REBELIÓN EN LA GRANJA NEOLIBERAL: Indignados en HARVARD
Indignados en Harvard
El
miércoles 02/11 ocurrió un acontecimiento muy significativo aunque
todavía no haya ganado fuerza en los medios de comunicación: en Harvard
(Cambridge, Massachusetts, USA) los alumnos del curso de Introducción a
la Economía, impartido por Greg Mankiw, abandonaron su clase y le
dirigieron una impactante carta abierta. La revolución no tiene
fronteras. Los alumnos quieren una universidad más transparente
En Harvard también soplan vientos de fuerte polémica.
N.
de la R.: Nicholas Gregory Mankiw, más conocido como Greg Mankiw,
egresó economista de Princeton University con honores summa cum laude.
Él es considerado por algunos como un representante general de la
teoría neokeynesiana. Sin embargo, otros afirman lo contrario y que
eso queda corroborado por sus polémicas permanentes con Paul Krugman,
en las que Mankiw queda del lado de Milton Friedman.
2 son sus libros más conocido: Macroeconomics y Principles of Economics.
Mankiw
ha logrado superar la venta de 1 millón de ejemplares sólo con esas 2
obras, que se han traducido a 70 lenguas o idiomas diferentes y que
han sido utilizadas por gran cantidad de estudiantes de Economía en
universidades de todos los países del mundo.
Con
sus trabajos él intenta explicar el comportamiento del consumidor, la
determinación de precios, las políticas fiscal y monetaria y el
funcionamiento de los mercados financieros. También el crecimiento
económico.
Él fue asesor económico del presidente George W. Bush, en calidad de Nº1 del Consejo de Consejeros Económicos.
Él es profesor en Harvard.
El miércoles 02/11, hubo un problema importante en su clase en Harvard.
Cabe
destacar que son alumnos de clase alta: estudiar en Harvard la
carrera de Economía, si no es una beca, cuesta US$ 52.650 por año + un
seguro médico de US$ 1.404 si no se goza de una cobertura familiar.
Más allá de la opinión del autor, el economista Mankiw se refirió al tema en su blog, GregMankiw.
JAQUE AL NEOLIBERALISMO
Una mirada no convencional al modelo económico, la globalización y las fallas del mercado
Imperdible
charla de Ken Robinson, que explica cómo la cultura clásica de la
educación que imparten las escuelas ha terminado dando muerte a la
creatividad innata que muchos llevan dentro de sí. ¿Qué requiere la
humanidad, máquinas repetitivas del conocimiento o auténticas fuentes de
creación que ayuden a inventar mundos nuevos?. Ken Robinson nos
sorprende con la historia de la coreógrafa Gillian Lynne, expulsada de
la educación convencional por sus "trastornos de aprendizaje"... Y ese
caso perdido para la educación convencional terminó convirtiéndose en
una de las mejores coreógrafas en la historia de la danza (Cats, El
fantasma de la Ópera, entre otras). Hay que ver esta charla para
detectar las falencias del sistema educativo, y crear alternativas para
su cambio.Una mirada no convencional al neoliberalismo y la
globalización
Rebelión
en las aulas, sí, pero no se trata de la típica algarada utópica en
plena Universidad de la Sorbona. Tampoco de una bronca de instituto,
impulsada por alumnos asiduos al botellón, ni siquiera de un movimiento
'Indignado' con aureola intelectual. Se trata de un plante estudiantil
en toda regla en la elitista Universidad de Harvard. Los estudiantes
de esta prestigiosa universidad han dicho basta ante lo que ellos
consideran el vacío intelectual y la corrupción moral y económica de
gran parte del mundo académico, cómplices por acción u omisión en la
actual crisis económica. Palabras mayores, pronunciadas ahora por los
futuros dirigentes del mañana.
El
2 de noviembre los alumnos del curso introductorio a la economía, el
aula Economía 10, impartido por Greg Mankiw, abandonaron su clase en
tromba y le dirigieron una carta abierta. En ella, en primer lugar,
explican por qué abandonan la clase: “hoy estamos abandonando su clase,
Economía 10, con el fin de expresar nuestro descontento con el sesgo
inherente a este curso. Estamos profundamente preocupados por la forma
en que este sesgo afecta a los estudiantes, a la Universidad, y
nuestra sociedad en general.”
En
dicho documento recalcan la necesidad de confrontar de manera crítica
las diferentes teorías económicas, es decir, que se valoren las
distintas visiones de cómo afrontar los problemas económicos:
“Un
estudio académico legítimo de la economía debe incluir una discusión
crítica de las ventajas y los defectos de los diferentes modelos
económicos. A medida que su clase no incluye las fuentes primarias y
rara vez se cuenta con artículos de revistas académicas, tenemos muy
poco acceso a aproximaciones económicas alternativas. No hay ninguna
justificación para la presentación de las teorías económicas de Adam
Smith como algo más fundamental o básico que, por ejemplo, la teoría
keynesiana”.
Pero no se trata sólo de un profesor torpe al que se le han subido a las barbas un grupo de alumnos particularmente díscolo.
En la misiva tampoco se olvidan del papel de Harvard en la sociedad:
“Los
graduados de Harvard juegan un papel importante en las instituciones
financieras y en la conformación de las políticas públicas en todo el
mundo. Si falla la Universidad de Harvard a la hora de equipar a sus
estudiantes con una comprensión amplia y crítica de la economía, sus
acciones serán susceptibles de perjudicar el sistema financiero mundial.
Los últimos cinco años de crisis económica han sido prueba suficiente
de ello”.
La
carta abierta de los estudiantes de Harvard a Greg Mankiw refleja, en
realidad, una crisis más profunda de la que apenas se habla y discute
en los medios de comunicación: el vacío intelectual y el escaso
soporte empírico de la mayoría de las teorías macroeconómicas y
microeconómicas que se enseñan en las Facultades de Ciencias Económicas
y Empresariales de todo el mundo. Una crisis de legitimidad en toda
regla.
II.-
El
pasado 02.11.2011, un grupo de estudiantes de economía tomó la
decisión de retirarse en bloque de la cátedra de Introducción a la
Economía de la Universidad Harvard, en protesta por el contenido y el
enfoque desde el cual se imparte esta materia. ¿Qué hay de asombroso en
este hecho?. En primera lugar, la protesta tuvo como destinatario
directo al conocido economista Gregory Mankiw, ex asesor del Presidente
George W. Bush y autor de uno de los manuales de macroeconomía más
utilizado en las escuelas de economía dentro y fuera de Estados unidos.
En segundo lugar, porque de acuerdo a la carta entregada por los/as
estudiantes antes de retirarse de la cátedra, el motivo de la protesta
fue su indignación por lo que consideran el vacío intelectual y la
corrupción moral y económica de gran parte del mundo académico,
cómplices por acción u omisión en la actual crisis económica. Y en
tercer lugar, se trata de un hecho insólito, porque los integrantes del
movimiento estudiantil detrás de este hecho de indignación académica
en contra del pensamiento único neoclásico, pertenecen a la élite
económica, social y política de los Estados Unidos, que se forma en la
Universidad de Harvard para dirigir las corporaciones empresariales
globales y/o para asesorar a los gobiernos en materia de políticas
económicas y financieras. En diversos párrafos de la carta al profesor
Mankiw se lee: “hoy estamos abandonando su clase, con el fin de
expresar nuestro descontento con el sesgo inherente a este curso.
Estamos profundamente preocupados por la forma en que este sesgo afecta
a los estudiantes, a la Universidad, y nuestra sociedad en general
(…) Un estudio académico legítimo de la economía debe incluir una
discusión crítica de las ventajas y los defectos de los diferentes
modelos económicos. A medida que su clase no incluye las fuentes
primarias y rara vez se cuenta con artículos de revistas académicas,
tenemos muy poco acceso a aproximaciones económicas alternativas. No
hay ninguna justificación para la presentación de las teorías
económicas de Adam Smith como algo más fundamental o básico que, por
ejemplo, la teoría keynesiana ..(…) ..Los graduados de Harvard juegan
un papel importante en las instituciones financieras y en la
conformación de las políticas públicas en todo el mundo. Si falla la
Universidad de Harvard a la hora de equipar a sus estudiantes con una
comprensión amplia y crítica de la economía, sus acciones serán
susceptibles de perjudicar el sistema financiero mundial. Los últimos
cinco años de crisis económica han sido prueba suficiente de ello”. La
carta concluye: “No estamos retirando de su clase este día, tanto para
protestar por la falta de discusión de la teoría económica básica y
como para dar nuestro apoyo a un movimiento que está cambiando el
discurso estadounidense sobre la injusticia económica (Occupy wall
street) . Profesor Mankiw, le pedimos que se tome nuestras inquietudes
y nuestro retiro de su clase en serio”.
Según
reportan los escasos medios de comunicación que le dieron cobertura a
esta protesta, el movimiento de los estudiantes de Harvard a favor de
una economía crítica, se ha ampliado y ha incorporado otras demandas
para hacer de Harvard una “universidad socialmente responsable”. Una
de éstas consiste en la negociación de contratos de trabajo más dignos
para el personal de servicios de la universidad que sufre las
políticas de flexibilización laboral que tanto daño le han ocasionado a
la clase trabajadora norteamericana. Movimientos similares han
comenzado a surgir en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) y en
la Universidad de Berkeley (California)
El
movimiento iniciado en Harvard por un cambio en el enfoque dominante
de la enseñanza de la economía no es nuevo. Más bien es un movimiento
que viene a sumarse a la iniciativa por un cambio en la enseñanza de
esta disciplina que iniciaron en mayo de 2000 los y las estudiantes de
las universidades francesas y que meses después recibió el apoyo de
estudiantes de Cambridge, Inglaterra.
En
ese entonces, también el movimiento estudiantil francés hizo pública
una carta declarándose globalmente descontento por la enseñanza
recibida, que les impedía lograr una comprensión profunda de los
fenómenos económicos a los cuales las personas se enfrentan en el mundo
real. Un pasaje de esta carta señalaba que “ la mayor parte de
nosotros ha escogido la formación económica con el fin de adquirir una
comprensión profunda de los fenómenos económicos a los cuales el
ciudadano de hoy en día se encuentra confrontado. Ahora bien, la
enseñanza tal como es expuesta –es decir en la mayor parte de los casos
la teoría neoclásica o enfoques derivados –, generalmente no responde a
esta expectativa”. La carta finalizaba con un exhortación al
profesorado francés similar al mensaje enviado al profesor Mankiw:
¡Despiértense antes de que sea demasiado tarde!.
Hace
casi 200 años, John Stuart Mill al asumir como Rector de la
Universidad de Saint Andrew, recordaba al claustro de profesores de
dicha universidad, que la función de las universidades no es hacer que
los estudiantes aprendan a repetir lo que se les enseña como verdadero
sino que su función es formar personas con capacidad de pensar por si
mismas. De acuerdo a este gran economista y filosofo, las
universidades deben enseñarles a las personas a “Poner en duda las
cosas; no aceptar doctrinas, propias o ajenas, sin el riguroso
escrutinio de la crítica negativa, sin dejar pasar inadvertidas
falacias, incoherencias o confusiones; sobre todo, insistir en tener
claro el significado de una palabra antes de usarla y el significado
de una proposición antes de afirmarla……. El objetivo de la universidad
no es enseñar el conocimiento requerido para que los estudiantes
puedan ganarse el sustento de una manera particular. Su objetivo no es
formar abogados ó médicos ó ingenieros (ó economistas) hábiles, sino
seres humanos capaces y sensatos……. Los estudiantes son seres humanos
antes de ser abogados, médicos, comerciantes o industriales; y sí se
les forma como seres humanos capaces y sensatos, serán por sí mismos
médicos y abogados (y economistas) capaces y sensatos”.
Es
obvio que la incapacidad de las universidades actuales de formar
economistas críticos y sensatos no responde únicamente a posturas
personales e ideológicas de docentes y/o autoridades universitarias,
sino más bien responde a factores relacionados con el rol que las
universidades cumplen en la reproducción de las relaciones de poder
dentro del sistema capitalista en su fase neoliberal. Probablemente uno
de los principales factores explicativos de la crisis en la enseñanza
de una economía crítica e integral, es la pérdida de la identidad e
independencia de las universidades debido a que han sido capturadas por
los intereses de las corporaciones y/o por la demanda del mercado. Se
les ha presionado directa (o indirectamente) a convertirse en empresas
educativas con la misión de formar a los dos tipos básicos de
economistas que demanda el mercado en la fase actual del capitalismo:
economistas especialistas altamente calificados/as y economistas
generalistas poco calificados/as para apoyar a especialistas o para
desempeñarse en funciones gerenciales. Esto a su vez ha conducido a una
especie de fragmentación del conocimiento y a la ausencia de
pensamiento crítico. ¿El resultado final? Economistas formados para
adaptarse y/o colaborar con el status quo que mantiene a la mayor parte
de la humanidad en la exclusión y la pobreza.
El
mensaje que desde Harvard envían los y las estudiantes de economía,
no debería pasar desapercibido por las escuelas de economía del mundo
entero, en particular por las escuelas de economía de los países del
sur. Es tiempo de rectificar el rumbo (si se ha perdido en algún
momento). Es tiempo de separar la verdadera función universitaria de la
función de formación técnica superior, y sobre todo, es tiempo de
devolverle a la enseñanza de la economía el carácter crítico, riguroso e
integral que tanta falta hace en los momentos actuales de crisis
sistémica que ha provocado el sistema capitalista.
Si
no actuamos ahora, con hechos y no con meros discursos, las escuelas
de economía (y quienes trabajamos en ellas) estamos en riesgo de
correr – más tarde o más temprano- con la misma suerte del
desafortunado profesor Mankiw.
Ha publicado este artículo mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
BAUDRILLARD Y SLOTERDIJK EL SHOPPING-MALL EL CAPITAL Y EL 'PARAÍSO' NEOLIBERAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
W. Benjamin y Jean Budrillard por Adolfo Vásquez Rocca
SLOTERDIJK; GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
SLOTERDIJK; PSICOPOLÍTICA, GLOBALIZACIÓN Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
SLOTERDIJK; "GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL" Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Psicopolítica
– Posthistorie – Globo – Esfera – Mundo – Capital – Globalización –
Filosofía – Espumas – Mimo – Globalización - Filosofía de la Historia -
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Sloterdijk y el imaginario de la Globalización. Mundo sincrónico y conciertos de transferencia",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, Nº 24 | Julio-Diciembre.2009 (II) pp.
301-312
http://www.ucm.es/info/nomadas/24/avrocca2.pdf
http://www.ucm.es/info/nomadas/24/avrocca2.pdf
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y el imaginario de la Globalización; mundo sincrónico y conciertos de transferencia”, En AISTHESIS, Nº 45, 2009, pp. 167 – 180, Instituto de Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile. http://www.uc.cl/estetica/html/revista/indice_rev.html
“Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
Sofía Oportot Y Victoria Chalot
En el mundo interior del capital; Para una teoría filosófica de la globalización
Peter Sloterdijk
En el mundo interior del capital de Peter Sloterdijk:
A
la conexión entre relato y filosofía, que constituye la
característica más sobresaliente de los libros de Peter Sloterdijk,
hay que añadir el hecho de que a comienzos del siglo XXI se pueda
contar con algo radicalmente revolucionario con respecto a la
globalización. Esto se debe a que el autor se toma en serio las
consecuencias histórico-filosóficas que van unidas a la imagen de la
Tierra como globo, proponiendo la tesis de que lo que se elogia o
vitupera como globalización es la fase final de un proceso y de que ya
es posible detectar elementos de una nueva época ulterior a la
globalización. En la fase final de la globalización el sistema mundial
se ha desarrollado plenamente y, en tanto sistema capitalista,
determina todas las circunstancias de la vida. El Crystal-Palace
de Londres, lugar de la primera Exposición Universal de 1851, le
sirve a Peter Sloterdijk como metáfora de esta situación: el palacio
pone ante los ojos la inevitable exclusividad de la globalización, la
edificación de una contextura de confort, es decir, la construcción y
despliegue de un espacio interior de mundo, cuyos límites, aunque
invisibles, son prácticamente insuperables desde fuera.
EN EL MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL. PARA UNA TEORÍA FILOSÓFICA DE LA GLOBALIZACIÓN
Autor: PETER SLOTERDIJK
Formato: 15 x 21 cms.
Páginas: 336
Editorial: Siruela
Ciudad: Madrid
Año: 2010 (2da. edición)
Autor: PETER SLOTERDIJK
Formato: 15 x 21 cms.
Páginas: 336
Editorial: Siruela
Ciudad: Madrid
Año: 2010 (2da. edición)
Traducción: Isidoro Reguera
ISBN: 978-84-9841-103-4
"El
presente ensayo está dedicado a una empresa que no se sabe bien si
llamar intempestiva o imposible. En tanto que recapitula la
globalización terrestre, se propone suministrar, mediante un gran relato
inspirado filosóficamente, esbozos para una teoría del presente". Así
comienza Peter Sloterdijk, filósofo de profesión pero "esferólogo"
por vocación, este ensayo, suerte de secuela de su trilogía Esferas, y en particular de la segunda parte (Globos)
que desarrollaba ya una historia política bajo la sospecha de que
nuestras manifestaciones más recurrentes sobre la globalización están
aquejadas de miopía - e incluso de astigmatismo, pues nos impiden leer
adecuadamente nuestras condiciones actuales. Para Sloterdijk, el tema
es de interés filosófico porque los procesos que han configurado
nuestra actual globalización responden a una poderosa concepción del
mundo que ha actuado siempre como su arché. Ese fundamento habría sido precisamente la imagen del mundo como esfera, como globo.
En
consecuencia, la globalización se inicia para Sloterdijk con la
metafísica griega de las esferas y su geometrización del universo, la
misma que se extendió hasta el Renacimiento, cuando se abrió paso un
segundo período marcado por la expansión unilateral del colonialismo
europeo. En ese contexto, los mapas eran el medio para visualizar la
totalidad del globo. Luego, la liberación de las últimas colonias
europeas (como consecuencia de la Revolución de los claveles en 1974) es
en esta lectura el hito que orientó a la globalización hacia su
tercer período, el del invernadero del capital que mantiene adentro lo conquistado.
Por
otro lado, para Sloterdijk la expansión global se ha venido dando en
dos frentes: el de la subjetividad y el del espacio, ambos fusionados
dentro del mercado. La subjetividad es el medio metafísico por el que
la filosofía ha tenido una preocupación constante, mientras que ha
descuidado al espacio. Por ello afirma el autor que "una vez que parece
terminada la era de la sacralización unilateral del tiempo, también el
espacio vivido exige sus derechos" (p. 19). Pero el espacio de la
tierra colonizada ha sido trasladado al interior del capital, afectando
a su vez al tiempo: día y noche ya no son vectores válidos porque en
el mercado siempre es de día. Como epígrafe de la segunda parte del
libro (titulada "El gran interior") Sloterdijk cita a Schopenhauer:
"...pero igual que sobre el globo de la Tierra en todas partes es
arriba, también la forma de toda vida es actualidad".
Esta cita me permite anotar también que así como el interesado en las
dinámicas del capital y de la globalización puede encontrar en este
libro un agudo análisis de sus fundamentos filosóficos, de igual manera
el filósofo verá desacralizadas -como es ya costumbre en Sloterdijk-
las metafísicas que se inscriben en esas dinámicas sin evidenciarlo,
más aún cuando el mercado se nutre hoy más de la transferencia
intelectual y de conocimiento que de la transferencia de minerales.
La globalización terrestre, impuesta unilateralmente, ha dado paso a una globalización que es como la espuma (así se llamaba justamente la tercera parte de Esferas).
Lo característico de ella es que los nuevos espacios tienen paredes
de vidrio, como las del Palacio de Cristal de la primera Exposición
Universal de 1851, que a pesar de su invisibilidad dan la cómoda
seguridad de su infranqueabilidad. A pesar de ello, estos espacios se
entrelazan permanentemente y sus identidades -antes espaciales- se
desplazan perdiendo su lugar original. En el plano de las ideas, los
relatos poshistóricos -ya no los grandes relatos, como el que él
pretende en esta obra- toman la escena para suavizar la absorción
mediante una climatización artificial. Allí coloca Sloterdijk la
responsabilidad del filósofo: debe decidir si colabora en esa
climatización o si rompe los cristales protectores. Es interesante en
esa línea lo que afirma sobre Heidegger, planteando una explicación de
su filiación nazi; una explicación mucho más coherente que la de otros
que consideran que su filosofía era totalmente ajena a sus intereses
políticos, y, más aún, que aquella deleznable teoría (que intentó
sostener el arribista de Farías) según la cual su filosofía llevaba
necesariamente al nazismo. Ni lo uno, ni lo otro. La explicación de
Sloterdijk -vinculada a su propio gran relato- es la que sigue:
¿Es
necesario decir todavía que la gran fenomenología de Heidegger del
aburrimiento de 1929-1930 sólo puede entenderse como un intento de
liberación del palacio de cristal establecido en toda Europa (aunque muy
deteriorado por los daños de guerra), cuyo clima interior moral y
cognitivo -la ausencia ineludible de toda convicción válida y la
gratuidad de toda decisión personal- se capta aquí mejor que en ninguna
parte? Con su descripción de la existencia inauténtica en Ser y tiempo, 1927, sobre todo en los problemáticos parágrafos sobre el se impersonal [man] (que seguramente fueron estimulados por las invectivas de Kierkegaard contra «el público» en Un anuncio literario),
Heidegger había preparado su análisis de la situación fundamental de
la existencia aburrida. Aquí tomó forma la rebelión fenomenológica
contra las exigencias de la estancia en el receptáculo técnico. Lo que
más tarde se llama el armazón [Ge-stell]
se clarifica detalladamente por primera vez en este lugar, sobre todo
en referencia a la existencia inauténtica, privada de sí misma. Donde
cada uno es el otro y ninguno él mismo, el ser humano está despojado
de sus éxtasis, de su soledad, de su propia decisión, de su relación
directa con el exterior absoluto, la muerte. La cultura de masas, el
humanismo, el biologismo son las máscaras festivas que ocultan, según el
filósofo, el profundo aburrimiento del existente sin retos. Según
esto, la tarea de la filosofía sería romper el techo de cristal sobre
la propia cabeza para volver a acercar a los individuos inmediatamente a
lo inconmensurable.
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
Quien recuerde el fenómeno punk,
que pululó como un duende en las culturas de la juventud en los años
setenta y ochenta del siglo xx, puede evocar un segundo ejemplo de
conexión entre fluido-aburrimiento omnipresente y agresión generalizada.
En cierto modo Heidegger fue el filósofo-punk
de los años veinte, un joven intelectual colérico que sacudía los
barrotes de la reja de la filosofía académica, y no sólo ellos, sino
las rejas del confort ciudadano y de los sistemas socio-estatales de
enajenación existencial. Para apreciar en lo justo sus motivos
filosóficos -es decir, el núcleo lógico-temporal de su reflexión-, hay
que reconocer en ellos el intento de redramatizar intencionadamente el
mundo poshistórico del aburrimiento; aunque fuera al precio de que la
catástrofe se constituyera en maestra de la vida. En este sentido,
por lo que se refiere a la «revolución nacional», a la que se adhirió
durante un corto espacio de tiempo, Heidegger podría haber dicho que
desde aquel hic et nunc
había partido una época de rehistorización, y que él no sólo había
participado en ese inicio, sino que había pensado esa época de antemano y
deducido heroicamente su sentido. (pp. 206-207.)
Y
como Sloterdijk no cree que la historia se padece sino que se hace,
no concluirá -como Heidegger- que "sólo un dios puede salvarnos". Para
él, los "creativos" son los llamados a impedir "que el todo naufrague
en rutinas nocivas" (p. 312).
Interesan
también sus observaciones críticas sobre Walter Benjamin, su
asociación entre el mercantilismo de Adam Smith y la estética de Rilke,
sus análisis de las "redes sociales", de Hegel y de la literatura de
Julio Verne (sobre todo La vuelta al mundo en 80 días).
Para Sloterdijk hemos instaurado un reino de la libertad donde la
telecomunicación ya no es una herramienta sino un constitutivo
ontológico de las relaciones sociales, sometiendo así nuestra conciencia
al poderoso yugo del bienestar y en medio de ficciones reales, tan
reales como la abstracción que hace dos mil quinientos años nos hizo
pensar en términos ontológicos globales:
Pensar
en valores universales proporciona sostén interior mientras el
horizonte se desliza. Por eso el universalismo abstracto no essólo
la alevosa extravagancia que quieren ver en él los pragmáticos, los
nietzscheanos y todas las categorías posibles de realistas (Carl
Schmitt: quien dice humanidad pretende engañar); es también el reflejo semántico del crecimiento del mundo en la época del sistema emergente de mundo (p. 312).
En consecuencia, es fundamentalmente entre los filósofos entre quienes este libro debe ser materia de discusión y de acción.
Así como Platón denunció los extravíos religiosos de su tiempo, y
aunque la orientación filosófica pudiera ser enteramente distinta,
siguen teniendo los filósofos el deber de denunciar los perjuicios de la
más eficaz religión contemporánea, aquella que ha reemplazado -frente
a la impotencia y la complicidad eclesiástica- el monoteísmo por un
pluriteísmo del capital. La religión
sigue siendo aún hoy el opio del pueblo, pero entre Smith y nosotros
se inoculó la duda respecto a su bienestar. Las crisis más recientes
así lo confirman. Como dice el autor: "la sospecha frente al
«capitalismo como religión» se ha expresado y espera aclaración" (p.
310). Eso sí, nosotros hubiésemos esperado también un índice onomástico
o analítico en esta edición, pero así están las cosas.
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - CURRICULUM ACADÉMICO ABREVIADO
I.- “Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
A partir de la metáfora del Palacio de Cristal1
Sloterdijk desarrolla un análisis filosófico-arquitectónico de cómo
el capitalismo liberal encarna una particular voluntad de excluir el
mundo exterior, de retirarse en un interior absoluto, confortable,
decorado, suficientemente grande como para que no se perciba el
encierro. La transparencia del Palacio genera la ilusión en los
habitantes de los márgenes de poder participar de su confort y
seguridad. El palacio se hace desear, se propone como ideal de
desarrollo para los "perdedores de la Historia" ocultando las fronteras
que los dividen, invisibilizando sus rigurosas medidas de control2.
La
afortunada metáfora del Palacio de Cristal que Sloterdijk retoma de
las Memorias del subsuelo de Dostoyevski (a quien considera un
precursor de la crítica a la globalización), resulta útil para que el
lector acostumbrado a las desgastadas visiones de las industrias
culturales en la era del neoliberalismo, aterrice en el espacio
interior del capital para comprenderlo como “expresión
socio-topológica, que se introduce aquí para la fuerza creadora de
interior de los medios contemporáneos de tráfico y comunicación:
circunscribe el horizonte de las oportunidades, que abre el dinero, de
acceso a lugares, personas, mercancías y datos…la forma determinante
de subjetividad dentro de la Gran Instalación está determinada por la disponibilidad de capacidad adquisitiva”3.
Las
redes telefónicas, los sistemas de radio y la proporción a chorro en
la aviación han convertido en dos generaciones en algo natural una
medida tal en la superación de la distancia que el espacio se percibe
hoy como una magnitud casi desdeñable. Todo lo extenso y que exige
espacio es comprimido hasta formar un bloque mínimo e inerte. La más
patente manifestación de ello es el telefoneo intercontinental. Quien
quiera haber confirmado el mito de la desaparición del espacio solo
necesita levantar el teléfono o realizar algunos mouse-clicks4.
La
historia de la globalización –la superación de las distancias– es la
historia de una doble conquista, la conquista de la tierra por vía
marítima y la conquista de la subjetividad. Según Sloterdijk, ha
llegado el momento en que ambas expansiones se han encontrado y se han
fusionado en un gran espacio denominado mercado. Después de la toma
del medio metafísico y del medio terrestre la tercera globalización se
nos aparece como la colonización del territorio interior. Lo que
antes era historia de expediciones, aventuras e intrusiones, ahora es
descubrimiento de las facultades ajenas y desacoplamiento de los
flujos generados en las dos globalizaciones anteriores. Hemos pasado
de un reino de la necesidad a un reino de la libertad donde la
tele-comunicación ya no es una herramienta sino un constitutivo
ontológico de las relaciones sociales, un medio de descarga
generalizada sobre la base del bienestar en un parlamento ficticio que
sustituye el monoteísmo por el pluriteísmo.
El
espacio interior de mundo del capital abarca, demográficamente apenas
un tercio de la humanidad actual, geográficamente apenas un décimo de
las superficies continentales. Sin considerar aquí el mundo acuático,
porque todos los cruceros y yates habitables sumados juntos sólo
cubrirían un millonésima parte de las superficies marinas5.
Sólo el nuevo Queen Mary 2, el transatlántico más grande, más lujoso y
caro construido en la historia marítima destinado a cruceros
vacacionales, que zarpó en enero del 2004 hacia Nueva York con unos 2600
pasajeros abordo para su viaje inaugural, merece quizá una mención
especial, ya que, como Palacio de Cristal flotante, hace una ostentación
particular provocadora del capitalismo postmodernista6.
El
capitalismo es, como lo hace ver Sloterdijk, algo más que un modo de
producción; apunta más lejos, como se expresa con la figura de
pensamiento "mercado mundial". Implica el proyecto de transportar todo
el contexto vital de los seres humanos que se hallan en su radio de
acción a la inmanencia del poder de compra.
Consecuentemente,
la expresión “mundo globalizado” vale exclusivamente para la
instalación dinámica que sirve como envoltura de “mundo de vida” a la
fracción de la humanidad de los poseedores de capacidad adquisitiva. En
su interior siempre se alcanzan nuevas alturas de improbabilidad
estabilizada, como si el juego de beneficios de las minorías
intensamente consumidoras contra la entropía pudiera seguir de forma
indefinida.
Así que
no es casualidad que el debate sobre la globalización se lleve casi
exclusivamente como monologo de las zonas de bienestar; la mayoría de
las demás regiones del mundo, por regla general, apenas conoce la
palabra y –menos aún– el asunto, a no ser por sus efectos colaterales
desfavorables. De todos modos, las dimensiones colosales de la
instalación impulsan un cierto romanticismo cosmopolita; a cuyos medios
más característicos pertenecen las revistas de abordo de las grandes
líneas aéreas, por no hablar aquí de otros productos de la prensa
masculina internacional. El cosmopolitismo, se puede decir, es el
provincialismo de los mimados7.
II.- Posthistorie, mimo y el devenir inmunológico del mundo
Tras
la caída del muro de Berlín, las torres gemelas de Nueva York y las
explosiones de los subterráneos de Madrid y Londres, los “protegidos”,
sujetos de estas relaciones, son movilizados tanto por el Estado
“moderador” posmoderno como por los medios masivos de comunicación a
través de las estrategias inmediatistas del mimo.
Después
del mimo constitutivo, sin el cual los niños no sobreviven más allá
de su infancia, entramos en ese núcleo trágico que el psicoanálisis
denominó "el principio de realidad". La aventura del siglo XX es,
precisamente, haber puesto fin a ese reinado del principio de realidad,
al menos para la mayoría de quienes habitan esta vasta esfera de
comodidad, este palacio de cristal que llamamos Occidente.
Mimo,
como término de la antropología histórica, designa los reflejos
psicofísicos y semánticos del proceso de alivio o descarga que resulta
inherente al desarrollo de la civilización desde su origen, pero que
sólo en la época de la radical des-escasez de bienes pudo aparecer a
plena luz. Las fuerzas efectivas de mimo constituyen un espacio de
inmersión que sensibiliza a sus habitantes con las ventajas
atmosféricas de un aseguramiento de la existencia ya producido
fundamentalmente de antemano.
En
otras palabras, han desertado del mundo exterior para cultivarse a sí
mismos e introducirse al invernadero del confort convertido hoy en el
gran útero de la felicidad paradójica. Tal constreñimiento tiende a
no dejar nada fuera, ni siquiera las lejanas fantasías de los
novelistas de ciencia ficción, quienes a estas alturas se han vuelto
cronistas de la Gran Instalación –El Palacio de Cristal– como gusta
definir también Sloterdijk al ambiente planetario
Nace
lo que Sloterdijk denomina la posthistorie, conjunto de relatos que
matizan la absorción interna que nos permite la climatización
artificial –la del Palacio de Cristal– en el que la inmanencia del
poder adquisitivo atrae a la vida en todas sus manifestaciones. El
ciudadano poshistórico se encuentra así en una permanente
des-limitación de sus facultades, en un constante viaje interior hacia
la conciencia de poder obtener siempre más beneficio. El ciudadano
poshistórico habita un continente artificial dinamizado y animado por
el confort.
Mimo y
aburrimiento vienen a ser dos momentos de la constitución del sujeto
poshistórico. Por ejemplo, al sujeto extático joven sus padres filiales
lo miman inhibiéndole toda posibilidad de sufrimiento; ¡Que ellos no
sufran las carencias que tuve cuando fui joven! suelen decir los
padres cincuentones. Además, al soberano consumidor le brindan
múltiples opciones de confort, incluida la rebelión que puede
manifestarse al tomar un café orgánico, portando una playera con algún
estampado revolucionario e incluso soñando despierto con algún
documental de crítica social. A ello podemos sumar las facilidades que
dan al soberano las instituciones financieras a través de tarjetas de
crédito, las becas de instituciones estatales para estudiar, los
programas sociales de entretenimiento y los proyectos de capacitación
para que las nuevas generaciones puedan aprender saberes para el mundo
laboral del entretenimiento. Mimo por doquier para suavizar la
omnipresencia difusa del aburrimiento. Si hasta en la modernidad de la
década del sesenta el aburrimiento provocaba revoluciones según
rezaban las viejas consignas situacionistas, en los actuales tiempos
de la Gran Instalación, el aburrimiento se alivia consumiendo la
inmensidad del inacabable mundo ofrecido por las empresas de la
descarga emocional.
Y
es que los fenómenos del estrés aparecen debido a que el soberano
consumidor día a día se autoasesora, se autopersuade, se autodesinhibe
para lograr el éxito, al mismo tiempo que busca herramientas para
descargar su estrés. Para ello, un ejército de orientadores mediáticos
le brindan soluciones cuando no logra el triunfo: puede adquirir un
best seller para tomar las cosas con calma, tomar un diplomado para
hablar en público, un spa para desestresarse, el gimnasio o algún
complemento alimenticio.
Con
ello, el sujeto arquetípico del Palacio de Cristal consigue
ejercitarse hasta llegar a ser dueño y propietario de sus propios
padecimientos y pasiones, nadie más que él es el constructor de su fama
o mediocridad.
Occidente
ha reemplazado el mundo de los metafísicos por un gran espacio
interior organizado por el poder adquisitivo. El capitalismo liberal
encarna la voluntad de excluir el mundo exterior, de retirarse en un
interior absoluto, confortable, decorado, suficientemente grande como
para que no nos sintamos encerrados.
Para
decirlo en tono sociológico, los individuos, auténticas moléculas
gasificadas, pasean ansiosamente en las atmósferas maternales de los
centros comerciales para calmar sus depresiones adquiriendo algún
producto efímero; asisten a los festivales de entretenimiento para
saciar el aburrimiento impuesto por la vida doméstica; festejan a la
menor provocación cualquier suceso con tal de no interrumpir la
infantil fiesta intermitente. Es más, hasta en las conmemoraciones por
los derechos humanos sienten la emoción de la conversión de la memoria
histórica social en parque temático.
A
contracorriente del sedentarismo mental de los catedráticos
vitalicios, Sloterdijk pone en movimiento palabras clave como
aburrimiento, existencia de invernadero y reconstrucción psicopolítica
de la fracción de la humanidad como poder adquisitivo con el propósito
de conectar relato histórico y filosofía, y así desenmascarar el
aburrimiento del “existente sin retos” que hace de la cultura de masas,
el humanismo y el biologicismo el ancla de su narcisismo primario
poshistórico.
La
reflexión acerca del impacto que producen los influjos inhibitorios y
los influjos desinhibitorios en el funcionamiento de nuestra sociedad
presente es desarrollada por Sloterdijk en su conferencia “El Palacio
de Cristal”, pronunciada en el marco del debate Traumas urbanos8.
La ciudad y los desastres, la cual tuvo lugar en Barcelona, en el año
2004. En esta conferencia, Sloterdijk establece una articulación
entre ambos tipos de influjo y otros temas que forman parte de la
meditación contemporánea como el capitalismo, la globalización y el
terrorismo9.
Sloterdijk
utiliza el concepto de “densidad” para definir el estado esencial que
caracteriza la convivencia en el mundo globalizado. Con la
globalización el camino hacia “las sociedades de paredes finas” parece
inevitable. Los lugares se entrelazan a la vez que confunden su propia
identidad mientras las identidades se desplazan perdiendo su lugar
natural. Nace, lo que Sloterdijk denomina, la posthistorie, conjunto de
relatos que matizan la absorción interna que nos permite la
climatización artificial.
El
mundo ha perdido la noche porque la luna y el sol ya no son los
vectores del tiempo. En el mundo interior del capital siempre es de
día. La energía fósil ha sido intercambiada por la energía intelectual y
la síntesis de minerales por la transferencia de conocimiento.
Esta
idea es expresada en el libro a través de la imagen del Palacio de
cristal, acuñada por Dostoievski en Memorias del subsuelo10
refiriéndose al famoso recinto de la Exposición Universal de Londres
de 1851. Metáfora voyeurista de la absorción de realidad desde unas
condiciones inmunológicas perfectamente estudiadas
Sloterdijk
se ha dedicado sistemáticamente a describir el devenir inmunológico
del mundo en que vivimos. Percibe la filosofía como una “teoría
narrativa de la génesis del universo”, como “una meditación sobre el
ser-en-situaciones”, como “el estar-en-el mundo. A ello le da el nombre
de “teoría de la inmersión”, o teoría del “estar juntos.” Vivir es
crear esferas. Las historias amorosas y las comunidades solidarias no
son sino la creación de espacios interiores para las emociones
escindidas11, un sistema inmunitario simbólico que construye una película protectora en torno del ser humano.
El
rasgo distintivo de la globalidad establecida es la situación de
proximidad forzosa con todo tipo de elementos. Creemos que lo más
adecuado es designarla con el término topológico “densidad”. Este
término designa el grado de presión para la coexistencia entre un
número indefinidamente grande de partículas y centros de acción.
Mediante el concepto de densidad, se puede superar el romanticismo de
la cercanía con el que los moralistas modernos han querido explicar la
abertura del sujeto hacia el Otro12.
En El Palacio de Cristal13
Sloterdijk desarrolla una metáfora que permite describir el estado
actual de la evolución económica y social, especialmente en los países
desarrollados de Occidente, cuestión que profundizará en el reciente
“En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la
Globalización”14.
El mundo que él denomina capitalismo integral, donde el espacio
exterior es absorbido y extrapolado hacia un espacio interior
completamente delineado y esquematizado. Este Palacio de Cristal
desempeña el rol de cápsula que separa y protege a sus miembros de las
amenazas del mundo exterior; en él, los consumidores pueden acceder a
distintos tipos de productos provenientes de todas partes del globo sin
tener que abandonar su burbuja de privilegio.
Los
habitantes contemporáneos del Palacio de Cristal llevan a cabo una
vida marcada por el bienestar social, esto influye en el modo en que se
interrelacionan, ya no se consideran unos a otros competidores en la
batalla por la supervivencia, ni tampoco existen acentuados
antagonismos entre las clases sociales que puedan dar pie a
revoluciones o golpes de estado, manifestaciones unilaterales de la
agresión15.
En Espumas, el último volumen de su trilogía, Esferas III16,
Sloterdijk se ocupa de pensar el espacio contemporáneo, para ello
ofrece una teoría filosófica que destaca el carácter multifocal con que
la vida se desarrolla, esto bajo un nuevo régimen de complejidad donde
la tensión se produce entre el fenómeno de apartamento de la
burbuja-tipo –de la vida individual– y los nuevos conectores o espacios
interrelacionales.
Como
forma elemental egosférica, el apartamento es el lugar en el que la
simbiosis de los miembros de la familia, que desde tiempos inmemoriales
constituyen las comunidades habitacionales primarias, se supera en
favor de la simbiosis del individuo que vive solo consigo mismo y con
su entorno. Es particularmente interesante que en las teorías éticas
más recientes: efectivamente, el “otro” solo puede ser descubierto como
otro real –motivo central de la filosofía moral contemporánea– en una
época en la que se han vuelto epidémicos el autodesdoblamiento del
uno en sí mismo y la multiplicidad de los otros interiores virtuales.
Sólo ahora se hace patente, de modo general y público, el abismo que
hay entre el otro narcisista de la reflexión en sí mismo y el otro
trascendente del encuentro o desencuentro real. Todo el “conglomerado
de mecanismos vitales” –por recordar la formulación de Hermann Broch17,
que evoca situaciones globales esféricas de coexistencia familiar
desarrolladas tradicionalmente, y totalidades indistintas en estado de
asociación sonambúlica y seminarcosis simbiótica– cae durante el siglo
XX dentro de una fuerza centrífuga que dispersa a los individuos,
separándolos en células de mundo propias y micrototalidades
activo-pasivas. Desde este punto de vista, el socioanálisis por
disgregación y aislamiento corre paralelo al psicoanálisis por
autoexploración en una situación diádica artificial.
|
“La esfera una ha implosionado, ahora bien, las espumas viven” (Esferas III -Espumas)
Peter Sloterdijk
La
imagen de la espuma es funcional para describir el actual estado de
cosas, marcado por el pluralismo de las invenciones del mundo, por la
multiplicidad de micro-relatos que interactúan de modo agitado, así
como para formular una interpretación antropológico-filosófica del
individualismo moderno. Con ello Espumas responde a la pregunta de cuál
es la naturaleza del vínculo que reúne a los individuos, formando lo
que la tradición sociológica llama “sociedad”, el espacio
interrelacional del mundo contemporáneo.
En
Espumas se da cuenta de los círculos de expansión y movimiento de las
múltiples esferas en las que –al modo de celdillas de
enclaustramiento– los sujetos se trasladan y aglomeran hasta formar
espumas evanescentes donde establecen complejas interrelaciones.
Espumas
es así definida por Sloterdijk como el ensayo de una “poliesferologia
o ciencia ampliada de invernaderos; [una] teoría tecnológica de los
espacios humanamente y simbólicamente habitados, como una instrucción
científico-ingeniera y política para la construcción y mantenimiento de
unidades civilizatorias.”19
|
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
Espumas20
cierra el ciclo del ambicioso proyecto de Sloterdijk de comprender la
ontogénesis del ser humano y su historia como conformador de esferas.
Estar en el mundo, nos recuerda Sloterdijk21,
es vivir en esferas, espacios de relación, climas o atmósferas, cuyo
análisis dice más de la vida humana que la consideración del individuo
autónomo o de las diversas posiciones que la ciencia y la metafísica
le han asignado. Ahora bien, si Esferas I había desarrollado un
sugestivo esfuerzo por mostrar que la esfera humana primaria
-”burbuja”- era esencialmente relacional, bipolar, y Esferas II había
llevado a cabo una narración completa de las tensiones inherentes a la
constitución de las macroesferas -“globos”-, donde se narraba de qué
forma el pensamiento metafísico clásico, como contemplación del todo
redondo, se propaga por el mundo, el globo, y pone en marcha formas
diversas de globalización22,
fundando lugares absolutos que daban vida a la idea del Todo; Esferas
III tenía asignado proponer una teoría que se hiciera cargo del nuevo
espacio interrelacional del mundo contemporáneo, un mundo que, a
pesar del generalizado discurso de la globalización, está marcado por
el fin de la imagen centralizada del globo omnicomprensivo y unitario23.
A diferencia de la red, la metáfora inevitable desde la abrumadora
expansión de Internet, la espuma subraya el aislamiento conectado, la
diversidad de las conexiones, la constante movilidad de los puntos
conectados y la irregularidad de la estructura total. Esferas III
representa así el intento de comprender la situación actual como la
conexión entre sí de “burbujas”, pequeños ambientes que revisten
múltiples formas (individuos, parejas, asociaciones de todo orden,
consumidores, partidos, etc.), en ausencia de toda visión panóptica, de
toda metáfora integradora24.
Allí donde todo es centro no puede existir un verdadero centro. Allí
donde todo emite, el supuesto centro emisor se pierde entre los
mensajes imbricados.
Esta
situación es lo que Sloterdijk quiere describir con la metafórica de
la Espuma, un agregado de múltiples celdillas, frágiles, desiguales,
aisladas, permeables, pero sin efectiva comunicación. La esfera deja
así de ser la imagen morfológica del mundo poliesférico que habitamos
para dar paso a la espuma. Fragilidad, ausencia de centro y movilidad
expansiva o decreciente son las características esta nueva estructura
que mantiene una “estabilidad por liquidez”, divisa posmoderna que
refleja la íntima conformación de la espuma.
Tenemos
formas dispares de articular el espacio interrelacional, el que se ve
curiosamente polarizado en las ciudades donde las "miradas
impersonales" desde el afuera de nuestra tribu particular, más allá de
nuestra esfera de cercanía, se tornan huidizas.
|
Adolfo Vasquez Rocca - Peter Sloterdijk
Ahora
bien, la intersección telecomunicativa entre las burbujas
individuales a través de sus particulares modos de interconexión, la
conformación de audiencias y públicos, sustraídos a la
"micro"-exterioridad-social de los gestos, requiere –de cualquier
manera– un movimiento de ampliación de burbujas, allí tiene lugar la
espuma25,
que -a su vez- se verá apremiada a conformar certeras separaciones y
diferenciaciones, lo que el lenguaje telecomunicativo llamará
segmentos.
Este
espacio telecomunicativo no es -sin embargo- un a priori diferenciable
de "la política" solidificada en nuestras sociedades "facilitadoras" y
masificantes. Tampoco se puede diferenciar del espacio que nos
creamos en la gestión del entretenimiento o nuestras demandas más o
menos exigentes de cuidados en la sociedad del confort, demandas de
atención a nuevos intereses asociados al prestigio y al lujo.
Ahora
bien, estos individuos mimados no se ocupan de cultivar la "amistad",
su principal interés es la autoconstrucción de infraestructuras
espaciales ultraindividualistas airosas. Todo es en principio un
contener y ser contenido en la compleja intersección de burbujas
insospechadas. Los otros aparecen difusos en el horizonte proto-social
–en el momento de entrada en el mundo hipercomplejo–, en el “espacio
fetal” donde los otros -los menos próximos- son sólo objetos difusos
que excitan la curiosidad y el interrogar intuitivo.
La
problemática configuración de la esfera social obedece al hecho que
las burbujas son ante todo un invernadero, un ámbito acondicionado y
cerrado a un exterior tóxico, formado cada vez más por toda suerte de
prótesis auditivas y visuales. Sloterdijk ve este fenómeno de
explicitación creciente, mediante la técnica, de todos los elementos
ocultos del cuerpo y del medio ambiente el rasgo más decisivo de la
modernidad.
De aquí
surge una extraordinaria preocupación por las condiciones de vida y
la producción del bienestar, cuestión indisociable de nuestro modo de
pensar y diseñar la vida en el momento post-histórico. Sloterdijk en
esta última parte de su proyecto despliega su capacidad provocativa
para denunciar la disparidad entre el Primer Mundo y las zonas menos
desarrolladas, entre la sociedad del bienestar y la “psicosemántica de
la necesidad”.
De
acuerdo a las perspectivas propuestas, en el Primer Mundo se abre la
posibilidad de una conducta no marcada por la necesidad, por la carga
de la subsistencia y su ética de la sobrevivencia, sino por la
abundancia y el derroche, una sociedad mimada por el confort, marcada
por la levitación.
|
Doctor
en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso;
Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía
IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y
Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad
Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la
'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias
en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial'
de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de
'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina.
Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas.
Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla. Director Académico Carrera de Filosofía y
Teología, Universidad Cristiana de Chile UCCH – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.
Adolfo Vásquez Rocca
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
Publications Scientific
http://de.scientificcommons.org/adolfo_v%C3%A1squez_rocca
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Publications Scientific
http://de.scientificcommons.org/adolfo_v%C3%A1squez_rocca
NOTAS Y REFERENCIAS
1
SLOTERDIJK, Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada
en el marco del debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres".
Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y
publicado en En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007,
Segunda Parte, pp. 203 – 211.
2
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y el imaginario de la
Globalización; mundo sincrónico y conciertos de transferencia”, En
AISTHESIS, Nº 45, 2009, INSTITUTO DE ESTÉTICA, Pontificia Universidad
Católica de Chile, PUC, pp. 167 – 180. Revista SciELO. http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-71812009000100011&script=sci_arttext
3
SLOTERDIJK, Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, p.
236
4
SLOTERDIJK, Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Cap. “Lo incomprimible o el
redescubrimiento de lo extenso”, Editorial Siruela, Madrid, 2007, p. 296
5
SLOTERDIJK, Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, pp.
234 – 235.
6
Si la posmodernidad es la estación de llegada, la globalización
representa el camino recorrido. Quien dice globalización, habla, pues,
de un continente artificial dinamizado y animado por el confort.
7
SLOTERDIJK, Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007.
8
Los traumas urbanos corresponden no sólo a la destrucción física,
sino también a las consecuencias psicológicas de los desastres.
9
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Temblores de aire,
atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad", En NÓMADAS, Revista
Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de
Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168. http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk3.pdf
10
DOSTOIEVSKI, Fedor, Memorias del Subsuelo. Traducción de Jessica
Schlegel. (Prologo de George Steiner) Editorial Quadrata,
Retrolecturas,125 pgs. / Más detalles al respecto en: SLOTERDIJK, Peter,
Sphären III: Schäume, Suhrkamp, Frankfurt 2004. Los ecos literarios
de la estancia de Dostoievsky en Londres se encuentran en su
suplemento literario de viajes “Anotaciones de invierno sobre
impresiones de verano”, 1863, un texto en el que el autor se burla,
entre otras cosas, de los «sargentos primeros de la civilización» de
Occidente, de los «progresistas de invernadero», y expresa su angustia
acerca del triunfalismo baálico del palacio de la Exposición
Universal. Dostoievsky reconoce ya en la burguesía francesa la
equiparación europea occidental y posthistórica entre seres humanos y
poder adquisitivo: “La posesión de dinero [es] la más elevada virtud y
deber del ser humano”..
11
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas
metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana" En NÓMADAS Revista
Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE
MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | 1º / 1 pp. 145-149, http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk.pdf
12
SLOTERDIJK, Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada
en el marco del debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres".
Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y
publicado en En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007,
Segunda Parte, pp. 203 – 211.
13
SLOTERDIJK, Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada
en el marco del debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres".
Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y
publicado en En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007,
Segunda Parte, pp. 203 – 211.
14
SLOTERDIJK, Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007.
15
Actualmente existe un conflicto de carácter étnico en muchos de los
países desarrollados. Una cantidad elevada de inmigrantes, provenientes
principalmente de África, Medio-Oriente y América Latina, tanto
legales como ilegales, ingresa diariamente a Europa y Estados Unidos.
Esto produce serias alteraciones en el orden social. Una parte de la
población residente no ve con buenos ojos la llegada de extranjeros, lo
consideran una invasión al Palacio de cristal. Los ciudadanos de
menos recursos afrontan este hecho con mayor malestar, en tanto son
los principales afectados, ya que los inmigrantes constituyen una mano
de obra más económica que compite con ellos en forma ventajosa, en la
carrera por conseguir empleos de baja calificación.
Adicionalmente,
este problema étnico produce otro tipo de repercusiones. El
incremento progresivo de extranjeros provoca que éstos vayan
adquiriendo mayor poder e influencia en la construcción de la
sociedad. Los extranjeros introducen sus costumbres y su religión en
el contexto general, modificando –a través de procesos de hibridación–
el panorama cultural de cada país.
16 SLOTERDIJK, Peter, Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005.
17
Escritor austriaco cuya reputación descansa en varias novelas
formalmente inventivas e intelectualmente ambiciosas. El tema de su obra
maestra, Der Tod des Vergil (1945, la muerte de Virgilio) es el
dilema del artista en un periodo de crisis histórica. El intento de
Broch de reconciliar la visión científica del mundo con una concepción
mística de la experiencia es a veces próxima a la de su contemporáneo
austriaco Robert Musil (El hombre sin atributos). A la edad de 45
años Broch publicó su primera novela, la trilogía Die Schlafwandler
(Los sonámbulos), que refleja la convicción spengleriana del autor de
que la historia progresa en ciclos de desintegración y reintegración
de sistemas de valores. Su tema central era la desintegración de los
valores culturales en la Alemania del periodo entre 1880 y 1920. Los
personajes de la novela experimentan los problemas sociales, políticos y
económicos como periodos de dificultades personales y de transición.
Paserow, un aristócrata prusiano y oficial del ejército, rompe con las
opresivas convenciones para relacionarse con la prostituta bohemia
Ruzena, pero termina en un feliz matrimonio con Elisabeth, su vecina y
socialmente igual. Esch, el impetuoso contable, es una figura de
transición. Su mundo se viene abajo cuando es despedido de su trabajo.
Al final de un periodo de vagabundeo, se casa con la propietaria de un
restaurante. Huguenau es la persona carente de valores, quien estafa y
asesina en su camino al éxito social y financiero. Él resume un
sistema social de valores tradicionales devaluados. Huguenau deserta
del ejército, asesina a Esch, viola a Frau Esch y se convierte en un
respetado hombre de negocios. La estructura de la novela consta de
fragmentos de ensayos filosóficos, artículos periodísticos, diálogos y
fantasías una tras otra.
18
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada
de invernaderos, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y
Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, |Nº 18 |
Enero-Junio.2008 (II), [315-322] http://www.ucm.es/info/nomadas/18/avrocca.pdf
19 SLOTERDIJK, Peter, Esferas III, Espumas, Editorial Siruela, Madrid, 2005, p. 35
20 SLOTERDIJK, Peter, Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005
21 SLOTERDIJK, Peter, Esferas I Burbujas, Ediciones Siruela, Madrid, 2003
22
VÁSQUEZ ROCCA, Liliana, “Sloterdijk; De la ontología de las
distancias al surgimiento del 'provincianismo global'”, En Psikeba,
Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 5, 2007, Buenos
Aires, http://www.psikeba.com.ar/articulos/LVR_Sloterdijk_Ontologia_de_las_distancias.htm
23
RODRÍGUEZ, Ramón, “Sloterdijk en la era de la levitación”, Sobre
Esferas III. Espumas, de Peter Sloterdijk. Originalmente en abc.es,
2006.
24 Ibid.
25 SLOTERDIJK, Peter, Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
Vásquez Rocca, Adolfo, International-conference "Psicopolítica en Sloterdijk y Virilio; El vértigo de la sobremodernidad; ciudades del pánico y turismo etnográfico”. En © TRIENAL DE ARQUITECTURA DE LISBOA | LISBON ARCHITECTURE TRIENNALE 15 - 16 de Enero, 2011.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk; Psicopolítica, De las Memorias del subsuelo a la Posthistoria" En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 36 - 2011, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp.7 - 22. http://www.revistadefilosofia.com/36-01.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, "Deconstrucción de la noción de Autor. Alteridad e Identidad en la poesía contemporánea”, En MANUSCRITOS 2005 – 2011, http://personales.ya.com/mpal/poe/rocca/roca3.htm
Vásquez Rocca, Adolfo, "La Posmodernidad; nuevo régimen de verdad, violencia metafísica y fin de los metarrelatos". En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 38 – 2011, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 63-83. http://www.revistadefilosofia.com/38-03.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, "Lecturas paranoicas y métodos obsesivos de interpretación. Observaciones hermenéuticas preliminares", En MANUSCRITOS 2005 – 2011, http://personales.ya.com/mpal/poe/rocca/roca2.htm
Vásquez Rocca, Adolfo, "La Posmodernidad. Nuevo régimen de verdad, violencia metafísica y fin de los metarrelatos",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS. 29 | Enero-Junio, 2011 (I),
pp. 285-300
http://www.ucm.es/info/nomadas/29/avrocca.pdf
http://www.ucm.es/info/nomadas/29/avrocca.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, "Antipsiquiatría: Deconsctrucción del concepto de enfermedad mental y crítica de la 'razón psiquiátrica'", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS Nº (I) 31 | Julio-Diciembre 2011, pp. 321-338 http://www.ucm.es/info/nomadas/31/adolfovasquezrocca.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, "El artista como dictador social o el político como escenógrafo", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS Nº (I) 31 | Julio-Diciembre 2011, pp. 369-386
http://www.ucm.es/info/nomadas/31/adolfovasquezrocca_3.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, “Antipsiquiatría; deconstrucción del concepto de enfermedad mental”,
En Almiar MARGEN CERO, ISSN: 1696-4807 , Revista Fundadora de la
ASOCIACIÓN DE REVISTAS DIGITALES DE ESPAÑA – III Época – Nº 59 – 2011
http://www.margencero.com/almiar/?p=1282
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Vásquez Rocca, Adolfo, "El Artista como dictador social o el político como escenógrafo",
En Almiar MARGEN CERO, ISSN: 1696-4807, Revista Fundadora de la
ASOCIACIÓN DE REVISTAS CULTURALES DE ESPAÑA – III Época – Nº 60 – 2011 -
ISSN: 1696-4807
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ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Complutense de Madrid
Universidad Andrés Bello UNAB
E-mail: adolfovrocca@gmail.com
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- Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Air Conditioning en el Mundo interior del Capital", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 25 - 2009, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 25-38
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En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas.
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Artículo "Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica" En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º | En Prensa http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk2.pdf
Adolfo Vásquez Rocca, "Sloterdijk; Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad" En A PARTE REI, Nº 53, Sociedad de Estudios Filosóficos, MADRID, 2007.
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Artículo "Peter Sloterdijk; Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos" En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Nº 16 - 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 217-228
Artículo "Sloterdijk 'Normas para el Parque humano'; De la carta sobre el humanismo a las antropotecnias y el discurso del pos-thumanismo", En Revista Observaciones Filosóficas - Nº 5 / 2007 | ISSN 0718-3712.
Artículo
"Peter Sloterdijk; El hombre como experimento sonoro y metafísico
animal de la ausencia", En 'CUADERNOS DEL SEMINARIO' - Revista del
Seminario del Espacio ISSN 0718-4247 - Nº 3 - 2007, Vicerrectoría de
Investigación y Estudios Avanzados Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Sloterdijk; espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica",
LA LÁMPARA DE DIÓGENES: Revista de Filosofía. Número doble, Año 8,
Números 14 y 15, Vol. 8, pp. 179—188. Enero - junio 2007 / Julio -
diciembre 2007 | ISSN 1665-1448. (bi-annual) Seccion D, No. 16, Col.
Unidad Gudalupe, Puebla, PUE. CP 72560, México; Revista registrada en
PHILOSOPHER'S INDEX | website: http://www.ldiogenes.buap.mx/
http://www.ldiogenes.buap.mx/revistas/14/179.pdf
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En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, Nº 24 | Julio-Diciembre.2009 (II) pp.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Tremores de ar, atmoterrorismo e crepúsculo da imunidade”,
En SABERES, Revista Interdisciplinar de Filosofia e Educação,
Universidade Federal do Rio Grande do Norte (UFRN), Brasil, Vol.. 2, Nº
.3, dezembro 2009, http://www.cchla.ufrn.br/saberes/Numero3/Artigos/Adolfo%20Vasquez%20Rocca_p.5-17.pdf
SLOTERDIJK; PSICOPOLÍTICA, GLOBALIZACIÓN Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL Por Adolfo Vásquez Rocca Ver: http://www.arqchile.cl/publicacion_sloterdijk.htm
Dr. Adolfo Vásquez Rocca REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORANEO Y
NUEVAS TEBDENCIAS - AÑO 12 - NÚMERO 129 - AGOSTO 2010 Psicopolítica –
Posthistorie – mimo – Esfera – Mundo – Capital – Globalización –
Filosofía – Espumas – Mimo – Globalización I.- “Palacio de Cristal”:
Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo II.- Posthistorie, mimo y
el devenir inmunológico del mundo III.- Espumas: “poliesferologia” o
ciencia ampliada de invernaderos Dr. Adolfo Vásquez Rocca http://www.arqchile.cl/publicacion_sloterdijk.htm
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SLOTERDIJK; PSICOPOLÍTICA, GLOBALIZACIÓN Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL
REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORANEO Y NUEVAS TEBDENCIAS - AÑO 12 - NÚMERO 129 - AGOSTO 2010
Psicopolítica – Posthistorie – mimo – Esfera – Mundo – Capital – Globalización – Filosofía – Espumas – Mimo – Globalización
I.- “Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
A partir de la metáfora del Palacio de Cristal1Sloterdijk
desarrolla un análisis filosófico-arquitectónico de cómo el
capitalismo liberal encarna una particular voluntad de excluir el mundo
exterior, de retirarse en un interior absoluto, confortable,
decorado, suficientemente grande como para que no se perciba el
encierro. La transparencia del Palacio genera la ilusión en los
habitantes de los márgenes de poder participar de su confort y
seguridad. El palacio se hace desear, se propone como ideal de
desarrollo para los "perdedores de la Historia" ocultando las
fronteras que los dividen, invisibilizando sus rigurosas medidas de
control2.
La
afortunada metáfora del Palacio de Cristalque Sloterdijk retoma de
las Memorias del subsuelode Dostoyevski (a quien considera un
precursor de la crítica a la globalización), resulta útil para que el
lector acostumbrado a las desgastadas visiones de las industrias
culturales en la era del neoliberalismo, aterrice enel espacio
interior del capitalpara comprenderlo como “expresión
socio-topológica, que se introduce aquí para la fuerza creadora de
interior de los medios contemporáneos de tráfico y comunicación:
circunscribe el horizonte de las oportunidades, que abre el dinero, de
acceso a lugares, personas, mercancías y datos…la forma determinante
de subjetividad dentro de la Gran Instalación está determinada por la disponibilidad de capacidad adquisitiva”3.
Las
redes telefónicas, los sistemas de radio y la proporción a chorro en
la aviación han convertido en dos generaciones en algo natural una
medida tal en la superación de la distancia que el espacio se percibe
hoy como una magnitud casi desdeñable. Todo lo extenso y que exige
espacio es comprimido hasta formar un bloque mínimo e inerte. La más
patente manifestación de ello es el telefoneo intercontinental. Quien
quiera haber confirmado el mito de la desaparición del espacio solo
necesita levantar el teléfono o realizar algunos mouse-clicks4.
La
historia de la globalización –la superación de las distancias– es la
historia de una doble conquista, la conquista de la tierra por vía
marítima y la conquista de la subjetividad. Según Sloterdijk, ha
llegado el momento en que ambas expansiones se han encontrado y se han
fusionado en un gran espacio denominado mercado. Después de la toma
del medio metafísico y del medio terrestre la tercera globalización se
nos aparece como la colonización del territorio interior. Lo que
antes era historia de expediciones, aventuras e intrusiones, ahora es
descubrimiento de las facultades ajenas y desacoplamiento de los
flujos generados en las dos globalizaciones anteriores. Hemos pasado
de un reino de la necesidad a un reino de la libertad donde la
tele-comunicación ya no es una herramienta sino un constitutivo
ontológico de las relaciones sociales, un medio de descarga
generalizada sobre la base del bienestar en un parlamento ficticio que
sustituye el monoteísmo por el pluriteísmo.
El espacio interior de mundo del capital abarca, demográficamente apenas un tercio de la humanidad actual, geográficamente apenas un décimo de las superficies continentales. Sin considerar aquí el mundo acuático, porque todos los cruceros y yates habitables sumados juntos sólo cubrirían un millonésima parte de las superficies marinas5. Sólo el nuevo Queen Mary 2, el transatlántico más grande, más lujoso y caro construido en la historia marítima destinado a cruceros vacacionales, que zarpó en enero del 2004 hacia Nueva York con unos 2600 pasajeros abordo para su viaje inaugural, merece quizá una mención especial, ya que, como Palacio de Cristal flotante, hace una ostentación particular provocadora del capitalismo postmodernista6.
El
capitalismo es, como lo hace ver Sloterdijk, algo más que un modo de
producción; apunta más lejos, como se expresa con la figura de
pensamiento "mercado mundial". Implica el proyecto de transportar todo
el contexto vital de los seres humanos que se hallan en su radio de
acción a la inmanencia del poder de compra.
Consecuentemente,
la expresión “mundo globalizado” vale exclusivamente para la
instalación dinámica que sirve como envoltura de “mundo de vida” a la
fracción de la humanidad de los poseedores de capacidad adquisitiva. En
su interior siempre se alcanzan nuevas alturas de improbabilidad
estabilizada, como si el juego de beneficios de las minorías
intensamente consumidoras contra la entropía pudiera seguir de forma
indefinida.
Así que no es
casualidad que el debate sobre la globalización se lleve casi
exclusivamente como monologo de las zonas de bienestar; la mayoría de
las demás regiones del mundo, por regla general, apenas conoce la
palabra y –menos aún– el asunto, a no ser por sus efectos colaterales
desfavorables. De todos modos, las dimensiones colosales de la
instalación impulsan un cierto romanticismo cosmopolita; a cuyos medios
más característicos pertenecen las revistas de abordo de las grandes
líneas aéreas, por no hablar aquí de otros productos de la prensa
masculina internacional. El cosmopolitismo, se puede decir, es el
provincialismo de los mimados7.
Tras
la caída del muro de Berlín, las torres gemelas de Nueva York y las
explosiones de los subterráneos de Madrid y Londres, los “protegidos”,
sujetos de estas relaciones, son movilizados tanto por el Estado
“moderador” posmoderno como por los medios masivos de comunicación a
través de las estrategias inmediatistas del mimo.
Después
del mimo constitutivo, sin el cual los niños no sobreviven más allá
de su infancia, entramos en ese núcleo trágico que el psicoanálisis
denominó "el principio de realidad". La aventura del siglo XX es,
precisamente, haber puesto fin a ese reinado del principio de realidad,
al menos para la mayoría de quienes habitan esta vasta esfera de
comodidad, este palacio de cristal que llamamos Occidente.
Mimo,
como término de la antropología histórica, designa los reflejos
psicofísicos y semánticos del proceso de alivio o descarga que resulta
inherente al desarrollo de la civilización desde su origen, pero que
sólo en la época de la radical des-escasez de bienes pudo aparecer a
plena luz. Las fuerzas efectivas de mimo constituyen un espacio de
inmersión que sensibiliza a sus habitantes con las ventajas
atmosféricas de un aseguramiento de la existencia ya producido
fundamentalmente de antemano.
En
otras palabras, han desertado del mundo exterior para cultivarse a sí
mismos e introducirse al invernadero del confort convertido hoy en el
gran útero de la felicidad paradójica. Tal constreñimiento tiende a
no dejar nada fuera, ni siquiera las lejanas fantasías de los
novelistas de ciencia ficción, quienes a estas alturas se han vuelto
cronistas de la Gran Instalación–El Palacio de Cristal– como gusta
definir también Sloterdijk al ambiente planetario
Nace
lo que Sloterdijk denomina la posthistorie, conjunto de relatos que
matizan la absorción interna que nos permite la climatización
artificial –la del Palacio de Cristal– en el que la inmanencia del
poder adquisitivo atrae a la vida en todas sus manifestaciones. El
ciudadano poshistórico se encuentra así en una permanente
des-limitación de sus facultades, en un constante viaje interior hacia
la conciencia de poder obtener siempre más beneficio. El ciudadano
poshistórico habita un continente artificial dinamizado y animado por
el confort.
Mimo y aburrimiento
vienen a ser dos momentos de la constitución del sujeto poshistórico.
Por ejemplo, al sujeto extáticojoven sus padres filiales lo miman
inhibiéndole toda posibilidad de sufrimiento; ¡Que ellos no sufran las
carencias que tuve cuando fui joven! suelen decir los padres
cincuentones. Además, al soberano consumidor le brindan múltiples
opciones de confort, incluida la rebelión que puede manifestarse al
tomar un café orgánico, portando una playera con algún estampado
revolucionario e incluso soñando despierto con algún documental de
crítica social. A ello podemos sumar las facilidades que dan al
soberano las instituciones financieras a través de tarjetas de crédito,
las becas de instituciones estatales para estudiar, los programas
sociales de entretenimiento y los proyectos de capacitación para que
las nuevas generaciones puedan aprender saberes para el mundo laboral
del entretenimiento. Mimo por doquier para suavizar la omnipresencia
difusa del aburrimiento. Si hasta en la modernidad de la década del
sesenta el aburrimiento provocaba revoluciones según rezaban las viejas
consignas situacionistas, en los actuales tiempos de la Gran
Instalación, el aburrimiento se alivia consumiendo la inmensidad del
inacabable mundo ofrecido por las empresas de la descarga emocional.
Y
es que los fenómenos del estrés aparecen debido a que el soberano
consumidor día a día se autoasesora, se autopersuade, se autodesinhibe
para lograr el éxito, al mismo tiempo que busca herramientas para
descargar su estrés. Para ello, un ejército de orientadores mediáticos
le brindan soluciones cuando no logra el triunfo: puede adquirir un
best seller para tomar las cosas con calma, tomar un diplomado para
hablar en público, un spa para desestresarse, el gimnasio o algún
complemento alimenticio.
Con ello,
el sujeto arquetípico del Palacio de Cristalconsigue ejercitarse hasta
llegar a ser dueño y propietario de sus propios padecimientos y
pasiones, nadie más que él es el constructor de su fama o mediocridad.
Occidente
ha reemplazado el mundo de los metafísicos por un gran espacio
interior organizado por el poder adquisitivo. El capitalismo liberal
encarna la voluntad de excluir el mundo exterior, de retirarse en un
interior absoluto, confortable, decorado, suficientemente grande como
para que no nos sintamos encerrados.
Para
decirlo en tono sociológico, los individuos, auténticas moléculas
gasificadas, pasean ansiosamente en las atmósferas maternales de los
centros comerciales para calmar sus depresiones adquiriendo algún
producto efímero; asisten a los festivales de entretenimiento para
saciar el aburrimiento impuesto por la vida doméstica; festejan a la
menor provocación cualquier suceso con tal de no interrumpir la
infantil fiesta intermitente. Es más, hasta en las conmemoraciones por
los derechos humanos sienten la emoción de la conversión de la memoria
histórica social en parque temático.
A
contracorriente del sedentarismo mental de los catedráticos
vitalicios, Sloterdijk pone en movimiento palabras clave como
aburrimiento, existencia de invernadero y reconstrucción psicopolítica
de la fracción de la humanidad como poder adquisitivo con el propósito
de conectar relato histórico y filosofía, y así desenmascarar el
aburrimiento del “existente sin retos” que hace de la cultura de masas,
el humanismo y el biologicismo el ancla de su narcisismo primario
poshistórico.
La
reflexión acerca del impacto que producen los influjos inhibitorios y
los influjos desinhibitorios en el funcionamiento de nuestra sociedad
presente es desarrollada por Sloterdijk en su conferencia “El Palacio
de Cristal”, pronunciada en el marco del debate Traumas urbanos8.
La ciudad y los desastres, la cual tuvo lugar en Barcelona, en el año
2004. En esta conferencia, Sloterdijk establece una articulación
entre ambos tipos de influjo y otros temas que forman parte de la
meditación contemporánea como el capitalismo, la globalización y el
terrorismo9.
Sloterdijk
utiliza el concepto de “densidad” para definir el estado esencial que
caracteriza la convivencia en el mundo globalizado. Con la
globalización el camino hacia “las sociedades de paredes finas” parece
inevitable. Los lugares se entrelazan a la vez que confunden su propia
identidad mientras las identidades se desplazan perdiendo su lugar
natural. Nace, lo que Sloterdijk denomina, la posthistorie, conjunto de
relatos que matizan la absorción interna que nos permite la
climatización artificial.
El mundo
ha perdido la noche porque la luna y el sol ya no son los vectores del
tiempo. En el mundo interior del capital siempre es de día. La
energía fósil ha sido intercambiada por la energía intelectual y la
síntesis de minerales por la transferencia de conocimiento.
Esta
idea es expresada en el libro a través de la imagen del Palacio de
cristal, acuñada por Dostoievski en Memorias del subsuelo10refiriéndose
al famoso recinto de la Exposición Universal de Londres de 1851.
Metáfora voyeurista de la absorción de realidad desde unas condiciones
inmunológicas perfectamente estudiadas
Sloterdijk
se ha dedicado sistemáticamente a describir el devenir inmunológico
del mundo en que vivimos. Percibe la filosofía como una “teoría
narrativa de la génesis del universo”, como “una meditación sobre el
ser-en-situaciones”, como “el estar-en-el mundo. A ello le da el nombre
de “teoría de la inmersión”, o teoría del “estar juntos.” Vivir es
crear esferas. Las historias amorosas y las comunidades solidarias no
son sino la creación de espacios interiores para las emociones
escindidas11, un sistema inmunitario simbólico que construye una película protectora en torno del ser humano.
El
rasgo distintivo de la globalidad establecida es la situación de
proximidad forzosa con todo tipo de elementos. Creemos que lo más
adecuado es designarla con el término topológico “densidad”. Este
término designa el grado de presión para la coexistencia entre un
número indefinidamente grande de partículas y centros de acción.
Mediante el concepto de densidad, se puede superar el romanticismo de
la cercanía con el que los moralistas modernos han querido explicar la
abertura del sujeto hacia el Otro12.
En El Palacio de Cristal13Sloterdijk
desarrolla una metáfora que permite describir el estado actual de la
evolución económica y social, especialmente en los países
desarrollados de Occidente, cuestión que profundizará en el reciente
“En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la
Globalización”14.
El mundo que él denomina capitalismo integral, donde el espacio
exterior es absorbido y extrapolado hacia un espacio interior
completamente delineado y esquematizado. Este Palacio de
Cristaldesempeña el rol de cápsula que separa y protege a sus miembros
de las amenazas del mundo exterior; en él, los consumidores pueden
acceder a distintos tipos de productos provenientes de todas partes del
globo sin tener que abandonar su burbuja de privilegio.
Los
habitantes contemporáneos del Palacio de Cristalllevan a cabo una
vida marcada por el bienestar social, esto influye en el modo en que
se interrelacionan, ya no se consideran unos a otros competidores en
la batalla por la supervivencia, ni tampoco existen acentuados
antagonismos entre las clases sociales que puedan dar pie a
revoluciones o golpes de estado, manifestaciones unilaterales de la
agresión15.
En Espumas, el último volumen de su trilogía, Esferas III16,
Sloterdijk se ocupa de pensar el espacio contemporáneo, para ello
ofrece una teoría filosófica que destaca el carácter multifocal con que
la vida se desarrolla, esto bajo un nuevo régimen de complejidad donde
la tensión se produce entre el fenómeno de apartamento de la
burbuja-tipo –de la vida individual– y los nuevos conectores o espacios
interrelacionales.
Como forma
elemental egosférica, el apartamento es el lugar en el que la simbiosis
de los miembros de la familia, que desde tiempos inmemoriales
constituyen las comunidades habitacionales primarias, se supera en
favor de la simbiosis del individuo que vive solo consigo mismo y con
su entorno. Es particularmente interesante que en las teorías éticas
más recientes: efectivamente, el “otro” solo puede ser descubierto como
otro real –motivo central de la filosofía moral contemporánea– en una
época en la que se han vuelto epidémicos el autodesdoblamiento del
uno en sí mismo y la multiplicidad de los otros interiores virtuales.
Sólo ahora se hace patente, de modo general y público, el abismo que
hay entre el otro narcisista de la reflexión en sí mismo y el otro
trascendente del encuentro o desencuentro real. Todo el “conglomerado
de mecanismos vitales” –por recordar la formulación de Hermann Broch17,
que evoca situaciones globales esféricas de coexistencia familiar
desarrolladas tradicionalmente, y totalidades indistintas en estado de
asociación sonambúlica y seminarcosis simbiótica– cae durante el siglo
XX dentro de una fuerza centrífuga que dispersa a los individuos,
separándolos en células de mundo propias y micrototalidades
activo-pasivas. Desde este punto de vista, el socioanálisis por
disgregación y aislamiento corre paralelo al psicoanálisis por
autoexploración en una situación diádica artificial.
Peter Sloterdijk
III.- Espumas:“poliesferologia” o ciencia ampliada de invernaderos18.
“La esfera una ha implosionado, ahora bien, las espumas viven”(Esferas III -Espumas)
Peter Sloterdijk
La
imagen de la espuma es funcional para describir el actual estado de
cosas, marcado por el pluralismo de las invenciones del mundo, por la
multiplicidad de micro-relatos que interactúan de modo agitado, así
como para formular una interpretación antropológico-filosófica del
individualismo moderno. Con ello Espumasresponde a la pregunta de cuál
es la naturaleza del vínculo que reúne a los individuos, formando lo
que la tradición sociológica llama “sociedad”, el espacio
interrelacional del mundo contemporáneo.
En
Espumasse da cuenta de los círculos de expansión y movimiento de las
múltiples esferas en las que –al modo de celdillas de
enclaustramiento– los sujetos se trasladan y aglomeran hasta formar
espumas evanescentes donde establecen complejas interrelaciones.
Espumases
así definida por Sloterdijk como el ensayo de una “poliesferologia o
ciencia ampliada de invernaderos; [una] teoría tecnológica de los
espacios humanamente y simbólicamente habitados, como una instrucción
científico-ingeniera y política para la construcción y mantenimiento de
unidades civilizatorias.”19
Esferas Peter Sloterdijk_Por Adolfo Vásquez Rocca
Espumas20cierra
el ciclo del ambicioso proyecto de Sloterdijk de comprender la
ontogénesis del ser humano y su historia como conformador de esferas.
Estar en el mundo, nos recuerda Sloterdijk21,
es vivir en esferas, espacios de relación, climas o atmósferas, cuyo
análisis dice más de la vida humana que la consideración del individuo
autónomo o de las diversas posiciones que la ciencia y la metafísica
le han asignado. Ahora bien, si Esferas I había desarrollado un
sugestivo esfuerzo por mostrar que la esfera humana primaria
-”burbuja”- era esencialmente relacional, bipolar, y Esferas IIhabía
llevado a cabo una narración completa de las tensiones inherentes a la
constitución de las macroesferas -“globos”-, donde se narraba de qué
forma el pensamiento metafísico clásico, como contemplación del todo
redondo, se propaga por el mundo, el globo, y pone en marcha formas
diversas de globalización22,
fundando lugares absolutosque daban vida a la idea del Todo; Esferas
IIItenía asignado proponer una teoría que se hiciera cargo del nuevo
espacio interrelacional del mundo contemporáneo, un mundo que, a pesar
del generalizado discurso de la globalización, está marcado por el fin
de la imagen centralizada del globo omnicomprensivo y unitario23.
A diferencia de la red, la metáfora inevitable desde la abrumadora
expansión de Internet, la espuma subraya el aislamiento conectado, la
diversidad de las conexiones, la constante movilidad de los puntos
conectados y la irregularidad de la estructura total. Esferas
IIIrepresenta así el intento de comprender la situación actual como la
conexión entre sí de “burbujas”, pequeños ambientes que revisten
múltiples formas (individuos, parejas, asociaciones de todo orden,
consumidores, partidos, etc.), en ausencia de toda visión panóptica, de
toda metáfora integradora24.
Allí donde todo es centro no puede existir un verdadero centro. Allí
donde todo emite, el supuesto centro emisor se pierde entre los
mensajes imbricados.
Esta
situación es lo que Sloterdijk quiere describir con la metafórica de
la Espuma, un agregado de múltiples celdillas, frágiles, desiguales,
aisladas, permeables, pero sin efectiva comunicación. La esfera deja
así de ser la imagen morfológica del mundo poliesférico que habitamos
para dar paso a la espuma. Fragilidad, ausencia de centro y movilidad
expansiva o decreciente son las características esta nueva estructura
que mantiene una “estabilidad por liquidez”, divisa posmoderna que
refleja la íntima conformación de la espuma.
Tenemos
formas dispares de articular el espacio interrelacional, el que se ve
curiosamente polarizado en las ciudades donde las "miradas
impersonales" desde el afuerade nuestra tribu particular, más allá de
nuestra esfera de cercanía, se tornan huidizas.
Ahora
bien, la intersección telecomunicativa entre las burbujas
individuales a través de sus particulares modos de interconexión, la
conformación de audiencias y públicos, sustraídos a la
"micro"-exterioridad-social de los gestos, requiere –de cualquier
manera– un movimiento de ampliación de burbujas, allí tiene lugar la
espuma25,
que -a su vez- se verá apremiada a conformar certeras separaciones y
diferenciaciones, lo que el lenguaje telecomunicativo llamará
segmentos.
Este espacio
telecomunicativono es -sin embargo- un a priori diferenciable de "la
política" solidificada en nuestras sociedades "facilitadoras" y
masificantes. Tampoco se puede diferenciar del espacio que nos creamos
en la gestión del entretenimiento o nuestras demandas más o menos
exigentes de cuidados en la sociedad del confort, demandas de atención a
nuevos intereses asociados al prestigio y al lujo.
Ahora
bien, estos individuos mimadosno se ocupan de cultivar la "amistad",
su principal interés es la autoconstrucción de infraestructuras
espaciales ultraindividualistas airosas. Todo es en principio un
contener y ser contenido en la compleja intersección de burbujas
insospechadas. Los otrosaparecen difusos en el horizonte proto-social
–en el momento de entrada en el mundo hipercomplejo–, en el “espacio
fetal” donde los otros-los menos próximos- son sólo objetos difusos que
excitan la curiosidad y el interrogar intuitivo.
La
problemática configuración de la esfera social obedece al hecho que
las burbujas son ante todo un invernadero, un ámbito acondicionado y
cerrado a un exterior tóxico, formado cada vez más por toda suerte de
prótesis auditivas y visuales. Sloterdijk ve este fenómeno de
explicitación creciente, mediante la técnica, de todos los elementos
ocultos del cuerpo y del medio ambiente el rasgo más decisivo de la
modernidad.
De aquí surge una
extraordinaria preocupación por las condiciones de vida y la producción
del bienestar, cuestión indisociable de nuestro modo de pensar y
diseñar la vida en el momento post-histórico. Sloterdijk en esta última
parte de su proyecto despliega su capacidad provocativa para
denunciar la disparidad entre el Primer Mundoy las zonas menos
desarrolladas, entre la sociedad del bienestar y la “psicosemántica de
la necesidad”.
De acuerdo a las
perspectivas propuestas, en el Primer Mundose abre la posibilidad de
una conducta no marcada por la necesidad, por la carga de la
subsistencia y su ética de la sobrevivencia, sino por la abundancia y
el derroche, una sociedad mimada por el confort, marcada por la
levitación.
Doctor
en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso;
Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía
IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y
Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad
Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la
'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias
en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial'
de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de
'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina.
Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia–Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas.
Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla. Director Académico Carrera de Filosofía y
Teología, Universidad Cristiana de Chile UCCH – Profesor visitante Florida Christian University USAy Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
Publications Scientific
http://de.scientificcommons.org/adolfo_v%C3%A1squez_rocca
NOTAS Y REFERENCIAS
1
SLOTERDIJK, Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada
en el marco del debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres".
Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y
publicado en En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría
Filosófica de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007,
Segunda Parte, pp. 203 – 211.
2
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y el imaginario de la
Globalización; mundo sincrónico y conciertos de transferencia”, En
AISTHESIS, Nº 45, 2009, INSTITUTO DE ESTÉTICA, Pontificia Universidad
Católica de Chile, PUC, pp. 167 – 180. Revista SciELO.http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-71812009000100011&script=sci_arttext
3SLOTERDIJK,
Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica
de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, p. 236
4SLOTERDIJK,
Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica
de la Globalización, Cap. “Lo incomprimible o el redescubrimiento de
lo extenso”, Editorial Siruela, Madrid, 2007, p. 296
5SLOTERDIJK,
Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica
de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, pp. 234 – 235.
6Si
la posmodernidad es la estación de llegada, la globalización
representa el camino recorrido. Quien dice globalización, habla, pues,
de un continente artificial dinamizado y animado por el confort.
7SLOTERDIJK,
Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica
de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007.
8Los
traumas urbanos corresponden no sólo a la destrucción física, sino
también a las consecuencias psicológicas de los desastres.
9VÁSQUEZ
ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Temblores de aire, atmoterrorismo y
crepúsculo de la inmunidad", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias
Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 |
Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168. http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk3.pdf
10DOSTOIEVSKI,
Fedor,Memorias del Subsuelo. Traducción de Jessica Schlegel. (Prologo
de George Steiner) Editorial Quadrata, Retrolecturas,125 pgs. / Más
detalles al respecto en: SLOTERDIJK, Peter, Sphären III: Schäume,
Suhrkamp, Frankfurt 2004. Los ecos literarios de la estancia de
Dostoievsky en Londres se encuentran en su suplemento literario de
viajes “Anotaciones de invierno sobre impresiones de verano”, 1863, un
texto en el que el autor se burla, entre otras cosas, de los «sargentos
primeros de la civilización» de Occidente, de los «progresistas de
invernadero», y expresa su angustia acerca del triunfalismo baálico del
palacio de la Exposición Universal. Dostoievsky reconoce ya en la
burguesía francesa la equiparación europea occidental y posthistórica
entre seres humanos y poder adquisitivo: “La posesión de dinero [es] la
más elevada virtud y deber del ser humano”..
11VÁSQUEZ
ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas
metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana" En NÓMADAS Revista
Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE
MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | 1º / 1 pp. 145-149, http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk.pdf
12SLOTERDIJK,
Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada en el marco
del debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres". Centro de
Cultura Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y publicado en En
El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la
Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, Segunda Parte, pp. 203 –
211.
13SLOTERDIJK,
Peter, “El Palacio de Cristal”, Conferencia pronunciada en el marco
del debate "Traumas urbanos. La ciudad y los desastres". Centro de
Cultura Contemporánea de Barcelona , 7-11 julio 2004. Y publicado en En
El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la
Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007, Segunda Parte, pp. 203 –
211.
14SLOTERDIJK,
Peter, En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica
de la Globalización, Editorial Siruela, Madrid, 2007.
15Actualmente
existe un conflicto de carácter étnico en muchos de los países
desarrollados. Una cantidad elevada de inmigrantes, provenientes
principalmente de África, Medio-Oriente y América Latina, tanto legales
como ilegales, ingresa diariamente a Europa y Estados Unidos. Esto
produce serias alteraciones en el orden social. Una parte de la
población residente no ve con buenos ojos la llegada de extranjeros, lo
consideran una invasión al Palacio de cristal. Los ciudadanos de menos
recursos afrontan este hecho con mayor malestar, en tanto son los
principales afectados, ya que los inmigrantes constituyen una mano de
obra más económica que compite con ellos en forma ventajosa, en la
carrera por conseguir empleos de baja calificación.
Adicionalmente,
este problema étnico produce otro tipo de repercusiones. El
incremento progresivo de extranjeros provoca que éstos vayan
adquiriendo mayor poder e influencia en la construcción de la
sociedad. Los extranjeros introducen sus costumbres y su religión en
el contexto general, modificando –a través de procesos de hibridación–
el panorama cultural de cada país.
16SLOTERDIJK, Peter, Esferas III, Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005.
17Escritor
austriaco cuya reputación descansa en varias novelas formalmente
inventivas e intelectualmente ambiciosas. El tema de su obra maestra,
Der Tod des Vergil (1945, la muerte de Virgilio) es el dilema del
artista en un periodo de crisis histórica. El intento de Broch de
reconciliar la visión científica del mundo con una concepción mística de
la experiencia es a veces próxima a la de su contemporáneo austriaco
Robert Musil (El hombre sin atributos). A la edad de 45 años Broch
publicó su primera novela, la trilogía Die Schlafwandler (Los
sonámbulos), que refleja la convicción spengleriana del autor de que la
historia progresa en ciclos de desintegración y reintegración de
sistemas de valores. Su tema central era la desintegración de los
valores culturales en la Alemania del periodo entre 1880 y 1920. Los
personajes de la novela experimentan los problemas sociales, políticos y
económicos como periodos de dificultades personales y de transición.
Paserow, un aristócrata prusiano y oficial del ejército, rompe con las
opresivas convenciones para relacionarse con la prostituta bohemia
Ruzena, pero termina en un feliz matrimonio con Elisabeth, su vecina y
socialmente igual. Esch, el impetuoso contable, es una figura de
transición. Su mundo se viene abajo cuando es despedido de su trabajo.
Al final de un periodo de vagabundeo, se casa con la propietaria de un
restaurante. Huguenau es la persona carente de valores, quien estafa y
asesina en su camino al éxito social y financiero. Él resume un
sistema social de valores tradicionales devaluados. Huguenau deserta
del ejército, asesina a Esch, viola a Frau Esch y se convierte en un
respetado hombre de negocios. La estructura de la novela consta de
fragmentos de ensayos filosóficos, artículos periodísticos, diálogos y
fantasías una tras otra.
18VÁSQUEZ
ROCCA, Adolfo, Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de
invernaderos, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y
Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, |Nº 18 | Enero-Junio.2008
(II), [315-322] http://www.ucm.es/info/nomadas/18/avrocca.pdf
19SLOTERDIJK, Peter, Esferas III, Espumas, Editorial Siruela, Madrid, 2005, p. 3520SLOTERDIJK, Peter,Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005
21SLOTERDIJK, Peter, Esferas I Burbujas, Ediciones Siruela, Madrid, 2003
22VÁSQUEZ
ROCCA, Liliana, “Sloterdijk; De la ontología de las distancias al
surgimiento del 'provincianismo global'”, En Psikeba, Revista de
Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 5, 2007, Buenos Aires, http://www.psikeba.com.ar/articulos/LVR_Sloterdijk_Ontologia_de_las_distancias.htm
23RODRÍGUEZ,
Ramón, “Sloterdijk en la era de la levitación”, Sobre Esferas III.
Espumas, de Peter Sloterdijk. Originalmente en abc.es, 2006.
24Ibid.
25SLOTERDIJK, Peter,Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
_______________________________
Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos
Por Adolfo Vásquez Rocca
Referencia:
- Vásquez Rocca, Adolfo, “Baudrillard; cultura, narcisismo y régimen de mortandad en el sistema de los objetos”, en Almiar Margen Cero, Madrid, diciembre 2006.
http://www.margencero.com/articulos/articulos3/baudrillard.htm
http://www.margencero.com/articulos/articulos3/baudrillard.htm
- Vásquez Rocca, Adolfo, "Baudrillard; Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos" En EIKASIA. Revista de Filosofía, OVIEDO, ESPAÑA. ISSN 1885-5679, año II - número 9 - marzo 2007
http://www.revistadefilosofia.com/94.pdf
http://www.revistadefilosofia.com/94.pdf
Baudrillard
Resumen
El presente trabajo intenta, a partir de la revisión de las obras
fundamentales de Jean Baudrillard, dar cuenta del origen de la
personalidad narcisista, que no conoce límites entre ella misma y el
mundo que exige la gratificación inmediata de sus deseos, así como la
erosión de la vida intima tenida lugar en la sociedad del espectáculo.
El American way of life
aparecerá caracterizado como el imperio de la seducción y de la
obsolescencia decretada; un sistema que rinde culto al fetiche de la
mercancía y la pornografía de la información. Finalmente, se buscará
dar cuenta de cómo el consumo no es, en absoluto, la base sobre la que
descansa el progreso, sino más bien la barrera que lo estanca o, al
menos, lo lanza en la dirección contraria a la de la mejora de las
relaciones sociales.
Baudrillard
Palabras claves:
Seducción; narcisismo; alteridad; imagen; espectaculo, consumo; obsolesencia.
Narcisismo y transformación de la vida pública
¿Cuál
es en última instancia el entramado ideológico del sistema de los
objetos? ¿Qué ideario encarna este sistema cuyos principios son la
caducidad y la obsolescencia —el imperativo de la novedad—, la ley del
ciclo y otros automatismos semejantes? Baudrillard dirá que son dos:
el principio personalizador, que se articula como democratización del
consumo de modelos por la vía de la serialidad y la ética novedosa del
crédito y la acumulación no productiva. Hoy
el glamour de las mercancías aparece como nuestro paisaje natural,
allí nos reconocemos y nos encontramos con «nosotros mismos», con
nuestros ensueños de poder y ubicuidad, con nuestras obsesiones y
delirios, con los desperdicios psíquicos en el escaparate de la
publicidad —verdadero espejo que nos devuelve nuestra imagen deformada—
una verdadera summa espiritual de nuestra civilización, el repertorio
ideológico de la desinhibición.
El
carácter distintivo del American way of life, de la última sociedad
primitiva contemporánea se escenifica en las formas del
distanciamiento, en el paisaje, en los grandes desiertos y carreteras
de ese país que deja entrever una profunda soledad, las inclinaciones
thanáticas que yacen bajo el optimismo americano; la decrepitud del
capitalismo tardío en la tierra de las oportunidades, del american
dream convertido en el insomnio incontenible de la banalidad y la
indiferencia; los Estados Unidos han realizado la desterritorialización
de la identidad, la diseminación del sujeto y la neutralización de
todos los valores y, si se quiere, la muerte de la cultura bajo el
régimen de la mortandad de los objetos. En
este sentido es una cultura ingenua y primitiva, no conoce la ironía,
no se distancia de sí misma, no ironiza sobre el futuro ni sobre su
destino; ella sólo actúa y materializa su política de Estado.
Norteamérica realiza así sus sueños y sus pesadillas.
La identidad prefabricada
Vivimos
en un universo frío, la calidez seductora, la pasión de un mundo
encantado es sustituida por el éxtasis de las imágenes, por la
pornografía de la información, por la frialdad obscena de un mundo
desencantado. Ya no por el drama de la alienación, sino por la
hipertrofia de la comunicación que, paradojalmente, acaba con toda
mirada o, como dirá Baudrillard[1], con toda imagen[2] y, por cierto, con todo reconocimiento.
El
desafío de la diferencia, que constituye al sujeto especularmente,
siempre a partir de un otro que nos seduce o al que seducimos, al que
miramos y por el que somos vistos, hace que el solitario voyeurista
ocupe el lugar del antiguo seductor apasionado. Somos, en este sentido,
ser para otros y no sólo por la teatralidad propia de la vida social,
sino porque la mirada del otro nos constituye, en ella y por ella nos
reconocemos. La constitución de nuestra identidad tiene lugar desde
la alteridad, desde la mirada del otro que me objetiva, que me
convierte en espectáculo. Ante él estoy en escena, experimentando las
tortuosas exigencias de la teatralidad de la vida social. Lo
característico de la frivolidad es la ausencia de esencia, de peso, de
centralidad en toda la realidad, y por tanto, la reducción de todo lo
real a mera apariencia.
El éxito
de la identidad prefabricada radica en que cada uno la diseña de
acuerdo con lo que previsiblemente triunfa –los valores en alza[3]–.
La moda, pues, no es sino un diseño utilitarista de la propia
personalidad, sin profundidad, una especie de ingenuidad publicitaria en
la cual cada uno se convierte en empresario de su propia apariencia.
Sofia Oportot y Adolfo Vásquez Rocca Teatro y Diseño
Efectos de desaparición
La
fragmentación de las imágenes construye una estética abstracta y
laberíntica, en el que cada fragmento opera independiente pero, a su
vez, queda encadenado al continuo temporal de un instante narrativo
único. Podemos retener el mundo entero en nuestras cabezas.
La
aceleración y los estados alterados de la mente. Los psicotrópicos.
La representación electrónica de la mente en la cartografía del
hipertexto. Las autopistas de la información, donde todo acontece sin
tener siquiera que partir ni viajar. Es la era de la llegada
generalizada, de la telepresencia, de la cibermuerte y el asesinato de
la realidad. El mundo como una gran cámara de vacío y de
descompresión. Como la ralentización de la exuberancia del mundo.
Imágenes
de la gran urbe, fragmentos de los últimos gestos humanos
reconocibles. Los sujetos indiferentes a la presencia de la cámara se
mueven según el ritmo de sus propios pensamientos.
Imágenes
en movimiento: la estación del Metro de Tokio, súper-carreteras,
aviones supersónicos, televisores de cristal líquido, nano-ordenadores,
y otros tantos accesorios que nos implantan una aceleración a la
manera de otras tantas prótesis tecnológicas. Es la era del
cyber-reflejo condicionado, del vértigo de la cibermúsica, de los
fundidos del inconsciente en una lluvia de imágenes digitales, vértigo
espasmódico de señales que se encienden y apagan, del gesto
televisivo, vértigo espasmódico de señales que se encienden y se
apagan, del gesto neurótico y ansioso del zapping o el molesto corte
del semáforo en las esquinas que parasitan el sistema de
interrupciones artificiales y alimentan nuestra dependencia de los
efectos especiales.
La sociedad del espectáculo
La
moda ha contribuido también a la construcción del paraíso del
capitalismo hegemónico. Sin duda, capitalismo y moda se retroalimentan[4].
Ambos son el motor del deseo que se expresa y satisface consumiendo;
ambos ponen en acción emociones y pasiones muy particulares, como la
atracción por el lujo, por el exceso y la seducción. Ninguno de los dos
conoce el reposo, avanzan según un movimiento cíclico no-racional,
que no supone un progreso. En palabras de J. Baudrillard: “No hay un
progreso continuo en esos ámbitos: la moda es arbitraria, pasajera,
cíclica y no añade nada a las cualidades intrínsecas del individuo”[5].
Del mismo modo es para él el consumo un proceso social no racional.
La voluntad se ejerce –está casi obligada a ejercerse– solamente en
forma de deseo, clausurando otras dimensiones que abocan al reposo,
como son la creación, la aceptación y la contemplación. Tanto la moda
como el capitalismo producen un ser humano excitado, aspecto
característico del diseño de la personalidad en sociedad del
espectáculo.
La sociedad de consumo
supone la programación de lo cotidiano; manipula y determina la vida
individual y social en todos sus intersticios; todo se transforma en
artificio e ilusión al servicio del imaginario capitalista y de los
intereses de las clases dominantes. El imperio de la seducción y de la
obsolescencia; el sistema fetichista de la apariencia y alienación
generalizada[6].
El juego de las apariencias
La
tesis de Baudrillard es que la peor de las alienaciones no es ser
despojado por el otro, sino estar despojado del otro; es tener que
producir al otro en su ausencia y, por lo tanto, enviarlo a uno mismo.
Si en la actualidad estamos condenados a nuestra imagen, no es a causa
de la alienación, sino de su fin, es decir, de la virtual
desaparición del otro, que es una fatalidad mucho peor.
Ver
y ser vistos, esa parece ser la consigna en el juego translúcido de
la frivolidad. El así llamado momento del espejo, precisamente, es el
resultado del desdoblamiento de la mirada, y de la simultánea
conciencia de ver y ser visto, ser sujeto de la mirada de otro[7],
y tratar de anticipar la mirada ajena en el espejo, ajustarse para el
encuentro. La mirada, la sensibilidad visual dirigida, se construye
desde esta autoconciencia corpórea, y de ella, a la vez, surge el arte,
la imagen que intenta traducir esta experiencia sensorial y apelar a
la sensibilidad en su receptor.
Nuestra
soledad demanda un espejo simbólico en el que poder reencontrar a los
otros desde nuestro interior. Buscamos en el espejo la unidad de una
imagen a la que sólo llevamos nuestra fragmentación.
Con
estupor tomamos las últimas fotografías posibles, un patético modo de
certificar la experiencia o de convertirla en colección. Pareciera
que la fotografía quiere jugar este juego vertiginoso, liberar a lo
real de su principio de realidad, liberar al otro del principio de
identidad y arrojarlo a la extrañeza. Más allá de la semejanza y de la
significación forzada, más allá del "momento Kodak", la
reversibilidad es esta oscilación entre la identidad y el
extrañamiento que abre el espacio de la ilusión estética, la
des-realización del mundo, su provisional puesta entre paréntesis.
Como en La invención de Morel[8]
donde un aparato reproduce la vida (absorbiendo las almas) en forma
de réplica, en forma de mera proyección. Los Stones como souvenir de
sí mismos proyectados en el telón del escenario giratorio. La
envidiable decreptitud de Mick Jagger con una delgadez mezquina y
ominosa, como si fuera su propia narcótica reliquia.
Los
rostros del otro, rostros distantes a pesar de su cercanía, ausentes a
pesar de su presencia, los miramos sin que ellos nos devuelvan la
mirada. La alteridad no es más que un espectro, fascinados contemplamos
el espectáculo de su ausencia. Tal vez los Stones estén muertos y
nadie lo sepa. Tal vez sea una banda sustituta la que por enésima vez
sacuda el mundo cuando comience su nueva gira por las ciudades de la Gran Babilonia.
Disney World y el principio de realidad
Vivimos
en un universo extrañamente parecido al original -las cosas aparecen
replicadas por su propia escenificación -señala Baudrillard[9]. Como Disney World
que es un modelo perfecto de todos los órdenes de simulacros. En
principio es un juego de ilusiones y de fantasmas: los Piratas, la
Frontera, el Mundo Futuro, etcétera. Se cree a menudo que este 'mundo
imaginario' es la causa del éxito de Disney, pero lo que atrae a las
multitudes es, sin duda y sobre todo, el microcosmos social, el goce
religioso, en miniatura, de la América real, la perfecta escenificación
de los propios placeres y contrariedades. La única fantasmagoría en
este mundo imaginario proviene de la ternura y calor que las masas
emanan y del excesivo número de dispositivos aptos para mantener el
efecto multitudinario. El contraste con la soledad absoluta del parking
—auténtico campo de concentración—, es total. O, mejor: dentro, todo
un abanico de 'gadgets' magnetiza a la multitud canalizándola
en flujos dirigidos; fuera, la soledad, dirigida hacia un solo
dispositivo, el “verdadero”, el automóvil. Por una extraña coincidencia
(aunque sin duda tiene que ver con el embrujo propio de semejante
universo), este mundo infantil congelado resulta haber sido concebido y
realizado por un hombre hoy congelado también: Walt Disney, quien
espera su resurrección arropado por 180 grados centígrados. De
cualquier modo es aquí donde se dibuja el perfil objetivo de América,
incluso en la morfología de los individuos y de la multitud. Todos los
valores son allí exaltados por la miniatura y el dibujo animado.
Embalsamados y pacificados. De ahí la posibilidad de un análisis
ideológico de Disney: núcleo del “american way of life”,
panegírico de los valores americanos, etc., trasposición idealizada, en
fin, de una realidad contradictoria. Pero todo esto oculta una
simulación de tercer orden: Disney existe para ocultar qué es el país
“real”, toda la América “real”, una Disneylandia (al modo como las
prisiones existen para ocultar la “lacra” que es todo lo social en su
banal omnipresencia, reduciéndolo a lo estrictamente carcelario).
Disneylandia es presentada como imaginaria con la finalidad de hacer
creer que el resto es real, mientras que cuanto la rodea, Los Ángeles,
América entera, no es ya real, sino perteneciente al orden de lo
hiperreal y de la simulación. No se trata de una interpretación falsa
de la realidad (como la ideología), sino de ocultar que la realidad ya
no es la realidad y, por tanto, de salvar el principio de realidad.
Sería
un error minimizar la relación entre estos fenómenos y el origen de
la personalidad narcisista, que no conoce límites entre ella misma y
el mundo que exige la gratificación inmediata de sus deseos, así como
la erosión de la vida intima tenida lugar a través de la relaciones
sociales que se tratan como pretextos para la expresión de la propia
personalidad. La transformación de la vida pública en un ámbito donde
“la persona puede escapar a las cargas de la vida familiar
idealizada... mediante un tipo especial de experiencia, entre extraños
o, más importante aún, entre personas destinadas a permanecer siempre
como extraños”, y donde una silenciosa y pasiva masa de espectadores
observa la extravagante expresión de la personalidad de unos pocos en
la “sociedad del espectáculo”, donde los medios de “comunicación” nos
escamotean y disuelven el presente con las fanfarrias del último
estelar televisivo.
La construcción
del sentido social se desplaza del espacio de la política, hacia un
mundo que no tiene historia, sólo pantalla. Son las nuevas formas de
producción, las de un nuevo universo simbólico en donde se resignifican
las viejas utopías mediante un proceso de descontextualización que
las convierte en imágenes sin historia; en mercancías.
En
esos mismos medios de comunicación se desplazan hoy los actores
políticos jugando su rol hegemónico en la construcción de sentido en
tanto perpetran el secuestro de nuestra moral. La fe pública violada ha
creado las condiciones para el desprestigio de lo político y con ello
el de nuestras instituciones, qué puede extrañar entonces del robo
hormiga de las grandes transnacionales, la extorsión «irrepresentable»,
sólo cognoscible por medio de una compleja organización multinacional
articulada según un modelo gansteril. Nuestra vida cotidiana esta así
signada por las abusivas relaciones mercantiles que experimentan una
creciente densidad así como una significativa disminución de las
relaciones interpersonales sin fines de lucro.
Pese
a todo, incluso la personalidad de las celebridades esta sujeta a los
procesos de obsolescencia y caducidad, al fenómeno postmoderno de la
«sacralidad impersonal». La obsolescencia de los objetos se
corresponde con la de los rock stars y gurús intelectuales; con la
multiplicación y aceleración en la rotación de las «celebridades»,
para que ninguna pueda erigirse en “ídolo personalizado y canónico”.
El exceso de imágenes, el entusiasmo pasajero, determinan que cada vez
haya más “estrellas” y menos inversión emocional en ellas, los
revival son fenómenos de “nostalgia decretada” ideadas como
estrategias de marketing por algún ejecutivo de una compañía
multimedia.
Ma? allá de la “sociedad del espectáculo”[10]
y “el imperio de lo efímero” se instala la “norma de consumo” en el
plano de las necesidades sociales, también gobernadas por dos
mercancías básicas: la vivienda estandarizada, lugar privilegiado de
consumo, y el automóvil como medio de transporte compatible con la
separación entre el hogar y el sitio de trabajo. Ambas mercancías —y
en especial, desde luego, el automóvil— fueron sometidas a la
producción masiva y la adquisición de ambas exige una «amplia
socialización de las finanzas» bajo la forma de nuevas o ampliadas
facilidades de crédito (compra a plazos, créditos, hipotecas, etc.).
Más aún, las dos mercancías básicas del proceso de consumo masivo
crearon complementariedades (crédito hipotecario y automotriz) que
producen una gigantesca expansión de las mercancías, apoyada por una
diversificación sistemática de los valores de uso. El individuo se ve
obligado a elegir permanentemente, a tomar la iniciativa, a
informarse, a probarse, a permanecer joven, a deliberar acerca de los
actos más sencillos: qué automóvil comprar, qué película ver, qué
libro leer, qué régimen o terapia seguir. El consumo obliga a hacerse
cargo de sí mismo, nos hace “responsables”, se trata así de un sistema
de participación ineludible[11].
El régimen de la mortandad de los objetos
El
dispositivo que activa este sistema de “obsolescencia acelerada” —que
impera a consumir compulsivamente— consiste en convencer al
consumidor que necesita un producto nuevo antes que el que ya tiene
agote su vida útil y funcionalidades. Ésta es una de las tareas de los
diseñadores: acelerar la obsolescencia. A este respecto el automóvil
ha sido un caso paradigmático de las obsolescencias decretadas del
estilo, asociadas a las imágenes de prestigio y estatus que le rodean.
Así,
el propósito es hacer que el cliente este descontento con su actual
automóvil, su cocina, sus pantalones, etc., porque esta “pasado de
moda”. Ya no debe esperarse que las cosas se acaben lentamente. Las
sustituimos por otras que si bien no son, necesariamente, más
efectivas, son más atractivas. Pese a todo es difícil discernir la
frontera entre progreso técnico real y obsolescencia del diseño y —más
aún— sustraerse al influjo de estos condicionamientos.
Siempre los objetos han llevado la huella de la presencia humana[12],
pero ahora no son sus funciones primarias (el cuerpo, los gestos, su
energía...) las que se imponen sino las superestructuras las que se
dejan sentir. Así, el objeto automatizado representa a la conciencia
humana en su autonomía, su voluntad de control y dominio. Ese poder va
más allá de la prosaica funcionalidad —y de eso saben mucho los
vendedores de automóviles—. El objeto es irracionalmente complicado, se
llena de detalles superfluos y viaja en su juego de significaciones
mucho más allá de sus determinaciones objetivas.
El
automóvil es un signo de poder, de refugio, una proyección fálica y
narcisista, que —según Baudrillard— reúne “la abstracción de todo fin
práctico en la velocidad, el prestigio, la connotación formal, la
connotación técnica, la diferenciación forzada, la inversión apasionada
y la proyección fantasmagórica”[13].10
El
ejemplo del automóvil es paradigmático. A éste muy rápidamente se le
sobrecargó de funciones parasitarias de prestigio, de confort, de
proyección (fálica) inconsciente... que frenaron y después bloquearon
su función de síntesis humana[14].
El
consumo, como se ve, no es la base sobre la que descansa el progreso,
sino más bien la barrera que lo estanca o, al menos, lo lanza en la
dirección contraria a la de la mejora de las relaciones sociales. El
espíritu que realmente funciona es el de la fragilidad de lo efímero,
una compulsión que se debate de forma recurrente entre la satisfacción y
la decepción y que permite ocultar los verdaderos conflictos que
afectan a la sociedad y al individuo.
Aspectos “mitológicos” y nemotecnia del consumo; la acumulación y el derroche
Baudrillard habla[15]
de un gran happening colectivo dominado por el espectáculo de la
mortalidad impuesta y organizada de los objetos, por su artificial
obsolescencia, pero sabe que esa imposición no es sólo una consecuencia
del orden de producción capitalista. Es difícil saber qué género de
instinto de muerte del grupo, qué voluntad regresiva domina todo ese
ceremonial que, bien pensado, recuerda a ciertas ceremonias salvajes
como la del potlach. Potlach es una práctica antes que un concepto,
parte de un lenguaje perdido en la Historia, pero aun vivo en ciertos
ritos modernos: el sexo, el banquete y la embriaguez de la danza, «donde
se ve que la dispersión no va hacia el sin sentido, sino que es una
modalidad de encuentro con el sentido que pasa a través de la pérdida
de centralidad del sujeto». Una economía ya no basada en la
acumulación sino en el derroche, en el goce de lo producido. Nuestras
sociedades viven de la acumulación de lo que producen, vigilan este
excedente de forma celosa. En cambio, cuando se habla de Potlach nos
referimos a los experimentos históricos basados en el gasto
improductivo, al disfrute y la prodigalidad.
Finalmente
nos resta por analizar el aspecto «mitológico» del capital y la
sacralización de sus productos más emblemáticos: la Coca Cola, el
Cadillac, los Mac Donald's. Los aspectos ideológicos del consumo
rebasan los límites de la organización política para instalarse en el
inconsciente colectivo y los usos rituales de una población. Se busca
implantar sobre bases afectivas y nemotécnicas un nuevo y particular
ethos, una forma de ir por el mundo, ya no como recolector o cazador,
ni siquiera como consumidor, sino como el agente del desperdicio,
carácter que surge sólo desde la conciencia de la prosperidad, la
abundancia y el lujo.
Para estimular
el flujo de la mercancía, a través del desperdicio y el derroche,
entendida éste como clave de la prosperidad futura del mercado, se
opera en varias direcciones. Primeramente —en el plano ideológico—
contra el pensamiento orientado al ahorro, mentalidad difícil de
desarraigar ya que corresponde a una práctica ancestral de la
humanidad, la de precaverse para el desconocido y con frecuencia temido
día de la escasez[16].
Por
otra parte está la vertiente sentimental y poética del diseño, que se
corresponde con una novedad metodológica importante, la apelación a
la memoria emotiva. La vertiente sentimental de la mercadotecnia se
refiere a la persistencia aún en los nuevos productos de un elemento
visual implícito que marque una filiación con el pasado, asegurando la
continuidad histórica en la espesa trabazón de los objetos. Casi sin
excepción los nuevos diseños incluyen un ingrediente que los
especialistas denominan «forma sobreviviente». Deliberadamente se
incorpora al producto un detalle evocador que recordará a los usuarios
un artículo similar, de uso semejante, tenido en una buena tarde o un
feliz verano. La gente aceptará más fácilmente algo nuevo, sostienen
los expertos en innovación, si reconocen en ello algo que surge
“orgánicamente” del pasado. Al incluir un patrón familiar en una forma
nueva, sea o no radical, se podrá hacer aceptable aún lo más
inusitado, productos y usos que de otro modo rechazarían.
Esta
es una de las causas del amor disfuncional que le profesamos a los
objetos, aquel que los abraza a la vez que los rechaza. La misma
dualidad entre coleccionismo y desperdicio da cuenta de esta
ambivalencia.
Por una parte está el
individuo que colecciona desde sellos de correos hasta alfombras
persas, y se siente así impulsado a «realizarse» en el placer que
supone la posesión de un conjunto de objetos, donde la idea misma de
colección está directamente vinculada a la posesión —no funcional— por
encima de la necesidad, es decir, a la riqueza y por otra las maneras
de «usar» el excedente como desperdicio. Aquí es posible identificar
otra forma de mitología, la de ciertas lógicas capitalistas, según la
cual a épocas de prosperidad, cuando la economía se expande y el
crecimiento del producto es sostenido, le debiera seguir o suceder
tiempos donde el beneficio —en razón de los excedentes— alcance a toda
la población, incluso a la más desfavorecida, esto de acuerdo a la
conocida estrategia de «crecimiento y chorreo» que dominó el «paraíso»
neoliberal del Chile de los 80'. Pero en realidad esto nunca sucedió,
en su lugar advino la acumulación —incluso— del excedente; nuevas
formas de codicia y de fraude fiscal terminaron por ahogar esta promesa
escatológica del libre mercado.
Como homenaje a Jean Baudrillard
(a una semana de su sensible fallecimiento)
marzo de 2007
(a una semana de su sensible fallecimiento)
marzo de 2007
[*] Adolfo Vásquez Rocca
es Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso y ha cursado estudios de Postgrado en la Universidad
Complutense de Madrid.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.
[1] BAUDRILLARD,
Jean (1929-) Estudió filología germánica en La Sorbona de París.. En
1966 leyó su tesis doctoral ('Le sistème des objets') bajo la
dirección de Henry Lefebvre, e inició su actividad docente en la
Universidad París X, en Nanterre, donde tuvo un papel activo en los
sucesos de mayo del 68. Director científico del IRIS (Recherche sur
l'Innovation Sociale) de la Universidad París-IX Daphine (1986-1990).
En 2001 fue contratado por la European Graduate School de Saas-Fee,
Suiza, como profesor de filosofía de la cultura y de los medios en los
seminarios intensivos de verano.
La mayor parte de la obra de Baudrillard ha sido traducida a las lenguas española y portuguesa. A la primera: El sistema de los objetos, Siglo XXI, Ciudad de México, 1969; La sociedad de consumo, Plaza y Janés, Barcelona, 1970; Crítica de la economía política y del signo, Siglo XXI, Ciudad de México, 1976; El espejo de la producción, Gedisa, Barcelona, 1980; El sistema de los objetos, Siglo XXI, C. de México, 1981; El intercambio simbólico y la muerte, Monte Avila, Caracas, 1981; Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1984; América, Anagrama, Barcelona, 1987; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1988; Cool Memories, Anagrama, Barcelona, 1989; De la seducción, Ed. Cátedra, Madrid, 1989 (Planeta-Agostini, Barcelona, 1993; Iberoamericana, Buenos Aires, 1994); Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1991; La transparencia del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos, Anagrama, Barcelona, 1991; La guerra del golfo no ha tenido lugar, Anagrama, Barcelona, 1992; La ilusión del fin. La huelga de los acontecimientos, Anagrama, Barcelona, 1993; Cultura y simulacro, Kairós, Barcelona, 1993; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1994; El crimen perfecto, Anagrama, Barcelona, 1996; Pantalla total, Anagrama, Barcelona, 2000.
La mayor parte de la obra de Baudrillard ha sido traducida a las lenguas española y portuguesa. A la primera: El sistema de los objetos, Siglo XXI, Ciudad de México, 1969; La sociedad de consumo, Plaza y Janés, Barcelona, 1970; Crítica de la economía política y del signo, Siglo XXI, Ciudad de México, 1976; El espejo de la producción, Gedisa, Barcelona, 1980; El sistema de los objetos, Siglo XXI, C. de México, 1981; El intercambio simbólico y la muerte, Monte Avila, Caracas, 1981; Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1984; América, Anagrama, Barcelona, 1987; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1988; Cool Memories, Anagrama, Barcelona, 1989; De la seducción, Ed. Cátedra, Madrid, 1989 (Planeta-Agostini, Barcelona, 1993; Iberoamericana, Buenos Aires, 1994); Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1991; La transparencia del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos, Anagrama, Barcelona, 1991; La guerra del golfo no ha tenido lugar, Anagrama, Barcelona, 1992; La ilusión del fin. La huelga de los acontecimientos, Anagrama, Barcelona, 1993; Cultura y simulacro, Kairós, Barcelona, 1993; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1994; El crimen perfecto, Anagrama, Barcelona, 1996; Pantalla total, Anagrama, Barcelona, 2000.
[4] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, La moda en la postmodernidad. Deconstrucción del fenómeno "fashion";http://www.ucm.es/info/nomadas/11/avrocca2.htm En NÓMADAS. 11 | Enero-Junio.2005 Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID.
[6]
DEBORD, Guy, La sociedad del espectáculo, Ed. Pre –Textos, Valencia,
1999, cap. II La mercancía como espectáculo. P. 51 y sgtes.
[8] BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Ed. Emecé, Buenos Aires, 1940.
En la clásica novela de Ciencia Ficción –obra fundacional del género– Morel ha inventado una máquina que permite capturar la entidad de las personas, su existencia en sí, y reproducirla a voluntad. Pero esta captura implica la muerte de la persona que es registrada o grabada. La novela juega con la idea del solipsismo, el eterno retorno y los problemas ontológicos – identitarios.
Ver: VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “La Invención de Morel. Defensa para sobrevivientes” en Zona Moebius; http://www.zonamoebius.com/00002006/nudos/avr_0906_morel_bioy.htm
En la clásica novela de Ciencia Ficción –obra fundacional del género– Morel ha inventado una máquina que permite capturar la entidad de las personas, su existencia en sí, y reproducirla a voluntad. Pero esta captura implica la muerte de la persona que es registrada o grabada. La novela juega con la idea del solipsismo, el eterno retorno y los problemas ontológicos – identitarios.
Ver: VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “La Invención de Morel. Defensa para sobrevivientes” en Zona Moebius; http://www.zonamoebius.com/00002006/nudos/avr_0906_morel_bioy.htm
[10]
Existen dos intentos recientes de utilizar el concepto de fetichismo
de la mercancía para explicar la cultura capitalista del siglo XX. Uno
de ellos es, desde luego, la crítica a la «industria de la cultura»
elaborada por Horkheimer y Adorno en Dialéctica de la Ilustración, y
el segundo es el análisis desarrollado por Guy Debord y otros miembros
de movimiento situacionista en los años sesenta. Parodiando la frase
con que se inicia El capital, Debord afirma que «toda la vida de las
sociedades donde reinan las condiciones modernas de producción se
anuncia como una acumulación inmensa de espectáculos», y agrega que el
espectáculo «en todas sus formas específicas, como información o
propaganda, publicidad o consumo directo de entretenimiento», debe ser
visto como «una relación social entre las personas mediada por
imágenes». Como tal, la «sociedad del espectáculo» es «la realización
absoluta» del «principio del fetichismo de la mercancía». Si bien
Baudrillard admite la influencia de los situacionistas, rechaza sin
tapujos sus ideas: «No vivimos ya la sociedad del espectáculo... como
tampoco los tipos específicos de alienación y represión que ésta
conlleva». Podemos presumir que ello se debe a que conceptos como los de
alienación y represión presuponen la existencia de algo alienado o
reprimido. Debord afirma decididamente que la sociedad del espectáculo
implica un forma distorsionada de relación social, habla de «la praxis
social global escindida entre realidad e imagen» y dice que «dentro de
un mundo puesto realmente de cabeza, lo verdadero es el movimiento de
lo falso». Todo lo anterior es rechazado de plano por Baudrillard,
para quien realidad e imagen, falso y verdadero, se confunden de
manera endémica en el mundo hiperreal de la simulación.
[12] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Coleccionismo y genealogía de la intimidad”, en Almiar (Margen Cero), Madrid, 2006, http://www.margencero.com/articulos/articulos2/coleccionismo.htm
[15] BAUDRILLARD, Jean, La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras, Ed. Plaza y Janés, Barcelona, 1974.
[16]
EWEN, Stuart, Todas las imágenes del consumismo; la política del
estilo en la cultura contemporánea, Ed. Grijalbo, México, 1998, p, 284.
Baudrillard
LOS SHOPPING-MALL: TEMPLOS DEL CAPITALISMO TARDÍO _ POR ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D.
Universidad Complutense de Madrid
Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y W. Benjamin; El Palacio de Cristal y los shopping-mall como sistemas autorregulados", En Psikeba © Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 8, 2008.
Universidad Complutense de Madrid
1.- Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Estética y Políticas de Climatización: De los Pasajes a los Invernaderos de la posmodernidad.
Seminario Peter Sloterdijk - W. Benjamín; Filosofía Estética
Si
hubiera que ampliar las investigaciones de Walter Benjamin al siglo
XX y principios del XXI, sería necesario –según Sloterdijk–1 además de
algunas correcciones en el método– tomar como punto de partida los
modelos arquitectónicos del presente: centros comerciales, recintos
feriales, grandes estadios olímpicos, edificios corporativos, centros de
convenciones y estaciones orbitales2. Los nuevos trabajos tendrían
títulos como grandes úteros para masa infantilizadas, Estados
Uterotopos, etc. Sin duda alguna, los pasajes encarnaron una sugestiva
idea del espacio en los principios del capitalismo. Consumaron la
fusión, que tanto había inspirado a Benjamin, entre salón y universo en
un espacio interior de carácter público; eran un “templo del capital
mercantil”, “voluptuosa calle del comercio”3, proyección de los bazares
de Oriente en el mundo burgués y símbolo de la metamorfosis de todas
las cosas bajo la luz de su venalidad [capacidad de ser vendido,
corrompido -demarcación que establece el dinero entre lo sacro y lo
profano] escenario de una féerie que embruja a los clientes hasta el
final de la visita. Una feria de vanidades – donde el ceremonial social
del lujo no sólo exige su vendibilidad, sino que la presupone. – del
mismo modo como los altos honorarios médicos del psicoanálisis forman
parte del proceso de curación del enfermo, en cuanto hace digna de
crédito su voluntad– . Sin embargo, el Palacio de Cristal, el de
Londres –en 1850-, que primero albergó las Exposiciones Universales y
luego un centro lúdico consagrado a la “educación del pueblo”, y aún
más, el que aparece en un texto de Dostoievsky4 y que hacía de toda la
sociedad un “objeto de exposición” ante sí misma, apuntaba mucho más
allá que la arquitectura de los pasajes; Benjamin lo cita a menudo,
pero lo considera tan sólo como la versión ampliada de un pasaje. Aquí,
su admirable capacidad fisonómica lo abandonó. Porque, aun cuando el
pasaje contribuyera a glorificar y hacer confortable el capitalismo5 ,
el Palacio de Cristal –la estructura arquitectónica más imponente del
siglo XIX– apunta ya a un capitalismo integral, en el que se produce
nada menos que la total absorción del mundo exterior en un interior
planificado en su integridad.
[...]
2.-Los shopping-mall como sistemas autorregulados.
Los
shopping-mall son un capítulo de la tecnologización de la ciudad. En
ellos, el mercado ya no recurre a ningún artificio para ocultar su
naturaleza universal. Una misma técnica se utiliza en la producción
escenográfica de mercados idénticos. Por eso, la tecnología es un factor
decisivo: nada puede entregarse al azar o a las ocurrencias
individuales, ni la circulación de las personas, ni la circulación de
las materias , ni el espacio. Si el mercado tuvo su origen a cielo
abierto, y persistió en la calle, las galerías decimonónicas
descubrieron, por primera vez, las ventajas de un continuum espacial y
temporal independizado radicalmente de cualquier peripecia que perturbe
su funcionamiento. El ideal del shopping-mall no es el pintoresquismo
(que el capitalismo reserva para las excursiones turísticas o los
enclaves miserables) sino el confort. La calle nos recuerda, aunque de
manera intermitente, que la intemperie existe y no todo está bajo
control.
Los
shopping-malls, en cambio, son un invento que se separa
definitivamente de la temporalidad y la intemperie. Como sistema
autorregulado, el shopping-mall se anticipa a todas las necesidades de
sus visitantes: no existen ni el frío ni el calor, no hay montaje
aleatorio de sonidos mecánicos y naturales, no hay conflicto de estilos
(el shopping-mall destruye los estilos incluso cuando pretende
conservarlos). Sobre todo: no existen las diferencias nacionales. Los
shopping-malls y los resorts turísticos unifican su forma y repiten
escrupulosamente una tipología, que varía sólo en algunos elementos
accesorios. Esto se puede probar en cada una de las piezas ensambladas
en un shopping-mall.
Así
, el shopping-mall quiere decirnos que no renuncia a la naturaleza.
No obstante, se separa de ella de manera completamente nueva y
radical. En el shopping-mall respiramos aire reciclado, las luces son
siempre artificiales y jamás se mezclan con la luz atmosférica, los
sonidos del exterior, por decisión arquitectónica, no deben traspasar
las paredes fortificadas del recinto; la ausencia de ventanas niega
toda comunicación con el afuera. Sin embargo, de manera infantil y con
voluntad de producir un efecto de escenografía “ecológica”, los
patios del shopping-mall no pueden prescindir de sus árboles, los
mismos árboles en todo el planeta, indiferentes al desierto que rodea
al shopping-mall, o a la ciudad decimonónica en la que éste se ha
incrustado.
En
el shopping-mall, la jardinería no busca el efecto maravilloso del
artificio, ni la inspiración romántica del paisaje campestre, ni la
culminación abstracta de las miniaturas de un jardín japonés. Lejosde
estos ejemplos, su originalidad se apoya en la buscada incongruencia
entre arquitectura y decoración “natural”. En medio de la polución
visual de los carteles, los anuncios y los letreros, los árboles del
shopping-mall están allí para probar que, si un shopping-mall es el
universo bajo su forma de mercado, nada del universo puede serle ajeno.
La tecnología del shopping-mall necesita, para cumplir adecuadamente
sus fines, expulsar cualquier recuerdo del mundo exterior y convertirse
en un espacio abstracto y universal. Sin embargo, como en la sociedad
hipertecnológica prospera una ideología “naturista” (una especie de
ecologismo blando y romántico), se necesita del verde de los árboles
como garantía, precisamente, de que la universalidad tecnológica no deja
nada afuera. Ni siquiera a los árboles que, embutidos en sus macetas y
detenidos en la mitad de su crecimiento, son una escenografía de
ciencia ficción: hierbas verde esmeralda en un paisaje de silicio o,
como escribió Benjamin, la orquídea imposible en que se ha convertido
la realidad.
En
concordancia con estas intuiciones estético-políticas Walter Benjamin
elige en sus minuciosas descripciones precisamente los objetos que
ponen de manifiesto el inminente advenimiento -a través del fetiche de
la mercancia y el templo del escaparate- del capiatlismo integral,
esto es, del paisaje urbano convertido en ideología. Basta leer el
índice del libro de Los Pasajes
para notar la descripción de la cultura mercantil ad portas: pasajes,
panoramas, exposiciones universales, interiores, calles, barricadas.
Nadie hasta entonces había pensado a la cultura tan profundamente
sumergida en su medio material y urbano. Este segundo tomo de
Iluminaciones incluye tres ensayos: unos sobre el París del segundo
Imperio, otro sobre algunos temas en Baudelaire y el tercero, el
famosísimo “París, capital del siglo XIX”. Cada uno de estos ensayos
descubre pistas que Benjamin procuró reconducir hacia una convergencia
improbable (en el límite, imposible) en el libro no escrito sobre los
pasajes de París. Cada una de estas pistas es novedosa por varios
motivos: la captación de la dimensión social de la poesía de Baudelaire y
de la dimensión cultural de las transformaciones materiales y
urbanas; el descubrimiento (no existe otra palabra más exacta) de que
ciudad y poesía moderna se implican como producciones simbólicas y se
presuponen como experiencia.
Leer Artículo completo:
EL PARAISO NEOLIBERAL O LA ESTETICA DEL SHOPINNG - MALL
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor
en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso;
Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía
IV, Teoría del Conocimiento y Pensamiento Contemporáneo. Áreas de
Especialización: Antropología y Estética. Profesor de Postgrado.
Profesor de Antropología y de Estética - Departamento de Artes y
Humanidades-. Profesor asociado al Grupo Theoria, Proyecto europeo de
Investigaciones de Postgrado. Director de la Revista Observaciones
Filosóficas http://www.observacionesfilosoficas.net/. Secretario de Ejecutivo de PHILOSOPHICA, Revista del Instituto de Filosofía de la PUCV http://www.philosophica.ucv.cl/editorial.htm, Editor Asociado de Psikeba —Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Buenos Aires— http://www.psikeba.com.ar/, miembro del Consejo Editorial Internacional de la Fundación Ética Mundial de México http://www.eticamundial.com.mx/- y Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo http://www.konvergencias.net/
COLUMNISTA DE REVISTAS Y PUBLICACIONES INTERNACIONALES, entre las que se cuentan:
A PARTE REI ISSN: 1137-8204 -Revista de la Sociedad de Estudios Filosóficos de Madrid-
NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - Universidad Complutense de Madrid.
MARGEN CERO, Miembro fundador de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
CUENTA Y RAZÓN, Revista de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) de Madrid, Fundada por Julián Marías, ISSN: 0211-1381
EIKASIA REVISTADEFILOSOFIA, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España
DEBATS Revista de Filosofía y crítica cultural, ISSN 0212-0585, Institució Alfons el Magnànim, Valencia.
HETEROGÉNESIS [SWEDISH-SPANISH] _ Revista de arte contemporáneo. TIDSKRIFT FÖR SAMTIDSKONST
A PARTE REI ISSN: 1137-8204 -Revista de la Sociedad de Estudios Filosóficos de Madrid-
NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - Universidad Complutense de Madrid.
MARGEN CERO, Miembro fundador de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
CUENTA Y RAZÓN, Revista de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) de Madrid, Fundada por Julián Marías, ISSN: 0211-1381
EIKASIA REVISTADEFILOSOFIA, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España
DEBATS Revista de Filosofía y crítica cultural, ISSN 0212-0585, Institució Alfons el Magnànim, Valencia.
HETEROGÉNESIS [SWEDISH-SPANISH] _ Revista de arte contemporáneo. TIDSKRIFT FÖR SAMTIDSKONST
EL PARAISO NEOLIBERAL O LA ESTETICA DEL SHOPINNG - MALL
Sofía Oportot
Notas:
4 Los
ecos literarios de la estancia de Dostoievsky en Londres se
encuentran en su suplemento literario de viajes “Anotaciones de
invierno sobre impresiones de verano», 1863, un texto en el que el
autor se burla, entre otras cosas, de los «sargentos primeros de la
civilización» de Occidente, de los “progresistas de invernadero”, y
expresa su angustia acerca del triunfalismo baálico del palacio de la
Exposición Universal. Dostoievsky reconoce ya en la burguesía francesa
la equiparación europea occidental y posthistórica entre seres
humanos y poder adquisitivo: “La posesión de dinero [es] la más
elevada virtud y deber del ser humano”.
7
Pero, aquí cabe preguntarse qué sucederá después de este gran
invernadero. Porque la vida climatizada al interior del gran palacio de
cristal está basada en una tecnología que no es sustentable, dado que
requiere de las actuales energías fósiles. En la historia de la
humanidad, el fosilismo habrá sido un episodio de apenas unos 300 años.
Tenemos energías fósiles aún por 50, 100 años como máximo. En todo
caso, nuestro placer ya no es el mismo: ha sido prácticamente demolido,
porque las energías fósiles son sólo agradables cuando son baratas, y
esa época se terminó para siempre. No volverá nunca más. Cuando todo
se vuelve caro, no hay más confort, porque la democratización del lujo
es imposible. Los regalos de la naturaleza se terminan allí. Ahora
los hombres se preguntan cómo se pueden reemplazar esos regalos. La
verdad es que el hombre detesta el trabajo. Los hombres simulan
trabajar, pero trabajando sueñan con un regalo, con un tesoro que
buscan en forma permanente. El trabajo es sólo una suerte de intermezzo que
se acepta en espera del gran regalo. Ahora, ante el fin de las
energías fósiles, el trabajo regresa como una carga insoportable.
Por
lo pronto tenemos una opción, la posibilidad de implementar un gran
giro hacia una tecnología que sea al mismo tiempo barata, compatible
con las exigencias de la democracia y, sobre todo, abordable para los
países que hoy están en la periferia. Esos pueblos aprovecharán la
situación cuando las nuevas tecnologías solares estén disponibles a
precios razonables. Esos nuevos recursos permitirán una estructura de
civilización completamente diferente.
ANEXO
Baudrillard
Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos
Adolfo Vásquez Rocca
El carácter distintivo del American way of life, de la última sociedad primitiva contemporánea se escenifica en las formas del distanciamiento, en el paisaje, en los grandes desiertos y carreteras de ese país que deja entrever una profunda soledad, las inclinaciones thanáticas que yacen bajo el optimismo americano; la decrepitud del capitalismo tardío en la tierra de las oportunidades, del american dream convertido en el insomnio incontenible de la banalidad y la indiferencia; los Estados Unidos han realizado la desterritorialización de la identidad, la diseminación del sujeto y la neutralización de todos los valores y, si se quiere, la muerte de la cultura bajo el régimen de la mortandad de los objetos. En este sentido es una cultura ingenua y primitiva, no conoce la ironía, no se distancia de sí misma, no ironiza sobre el futuro ni sobre su destino; ella sólo actúa y materializa su política de Estado. Norteamérica realiza así sus sueños y sus pesadillas.
La identidad prefabricada
Vivimos en un universo frío, la calidez seductora, la pasión de un mundo encantado es sustituida por el éxtasis de las imágenes, por la pornografía de la información, por la frialdad obscena de un mundo desencantado. Ya no por el drama de la alienación, sino por la hipertrofia de la comunicación que, paradojalmente, acaba con toda mirada o, como dirá Baudrillard[1], con toda imagen[2] y, por cierto, con todo reconocimiento.
El desafío de la diferencia, que constituye al sujeto especularmente, siempre a partir de un otro que nos seduce o al que seducimos, al que miramos y por el que somos vistos, hace que el solitario voyeurista ocupe el lugar del antiguo seductor apasionado. Somos, en este sentido, ser para otros y no sólo por la teatralidad propia de la vida social, sino porque la mirada del otro nos constituye, en ella y por ella nos reconocemos. La constitución de nuestra identidad tiene lugar desde la alteridad, desde la mirada del otro que me objetiva, que me convierte en espectáculo. Ante él estoy en escena, experimentando las tortuosas exigencias de la teatralidad de la vida social. Lo característico de la frivolidad es la ausencia de esencia, de peso, de centralidad en toda la realidad, y por tanto, la reducción de todo lo real a mera apariencia.
El éxito de la identidad prefabricada radica en que cada uno la diseña de acuerdo con lo que previsiblemente triunfa –los valores en alza[3]–. La moda, pues, no es sino un diseño utilitarista de la propia personalidad, sin profundidad, una especie de ingenuidad publicitaria en la cual cada uno se convierte en empresario de su propia apariencia.
Efectos de desaparición
La
fragmentación de las imágenes construye una estética abstracta y
laberíntica, en el que cada fragmento opera independiente pero, a su
vez, queda encadenado al continuo temporal de un instante narrativo
único. Podemos retener el mundo entero en nuestras cabezas.
La
aceleración y los estados alterados de la mente. Los psicotrópicos.
La representación electrónica de la mente en la cartografía del
hipertexto. Las autopistas de la información, donde todo acontece sin
tener siquiera que partir ni viajar. Es la era de la llegada
generalizada, de la telepresencia, de la cibermuerte y el asesinato de
la realidad. El mundo como una gran cámara de vacío y de
descompresión. Como la ralentización de la exuberancia del mundo.
Imágenes
de la gran urbe, fragmentos de los últimos gestos humanos
reconocibles. Los sujetos indiferentes a la presencia de la cámara se
mueven según el ritmo de sus propios pensamientos.
Imágenes
en movimiento: la estación del Metro de Tokio, súper-carreteras,
aviones supersónicos, televisores de cristal líquido, nano-ordenadores,
y otros tantos accesorios que nos implantan una aceleración a la
manera de otras tantas prótesis tecnológicas. Es la era del
cyber-reflejo condicionado, del vértigo de la cibermúsica, de los
fundidos del inconsciente en una lluvia de imágenes digitales, vértigo
espasmódico de señales que se encienden y apagan, del gesto
televisivo, vértigo espasmódico de señales que se encienden y se
apagan, del gesto neurótico y ansioso del zapping o el molesto corte
del semáforo en las esquinas que parasitan el sistema de
interrupciones artificiales y alimentan nuestra dependencia de los
efectos especiales.
La sociedad del espectáculo
La
moda ha contribuido también a la construcción del paraíso del
capitalismo hegemónico. Sin duda, capitalismo y moda se retroalimentan[4].
Ambos son el motor del deseo que se expresa y satisface consumiendo;
ambos ponen en acción emociones y pasiones muy particulares, como la
atracción por el lujo, por el exceso y la seducción. Ninguno de los dos
conoce el reposo, avanzan según un movimiento cíclico no-racional,
que no supone un progreso. En palabras de J. Baudrillard: “No hay un
progreso continuo en esos ámbitos: la moda es arbitraria, pasajera,
cíclica y no añade nada a las cualidades intrínsecas del individuo”[5].
Del mismo modo es para él el consumo un proceso social no racional.
La voluntad se ejerce –está casi obligada a ejercerse– solamente en
forma de deseo, clausurando otras dimensiones que abocan al reposo,
como son la creación, la aceptación y la contemplación. Tanto la moda
como el capitalismo producen un ser humano excitado, aspecto
característico del diseño de la personalidad en sociedad del
espectáculo.
La
sociedad de consumo supone la programación de lo cotidiano; manipula y
determina la vida individual y social en todos sus intersticios; todo
se transforma en artificio e ilusión al servicio del imaginario
capitalista y de los intereses de las clases dominantes. El imperio de
la seducción y de la obsolescencia; el sistema fetichista de la
apariencia y alienación generalizada[6].
El juego de las apariencias
La
tesis de Baudrillard es que la peor de las alienaciones no es ser
despojado por el otro, sino estar despojado del otro; es tener que
producir al otro en su ausencia y, por lo tanto, enviarlo a uno mismo.
Si en la actualidad estamos condenados a nuestra imagen, no es a causa
de la alienación, sino de su fin, es decir, de la virtual
desaparición del otro, que es una fatalidad mucho peor.
Ver
y ser vistos, esa parece ser la consigna en el juego translúcido de
la frivolidad. El así llamado momento del espejo, precisamente, es el
resultado del desdoblamiento de la mirada, y de la simultánea
conciencia de ver y ser visto, ser sujeto de la mirada de otro[7],
y tratar de anticipar la mirada ajena en el espejo, ajustarse para el
encuentro. La mirada, la sensibilidad visual dirigida, se construye
desde esta autoconciencia corpórea, y de ella, a la vez, surge el arte,
la imagen que intenta traducir esta experiencia sensorial y apelar a
la sensibilidad en su receptor.
Nuestra
soledad demanda un espejo simbólico en el que poder reencontrar a los
otros desde nuestro interior. Buscamos en el espejo la unidad de una
imagen a la que sólo llevamos nuestra fragmentación.
Con
estupor tomamos las últimas fotografías posibles, un patético modo de
certificar la experiencia o de convertirla en colección. Pareciera
que la fotografía quiere jugar este juego vertiginoso, liberar a lo
real de su principio de realidad, liberar al otro del principio de
identidad y arrojarlo a la extrañeza. Más allá de la semejanza y de la
significación forzada, más allá del "momento Kodak", la
reversibilidad es esta oscilación entre la identidad y el
extrañamiento que abre el espacio de la ilusión estética, la
des-realización del mundo, su provisional puesta entre paréntesis.
Como en La invención de Morel[8]
donde un aparato reproduce la vida (absorbiendo las almas) en forma
de réplica, en forma de mera proyección. Los Stones como souvenir de
sí mismos proyectados en el telón del escenario giratorio. La
envidiable decreptitud de Mick Jagger con una delgadez mezquina y
ominosa, como si fuera su propia narcótica reliquia.
Los
rostros del otro, rostros distantes a pesar de su cercanía, ausentes a
pesar de su presencia, los miramos sin que ellos nos devuelvan la
mirada. La alteridad no es más que un espectro, fascinados contemplamos
el espectáculo de su ausencia. Tal vez los Stones estén muertos y
nadie lo sepa. Tal vez sea una banda sustituta la que por enésima vez
sacuda el mundo cuando comience su nueva gira por las ciudades de la Gran Babilonia.
Sería
un error minimizar la relación entre estos fenómenos y el origen de
la personalidad narcisista, que no conoce límites entre ella misma y
el mundo que exige la gratificación inmediata de sus deseos, así como
la erosión de la vida intima tenida lugar a través de la relaciones
sociales que se tratan como pretextos para la expresión de la propia
personalidad. La transformación de la vida pública en un ámbito donde
“la persona puede escapar a las cargas de la vida familiar idealizada...
mediante un tipo especial de experiencia, entre extraños o, más
importante aún, entre personas destinadas a permanecer siempre como
extraños”, y donde una silenciosa y pasiva masa de espectadores observa
la extravagante expresión de la personalidad de unos pocos en la
“sociedad del espectáculo”, donde los medios de “comunicación” nos
escamotean y disuelven el presente con las fanfarrias del último estelar
televisivo.
La
construcción del sentido social se desplaza del espacio de la
política, hacia un mundo que no tiene historia, sólo pantalla. Son las
nuevas formas de producción, las de un nuevo universo simbólico en
donde se resignifican las viejas utopías mediante un proceso de
descontextualización que las convierte en imágenes sin historia; en
mercancías.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
En
esos mismos medios de comunicación se desplazan hoy los actores
políticos jugando su rol hegemónico en la construcción de sentido en
tanto perpetran el secuestro de nuestra moral. La fe pública violada ha
creado las condiciones para el desprestigio de lo político y con ello
el de nuestras instituciones, qué puede extrañar entonces del robo
hormiga de las grandes transnacionales, la extorsión «irrepresentable»,
sólo cognoscible por medio de una compleja organización multinacional
articulada según un modelo gansteril. Nuestra vida cotidiana esta así
signada por las abusivas relaciones mercantiles que experimentan una
creciente densidad así como una significativa disminución de las
relaciones interpersonales sin fines de lucro.
Pese
a todo, incluso la personalidad de las celebridades esta sujeta a los
procesos de obsolescencia y caducidad, al fenómeno postmoderno de la
«sacralidad impersonal». La obsolescencia de los objetos se
corresponde con la de los rock stars y gurús intelectuales; con la
multiplicación y aceleración en la rotación de las «celebridades»,
para que ninguna pueda erigirse en “ídolo personalizado y canónico”.
El exceso de imágenes, el entusiasmo pasajero, determinan que cada vez
haya más “estrellas” y menos inversión emocional en ellas, los
revival son fenómenos de “nostalgia decretada” ideadas como
estrategias de marketing por algún ejecutivo de una compañía
multimedia.
Ma? allá de la “sociedad del espectáculo”[10]
y “el imperio de lo efímero” se instala la “norma de consumo” en el
plano de las necesidades sociales, también gobernadas por dos
mercancías básicas: la vivienda estandarizada, lugar privilegiado de
consumo, y el automóvil como medio de transporte compatible con la
separación entre el hogar y el sitio de trabajo. Ambas mercancías —y
en especial, desde luego, el automóvil— fueron sometidas a la
producción masiva y la adquisición de ambas exige una «amplia
socialización de las finanzas» bajo la forma de nuevas o ampliadas
facilidades de crédito (compra a plazos, créditos, hipotecas, etc.).
Más aún, las dos mercancías básicas del proceso de consumo masivo
crearon complementariedades (crédito hipotecario y automotriz) que
producen una gigantesca expansión de las mercancías, apoyada por una
diversificación sistemática de los valores de uso. El individuo se ve
obligado a elegir permanentemente, a tomar la iniciativa, a
informarse, a probarse, a permanecer joven, a deliberar acerca de los
actos más sencillos: qué automóvil comprar, qué película ver, qué
libro leer, qué régimen o terapia seguir. El consumo obliga a hacerse
cargo de sí mismo, nos hace “responsables”, se trata así de un sistema
de participación ineludible[11].
El régimen de la mortandad de los objetos
El
dispositivo que activa este sistema de “obsolescencia acelerada” —que
impera a consumir compulsivamente— consiste en convencer al
consumidor que necesita un producto nuevo antes que el que ya tiene
agote su vida útil y funcionalidades. Ésta es una de las tareas de los
diseñadores: acelerar la obsolescencia. A este respecto el automóvil
ha sido un caso paradigmático de las obsolescencias decretadas del
estilo, asociadas a las imágenes de prestigio y estatus que le rodean.
Así,
el propósito es hacer que el cliente este descontento con su actual
automóvil, su cocina, sus pantalones, etc., porque esta “pasado de
moda”. Ya no debe esperarse que las cosas se acaben lentamente. Las
sustituimos por otras que si bien no son, necesariamente, más efectivas,
son más atractivas. Pese a todo es difícil discernir la frontera
entre progreso técnico real y obsolescencia del diseño y —más aún—
sustraerse al influjo de estos condicionamientos.
Siempre los objetos han llevado la huella de la presencia humana[12],
pero ahora no son sus funciones primarias (el cuerpo, los gestos, su
energía...) las que se imponen sino las superestructuras las que se
dejan sentir. Así, el objeto automatizado representa a la conciencia
humana en su autonomía, su voluntad de control y dominio. Ese poder va
más allá de la prosaica funcionalidad —y de eso saben mucho los
vendedores de automóviles—. El objeto es irracionalmente complicado, se
llena de detalles superfluos y viaja en su juego de significaciones
mucho más allá de sus determinaciones objetivas.
El
automóvil es un signo de poder, de refugio, una proyección fálica y
narcisista, que —según Baudrillard— reúne “la abstracción de todo fin
práctico en la velocidad, el prestigio, la connotación formal, la
connotación técnica, la diferenciación forzada, la inversión apasionada y
la proyección fantasmagórica”[13].10
El
ejemplo del automóvil es paradigmático. A éste muy rápidamente se le
sobrecargó de funciones parasitarias de prestigio, de confort, de
proyección (fálica) inconsciente... que frenaron y después bloquearon su
función de síntesis humana[14].
El
consumo, como se ve, no es la base sobre la que descansa el progreso,
sino más bien la barrera que lo estanca o, al menos, lo lanza en la
dirección contraria a la de la mejora de las relaciones sociales. El
espíritu que realmente funciona es el de la fragilidad de lo efímero,
una compulsión que se debate de forma recurrente entre la satisfacción y
la decepción y que permite ocultar los verdaderos conflictos que
afectan a la sociedad y al individuo.
Aspectos “mitológicos” y nemotecnia del consumo; la acumulación y el derroche
Baudrillard habla[15]
de un gran happening colectivo dominado por el espectáculo de la
mortalidad impuesta y organizada de los objetos, por su artificial
obsolescencia, pero sabe que esa imposición no es sólo una consecuencia
del orden de producción capitalista. Es difícil saber qué género de
instinto de muerte del grupo, qué voluntad regresiva domina todo ese
ceremonial que, bien pensado, recuerda a ciertas ceremonias salvajes
como la del potlach. Potlach es una práctica antes que un concepto,
parte de un lenguaje perdido en la Historia, pero aun vivo en ciertos
ritos modernos: el sexo, el banquete y la embriaguez de la danza, «donde
se ve que la dispersión no va hacia el sin sentido, sino que es una
modalidad de encuentro con el sentido que pasa a través de la pérdida
de centralidad del sujeto». Una economía ya no basada en la
acumulación sino en el derroche, en el goce de lo producido. Nuestras
sociedades viven de la acumulación de lo que producen, vigilan este
excedente de forma celosa. En cambio, cuando se habla de Potlach nos
referimos a los experimentos históricos basados en el gasto
improductivo, al disfrute y la prodigalidad.
Finalmente
nos resta por analizar el aspecto «mitológico» del capital y la
sacralización de sus productos más emblemáticos: la Coca Cola, el
Cadillac, los Mac Donald's. Los aspectos ideológicos del consumo rebasan
los límites de la organización política para instalarse en el
inconsciente colectivo y los usos rituales de una población. Se busca
implantar sobre bases afectivas y nemotécnicas un nuevo y particular
ethos, una forma de ir por el mundo, ya no como recolector o cazador, ni
siquiera como consumidor, sino como el agente del desperdicio,
carácter que surge sólo desde la conciencia de la prosperidad, la
abundancia y el lujo.
Para
estimular el flujo de la mercancía, a través del desperdicio y el
derroche, entendida éste como clave de la prosperidad futura del
mercado, se opera en varias direcciones. Primeramente —en el plano
ideológico— contra el pensamiento orientado al ahorro, mentalidad
difícil de desarraigar ya que corresponde a una práctica ancestral de la
humanidad, la de precaverse para el desconocido y con frecuencia
temido día de la escasez[16].
Por
otra parte está la vertiente sentimental y poética del diseño, que se
corresponde con una novedad metodológica importante, la apelación a
la memoria emotiva. La vertiente sentimental de la mercadotecnia se
refiere a la persistencia aún en los nuevos productos de un elemento
visual implícito que marque una filiación con el pasado, asegurando la
continuidad histórica en la espesa trabazón de los objetos. Casi sin
excepción los nuevos diseños incluyen un ingrediente que los
especialistas denominan «forma sobreviviente». Deliberadamente se
incorpora al producto un detalle evocador que recordará a los usuarios
un artículo similar, de uso semejante, tenido en una buena tarde o un
feliz verano. La gente aceptará más fácilmente algo nuevo, sostienen
los expertos en innovación, si reconocen en ello algo que surge
“orgánicamente” del pasado. Al incluir un patrón familiar en una forma
nueva, sea o no radical, se podrá hacer aceptable aún lo más inusitado,
productos y usos que de otro modo rechazarían.
Esta
es una de las causas del amor disfuncional que le profesamos a los
objetos, aquel que los abraza a la vez que los rechaza. La misma
dualidad entre coleccionismo y desperdicio da cuenta de esta
ambivalencia.
Por
una parte está el individuo que colecciona desde sellos de correos
hasta alfombras persas, y se siente así impulsado a «realizarse» en el
placer que supone la posesión de un conjunto de objetos, donde la idea
misma de colección está directamente vinculada a la posesión —no
funcional— por encima de la necesidad, es decir, a la riqueza y por
otra las maneras de «usar» el excedente como desperdicio. Aquí es
posible identificar otra forma de mitología, la de ciertas lógicas
capitalistas, según la cual a épocas de prosperidad, cuando la economía
se expande y el crecimiento del producto es sostenido, le debiera
seguir o suceder tiempos donde el beneficio —en razón de los
excedentes— alcance a toda la población, incluso a la más
desfavorecida, esto de acuerdo a la conocida estrategia de «crecimiento
y chorreo» que dominó el «paraíso» neoliberal del Chile de los 80'.
Pero en realidad esto nunca sucedió, en su lugar advino la acumulación
—incluso— del excedente; nuevas formas de codicia y de fraude fiscal
terminaron por ahogar esta promesa escatológica del libre mercado.
Como homenaje a Jean Baudrillard
(a una semana de su sensible fallecimiento)
marzo de 2007
(a una semana de su sensible fallecimiento)
marzo de 2007
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor
en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso;
Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía
IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y
Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad
Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la
'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias
en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización,
Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el
Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la
International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
[1] BAUDRILLARD,
Jean (1929-) Estudió filología germánica en La Sorbona de París.. En
1966 leyó su tesis doctoral ('Le sistème des objets') bajo la
dirección de Henry Lefebvre, e inició su actividad docente en la
Universidad París X, en Nanterre, donde tuvo un papel activo en los
sucesos de mayo del 68. Director científico del IRIS (Recherche sur
l'Innovation Sociale) de la Universidad París-IX Daphine (1986-1990).
En 2001 fue contratado por la European Graduate School de Saas-Fee,
Suiza, como profesor de filosofía de la cultura y de los medios en los
seminarios intensivos de verano.
La mayor parte de la obra de Baudrillard ha sido traducida a las lenguas española y portuguesa. A la primera: El sistema de los objetos, Siglo XXI, Ciudad de México, 1969; La sociedad de consumo, Plaza y Janés, Barcelona, 1970; Crítica de la economía política y del signo, Siglo XXI, Ciudad de México, 1976; El espejo de la producción, Gedisa, Barcelona, 1980; El sistema de los objetos, Siglo XXI, C. de México, 1981; El intercambio simbólico y la muerte, Monte Avila, Caracas, 1981; Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1984; América, Anagrama, Barcelona, 1987; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1988; Cool Memories, Anagrama, Barcelona, 1989; De la seducción, Ed. Cátedra, Madrid, 1989 (Planeta-Agostini, Barcelona, 1993; Iberoamericana, Buenos Aires, 1994); Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1991; La transparencia del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos, Anagrama, Barcelona, 1991; La guerra del golfo no ha tenido lugar, Anagrama, Barcelona, 1992; La ilusión del fin. La huelga de los acontecimientos, Anagrama, Barcelona, 1993; Cultura y simulacro, Kairós, Barcelona, 1993; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1994; El crimen perfecto, Anagrama, Barcelona, 1996; Pantalla total, Anagrama, Barcelona, 2000.
La mayor parte de la obra de Baudrillard ha sido traducida a las lenguas española y portuguesa. A la primera: El sistema de los objetos, Siglo XXI, Ciudad de México, 1969; La sociedad de consumo, Plaza y Janés, Barcelona, 1970; Crítica de la economía política y del signo, Siglo XXI, Ciudad de México, 1976; El espejo de la producción, Gedisa, Barcelona, 1980; El sistema de los objetos, Siglo XXI, C. de México, 1981; El intercambio simbólico y la muerte, Monte Avila, Caracas, 1981; Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1984; América, Anagrama, Barcelona, 1987; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1988; Cool Memories, Anagrama, Barcelona, 1989; De la seducción, Ed. Cátedra, Madrid, 1989 (Planeta-Agostini, Barcelona, 1993; Iberoamericana, Buenos Aires, 1994); Las estrategias fatales, Anagrama, Barcelona, 1991; La transparencia del mal. Ensayo sobre los fenómenos extremos, Anagrama, Barcelona, 1991; La guerra del golfo no ha tenido lugar, Anagrama, Barcelona, 1992; La ilusión del fin. La huelga de los acontecimientos, Anagrama, Barcelona, 1993; Cultura y simulacro, Kairós, Barcelona, 1993; El otro por sí mismo, Anagrama, Barcelona, 1994; El crimen perfecto, Anagrama, Barcelona, 1996; Pantalla total, Anagrama, Barcelona, 2000.
[4] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, La moda en la postmodernidad. Deconstrucción del fenómeno "fashion";http://www.ucm.es/info/nomadas/11/avrocca2.htm En NÓMADAS. 11 | Enero-Junio.2005 Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID.
[6]
DEBORD, Guy, La sociedad del espectáculo, Ed. Pre –Textos, Valencia,
1999, cap. II La mercancía como espectáculo. P. 51 y sgtes.
[8] BIOY CASARES, Adolfo, La invención de Morel, Ed. Emecé, Buenos Aires, 1940.
En la clásica novela de Ciencia Ficción –obra fundacional del género– Morel ha inventado una máquina que permite capturar la entidad de las personas, su existencia en sí, y reproducirla a voluntad. Pero esta captura implica la muerte de la persona que es registrada o grabada. La novela juega con la idea del solipsismo, el eterno retorno y los problemas ontológicos – identitarios.
Ver: VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “La Invención de Morel. Defensa para sobrevivientes” en Zona Moebius; http://www.zonamoebius.com/00002006/nudos/avr_0906_morel_bioy.htm
En la clásica novela de Ciencia Ficción –obra fundacional del género– Morel ha inventado una máquina que permite capturar la entidad de las personas, su existencia en sí, y reproducirla a voluntad. Pero esta captura implica la muerte de la persona que es registrada o grabada. La novela juega con la idea del solipsismo, el eterno retorno y los problemas ontológicos – identitarios.
Ver: VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “La Invención de Morel. Defensa para sobrevivientes” en Zona Moebius; http://www.zonamoebius.com/00002006/nudos/avr_0906_morel_bioy.htm
[10]
Existen dos intentos recientes de utilizar el concepto de fetichismo
de la mercancía para explicar la cultura capitalista del siglo XX. Uno
de ellos es, desde luego, la crítica a la «industria de la cultura»
elaborada por Horkheimer y Adorno en Dialéctica de la Ilustración, y el
segundo es el análisis desarrollado por Guy Debord y otros miembros
de movimiento situacionista en los años sesenta. Parodiando la frase
con que se inicia El capital, Debord afirma que «toda la vida de las
sociedades donde reinan las condiciones modernas de producción se
anuncia como una acumulación inmensa de espectáculos», y agrega que el
espectáculo «en todas sus formas específicas, como información o
propaganda, publicidad o consumo directo de entretenimiento», debe ser
visto como «una relación social entre las personas mediada por
imágenes». Como tal, la «sociedad del espectáculo» es «la realización
absoluta» del «principio del fetichismo de la mercancía». Si bien
Baudrillard admite la influencia de los situacionistas, rechaza sin
tapujos sus ideas: «No vivimos ya la sociedad del espectáculo... como
tampoco los tipos específicos de alienación y represión que ésta
conlleva». Podemos presumir que ello se debe a que conceptos como los de
alienación y represión presuponen la existencia de algo alienado o
reprimido. Debord afirma decididamente que la sociedad del espectáculo
implica un forma distorsionada de relación social, habla de «la praxis
social global escindida entre realidad e imagen» y dice que «dentro de
un mundo puesto realmente de cabeza, lo verdadero es el movimiento de
lo falso». Todo lo anterior es rechazado de plano por Baudrillard,
para quien realidad e imagen, falso y verdadero, se confunden de
manera endémica en el mundo hiperreal de la simulación.
[12] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Coleccionismo y genealogía de la intimidad”, en Almiar (Margen Cero), Madrid, 2006, http://www.margencero.com/articulos/articulos2/coleccionismo.htm
[15] BAUDRILLARD, Jean, La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras, Ed. Plaza y Janés, Barcelona, 1974.
[16]
EWEN, Stuart, Todas las imágenes del consumismo; la política del
estilo en la cultura contemporánea, Ed. Grijalbo, México, 1998, p, 284.
BIBLIOGRAFÍA:
- SLOTERDIJK, Peter, El palacio de cristal, Barcelona, 2004.
- BENJAMIN, Walter, Libro de los Pasajes, Ediciones Akal, Madrid, 2005.
- SARLO, Beatriz, Siete ensayos sobre Walter Benjamin, Editorial FCE., México, D.F., 2007.
- BUCK-MORSS, Susan, Dialéctica de la mirada. Walter Benjamín y el proyecto de los Pasajes, Editorial Visor, , Madrid, 199
- INZAURRALDE, Gabriel, “La ciudad violenta y su memoria”, tesis doctoral defendida el 11 de septiembre de 2007, Universidad de Leiden, Países Bajos. <https://openaccess.leidenuniv.nl/bitstream/1887/12307/2/Thesis.pdf)>
W. BENJAMIN; LOS SHOPPING-MALL COMO TEMPLOS DEL CAPITALISMO CONFORTABLE Por Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
"WALTER BENJAMIN" Y "PETER SLOTERDIJK"; DE LOS 'PASAJES' AL 'PALACIO DE CRISTAL' Por Adolfo Vásquez Rocca
W. BENJAMIN; LOS SHOPPING-MALL COMO TEMPLOS DEL CAPITALISMO CONFORTABLE Por Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
Sofía Oportot
WALTER BENJAMIN Y PETER SLOTERDIJK; DE LOS PASAJES AL PALACIO DE CRISTAL Por Adolfo Vásquez Rocca
Globalización, hibridación, cultura, distancia, esfera, espacio, Estado-nación, identidad, frontera.
1.
Peter Sloterdijk en "La última esfera, historia de la globalización terrestre"[1]
pone de manifiesto su interpretación del desarrollo de estos procesos
desde la época de la colonización hasta lo que él denomina sociedades de paredes finas
y que no es otra cosa que el escenario de la época actual marcada por
la globalización, que debe ser entendida más allá del sentido clásico
de la eliminación de fronteras[2],
como un proceso de desterritorialización, un movimiento de
descentramiento donde se produce una combinación entre lo geográfico, lo
simbólico y lo disciplinario. Las fronteras se vuelven móviles,
cambian dependiendo del espacio en el cual se encuentra el individuo.
En
el texto referido Sloterdijk presenta una teoría de la
reconfiguración del espacio y del tiempo, donde en uno de sus más
polémicos planteamientos señala que el problema fundamental de la
Filosofía no es el tiempo, sino el espacio. Esto quiere decir, entre
otras cosas, que los estudios culturales actuales deben ser una
investigación de los espacios y los desplazamientos, esto es, de las
formas de tránsito -espacios de tránsito- del ser humano como fugitivo
del cosmos. Desde esta perspectiva sloterdijkdiana, acuerdo al
proyecto Esferas que no es otro que el de repensar las configuración
de espacios y climas donde existe y se desarrolla el ser humano, donde
el hombre construye y reconfigura sus relaciones emocionales, protege
su intimidad, acaricia sus afectos e hilvana sus historias. El
espacio donde enfrenta sus miedos y se arroja a sus proyectos, donde
tienen lugar catastrofes y restauraciones inmunológicas, entre una
historia de separaciones, asentamientos y repatriaciones -reales y
simbólicas.
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Desde
la terminología de Sloterdijk estar en el mundo es vivir en esferas,
espacios de relación, climas o atmósferas, "espacios de coexistencia,
que se pasan por alto o se consideran comúnmente como dados
encubriendo así la información crucial para desarrollar una
comprensión de cómo somos los seres humanos. La exploración de las
esferas comienza con la diferencia básica que existe entre los
mamíferos y otros animales; la comodidad biológica y utópica que los
seres humanos intentan reconstruir mediante la ciencia, la ideología y
la religión. De estas microesferas (relaciones ontológicas del tipo
feto-placenta) a las macroesferas (los macro-úteros, estructuras
políticas que adoptan la forma de naciones o de Estados), Sloterdijk
analiza así las esferas donde los seres humanos intentan sin éxito
morar y refiere a una conexión entre la crisis vital (como la
separación narcisista) y las crisis que se generan cuando una esfera
estalla"[3].
En
este espacio esferológico propuesto por Sloterdijk es donde se va
desarrollando el proceso globalizante, que no es de reciente data, sino
un cambio que se ha venido gestando desde la colonización de América y
la era de los primeros viajes de descubrimiento.
Aquí
es fundamental comprender el hecho humano como una historia de la
espacialidad y la búsqueda de nuevos lugares, de habitáculos de
recambio para el fugitivo del cosmos. Y como correlato de esto el mundo
contemporáneo se nos ofrece con su disposición expansiva, donde
pareciera que el mundo huye de sí mismo en sí mismo. La paradoja de la globalización es que allí donde todo es centro no puede existir un verdadero centro.
Es
curioso que la palabra descubrimiento no aprezca en los diccionarios
de Filosofía, cuando es lo que da lugar a toda ulterior pesquiza.
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2.
Sloterdijk sostiene que una primera y temprana globalización tuvo lugar mediante la colonización que se dio en el siglo XVIII. Dado que en estos procesos de conquista de nuevos territorios el europeo alfabetizado nunca se sintió completamente distante de sus sistemas de sentidos patrios, esto aún cuando se encontrase en una remota isla, fue necesario un elemento que al modo de constelaciones guiara estas nuevas navegaciones ahora existenciales surgiendo así la necesidad de un cielo común, bajo el que pudieran reunirse y -en algún sentido- atenuarse todas las soledades de los primeros exploradores en los confines del nuevo mundo. El sustento que permitió esta globalización, esta integración de un alma y mente común, que además compilara los nuevos saberes y el desarrollo de las incipientes ciencias etnográficas fue -sin duda- la Enciclopedia. La Enciclopedia elimina la sensación de des-ubicación y deriva del ser humano, otorgando seguridad y pertenencia, un reconocimiento, un periscopio, un remanzo contemplativo. "El baldaquín bajo el que se reúnen todas las soledades de los exploradores tenía que ser un fantástico libro integral: un libro de los récords cognitivos en el que no se olvidara a nadie que hubieses destacado como aportador de experiencia y como contribuyente al gran texto de la colonización del mundo"[4]. Esta fue, precisamente la función de la Enciclopedia, servir de interconexión de los nuevos saberes, nuevos mundos híbridos, la contaminación cultural, la pérdida y la reapropiación de sentidos y los nuevos hombres que en lejanas tierras comenzaron a experimentar la extrañeza del mestizaje y la eclosión de los límites del mundo.
Sloterdijk sostiene que una primera y temprana globalización tuvo lugar mediante la colonización que se dio en el siglo XVIII. Dado que en estos procesos de conquista de nuevos territorios el europeo alfabetizado nunca se sintió completamente distante de sus sistemas de sentidos patrios, esto aún cuando se encontrase en una remota isla, fue necesario un elemento que al modo de constelaciones guiara estas nuevas navegaciones ahora existenciales surgiendo así la necesidad de un cielo común, bajo el que pudieran reunirse y -en algún sentido- atenuarse todas las soledades de los primeros exploradores en los confines del nuevo mundo. El sustento que permitió esta globalización, esta integración de un alma y mente común, que además compilara los nuevos saberes y el desarrollo de las incipientes ciencias etnográficas fue -sin duda- la Enciclopedia. La Enciclopedia elimina la sensación de des-ubicación y deriva del ser humano, otorgando seguridad y pertenencia, un reconocimiento, un periscopio, un remanzo contemplativo. "El baldaquín bajo el que se reúnen todas las soledades de los exploradores tenía que ser un fantástico libro integral: un libro de los récords cognitivos en el que no se olvidara a nadie que hubieses destacado como aportador de experiencia y como contribuyente al gran texto de la colonización del mundo"[4]. Esta fue, precisamente la función de la Enciclopedia, servir de interconexión de los nuevos saberes, nuevos mundos híbridos, la contaminación cultural, la pérdida y la reapropiación de sentidos y los nuevos hombres que en lejanas tierras comenzaron a experimentar la extrañeza del mestizaje y la eclosión de los límites del mundo.
En
este devenir el ser humano se plantea la tarea de ordenar en una sola
mirada abarcante este nuevo conocimiento en gestación, misión -en un
primer momento- de lingüistas y etnólogos quienes en una tarea de
ingeniería tendieron puentes para lograr encuentros con lenguas
extranjeras, posibilitando la expansión del saber de la época a los
distintas latitudes de la tierra. Desde esta perspectiva, la de la
traducción, existían dos caminos posibles: la imposición por medio de
la fuerza de las lenguas de los señores de los feudos o la
contaminación por parte pequeñas conspiraciones de lenguajes marginales
desde la periferia al centro, penetrando el núcleo del saber europeo
por pequeñas asoladas indigenistas -por las lenguas concretas, por el
habla ancestral y telúrica de los colonizados- logrando contagiar un
virus hipertextual y expansivo en el seno mismo del habla de los así
mismos llamados señores.
Es así como
la traducción se vuelve la clave de los procesos esferopoiéticos
concretos y regionales. Uno de los ejemplos más claro de este proceso
casi hegemónico fue la traducción de textos de la tradición cristiana.
Esta traducción viene a convertirse en una especie de colonización del
inconsciente colectivo, de naciones y pueblos, pero la pregunta que
surge aquí es si esta traducción no es si no, otro tipo de invasión,
¿es posible traducir culturas sin existir los contextos necesarios para
su interpretación idónea? La Biblia, por ejemplo está traducida a más
de dos mil cuatrocientas lenguas, pero su contenido habrá sido
interpretado de la manera correcta. De qué modo se produce la
adaptación de los designios de Dios a cada cultura.
Desde
mi punto de vista la expansión del conocimiento ‘oficial’ viene a ser
el envoltorio de seguridad para el ser humano de la época, el
resguardo del desarraigo del venir al mundo, sin embargo, Sloterdijk
hace "estallar la herencia de la ilustración y la creencia en el
progreso, proclama el fin del totalitarismo metafísico y la caducidad
de la fatiga nihilista para encarar el mundo contemporáneo, abriendo
una brecha entre los apocalípticos y los entusiastas de las nuevas
tecnologías, incluida la genética, ha cambiado el eje del preguntar
filosófico desde el tradicional ¿quiénes somos? al innovador ¿dónde
estamos?."[5].
3.
Ahora
bien, qué ocurre cuando producto del desarrollo de las nuevas
tecnologías y el avance de los medios de comunicación, sobretodo lo que
se refiere a Internet y las posibilidades de conexiones que esta
herramienta provoca, el mundo se vuelve sincrónico haciendo que se viva
un presente común, vemos las noticias al instante en todo el mundo.
En tiempos pasados las noticias tardaban días en llevar al último
lugar recóndito de la tierra, sin embargo, ahora está presente desde
el mismo instante en que están ocurriendo los hechos, es el caso del
conflicto israelí, las ganancias de la bolsa de China o la suspensión
del gas desde Argentina a Chile. Se nos instala el concepto del
"instante", el momentum como lo define Sloterdijk, como modo de
vivencia cotidiana, sin distancias espaciales, el espectro espacio se
torna gigantesco. Lo lejano se vuelve cercano. Vivimos en un espacio y
tiempo donde las fronteras (terrenales – simbólicas) existen por
todas partes, las fronteras pone los límites donde los individuos se
pueden mantener dentro o fuera de una zona. Salir de estos límites, sin
duda, representa un desafío, presupone un gran riesgo, por eso es que
generalmente, los hombres no cruzan las fronteras y se mantienen
aislados en una esfera (estable). Sin embargo, con esta movilidad de la
frontera, el hombre debe aprender a convivir (sobrevivir) en este
espacio cambiante.
En lo que
respecta al tiempo, estamos ante unos medios dedicados a fabricar
presente, lo que sólo puede producirse mediante el debilitamiento del
pasado, de la conciencia histórica, desde esta lógica por ejemplo, las
tradicionales plazas de las ciudades de cualquier ciudad del mundo
significaban lugares de encuentros sociales, donde se hacía política,
el lugar donde se producía la socialización, sin embargo, ahora este
espacio ha sido reemplazado por la moda del mall, estas imponentes
construcciones modernas, aglutinan a jóvenes y adultos como un
bricolaje de la moda mundial. También este debilitamiento se puede ver
reflejada en la conciencia políticas donde son evidentes la
disminución de los sujetos comprometidos con la discusión y actuación
política de su país.
"Cubiertas
virtuales han sustituido al imaginado cielo de éter de otros tiempos;
mediante sistemas de transmisión la eliminación de la lejanía se ha
implementado técnicamente por doquier en los centros de poder y
consumo. Desde el punto de vista aeronáutico la tierra se ha reducido a
un trayecto en jet de cincuenta horas como máximo; en el caso de las
vueltas en torno a la tierra de los satélites y de las
circunvoluciones-Mir, se han conseguido unidades de tiempo de noventa
minutos y menos; para mensajes de radio y de luz la tierra se ha
reducido casi a un punto fijo: rota como esfera temporal-compacta en
una mantilla electrónica que la rodea como una segunda atmósfera"[6].
En
este nuevo espacio esferológico, Sloterdijk nos plantea la idea que
esta globalización (espacio-temporal) arrasa con cualquier pueblo que
quiera mantenerse intacto producto de la revolución destructora de la
lejanía: la Modernidad. "a causa de su desdichada accesibilidad por los
otros agresores, viven en uno y el mismo planeta, en la estrella de
los descubiertos".
Es el reino
-planetario por lo demás- de lo sincronizado, donde se priorizan los
acontecimientos cotidianos sin grandes análisis y que desde la
perspectiva comunicacional, buscan el efecto inmediato de la
tele-audencia facilista. La convergencia temática que envuelve a este
espacio es el de las actualidades. Esto es lo que Sloterdijk llama el
despiadado imperativo-día, en donde ya no hay tiempos-afuera, el mundo
ha perdido sus sombras.
Cómo
entonces, el ser humano reorganiza su estabilidad tensional si sus
espacios de tranquilidad y seguridad comienzan a ser invadidos desde
fuera (hasta ese momento). Ya su intimidad, su casa a donde regresa
todos los días después de deambular por los espacios de tránsito no es
el asilo del mundo y su esencia domiciliaria se transforma bruscamente
en la del vendedor viajero que vive siempre en trayecto, sin retorno[7],
ya no está aislado del mundo externo. Los espacios seguros (en
Sloterdijk la interioridad, intimidad) se entremezclan con los espacios
extrañamente externos. Para Sloterdijk como no existen las dicotomías
(sujeto-objeto, hombre-mundo) los espacios externos e internos se
interrelacionan de manera radical. El hombre que se sabe habitante de la
tierra, ya sin el techo (hogar, como sustitución de espacio
feto-placenta), ante lo infinito y extraño, debe recompensar su antigua
seguridad ya perdida por otros medios y paradojalmente utiliza la
causa de esta reconfiguración, la globalización que lleva espíritus
envolventes.
Luego del recorrido
analítico que hace Sloterdijk sobre los distintos fenómenos espaciales
hasta llegar a la actual globalización, pregona el fin del
cosmopolitismo y plantea el surgimiento del ‘provincianismo global’.
"La globalización electrónica informática, en la que -dice Sloterdijk-
los hombres superan las distancias, y el mundo vuelve a hacerse más
pequeño, porque si la segunda etapa generó el cosmopolitismo, la
tercera globalización produce un provincianismo global"[8].
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Esta instalación del provincianismo global caracterizado por un mundo sincronizado se caracteriza por la eliminación de la lejanía y la reconfiguración de las culturas locales. Estos cambios se pueden conceptualizar con la construcción de Híbridos y palimpsestos donde se da cuenta cómo los hombres fundan sus identidades en épocas de globalización. Son categorías que proponen en su esencia la heterogeneidad cultural, diferenciando lo que tienen de imaginarios compartidos y diferentes y el carácter conflictivo que los actores globales y locales.
Esta idea de
hibridación cultural sustenta una nueva construcción de los imaginarios
simbólicos y será objeto de un próximo análisis en una segunda
entrega de estas investigaciones en curso.
Por
ahora, sólo diremos que en el análisis de la constitución híbrida de
las identidades la discusión se trasladará hacia la problemática de la
integración, de las transformaciones en las nociones de espacio
territorial y cronología temporal, desde dónde se planteará un
cuestionamiento de los referentes clásicos y la manera como
habitualmente pensamos los procesos de construcción de las identidades
bajo la forma de Estados-Nación.
Filosofía Adolfo Vásquez Rocca Blog
Dr. Adolfo Vásquez RoccaBibliografía
- AUGE, Marc, Los no-lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad, Ed. Gedisa
- BALARDINI, Sergio. De los jóvenes, la juventud y las políticas de juventud. Última Década. Políticas Públicas y Juventud. Tribus Urbanas. Santiago de Chile, Ediciones CIDPA, septiembre de 2000.
- GIANNINI, Humberto, La "reflexión" cotidiana. Hacia una arqueología de la experiencia, Editorial Universitaria, 2004
- KROTZ, Esteban. La Otredad Cultural entre Utopía y Ciencia, Fondo de Cultura Económica, México 2002
- MARTIN BARBERO, Jesús "Nuevos mapas culturales de la integración y el desarrollo". En Bernardo Kliksberg y Luciano Tomassini (compiladores): Capital social y cultura: claves estratégicas para el desarrollo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. 2000, p. 337.
- MICHAELSEN, Scout y JOHNSON, David, Teoría de la Frontera. Los límites de la política cultural, Editorial Gedisa, Barcelona, 2003.
- SLOTERDIJK, Peter, El desprecio de las masas; Ensayos sobre las luchas culturales de la sociedad moderna, Editorial Pre-textos, Valencia, 2002.
- SLOTERDIJK, Peter,, Pre-textos, Valencia, 2001.
- SLOTERDIJK, Peter, Esferas II. Globos. Macroesferología,. Siruela, 2004.
Artículos
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo.
- "Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización" En Eikasia Revista de Filosofía, julio 2006, Oviedo, España. ISSN: 1885-5679
- "Peter Sloterdijk; Microesferas íntimas y úteros fantásticos para masas infantilizadas", en NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Universidad Complutense de Madrid, | Nº 15 | Enero-Junio 2007, pp. 193-200.http://www.ucm.es/info/nomadas/15/avrocca_microesferas.pdf
- "Sloterdijk y Canetti; El detonante iconográfico y operístico de la política de masas", en NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Universidad Complutense de Madrid, | Nº 15 | Enero-Junio 2007, pp. 201-214.http://www.ucm.es/info/nomadas/15/avrocca_detonanteiconografico.pdf
[2] MICHAELSEN, S. Y JOHNSON D., Teoría de la Frontera, Los límites de la política cultural.
[3] VASQUEZ ROCCA, Adolfo, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización. 2007
[4] SLOTERDIJK, Peter, Esferas II. Globos. Macroesferología,. Siruela, 2004, p. 843.
[5] VASQUEZ ROCCA, Adolfo, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización. 2007, p. 3
[6] SLOTERDIJK, Peter, Esferas II. Globos. Macroesferología,. Siruela, 2004. p. 848
[7] GIANINNI, Humberto, La "reflexión" cotidiana. Hacia una arqueología de la experiencia, Editorial Universitaria, 1989, Santiago.
[8] VASQUEZ, Adolfo, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización. 2007, p. 9.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía y Teoría del Arte
Universidad Católica de Valparaíso - Universidad Complutense de Madrid.
Doctor
en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso;
Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía
IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y
Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad
Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la
'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias
en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización,
Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el
Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la
International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
Ver:
Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Air Conditioning en el Mundo interior del Capital", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 25 - 2009, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 25-38
http://revistadefilosofia.com/25-04.pdf Seminario Peter Sloterdijk - W. Benjamín; Filosofía, Estética y Arquitectura Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
1.- Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Estética y Políticas de Climatización: De los Pasajes a los Invernaderos de la posmodernidad.
Si
hubiera que ampliar las investigaciones de Walter Benjamin al siglo
XX y principios del XXI, sería necesario –según Sloterdijk–1 además de
algunas correcciones en el método– tomar como punto de partida los
modelos arquitectónicos del presente: centros comerciales, recintos
feriales, grandes estadios olímpicos, edificios corporativos, centros
de convenciones y estaciones orbitales2. Los nuevos trabajos tendrían
títulos como grandes úteros para masa infantilizadas, Estados
Uterotopos, etc. Sin duda alguna, los pasajes encarnaron una sugestiva
idea del espacio en los principios del capitalismo. Consumaron la
fusión, que tanto había inspirado a Benjamin, entre salón y universo en
un espacio interior de carácter público; eran un “templo del capital
mercantil”, “voluptuosa calle del comercio”3, proyección de los
bazares de Oriente en el mundo burgués y símbolo de la metamorfosis de
todas las cosas bajo la luz de su venalidad [capacidad de ser
vendido, corrompido -demarcación que establece el dinero entre lo
sacro y lo profano] escenario de una féerie que embruja a los clientes
hasta el final de la visita. Una feria de vanidades – donde el
ceremonial social del lujo no sólo exige su vendibilidad, sino que la
presupone. – del mismo modo como los altos honorarios médicos del
psicoanálisis forman parte del proceso de curación del enfermo, en
cuanto hace digna de crédito su voluntad– . Sin embargo, el Palacio de
Cristal, el de Londres –en 1850-, que primero albergó las Exposiciones
Universales y luego un centro lúdico consagrado a la “educación del
pueblo”, y aún más, el que aparece en un texto de Dostoievsky4 y que
hacía de toda la sociedad un “objeto de exposición” ante sí misma,
apuntaba mucho más allá que la arquitectura de los pasajes; Benjamin lo
cita a menudo, pero lo considera tan sólo como la versión ampliada de
un pasaje. Aquí, su admirable capacidad fisonómica lo abandonó.
Porque, aun cuando el pasaje contribuyera a glorificar y hacer
confortable el capitalismo5 , el Palacio de Cristal –la estructura
arquitectónica más imponente del siglo XIX– apunta ya a un capitalismo
integral, en el que se produce nada menos que la total absorción del
mundo exterior en un interior planificado en su integridad.
Si
se acepta la metáfora del “Palacio de Cristal” como emblema de las
ambiciones últimas de la Modernidad, se reconoce sin esfuerzo alguno la
simetría entre el programa capitalista y el socialista: el socialismo
no fue otra cosa que la segunda puesta en práctica del proyecto de
construcción del palacio. Después de su liquidación, se ha hecho
evidente que socialismo y comunismo fueron estadios en el camino hacia
el capitalismo. Ahora se puede decir abiertamente que el capitalismo
es algo más que un modo de producción; apunta más lejos, como se
expresa con la figura de pensamiento "mercado mundial".Implica el
proyecto de transportar todo el contexto vital de los seres humanos
que se hallan en su radio de acción a la inmanencia del poder de
compra.
2.-Los shopping-mall como sistemas autorregulados.
Los
shopping-mall son un capítulo de la tecnologización de la ciudad. En
ellos, el mercado ya no recurre a ningún artificio para ocultar su
naturaleza universal. Una misma técnica se utiliza en la producción
escenográfica de mercados idénticos. Por eso, la tecnología es un
factor decisivo: nada puede entregarse al azar o a las ocurrencias
individuales, ni la circulación de las personas, ni la circulación de
las materias , ni el espacio. Si el mercado tuvo su origen a cielo
abierto, y persistió en la calle, las galerías decimonónicas
descubrieron, por primera vez, las ventajas de un continuum espacial y
temporal independizado radicalmente de cualquier peripecia que
perturbe su funcionamiento. El ideal del shopping-mall no es el
pintoresquismo (que el capitalismo reserva para las excursiones
turísticas o los enclaves miserables) sino el confort. La calle nos
recuerda, aunque de manera intermitente, que la intemperie existe y no
todo está bajo control.
Los
shopping-malls, en cambio, son un invento que se separa
definitivamente de la temporalidad y la intemperie. Como sistema
autorregulado, el shopping-mall se anticipa a todas las necesidades de
sus visitantes: no existen ni el frío ni el calor, no hay montaje
aleatorio de sonidos mecánicos y naturales, no hay conflicto de estilos
(el shopping-mall destruye los estilos incluso cuando pretende
conservarlos). Sobre todo: no existen las diferencias nacionales. Los
shopping-malls y los resorts turísticos unifican su forma y repiten
escrupulosamente una tipología, que varía sólo en algunos elementos
accesorios. Esto se puede probar en cada una de las piezas ensambladas
en un shopping-mall.
Así
, el shopping-mall quiere decirnos que no renuncia a la naturaleza.
No obstante, se separa de ella de manera completamente nueva y
radical. En el shopping-mall respiramos aire reciclado, las luces son
siempre artificiales y jamás se mezclan con la luz atmosférica, los
sonidos del exterior, por decisión arquitectónica, no deben traspasar
las paredes fortificadas del recinto; la ausencia de ventanas niega
toda comunicación con el afuera. Sin embargo, de manera infantil y con
voluntad de producir un efecto de escenografía “ecológica”, los
patios del shopping-mall no pueden prescindir de sus árboles, los
mismos árboles en todo el planeta, indiferentes al desierto que rodea
al shopping-mall, o a la ciudad decimonónica en la que éste se ha
incrustado.
En
el shopping-mall, la jardinería no busca el efecto maravilloso del
artificio, ni la inspiración romántica del paisaje campestre, ni la
culminación abstracta de las miniaturas de un jardín japonés. Lejosde
estos ejemplos, su originalidad se apoya en la buscada incongruencia
entre arquitectura y decoración “natural”. En medio de la polución
visual de los carteles, los anuncios y los letreros, los árboles del
shopping-mall están allí para probar que, si un shopping-mall es el
universo bajo su forma de mercado, nada del universo puede serle ajeno.
La tecnología del shopping-mall necesita, para cumplir adecuadamente
sus fines, expulsar cualquier recuerdo del mundo exterior y
convertirse en un espacio abstracto y universal. Sin embargo, como en
la sociedad hipertecnológica prospera una ideología “naturista” (una
especie de ecologismo blando y romántico), se necesita del verde de
los árboles como garantía, precisamente, de que la universalidad
tecnológica no deja nada afuera. Ni siquiera a los árboles que,
embutidos en sus macetas y detenidos en la mitad de su crecimiento, son
una escenografía de ciencia ficción: hierbas verde esmeralda en un
paisaje de silicio o, como escribió Benjamin, la orquídea imposible en
que se ha convertido la realidad.
En
concordancia con estas intuiciones estético-políticas Walter Benjamin
elige en sus minuciosas descripciones precisamente los objetos que
ponen de manifiesto el inminente advenimiento -a través del fetiche de
la mercancia y el templo del escaparate- del capiatlismo integral,
esto es, del paisaje urbano convertido en ideología. Basta leer el
índice del libro de Los Pasajes para notar la
descripción de la cultura mercantil ad portas: pasajes, panoramas,
exposiciones universales, interiores, calles, barricadas. Nadie hasta
entonces había pensado a la cultura tan profundamente sumergida en su
medio material y urbano. Este segundo tomo de Iluminaciones incluye
tres ensayos: unos sobre el París del segundo Imperio, otro sobre
algunos temas en Baudelaire y el tercero, el famosísimo “París,
capital del siglo XIX”. Cada uno de estos ensayos descubre pistas que
Benjamin procuró reconducir hacia una convergencia improbable (en el
límite, imposible) en el libro no escrito sobre los pasajes de París.
Cada una de estas pistas es novedosa por varios motivos: la captación
de la dimensión social de la poesía de Baudelaire y de la dimensión
cultural de las transformaciones materiales y urbanas; el
descubrimiento (no existe otra palabra más exacta) de que ciudad y
poesía moderna se implican como producciones simbólicas y se presuponen
como experiencia.
Del Libro de Los Pasajes
tenemos únicamente esbozos preliminares y una colección ordenada de
fragmentos y citas. La edición de los “Apuntes y materiales” fascina
quizás por eso mismo: si estuviera allí el libro terminado, en lugar de
los fragmentos, todos los libros hipotéticos se habrían perdido y
sólo estaría ese, realmente existente. La obra de Benjamin se hubiera
cerrado quizá con un magnífico libro. Hoy queda abierta a las
reconstrucciones, atravesada por la incompletitud, que es precisamente
un rasgo compositivo benjaminiano.
La obra es un
enigma que, al no haberse resuelto el libro, deja abiertas muchas
vías que el libro terminado hubiera clausurado definitivamente. En vez
de París, capital del siglo XIX, tenemos El taller de Walter Benjamin,que
nos convoca a la arqueología. Pero se trata de una arqueología
inversa: en lugar de reconstruir una totalidad perdida a partir de sus
restos, debemos trabajar sobre las ruinas de un edificio nunca
construido. ¿Sería posible aprender algo de la elección de una cita y
rearmar un todo del que se conocen fragmentos dispersos y, a menudo,
repetidos? ¿Qué se aprende espiando el momento privado de la escritura,
antes de que ella alcance la etapa de la confrontación pública,
aunque no necesariamente de la edición?
Benjamin
nunca pensó que los “Apuntes y materiales” serían publicados ni que a
través de su sistema de citas alguien iba a reconstruir, como se
reconstruye un paisaje antiguo mediante descripciones y dibujos, su
versión de París en el siglo XIX. Benjamin no pensó que nadie iba iba a
redimir las ruinas de su libro, porque hasta suicidio creyó que ese
libro iba finalmente a ser escrito.
Iluminaciones II, por su parte, fue condensado en la figura del flaneur,
ese paseante urbano, consumidor, neurasténico y un poco dandi que,
para Benjamín, sintetizaba una idea: la del anonimato en la ciudad
moderna y en el mercado, espacios, espacios donde se imponen nuevas
condiciones de experiencia. El volumen presenta, sin embargo, no sólo
ese retrato de paseante sino una serie de subjetividades cuyo rasgo
común bien podría ser una frase de Banjamin: “La difuminación de las
huellas de cada uno en la multitud de la gran ciudad”. La sociedad
burguesa es captada en el momento en que se pierde una forma de la vida
privada, en el momento en que se rearman las relaciones entre privado
y público, entre mundo de los objetos y mundo de las mercancías,
entre arte original y reproducción fotográfica, entre tradición y
moda.
El
hábitat del ser humano no es ya ni la naturaleza en estado puro ni la
casa o el domicilio, sino una organización intermedia que asegure la
calidad urbana de la estancia humana.
Los
espacios vitales –entendidos como estancias de cobijo– cada vez están
más amenazadas, baste sólo pensar en los peligros que comporta el
terrorismo no convencional6, de allí que el aire de los grandes centros
urbanos sea acondicionado, filtrado, purificado. Después de la
utilización de gases mortales en atentados en el metro de Tokio el aire
ha perdido su inocencia y se ha transformado en un elemento
amenazador. El aire y el medio ambiente forman parte de la estrategia
militar de allí que el hombre necesite inmunizarse contra esos
peligros. Esto acelera la construcción de esferas protectoras, sean
ellas el espacio aéreo, nuestras ciudades climatizadas o nuestras
oficinas y apartamentos. Nuestro mundo occidental quisiera ser un
inmenso Palacio de Cristal7.
Victoria Chalot
Victoria Chalot
Algo
parecido al ya referido Palacio de Cristal de los británicos, ese
invernadero gigante y lujoso construido en Londres en 1850 para la
Exposición Universal. Occidente ha reemplazado el mundo de los
metafísicos por un gran espacio interior organizado por el poder
adquisitivo. El capitalismo liberal encarna la voluntad de excluir el
mundo exterior, de retirarse en un interior absoluto, confortable,
decorado, suficientemente grande como para que no nos sintamos
encerrados. Ese palacio de cristal urbano, con sus calles peatonales,
sus casas con aire acondicionado, parece constituir una respuesta
adecuada a ese deseo. Walter Benjamin ya lo decía en la época de la
Restauración en Francia, cuando hablaba de las galerías comerciales, los
Pasajes y las calles comerciales de París. Para él, construyendo esos
pasajes, el régimen de Napoleón III mostró su verdadera naturaleza
tratando de transformar el mundo interior en una especie de
fantasmagoría: un gran salón abierto donde uno recibe el mundo sin estar
obligado a salir de su casa. Para él, ése era el fantasma burgués de
base: querer disfrutar de la totalidad de los frutos del mundo sin
tener que salir de su casa.
3.- Traumas urbanos. La ciudad y los desastres.
La
reflexión acerca del impacto que producen los influjos inhibitorios y
los influjos desinhibitorios en el funcionamiento de nuestra sociedad
presente es desarrollada por Sloterdijk en su conferencia El Palacio
de Cristal, pronunciada en el marco del debate Traumas urbanos. La
ciudad y los desastres, la cual tuvo lugar en Barcelona, en el año
2004. En esta conferencia, Sloterdijk establece una articulación entre
ambos tipos de influjo y otros temas que forman parte de la
meditación contemporánea como el capitalismo, la globalización y el
terrorismo.
Los
traumas urbanos corresponden no sólo a la destrucción física, sino
también a las consecuencias psicológicas de los desastres.
Sloterdijk
sostiene que el terror no es más que el intento de crear molestias
dentro del sistema que puedan afectar al consumismo (el terrorismo
islámico sería un ejemplo de ello). "El fenómeno de la globalización
nos lleva a la generalización del confort y hacia la idea de un palacio
de cristal -concepto utilizado por Dostoievski para denominar el
mundo occidental- que representa la vida que nos gustaría vivir,
aunque mantiene una mirada hacia fuera para saber quién es su
enemigo", asegura el filósofo.
Las ciudades responden de manera distinta a las catástrofes
Existe
una nueva forma de terror: el urbicidio. Su objetivo es aniquilar las
ciudades, lo que implica la deshumanización y la destrucción de los
lugares simbólicos. El urbicidio tendría que ser definido como un
crimen de guerra, pero las ciudades tienen la capacidad de adaptarse y
superar la catástrofe.
Existe una larga historia
de catástrofes urbanas. Muchas ciudades han desaparecido a lo largo
de la historia. Pero lo que realmente se desvanece son las formas de
vida de esas ciudades, ya que la vida vuelve después del desastre.
Ejemplo de ello es la ciudad de Jerusalén, a la que, a pesar de las
repetidas destrucciones de las que ha sido víctima, la vida ha vuelto
siempre. Aun cuando hay quienes sostienen que las ciudades están
muertas: sólo las vidas de sus habitantes las hacen existir. La
necrópolis es la verdadera ciudad ya que "la ciudad siempre ha estado
muerta y ha sido construida por los muertos".
Las
ciudades se enfrentan de distintas maneras a su reconstrucción
después de las catástrofes. Algunas están obsesionadas con su memoria
(en Italia, por ejemplo) y necesitan recordar lo que era esa ciudad.
La mejor manera de recordar las cosas es a través de rituales. El
ritual es la memoria que sobrevive.
4. Densidad en el Mundo Interior del Capital: Para una Teoría filosófica de la Globalización.
Sloterdijk
utiliza el concepto de “densidad” para definir el estado esencial que
caracteriza la convivencia en el mundo globalizado.
El
rasgo distintivo de la globalidad establecida es la situación de
proximidad forzosa con todo tipo de elementos. Creemos que lo más
adecuado es designarla con el término topológico «densidad». Este
término designa el grado de presión para la coexistencia entre un
número indefinidamente grande de partículas y centros de acción.
Mediante el concepto de densidad, se puede superar el romanticismo de la
cercanía con el que los moralistas modernos han querido explicar la
abertura del sujeto hacia el Otro8.
En
El palacio de cristal Sloterdijk desarrolla una metáfora que permite
describir el estado actual de la evolución económica y social,
especialmente en los países desarrollados de Occidente, cuestión que
profundizará en el reciente “En El Mundo Interior Del Capital: Para Una
Teoría Filosófica de la Globalización”. El mundo que él denomina
capitalismo integral, donde el espacio exterior es absorbido y
extrapolado hacia un espacio interior completamente delineado y
esquematizado. Este palacio de cristal desempeña el rol de cápsula que
separa y protege a sus miembros de las amenazas del mundo exterior; en
él, los consumidores pueden acceder a distintos tipos de productos
provenientes de todas partes del globo sin tener que abandonar su
burbuja de privilegio.
La
existencia en comunidad, al interior del Palacio de cristal, acontece
bajo la forma de la densidad. La globalización impone un grado enorme
de cercanía, tanto material como virtual, entre los mismos
consumidores y entre éstos y los artículos de consumo. Basta pensar lo
que ocurre en los centros comerciales, espacios gigantescos
atiborrados de tiendas y de potenciales compradores, que ofrecen
infinidad de productos comerciales destinados al consumo masivo de las
multitudes, o lo que sucede con Internet, a través de esta red global
los seres humanos trascienden los límites impuestos por las distancias
físicas y pueden comunicarse entre sí desde cualquier lugar del orbe,
además las personas tienen la posibilidad de realizar toda clase de
transacciones económicas sin siquiera desplazarse de su computador.
Desde
el punto de vista de Sloterdijk, el fenómeno de la densidad conduce a
la primacía social de la inhibición sobre la desinhibición.
A
causa de la densidad, la inhibición se transforma en nuestra segunda
naturaleza. Allí donde se manifiesta, la agresión unilateral adopta la
apariencia de una utopía que ya no se corresponde con ninguna praxis.
La libertad para actuar obra entonces como un motivo de cuento de
hadas procedente de la época en que la agresión aún prestaba algún
servicio9.
La
excesiva cercanía entre los miembros del palacio de cristal, que se
expresa a través de un exorbitante nivel de densidad, tiene como
consecuencias más relevantes, para el análisis que realiza Sloterdijk,
la declinación de los dictados unilaterales, y la constitución
hipercomunicativa de la sociedad, ambos acontecimientos confluyen para
la determinación de la primacía de la inhibición.
En
épocas anteriores y bajo distintas formas de organización social, los
habitantes menos afortunados de una determinada comunidad debían
realizar un arduo esfuerzo por satisfacer sus necesidades básicas,
mientras otros, pertenecientes a clases dominantes, accedían con
relativa facilidad a todo tipo de lujos. Este orden social desembocó
frecuentemente en la competencia entre los miembros de un mismo estrato
social, y en la lucha de las clases inferiores por obtener mejoras en
su calidad de vida.
5.- Densidad y problemas migratorios en el Palacio de Cristal.
En
la actualidad, el estadio de desarrollo que ofrece el palacio de
cristal permite una considerable disminución de los inconvenientes
propios de sistemas sociales más primitivos. Existen programas de
protección social que permiten complacer las necesidades básicas de la
mayoría de la población y la brecha económica entre los estratos
sociales es menor que en sociedades menos desarrolladas.
Los
habitantes contemporáneos del Palacio de Cristal llevan a cabo una
vida marcada por el bienestar social, esto influye en el modo en que se
interrelacionan, ya no se consideran unos a otros competidores en la
batalla por la supervivencia, ni tampoco existen acentuados
antagonismos entre las clases sociales que puedan dar pie a
revoluciones o golpes de estado, manifestaciones unilaterales de la
agresión.
La
elevada densidad garantiza la resistencia permanente del entorno
contra la expansión unilateral, una resistencia que desde el punto de
vista cognitivo se puede calificar como entorno estimulante para los
procesos de aprendizaje, puesto que los actores suficientemente fuertes
en medios densos se hacen unos a otros inteligentes, cooperativos y
amistosos (y, como es natural, también se trivializan entre sí). Esto
es así porque se interponen efectivamente el uno en el camino del otro,
y han aprendido a equilibrar intereses opuestos. Al cooperar tan sólo
con las miras puestas en el reparto de beneficios, dan por supuesto
que las reglas de juego de la reciprocidad también son evidentes para
los demás. Es lo que Rorty llamaría “compartir una esperanza egoísta
común”
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - CURRICULUM ACADÉMICO
Si
bien la coexistencia en el Palacio de Cristal se desarrolla
principalmente bajo las normas generales de la cordialidad y la
empatía, esto no implica la ausencia de problemas de convivencia de los
que hemos sido testigos – durante las últimas 3 décadas– en el
escenario político internacional.
Actualmente
existe un conflicto de carácter étnico en muchos de los países
desarrollados. Una cantidad elevada de inmigrantes, provenientes
principalmente de África, Medio-Oriente y América Latina, tanto legales
como ilegales, ingresa diariamente a Europa y Estados Unidos. Esto
produce serias alteraciones en el orden social. Una parte de la
población residente no ve con buenos ojos la llegada de extranjeros, lo
consideran una invasión al Palacio de cristal. Los ciudadanos de
menos recursos afrontan este hecho con mayor malestar, en tanto son
los principales afectados, ya que los inmigrantes constituyen una mano
de obra más económica que compite con ellos en forma ventajosa, en la
carrera por conseguir empleos de baja calificación.
Adicionalmente,
este problema étnico produce otro tipo de repercusiones. El
incremento progresivo de extranjeros provoca que éstos vayan
adquiriendo mayor poder e influencia en la construcción de la
sociedad. Los extranjeros introducen sus costumbres y su religión en
el contexto general, modificando – a través de procesos de
hibridación- el panorama cultural de cada país.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.
COLUMNISTA DE REVISTAS Y PUBLICACIONES INTERNACIONALES, entre las que se cuentan:
A PARTE REI ISSN: 1137-8204 -Revista de la Sociedad de Estudios Filosóficos de Madrid-
NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - Universidad Complutense de Madrid.
MARGEN CERO, Miembro fundador de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
CUENTA Y RAZÓN, Revista de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) de Madrid, Fundada por Julián Marías, ISSN: 0211-1381
EIKASIA REVISTADEFILOSOFIA, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España
DEBATS Revista de Filosofía y crítica cultural, ISSN 0212-0585, Institució Alfons el Magnànim, Valencia.
HETEROGÉNESIS [SWEDISH-SPANISH] _ Revista de arte contemporáneo. TIDSKRIFT FÖR SAMTIDSKONST
| E-mail: adolfovrocca@gmail.comA PARTE REI ISSN: 1137-8204 -Revista de la Sociedad de Estudios Filosóficos de Madrid-
NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 - Universidad Complutense de Madrid.
MARGEN CERO, Miembro fundador de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
CUENTA Y RAZÓN, Revista de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) de Madrid, Fundada por Julián Marías, ISSN: 0211-1381
EIKASIA REVISTADEFILOSOFIA, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España
DEBATS Revista de Filosofía y crítica cultural, ISSN 0212-0585, Institució Alfons el Magnànim, Valencia.
HETEROGÉNESIS [SWEDISH-SPANISH] _ Revista de arte contemporáneo. TIDSKRIFT FÖR SAMTIDSKONST
Notas:
1
SLOTERDIJK, Peter, El Palacio de Cristal, Conferencia pronunciada en
el marco del debate “Traumas urbanos; La ciudad y los desastres”,
Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, CCCB. 2004.
2 SLOTERDIJK, Peter, Esferas III: Espumas, cap. 1, sección A, pp. 317-337.3 Benjamin, Walter, Gesammelte Schriften, Suhrkamp, Frankfurt 1989, vol. 1, pp. 86 y 93.
4
Los ecos literarios de la estancia de Dostoievsky en Londres se
encuentran en su suplemento literario de viajes “Anotaciones de invierno
sobre impresiones de verano», 1863, un texto en el que el autor se
burla, entre otras cosas, de los «sargentos primeros de la civilización»
de Occidente, de los “progresistas de invernadero”, y expresa su
angustia acerca del triunfalismo baálico del palacio de la Exposición
Universal. Dostoievsky reconoce ya en la burguesía francesa la
equiparación europea occidental y posthistórica entre seres humanos y
poder adquisitivo: “La posesión de dinero [es] la más elevada virtud y
deber del ser humano”.
5
Acerca del motivo del “capitalismo confortable”, cfr. CLAESSENS,
Dieter y CLAESSENS, Karin, Kapitalismus als Kultur: Entstehung und
Grundlagen der bürgerlichen Gesellschaft, Suhrkamp, Frankfurt 1979.
6
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Temblores de aire,
atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad", En NÓMADAS, Revista
Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de
Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168
7
Pero, aquí cabe preguntarse qué sucederá después de este gran
invernadero. Porque la vida climatizada al interior del gran palacio de
cristal está basada en una tecnología que no es sustentable, dado que
requiere de las actuales energías fósiles. En la historia de la
humanidad, el fosilismo habrá sido un episodio de apenas unos 300 años.
Tenemos energías fósiles aún por 50, 100 años como máximo. En todo
caso, nuestro placer ya no es el mismo: ha sido prácticamente demolido,
porque las energías fósiles son sólo agradables cuando son baratas, y
esa época se terminó para siempre. No volverá nunca más. Cuando todo
se vuelve caro, no hay más confort, porque la democratización del lujo
es imposible. Los regalos de la naturaleza se terminan allí. Ahora
los hombres se preguntan cómo se pueden reemplazar esos regalos. La
verdad es que el hombre detesta el trabajo. Los hombres simulan
trabajar, pero trabajando sueñan con un regalo, con un tesoro que
buscan en forma permanente. El trabajo es sólo una suerte de intermezzo que
se acepta en espera del gran regalo. Ahora, ante el fin de las
energías fósiles, el trabajo regresa como una carga insoportable.
Por
lo pronto tenemos una opción, la posibilidad de implementar un gran
giro hacia una tecnología que sea al mismo tiempo barata, compatible
con las exigencias de la democracia y, sobre todo, abordable para los
países que hoy están en la periferia. Esos pueblos aprovecharán la
situación cuando las nuevas tecnologías solares estén disponibles a
precios razonables. Esos nuevos recursos permitirán una estructura de
civilización completamente diferente.
8 SLOTERDIJK, Peter, El Palacio de Cristal, Barcelona, 2004.
9 SLOTERDIJK, Peter, El palacio de cristal, Barcelona, 2004.
BIBLIOGRAFÍA:
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- BENJAMIN, Walter, Libro de los Pasajes, Ediciones Akal, Madrid, 2005.
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- BUCK-MORSS, Susan, Dialéctica de la mirada. Walter Benjamín y el proyecto de los Pasajes, Editorial Visor, , Madrid, 199
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de Buenos Aires, Argentina, pp, 122 - 130
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | 1º / 1
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Revista Observaciones Filosóficas - Nº 5 / 2007 | ISSN 0718-3712
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- Vásquez Rocca, Adolfo, "El vértigo de la Sobremodernidad; Turismo Etnográfico y Ciudades del Anonimato" Revista de Humanidades: TECNOLÓGICO DE MONTERREY Nº 22 (2007, primavera): Revista de Humanidades: Tecnológico de Monterrey, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, pp. 211-223
http://oai.redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=38402208&iCveNum=7148
http://hispanismo.cervantes.es/revista.asp?DOCN=2401
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http://hispanismo.cervantes.es/revista.asp?DOCN=2401
-
Artículo "Joseph Beuys 'Cada hombre, un artista'; Los Documenta de Kassel o el Arte abandona la galería"
http://www.margencero.com/articulos/new/joseph_beuys.html (Reedición) En Revista Almiar, MARGEN CERO, MADRID, Nº 37 - diciembre de 2007 - Margen Cero © , Fundadora de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807
Artículo "Joseph Beuys 'Cada hombre, un artista'; Los Documenta de Kassel o el Arte abandona la galería"
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- Artículo "Ilya Kabakov; Arte de la instalación, conceptualismo ruso y el Palacio de los proyectos", En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 101 - enero - febrero 2008, http://revista.escaner.cl/node/598
- Artículo "Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana", En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 101 - enero - febrero 2008, http://revista.escaner.cl/node/599
"Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana"
Reproducido en Revista ESPIRAL, Nº 15, 2008, Revista de Cultura y Pensamiento Contemporáneo, México.
"Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana"
Reproducido en Revista ESPIRAL, Nº 15, 2008, Revista de Cultura y Pensamiento Contemporáneo, México.
- Artículo "Rostros y espacio interfacial; hacia una teoría del retrato en Sloterdijk", en ENFOCARTE Nº 33, Revista de Arte Patrocinada por la Secretaría de Cultura | Gobierno de Buenos Aires. http://www.enfocarte.com/7.33/rocca.html
- Vásquez Rocca, Adolfo, "El Arte abandona la galería ! ¿A dónde va?", En RÉPLICA 21 © , Revista Internacional de Artes Visuales, México, Abril 2008.
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- Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Air Conditioning en el Mundo interior del Capital", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 25 - 2009, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 25-38
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Vásquez Rocca, Adolfo "Individualismo, modernidad líquida y terrorismo hipermoderno; de Bauman a Sloterdijk",
En Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Dialogo, Nº 17,
2008 - ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Ciudad
de Buenos Aires, Argentina, pp, 122 - 130
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Sofia Oportot y Adolfo Vásquez Rocca Teatro y Diseño
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- Peter Sloterdijk; la música de las esferas y la era antropotécnica - Adolfo Vásquez Rocca
- Peter Sloterdijk ¿dónde estamos, cuando escuchamos música? - Adolfo Vásquez Rocca
- Peter Sloterdijk; El Desprecio de las Masas, consideraciones en torno al poder - Adolfo Vásquez Rocca
- Peter Sloterdijk: Esferas, helada cósmica y políticas de climatización - Adolfo Vásquez Rocca
- Peter Sloterdijk y la metafórica de la navegación - Pablo Gutiérrez Echegoyen
- Sloterdijk y la ontogénesis del ser humano; la planta y el animal que hay en nosotros - Dra. Carolina Villagrán M. En Revista Observaciones Filosóficas
- Solterdijk; organicidad metafórica, modelos de comunicación y crítica del psicoanálisis fundacional - Lic Carlos Reyes González. En Revista Observaciones Filosóficas
- Peter Sloterjijk, la escucha de sí y el olvido del Ser desde todos los altavoces - Adolfo Vásquez Rocca
- Adolfo Vásquez Rocca, Artículo "Peter Sloterdijk: la música de las Esferas y el olvido del ser desde todos los altavoces" En Revista CuadrantePhi, Publicación de la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá - Colombia, Nº15 junio a diciembre de 2007.
- Adolfo Vásquez Rocca, Artículo "Peter Sloterdijk; Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos" En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Nº 16 - 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 217-228
- Artículo "Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana", En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 101 - enero - febrero 2008, http://revista.escaner.cl/node/599
"Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana"
Reproducido en Revista ESPIRAL, Nº 15, 2008, Revista de Cultura y Pensamiento Contemporáneo, México
- Artículo "Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 |
pp. 151-158
http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk2.pdf
- Vásquez Rocca, Adolfo, Artículo "Peter Sloterdijk: Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 |
pp. 159-168
http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk3.pdf
- Vásquez Rocca, Adolfo, "El Palacio de Cristal: Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; De los 'pasajes' a los invernaderos de la posmodernidad", En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 104 - mayo, 2008 http://revista.escaner.cl/node/742
- "De domesticados y domesticadores". (El post-humanismo de Peter Sloterdijk)
María José Cisneros Torres, En Psikeba, Nº 7, 2008
- Alcances Antropológicos del anunció de "la muerte de Dios" en Nietzsche, Heidegger y Sloterdijk
Lic. Isaac Moctezuma Perea - Universidad Nacional Autónoma de MéxicoEn Revista Observaciones Filosóficas Nº 6, 2008
- Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter
Sloterdijk: La Constitución Hipercomunicativa del Espacio Social; La
Jauría del Espectáculo y El Mundo Interior del Capital"
En KONFINES © - Voces ante el tercer milenio - Buenos Aires, 2008
http://www.konfines.com.ar/notas/autores-contemporaneos/Peter-Sloterdijk-La-Constitucion-Hipercomunicativa-del-Espacio-Social.htm
"WALTER BENJAMIN" Y "PETER SLOTERDIJK"; DE LOS 'PASAJES' AL 'PALACIO DE CRISTAL' Por Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
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Ver: Seminario Peter Sloterdijk - W. Benjamín; Filosofía, Estética y Arquitectura - PUCV
Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Air Conditioning en el Mundo interior del Capital", En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 25 - 2009, ISSN 1885-5679 - Oviedo, España, pp. 25-38
http://revistadefilosofia.com/25-04.pdf
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LOS SHOPPING-MALL: TEMPLOS DEL CAPITALISMO TARDÍO O SLOTERDIJK: LA ESFERA, EL MOL Y LA CIUDAD POSMODERNA Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. _ 2008 UNAB
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W. BENJAMIN; LOS SHOPPING-MALL COMO TEMPLOS DEL CAPITALISMO CONFORTABLE Por Adolfo Vásquez Rocca
LOS SHOPPING-MALL: TEMPLOS DEL CAPITALISMO TARDÍO
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Aspectos mitológicos y nemotecnia del consumo; la acumulación y el derroche Por Adolfo Vásquez Rocca
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Aspectos “mitológicos” y nemotecnia del consumo; la acumulación y el derroche
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Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos
Por Adolfo Vásquez Rocca
Referencia:
- Vásquez Rocca, Adolfo, “Baudrillard; cultura, narcisismo y régimen de mortandad en el sistema de los objetos”, en Almiar Margen Cero, Madrid, diciembre 2006.
http://www.margencero.com/articulos/articulos3/baudrillard.htm
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Victoria Chalot
- Vásquez Rocca, Adolfo, "Baudrillard; Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos" En EIKASIA. Revista de Filosofía, OVIEDO, ESPAÑA. ISSN 1885-5679, año II - número 9 - marzo 2007
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LOS SHOPPING-MALL: TEMPLOS DEL CAPITALISMO TARDÍO _ POR ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D.
Universidad Complutense de Madrid
Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y W. Benjamin; El Palacio de Cristal y los shopping-mall como sistemas autorregulados", En Psikeba © Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 8, 2008.
Universidad Complutense de Madrid
1.- Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Estética y Políticas de Climatización: De los Pasajes a los Invernaderos de la posmodernidad.
Seminario Peter Sloterdijk - W. Benjamín; Filosofía Estética
SLOTERDIJK; "GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL" Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Psicopolítica
– Posthistorie – Globo – Esfera – Mundo – Capital – Globalización –
Filosofía – Espumas – Mimo – Globalización - Filosofía de la Historia -
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Sloterdijk y el imaginario de la Globalización. Mundo sincrónico y conciertos de transferencia",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, Nº 24 | Julio-Diciembre.2009 (II) pp.
301-312http://www.ucm.es/info/nomadas/24/avrocca2.pdf
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y el imaginario de la Globalización; mundo sincrónico y conciertos de transferencia”, En AISTHESIS, Nº 45, 2009, pp. 167 – 180, Instituto de Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile. http://www.uc.cl/estetica/html/revista/indice_rev.html
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
- Vásquez Rocca, Adolfo, "Baudrillard; Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos" En EIKASIA. Revista de Filosofía, OVIEDO, ESPAÑA. ISSN 1885-5679, año II - número 9 - marzo 2007 http://www.revistadefilosofia.com/94.pdf
BAUDRILLARD Y SLOTERDIJK EL SHOPPING-MALL EL CAPITAL Y EL 'PARAÍSO' NEOLIBERAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca PH. D.LOS SHOPPING-MALL: TEMPLOS DEL CAPITALISMO TARDÍO O SLOTERDIJK: LA ESFERA, EL MOL Y LA CIUDAD POSMODERNA Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. _ 2008 UNAB
LOS SHOPPING-MALL: TEMPLOS DEL CAPITALISMO TARDÍO _ POR ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D.
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Baudrillard; Cultura y simulacro por Adolfo Vásquez Rocca
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Vásquez Rocca, Adolfo, "Peter Sloterdijk y W. Benjamin; El Palacio de Cristal y los shopping-mall como sistemas autorregulados", En Psikeba © Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 8, 2008.
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1.- Peter Sloterdijk y Walter Benjamin; Estética y Políticas de Climatización: De los Pasajes a los Invernaderos de la posmodernidad.
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- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Sloterdijk y el imaginario de la Globalización. Mundo sincrónico y conciertos de transferencia",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
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- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y el imaginario de la Globalización; mundo sincrónico y conciertos de transferencia”, En AISTHESIS, Nº 45, 2009, pp. 167 – 180, Instituto de Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile. http://www.uc.cl/estetica/html/revista/indice_rev.html
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Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
“Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
En el mundo interior del capital; Para una teoría filosófica de la globalizaciónPeter SloterdijkEn el mundo interior del capital de Peter Sloterdijk:
A
la conexión entre relato y filosofía, que constituye la
característica más sobresaliente de los libros de Peter Sloterdijk,
hay que añadir el hecho de que a comienzos del siglo XXI se pueda
contar con algo radicalmente revolucionario con respecto a la
globalización. Esto se debe a que el autor se toma en serio las
consecuencias histórico-filosóficas que van unidas a la imagen de la
Tierra como globo, proponiendo la tesis de que lo que se elogia o
vitupera como globalización es la fase final de un proceso y de que ya
es posible detectar elementos de una nueva época ulterior a la
globalización. En la fase final de la globalización el sistema mundial
se ha desarrollado plenamente y, en tanto sistema capitalista,
determina todas las circunstancias de la vida. El Crystal-Palace
de Londres, lugar de la primera Exposición Universal de 1851, le
sirve a Peter Sloterdijk como metáfora de esta situación: el palacio
pone ante los ojos la inevitable exclusividad de la globalización, la
edificación de una contextura de confort, es decir, la construcción y
despliegue de un espacio interior de mundo, cuyos límites, aunque
invisibles, son prácticamente insuperables desde fuera.
EN EL MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL. PARA UNA TEORÍA FILOSÓFICA DE LA GLOBALIZACIÓN
Autor: PETER SLOTERDIJK Formato: 15 x 21 cms. Páginas: 336 Editorial: Siruela Ciudad: Madrid Año: 2010 (2da. edición)
Traducción: Isidoro Reguera
ISBN: 978-84-9841-103-4
"El
presente ensayo está dedicado a una empresa que no se sabe bien si
llamar intempestiva o imposible. En tanto que recapitula la
globalización terrestre, se propone suministrar, mediante un gran relato
inspirado filosóficamente, esbozos para una teoría del presente". Así
comienza Peter Sloterdijk, filósofo de profesión pero "esferólogo"
por vocación, este ensayo, suerte de secuela de su trilogía Esferas, y en particular de la segunda parte (Globos)
que desarrollaba ya una historia política bajo la sospecha de que
nuestras manifestaciones más recurrentes sobre la globalización están
aquejadas de miopía - e incluso de astigmatismo, pues nos impiden leer
adecuadamente nuestras condiciones actuales. Para Sloterdijk, el tema
es de interés filosófico porque los procesos que han configurado
nuestra actual globalización responden a una poderosa concepción del
mundo que ha actuado siempre como su arché. Ese fundamento habría sido precisamente la imagen del mundo como esfera, como globo.
En
consecuencia, la globalización se inicia para Sloterdijk con la
metafísica griega de las esferas y su geometrización del universo, la
misma que se extendió hasta el Renacimiento, cuando se abrió paso un
segundo período marcado por la expansión unilateral del colonialismo
europeo. En ese contexto, los mapas eran el medio para visualizar la
totalidad del globo. Luego, la liberación de las últimas colonias
europeas (como consecuencia de la Revolución de los claveles en 1974) es
en esta lectura el hito que orientó a la globalización hacia su
tercer período, el del invernadero del capital que mantiene adentro lo conquistado.
Por
otro lado, para Sloterdijk la expansión global se ha venido dando en
dos frentes: el de la subjetividad y el del espacio, ambos fusionados
dentro del mercado. La subjetividad es el medio metafísico por el que
la filosofía ha tenido una preocupación constante, mientras que ha
descuidado al espacio. Por ello afirma el autor que "una vez que parece
terminada la era de la sacralización unilateral del tiempo, también el
espacio vivido exige sus derechos" (p. 19). Pero el espacio de la
tierra colonizada ha sido trasladado al interior del capital, afectando
a su vez al tiempo: día y noche ya no son vectores válidos porque en
el mercado siempre es de día. Como epígrafe de la segunda parte del
libro (titulada "El gran interior") Sloterdijk cita a Schopenhauer:
"...pero igual que sobre el globo de la Tierra en todas partes es
arriba, también la forma de toda vida es actualidad".
Esta cita me permite anotar también que así como el interesado en las
dinámicas del capital y de la globalización puede encontrar en este
libro un agudo análisis de sus fundamentos filosóficos, de igual manera
el filósofo verá desacralizadas -como es ya costumbre en Sloterdijk-
las metafísicas que se inscriben en esas dinámicas sin evidenciarlo,
más aún cuando el mercado se nutre hoy más de la transferencia
intelectual y de conocimiento que de la transferencia de minerales.
La globalización terrestre, impuesta unilateralmente, ha dado paso a una globalización que es como la espuma (así se llamaba justamente la tercera parte de Esferas).
Lo característico de ella es que los nuevos espacios tienen paredes
de vidrio, como las del Palacio de Cristal de la primera Exposición
Universal de 1851, que a pesar de su invisibilidad dan la cómoda
seguridad de su infranqueabilidad. A pesar de ello, estos espacios se
entrelazan permanentemente y sus identidades -antes espaciales- se
desplazan perdiendo su lugar original. En el plano de las ideas, los
relatos poshistóricos -ya no los grandes relatos, como el que él
pretende en esta obra- toman la escena para suavizar la absorción
mediante una climatización artificial. Allí coloca Sloterdijk la
responsabilidad del filósofo: debe decidir si colabora en esa
climatización o si rompe los cristales protectores. Es interesante en
esa línea lo que afirma sobre Heidegger, planteando una explicación de
su filiación nazi; una explicación mucho más coherente que la de otros
que consideran que su filosofía era totalmente ajena a sus intereses
políticos, y, más aún, que aquella deleznable teoría (que intentó
sostener el arribista de Farías) según la cual su filosofía llevaba
necesariamente al nazismo. Ni lo uno, ni lo otro. La explicación de
Sloterdijk -vinculada a su propio gran relato- es la que sigue:
¿Es
necesario decir todavía que la gran fenomenología de Heidegger del
aburrimiento de 1929-1930 sólo puede entenderse como un intento de
liberación del palacio de cristal establecido en toda Europa (aunque muy
deteriorado por los daños de guerra), cuyo clima interior moral y
cognitivo -la ausencia ineludible de toda convicción válida y la
gratuidad de toda decisión personal- se capta aquí mejor que en ninguna
parte? Con su descripción de la existencia inauténtica en Ser y tiempo, 1927, sobre todo en los problemáticos parágrafos sobre el se impersonal [man] (que seguramente fueron estimulados por las invectivas de Kierkegaard contra «el público» en Un anuncio literario),
Heidegger había preparado su análisis de la situación fundamental de
la existencia aburrida. Aquí tomó forma la rebelión fenomenológica
contra las exigencias de la estancia en el receptáculo técnico. Lo que
más tarde se llama el armazón [Ge-stell]
se clarifica detalladamente por primera vez en este lugar, sobre todo
en referencia a la existencia inauténtica, privada de sí misma. Donde
cada uno es el otro y ninguno él mismo, el ser humano está despojado
de sus éxtasis, de su soledad, de su propia decisión, de su relación
directa con el exterior absoluto, la muerte. La cultura de masas, el
humanismo, el biologismo son las máscaras festivas que ocultan, según el
filósofo, el profundo aburrimiento del existente sin retos. Según
esto, la tarea de la filosofía sería romper el techo de cristal sobre
la propia cabeza para volver a acercar a los individuos inmediatamente a
lo inconmensurable.
Quien recuerde el fenómeno punk,
que pululó como un duende en las culturas de la juventud en los años
setenta y ochenta del siglo xx, puede evocar un segundo ejemplo de
conexión entre fluido-aburrimiento omnipresente y agresión generalizada.
En cierto modo Heidegger fue el filósofo-punk
de los años veinte, un joven intelectual colérico que sacudía los
barrotes de la reja de la filosofía académica, y no sólo ellos, sino
las rejas del confort ciudadano y de los sistemas socio-estatales de
enajenación existencial. Para apreciar en lo justo sus motivos
filosóficos -es decir, el núcleo lógico-temporal de su reflexión-, hay
que reconocer en ellos el intento de redramatizar intencionadamente el
mundo poshistórico del aburrimiento; aunque fuera al precio de que la
catástrofe se constituyera en maestra de la vida. En este sentido,
por lo que se refiere a la «revolución nacional», a la que se adhirió
durante un corto espacio de tiempo, Heidegger podría haber dicho que
desde aquel hic et nunc
había partido una época de rehistorización, y que él no sólo había
participado en ese inicio, sino que había pensado esa época de antemano y
deducido heroicamente su sentido. (pp. 206-207.)
Y
como Sloterdijk no cree que la historia se padece sino que se hace,
no concluirá -como Heidegger- que "sólo un dios puede salvarnos". Para
él, los "creativos" son los llamados a impedir "que el todo naufrague
en rutinas nocivas" (p. 312).
Interesan
también sus observaciones críticas sobre Walter Benjamin, su
asociación entre el mercantilismo de Adam Smith y la estética de Rilke,
sus análisis de las "redes sociales", de Hegel y de la literatura de
Julio Verne (sobre todo La vuelta al mundo en 80 días).
Para Sloterdijk hemos instaurado un reino de la libertad donde la
telecomunicación ya no es una herramienta sino un constitutivo
ontológico de las relaciones sociales, sometiendo así nuestra conciencia
al poderoso yugo del bienestar y en medio de ficciones reales, tan
reales como la abstracción que hace dos mil quinientos años nos hizo
pensar en términos ontológicos globales:
Pensar
en valores universales proporciona sostén interior mientras el
horizonte se desliza. Por eso el universalismo abstracto no essólo
la alevosa extravagancia que quieren ver en él los pragmáticos, los
nietzscheanos y todas las categorías posibles de realistas (Carl
Schmitt: quien dice humanidad pretende engañar); es también el reflejo semántico del crecimiento del mundo en la época del sistema emergente de mundo (p. 312).
En consecuencia, es fundamentalmente entre los filósofos entre quienes este libro debe ser materia de discusión y de acción.
Así como Platón denunció los extravíos religiosos de su tiempo, y
aunque la orientación filosófica pudiera ser enteramente distinta,
siguen teniendo los filósofos el deber de denunciar los perjuicios de la
más eficaz religión contemporánea, aquella que ha reemplazado -frente
a la impotencia y la complicidad eclesiástica- el monoteísmo por un
pluriteísmo del capital. La religión
sigue siendo aún hoy el opio del pueblo, pero entre Smith y nosotros
se inoculó la duda respecto a su bienestar. Las crisis más recientes
así lo confirman. Como dice el autor: "la sospecha frente al
«capitalismo como religión» se ha expresado y espera aclaración" (p.
310). Eso sí, nosotros hubiésemos esperado también un índice onomástico
o analítico en esta edición, pero así están las cosas.
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - CURRICULUM ACADÉMICO ABREVIADO
I.- “Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
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SLOTERDIJK; GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
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http://revistadefilosofia.com/25-04.pdf
http://revistadefilosofia.com/25-04.pdf
- Artículo, "Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana"
En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas.
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Filosofía – Espumas – Mimo – Globalización - Filosofía de la Historia -
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Sofia Oportot y Adolfo Vásquez RoccaBAUDRILLARD Y SLOTERDIJK EL SHOPPING-MALL EL CAPITAL Y EL 'PARAÍSO' NEOLIBERAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Enviado por Adolfo Vásquez Rocca el 30/12/2011 a las 01:11 AM
W. Benjamin y Jean Budrillard por Adolfo Vásquez RoccaSLOTERDIJK; GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL ADOLFO VÁSQUEZ ROCCASofia Oportot y Adolfo Vásquez RoccaSLOTERDIJK; PSICOPOLÍTICA, GLOBALIZACIÓN Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL
SLOTERDIJK; "GLOBALIZACIÓN, FILOSOFÍA DE LA HISTORIA Y MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL" Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Psicopolítica
– Posthistorie – Globo – Esfera – Mundo – Capital – Globalización –
Filosofía – Espumas – Mimo – Globalización - Filosofía de la Historia -
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Sloterdijk y el imaginario de la Globalización. Mundo sincrónico y conciertos de transferencia",
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, Nº 24 | Julio-Diciembre.2009 (II) pp.
301-312
http://www.ucm.es/info/nomadas/24/avrocca2.pdf
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y el imaginario de la Globalización; mundo sincrónico y conciertos de transferencia”, En AISTHESIS, Nº 45, 2009, pp. 167 – 180, Instituto de Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile. http://www.uc.cl/estetica/html/revista/indice_rev.html
Revista Observaciones Filosóficas - Peter Sloterdijk
“Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
En el mundo interior del capital; Para una teoría filosófica de la globalizaciónPeter SloterdijkEn el mundo interior del capital de Peter Sloterdijk:
A
la conexión entre relato y filosofía, que constituye la
característica más sobresaliente de los libros de Peter Sloterdijk,
hay que añadir el hecho de que a comienzos del siglo XXI se pueda
contar con algo radicalmente revolucionario con respecto a la
globalización. Esto se debe a que el autor se toma en serio las
consecuencias histórico-filosóficas que van unidas a la imagen de la
Tierra como globo, proponiendo la tesis de que lo que se elogia o
vitupera como globalización es la fase final de un proceso y de que ya
es posible detectar elementos de una nueva época ulterior a la
globalización. En la fase final de la globalización el sistema mundial
se ha desarrollado plenamente y, en tanto sistema capitalista,
determina todas las circunstancias de la vida. El Crystal-Palace
de Londres, lugar de la primera Exposición Universal de 1851, le
sirve a Peter Sloterdijk como metáfora de esta situación: el palacio
pone ante los ojos la inevitable exclusividad de la globalización, la
edificación de una contextura de confort, es decir, la construcción y
despliegue de un espacio interior de mundo, cuyos límites, aunque
invisibles, son prácticamente insuperables desde fuera.
EN EL MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL. PARA UNA TEORÍA FILOSÓFICA DE LA GLOBALIZACIÓN
Autor: PETER SLOTERDIJK Formato: 15 x 21 cms. Páginas: 336 Editorial: Siruela Ciudad: Madrid Año: 2010 (2da. edición)
Traducción: Isidoro Reguera
ISBN: 978-84-9841-103-4
"El
presente ensayo está dedicado a una empresa que no se sabe bien si
llamar intempestiva o imposible. En tanto que recapitula la
globalización terrestre, se propone suministrar, mediante un gran relato
inspirado filosóficamente, esbozos para una teoría del presente". Así
comienza Peter Sloterdijk, filósofo de profesión pero "esferólogo"
por vocación, este ensayo, suerte de secuela de su trilogía Esferas, y en particular de la segunda parte (Globos)
que desarrollaba ya una historia política bajo la sospecha de que
nuestras manifestaciones más recurrentes sobre la globalización están
aquejadas de miopía - e incluso de astigmatismo, pues nos impiden leer
adecuadamente nuestras condiciones actuales. Para Sloterdijk, el tema
es de interés filosófico porque los procesos que han configurado
nuestra actual globalización responden a una poderosa concepción del
mundo que ha actuado siempre como su arché. Ese fundamento habría sido precisamente la imagen del mundo como esfera, como globo.
En
consecuencia, la globalización se inicia para Sloterdijk con la
metafísica griega de las esferas y su geometrización del universo, la
misma que se extendió hasta el Renacimiento, cuando se abrió paso un
segundo período marcado por la expansión unilateral del colonialismo
europeo. En ese contexto, los mapas eran el medio para visualizar la
totalidad del globo. Luego, la liberación de las últimas colonias
europeas (como consecuencia de la Revolución de los claveles en 1974) es
en esta lectura el hito que orientó a la globalización hacia su
tercer período, el del invernadero del capital que mantiene adentro lo conquistado.
Por
otro lado, para Sloterdijk la expansión global se ha venido dando en
dos frentes: el de la subjetividad y el del espacio, ambos fusionados
dentro del mercado. La subjetividad es el medio metafísico por el que
la filosofía ha tenido una preocupación constante, mientras que ha
descuidado al espacio. Por ello afirma el autor que "una vez que parece
terminada la era de la sacralización unilateral del tiempo, también el
espacio vivido exige sus derechos" (p. 19). Pero el espacio de la
tierra colonizada ha sido trasladado al interior del capital, afectando
a su vez al tiempo: día y noche ya no son vectores válidos porque en
el mercado siempre es de día. Como epígrafe de la segunda parte del
libro (titulada "El gran interior") Sloterdijk cita a Schopenhauer:
"...pero igual que sobre el globo de la Tierra en todas partes es
arriba, también la forma de toda vida es actualidad".
Esta cita me permite anotar también que así como el interesado en las
dinámicas del capital y de la globalización puede encontrar en este
libro un agudo análisis de sus fundamentos filosóficos, de igual manera
el filósofo verá desacralizadas -como es ya costumbre en Sloterdijk-
las metafísicas que se inscriben en esas dinámicas sin evidenciarlo,
más aún cuando el mercado se nutre hoy más de la transferencia
intelectual y de conocimiento que de la transferencia de minerales.
La globalización terrestre, impuesta unilateralmente, ha dado paso a una globalización que es como la espuma (así se llamaba justamente la tercera parte de Esferas).
Lo característico de ella es que los nuevos espacios tienen paredes
de vidrio, como las del Palacio de Cristal de la primera Exposición
Universal de 1851, que a pesar de su invisibilidad dan la cómoda
seguridad de su infranqueabilidad. A pesar de ello, estos espacios se
entrelazan permanentemente y sus identidades -antes espaciales- se
desplazan perdiendo su lugar original. En el plano de las ideas, los
relatos poshistóricos -ya no los grandes relatos, como el que él
pretende en esta obra- toman la escena para suavizar la absorción
mediante una climatización artificial. Allí coloca Sloterdijk la
responsabilidad del filósofo: debe decidir si colabora en esa
climatización o si rompe los cristales protectores. Es interesante en
esa línea lo que afirma sobre Heidegger, planteando una explicación de
su filiación nazi; una explicación mucho más coherente que la de otros
que consideran que su filosofía era totalmente ajena a sus intereses
políticos, y, más aún, que aquella deleznable teoría (que intentó
sostener el arribista de Farías) según la cual su filosofía llevaba
necesariamente al nazismo. Ni lo uno, ni lo otro. La explicación de
Sloterdijk -vinculada a su propio gran relato- es la que sigue:
¿Es
necesario decir todavía que la gran fenomenología de Heidegger del
aburrimiento de 1929-1930 sólo puede entenderse como un intento de
liberación del palacio de cristal establecido en toda Europa (aunque muy
deteriorado por los daños de guerra), cuyo clima interior moral y
cognitivo -la ausencia ineludible de toda convicción válida y la
gratuidad de toda decisión personal- se capta aquí mejor que en ninguna
parte? Con su descripción de la existencia inauténtica en Ser y tiempo, 1927, sobre todo en los problemáticos parágrafos sobre el se impersonal [man] (que seguramente fueron estimulados por las invectivas de Kierkegaard contra «el público» en Un anuncio literario),
Heidegger había preparado su análisis de la situación fundamental de
la existencia aburrida. Aquí tomó forma la rebelión fenomenológica
contra las exigencias de la estancia en el receptáculo técnico. Lo que
más tarde se llama el armazón [Ge-stell]
se clarifica detalladamente por primera vez en este lugar, sobre todo
en referencia a la existencia inauténtica, privada de sí misma. Donde
cada uno es el otro y ninguno él mismo, el ser humano está despojado
de sus éxtasis, de su soledad, de su propia decisión, de su relación
directa con el exterior absoluto, la muerte. La cultura de masas, el
humanismo, el biologismo son las máscaras festivas que ocultan, según el
filósofo, el profundo aburrimiento del existente sin retos. Según
esto, la tarea de la filosofía sería romper el techo de cristal sobre
la propia cabeza para volver a acercar a los individuos inmediatamente a
lo inconmensurable.
Quien recuerde el fenómeno punk,
que pululó como un duende en las culturas de la juventud en los años
setenta y ochenta del siglo xx, puede evocar un segundo ejemplo de
conexión entre fluido-aburrimiento omnipresente y agresión generalizada.
En cierto modo Heidegger fue el filósofo-punk
de los años veinte, un joven intelectual colérico que sacudía los
barrotes de la reja de la filosofía académica, y no sólo ellos, sino
las rejas del confort ciudadano y de los sistemas socio-estatales de
enajenación existencial. Para apreciar en lo justo sus motivos
filosóficos -es decir, el núcleo lógico-temporal de su reflexión-, hay
que reconocer en ellos el intento de redramatizar intencionadamente el
mundo poshistórico del aburrimiento; aunque fuera al precio de que la
catástrofe se constituyera en maestra de la vida. En este sentido,
por lo que se refiere a la «revolución nacional», a la que se adhirió
durante un corto espacio de tiempo, Heidegger podría haber dicho que
desde aquel hic et nunc
había partido una época de rehistorización, y que él no sólo había
participado en ese inicio, sino que había pensado esa época de antemano y
deducido heroicamente su sentido. (pp. 206-207.)
Y
como Sloterdijk no cree que la historia se padece sino que se hace,
no concluirá -como Heidegger- que "sólo un dios puede salvarnos". Para
él, los "creativos" son los llamados a impedir "que el todo naufrague
en rutinas nocivas" (p. 312).
Interesan
también sus observaciones críticas sobre Walter Benjamin, su
asociación entre el mercantilismo de Adam Smith y la estética de Rilke,
sus análisis de las "redes sociales", de Hegel y de la literatura de
Julio Verne (sobre todo La vuelta al mundo en 80 días).
Para Sloterdijk hemos instaurado un reino de la libertad donde la
telecomunicación ya no es una herramienta sino un constitutivo
ontológico de las relaciones sociales, sometiendo así nuestra conciencia
al poderoso yugo del bienestar y en medio de ficciones reales, tan
reales como la abstracción que hace dos mil quinientos años nos hizo
pensar en términos ontológicos globales:
Sofia Oportot Promesas sobre el bidetSofia Oportot Promesas sobre el bidet
Pensar
en valores universales proporciona sostén interior mientras el
horizonte se desliza. Por eso el universalismo abstracto no essólo
la alevosa extravagancia que quieren ver en él los pragmáticos, los
nietzscheanos y todas las categorías posibles de realistas (Carl
Schmitt: quien dice humanidad pretende engañar); es también el reflejo semántico del crecimiento del mundo en la época del sistema emergente de mundo (p. 312).
En consecuencia, es fundamentalmente entre los filósofos entre quienes este libro debe ser materia de discusión y de acción.
Así como Platón denunció los extravíos religiosos de su tiempo, y
aunque la orientación filosófica pudiera ser enteramente distinta,
siguen teniendo los filósofos el deber de denunciar los perjuicios de la
más eficaz religión contemporánea, aquella que ha reemplazado -frente
a la impotencia y la complicidad eclesiástica- el monoteísmo por un
pluriteísmo del capital. La religión
sigue siendo aún hoy el opio del pueblo, pero entre Smith y nosotros
se inoculó la duda respecto a su bienestar. Las crisis más recientes
así lo confirman. Como dice el autor: "la sospecha frente al
«capitalismo como religión» se ha expresado y espera aclaración" (p.
310). Eso sí, nosotros hubiésemos esperado también un índice onomástico
o analítico en esta edición, pero así están las cosas.
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - CURRICULUM ACADÉMICO ABREVIADO
I.- “Palacio de Cristal”: Capitalismo Posmoderno y Memorias del subsuelo
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