. Eastern Mediterranean University - Academia.edu. Académico
Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado,
Universidad Andrés
Bello. –Investigador Asociado y Profesor adjunto de la Escuela Matríztica de Santiago –dirigida por el Dr. Humberto Maturana. Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC)– Artista conceptual. Crítico de Arte. Ha
publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada
cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28,
Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia,
España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés - Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine
. Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions
, París, © 2012. Profesor de Postgrado, Magister en Biología-Cultural, Escuela Matríztica de Santiago y Universidad Mayor 2013 - 2014
ERRANCIA LA PALABRA INCONCLUSA: REVISTA DE PSICOANÁLISIS UNAM Nº 10: CONTRACULTURA Y REBELDÍA _ Dr. Adolfo Vásquez Rocca _ Editor: Jesús Nava
ERRANCIA LA PALABRA INCONCLUSA: REVISTA DE PSICOANÁLISIS UNAM Nº 10: CONTRACULTURA Y REBELDÍA _ Dr. Adolfo Vásquez Rocca _ Editor: Jesús Nava
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Vásquez Rocca, Adolfo,
“La influencia de la Escuela de Frankfurt en Zygmunt Bauman y Richard
Rorty: De la Teoría Crítica a la Modernidad líquida y el Pragmatismo
norteamericano”, En EIKASIA, Revista de Filosofía, SAF Sociedad Asturiana de Filosofía, Oviedo, Nº 60.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Psicopolítica, sociedad sitiada y Movimiento de los Indignados: La modernidad líquida y sus parias. Zygmunt Bauman y Edward Snowden”, En Revista Almiar - III Época Nº 76 - 2014, ISSN: 1696-4807, MARGEN CERO.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Nietzsche y Freud, negociación, culpa y crueldad: las pulsiones y sus destinos, eros y thanatos (agresividad y destructividad)”, En EIKASIA Nº 57, 2014, Revista de Filosofía, Oviedo, SAF.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: el retorno de la religión, la lucha de los monoteísmos históricos y el asedio a jerusalén; Psicopolítica de los bancos de ira, apocalipsis y relatos escatológicos; del fundamentalismo islámico a los espectros de Marx". En Revista Almiar - III Época Nº 75 - 2014, ISSN: 1696-4807, MARGEN CERO.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – marzo, 2014 - ISSN 1885-5679 – Oviedo, España.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Psicopolítica, sociedad sitiada y Movimiento de los Indignados: La modernidad líquida y sus parias. Zygmunt Bauman y Edward Snowden”, En Revista Almiar - III Época Nº 76 - 2014, ISSN: 1696-4807, MARGEN CERO.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Derrida: Deconstrucción, différance y diseminación; una historia de parásitos, huellas y espectros”. En Revista Observaciones Filosóficas - Nº 19 / 2014 – ISSN 0718-3712. http://www.observacionesfilosoficas.net/derridadeconstruccion.htm
Vásquez Rocca, Adolfo, “William S. Burroughs y Jacques Derrida; Literatura parasitaria y Cultura replicante: Del virus del lenguaje a la psicotopografía del texto”, En ERRANCIA, La palabra Inconclusa, Nº 9 - 2014.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Lógica paraconsistente, paradojas y lecturas parasitarias: Del virus del lenguaje a las lógicas difusas, (Lewis Carroll, B. Russell, K. Gödel y W. S. Burroughs)", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 58 – 2014, Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Oviedo, España.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Nietzsche y Freud, negociación, culpa y crueldad: las pulsiones y sus destinos, eros y thanatos (agresividad y destructividad)”, En EIKASIA Nº 57, 2014, Revista de Filosofía, Oviedo, SAF.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: el retorno de la religión, la lucha de los monoteísmos históricos y el asedio a jerusalén; Psicopolítica de los bancos de ira, apocalipsis y relatos escatológicos; del fundamentalismo islámico a los espectros de Marx". En Revista Almiar - III Época Nº 75 - 2014, ISSN: 1696-4807, MARGEN CERO.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Freud y Kafka: Criminales por sentimiento de culpabilidad: En torno a la crueldad, el sabotaje y la auto-destructividad humana”, En EIKASIA, Revista de la Sociedad Asturiana de Filosofía SAF, Nº 55 – marzo, 2014 - ISSN 1885-5679 – Oviedo, España.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Zoología Política: Disturbios en el Parque Humano, Cultura de Masas y el modelo amigable de la Sociedad Literaria”, En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid, III Época – Nº 73 marzo–abril.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Constitución Psico-inmunitaria de la naturaleza humana, Ciencia Zoológica y Ciencia Pneumática; Deriva biotecnológica e historia espiritual de la criatura”, En Academia.edu, Manuscritos Transversales, 2014, pp. 45–66; y Cuaderno de Materiales, ISSN: 1139-4382, Universidad Complutense de Madrid, Nº 26.
(2013)
Vásquez
Rocca, Adolfo, "Arte
Conceptual y Posconceptual. La idea como arte: Duchamp, Beuys, Cage y
Fluxus",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nómadas Nº 37.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: El animal acrobático, prácticas antropotécnicas y diseño de lo humano”, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, NÓMADAS. Nº 39.
Vásquez Rocca, Adolfo, " Foucault; 'Los Anormales', una Genealogía de lo Monstruoso; Apuntes para una Historiografía de la Locura.", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, —NÓMADAS. Nº 34.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk: Neuroglobalización, estresores y prácticas psico-inmunológicas", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, Nómadas Nº 35.
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Experimentos con uno mismo. Ensayos de intoxicación voluntaria y constitución psicoinmunitaria de la naturaleza humana”, REVISTA DE ANTROPOLOGÍA EXPERIMENTAL, Nº 13, 2013 - pp. 323-340 - ISSN: 1578-4282, UNIVERSIDAD DE JAÉN.
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Libros
Libro: Peter
Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización,
Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el
Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. 221 páginas | I.S.B.N.: 978-84-7822-523-1
Libro: Rorty: el Giro narrativo de la Ética o la Filosofía como género literario [Compilación de Conferencias en México D.F.] Editorial Hombre y Mundo (H & M), México, 2009, 450 páginas I.S.B.N.: 978-3-7800-520-1
Libro: Rorty: el Giro narrativo de la Ética o la Filosofía como género literario [Compilación de Conferencias en México D.F.] Editorial Hombre y Mundo (H & M), México, 2009, 450 páginas I.S.B.N.: 978-3-7800-520-1
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Dr. Adolfo Vásquez Rocca y Doctor Humberto Maturana - Matríztica - Biología Cultural
Revista Observaciones Filosóficas
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